El cordero admirable, (9)
EL CORDERO ADMIRABLE
“Padre, la hora ha llegado” (Juan 17:1)
La obra maestra del Dios del Cielo y de la tierra, la obra maestra del Señor del tiempo y de la eternidad, la obra maestra del Señor de justicia y misericordia, estaba concluyendo.
Las sombras de la noche cayeron sobre Jerusalén, en las afueras quedaba un madero manchado con sangre inocente e inmaculada, y unos pocos pensaban que allí terminaría todo. Pero no fue así.
En aquel madero ensangