Cómo confrontar a los pecadores

Lección 4

2 Corinthians 7:10 NBLA

10 Porque la tristeza que es conforme a la voluntad de Dios produce un arrepentimiento que conduce a la salvación, sin dejar pesar; pero la tristeza del mundo produce muerte.

2 Samuel 12:1–9 NBLA

1 Entonces el Señor envió a Natán a David. Y Natán vino a él y le dijo: «Había dos hombres en una ciudad, el uno rico, y el otro pobre. 2 »El rico tenía muchas ovejas y vacas. 3 »Pero el pobre no tenía más que una corderita Que él había comprado y criado, La cual había crecido junto con él y con sus hijos. Comía de su pan, bebía de su copa y dormía en su seno, Y era como una hija para él. 4 »Vino un viajero a visitar al hombre rico Y este no quiso tomar de sus ovejas ni de sus vacas Para preparar comida para el caminante que había venido a él, Sino que tomó la corderita de aquel hombre pobre y la preparó para el hombre que había venido a visitarlo». 5 Y se encendió la ira de David en gran manera contra aquel hombre, y dijo a Natán: «Vive el Señor, que ciertamente el hombre que hizo esto merece morir; 6 y debe pagar cuatro veces por la cordera, porque hizo esto y no tuvo compasión». 7 Entonces Natán dijo a David: «Tú eres aquel hombre. Así dice el Señor, Dios de Israel: “Yo te ungí rey sobre Israel y te libré de la mano de Saúl. 8 ”Yo también entregué a tu cuidado la casa de tu señor y las mujeres de tu señor, y te di la casa de Israel y de Judá; y si eso hubiera sido poco, te hubiera añadido muchas cosas como estas. 9 ”¿Por qué has despreciado la palabra del Señor haciendo lo malo ante Sus ojos? Has matado a espada a Urías el hitita, has tomado su mujer para que sea mujer tuya, y a él lo has matado con la espada de los amonitas.

Introducción:

En esta lección, miraremos la manera en que el profeta Natán confrontó al Rey David acerca de su pecado con Betsabé. Sería una buena idea, primero revisar este incidente en 2ª Samuel 12:1-9 en tu Biblia, para que estés familiarizado con la historia.

R. C. Sproul dijo, “Rascar a la gente a donde les pica y abordar sus `carencias` es una artimaña del mal administrador de los oráculos de Dios. Esta fue la receta del éxito para los falsos profetas del Antiguo Testamento”

La objeción que vamos a responder esta noche es.

“Yo hago lo mejor que puedo y soy sincero”

Aunque pudieras ser mejor de lo que eres ahora, no podrás ser lo suficientemente bueno porque no agradas a Dios por ser bueno,

Galatians 2:21 NBLA

21 »No hago nula la gracia de Dios, porque si la justicia viene por medio de la ley, entonces Cristo murió en vano»

sino por confiar en Jesús.

John 1:12 NBLA

12 Pero a todos los que lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en Su nombre,

Además, la sinceridad no es el camino al cielo. ¿Qué si estás sinceramente equivocado? ¿Recuerdas Juan 14:6?

John 14:6 NBLA

6 Jesús le dijo*: «Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por Mí.

Si estás confiando en tu sinceridad, entonces estás diciendo que debido a que eres sincero, eres lo suficientemente bueno para estar con Dios. Confiar en tu sinceridad es confiar en el orgullo, porque confías en ti y no en Dios, como tu razón para ir al cielo. Debes tener fe en Jesús.

Lección:

El amor de Dios: presentación Bíblica

El mensaje moderno del evangelio es “Dios te ama y tiene un plan maravilloso para tu vida”. Sin embargo, nuestra idea de “maravilloso” y la del mundo pueden ser diferentes. Lleva a un pecador a través de las páginas del libro de los Hechos y muéstrale la escena aterradora de las rocas quebrando los huesos de Esteban. Entonces, sonríe y susurra: “maravilloso...” Escuchen el sonido de un latigazo cuando desgarra la piel de la espalda del apóstol Pablo.

Sigan juntos la palabra “sufrimiento” a través de las epístolas y miren si pueden lograr que el mundo susurre “¡maravilloso!”. Diles que “es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” (Hechos 14:22). Quizá piensen que, después de recorrer La Ruta de la Honestidad, los placeres del pecado son un poco más atractivos que el llamado a “sufrir las aflicciones con el pueblo de Dios” (Hebreos 11:25).

¿Quién en el mundo, escuchará nuestro mensaje si somos tan descaradamente honestos acerca de la vida cristiana? Tal vez, no tantos como los que son atraídos por la predicación del plan maravilloso. La respuesta a nuestro dilema es hacer énfasis en la justicia en lugar de la felicidad. Esto es, lo que Jesús hizo. Él usó los Diez Mandamientos para mostrar a los pecadores el estándar justo de Dios.

Luke 10:25–26 NBLA

25 Cierto intérprete de la ley se levantó, y para poner a prueba a Jesús dijo: «Maestro, ¿qué haré para heredar la vida eterna?». 26 Y Jesús le dijo: «¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella?».

Luke 18:18–20 NBLA

18 Cierto hombre prominente le preguntó a Jesús: «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?». 19 Jesús le respondió: «¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino solo uno, Dios. 20 »Tú sabes los mandamientos: “No cometas adulterio, no mates, no hurtes, no des falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre”».

Una vez que el mundo vea el estándar perfecto por el cual serán juzgados, comenzarán a temer a Dios y es a través del temor a Dios que los hombres se alejan del pecado.

Proverbs 16:6 NBLA

6 Con misericordia y verdad se expía la culpa, Y con el temor del Señor el hombre se aparta del mal.

Comenzarán a tener hambre y sed de justicia que sólo es en Cristo Jesús.

Si estudias el Nuevo Testamento, verás que el amor de Dios, casi siempre es mostrado en directa relación con la cruz: he aquí el amor, porque Dios nos amó tanto, Dios encomendó su amor, etc.

John 3:16 NBLA

16 »Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna.

Romans 5:5–6 NBLA

5 Y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado. 6 Porque mientras aún éramos débiles, a su tiempo Cristo murió por los impíos.

Romans 5:8 NBLA

8 Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

Galatians 2:20 NBLA

20 »Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por la fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Ephesians 2:4–5 NBLA

4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por causa del gran amor con que nos amó, 5 aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia ustedes han sido salvados),

Ephesians 5:2 NBLA

2 y anden en amor, así como también Cristo les amó y se dio a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios, como fragante aroma.

Ephesians 5:25 NBLA

25 Maridos, amen a sus mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio Él mismo por ella,

1 John 3:16 NBLA

16 En esto conocemos el amor: en que Él puso Su vida por nosotros. También nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.

1 John 4:10 NBLA

10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros y envió a Su Hijo como propiciación por nuestros pecados.

Revelation 1:5 NBLA

5 y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos libertó de nuestros pecados con Su sangre,

La cruz es el punto de enfoque del amor de Dios por el mundo. ¿Cómo podemos hacer referencia de la cruz sin hacer referencia del pecado? ¿Cómo podemos referirnos al pecado sin usar la ley?

Romans 7:7 NBLA

7 ¿Qué diremos entonces? ¿Es pecado la ley? ¡De ningún modo! Al contrario, yo no hubiera llegado a conocer el pecado si no hubiera sido por medio de la ley. Porque yo no hubiera sabido lo que es la codicia, si la ley no hubiera dicho: «No codiciaras».

El camino bíblico para expresar el amor de Dios por el pecador es mostrarle lo grande que es su pecado usando la ley.

Romans 7:13 NBLA

13 ¿Entonces lo que es bueno vino a ser causa de muerte para mí? ¡De ningún modo! Al contrario, fue el pecado, a fin de mostrarse que es pecado al producir mi muerte por medio de lo que es bueno, para que por medio del mandamiento el pecado llegue a ser en extremo pecaminoso.

Galatians 3:24 NBLA

24 De manera que la ley ha venido a ser nuestro guía para conducirnos a Cristo, a fin de que seamos justificados por la fe.

y entonces dale la increíble gracia de Dios en Cristo. Esta fue la llave para alcanzar a tantos en el Día de Pentecostés. Fueron judíos “devotos” los que conocían la ley y sus santas demandas; por eso, aceptaron fácilmente la misericordia de Dios en Cristo para escapar de la ira temible.

Cuando uses la ley para mostrarle al mundo su verdadero estado, prepárate para que los pecadores te lo agradezcan. Por primera vez en sus vidas, verán el mensaje cristiano como una expresión de amor y preocupación por su bienestar eterno, en lugar de un mero proselitismo para un mejor estilo de vida mientras están en la tierra.

Considera la siguiente cita de John MacArthur hasta que la tengas escrita en los corredores de tu mente: “Necesitamos ajustar nuestra presentación del evangelio. No podemos descartar el hecho de que Dios odia el pecado y castiga a los pecadores con tormento eterno. ¿Cómo puedo comenzar una presentación del evangelio diciendo, a aquellos que van camino al infierno, que Dios tiene un plan maravilloso para sus vidas?”

Es verdad que Dios tiene un plan maravilloso para sus vidas; pero este es que ellos se arrepientan, confíen en Jesús y reciban la justicia de Cristo.

Haciendo temblar a los pecadores

Para una ilustración bíblica de cómo confrontar a los pecadores haciendo uso del tema de la justicia, miremos la vida del Rey David. Cuando David pecó con Betsabé, quebrantó todos los Diez Mandamientos. Él codició la mujer de su prójimo, vivió una mentira, se robó a la mujer, cometió adulterio, mató a su esposo, deshonró a sus propios padres y quebrantó los cuatro restantes mandamientos al deshonrar a Dios. Por lo tanto, el Señor envió al profeta Natán para reprenderlo en 2 Samuel 12.

Hay un gran significado en el orden en que realizó la recriminación. Natán le dio a David, el pastor de Israel, una parábola sobre algo que él pudiera entender: ovejas. Comenzó en el plano natural, en lugar de exponer inmediatamente el pecado del rey. Le contó una historia acerca de un hombre rico que, en vez de tomar una oveja de su propio ganado, mató la oveja preferida de un hombre que era pobre para alimentar a un extraño.

David estaba indignado y se sentó en el trono elevado de su propia justificación. Reveló su conocimiento de la ley al declarar que el culpable debía devolver cuatro veces lo robado y debía morir por su crimen. Natán expuso el pecado que el rey cometió, cuando tomó la “cordera” de otro hombre, diciendo al rey: “Tú eres ese hombre... ¿Porqué has desechado el mandamiento del Señor, haciendo el mal delante de sus ojos?” Cuando David exclamó, “He pecado contra el Señor”, el profeta entonces, le presentó la gracia de Dios diciendo: “El Señor también ha quitado tu pecado y no morirás”.

Imagina si Natán, temeroso del rechazo, hubiera cambiado un poco las cosas diciendo a David: “Dios te ama y tiene un plan maravilloso para tu vida. Pero, hay algo que te impide disfrutar este plan maravilloso; esto se llama 'pecado”. Imagina si él hubiera encubierto la naturaleza personal del pecado de David, con una referencia general a todos los hombres que han pecado y han sido destituidos de la gloria de Dios en Romanos 3:23. La reacción de David pudo haber sido “¿De qué pecado me hablas?” En vez de admitir su terrible transgresión.

Piensa en esto: ¿Porqué David, al escuchar este mensaje, exclamó: “he pecado contra el Señor”? En lugar de esto, él pudo tener un deseo sincero de experimentar el “plan maravilloso”, aceptando que ha pecado y caído de la gloria de Dios como todos los hombres. Si David no hubiera sido llevado a temblar bajo la ira de la ley, el profeta hubiera quitado la esencia que produce tristeza santa y es necesaria para el arrepentimiento.

2 Corinthians 7:10 NBLA

10 Porque la tristeza que es conforme a la voluntad de Dios produce un arrepentimiento que conduce a la salvación, sin dejar pesar; pero la tristeza del mundo produce muerte.

Fue el peso de la culpa de David, lo que lo llevó a clamar “He pecado contra el Señor”. La ley hizo que recapacitara y llegara a tener una pesada carga; le hizo tener hambre y sed de justicia. La ley le mostró la naturaleza seria de su pecado a los ojos de Dios.

Es así como podemos lograr, que los pecadores clamen, según Paris Reidhead: “Si pudiera hacer lo que quiero, daría un plazo en la predicación pública del “plan de salvación” en América por uno a dos años. Llamaría entonces, a todos los que trabajan en las ondas radiales y en los púlpitos, a predicar la Santidad de Dios, la Justicia de Dios y la Ley de Dios, hasta que los pecadores clamen: ¿Qué debemos hacer para ser salvos? Después, les llevaría a un rincón y les diría en voz baja el evangelio a ellos. No uses Juan 3:16. Esta drástica acción es necesaria, debido a que tenemos una generación de pecadores endurecidos al evangelio, porque se les dice cómo ser salvos antes de que entiendan porqué necesitan ser salvos”.

Las últimas palabras:

William Shakespeare (1564-1616) La figura cumbre mundial de la literatura, vivió cerca de su Biblia, lo cual se muestra por las numerosas menciones de ella en sus obras y dramas. Su final vino cuando tenía solo 52 años. Su última voluntad y testamento revelaba su fe en Dios:

“Encomiendo mi alma en las manos de Dios mi Creador, esperando y creyendo con seguridad, a través de los méritos de Jesucristo mi Salvador, ser hecho participante de la vida eterna y mi cuerpo a la tierra, de donde provino”.

Vamos a decir nuestro versículo conjuntos otra vez.

2 Corinthians 7:10 NBLA

10 Porque la tristeza que es conforme a la voluntad de Dios produce un arrepentimiento que conduce a la salvación, sin dejar pesar; pero la tristeza del mundo produce muerte.

Vamos orar:

Padre, sé que a veces puede dar miedo caminar hacia un extraño y compartir el evangelio con ellos. Pero Dios nos has equipado esta noche con las herramientas para cumplir tu gran mandamiento. ¡Ayúdenos a ser valientes y a compartir el evangelio con los perdidos! En el nombre de Jesús, amén.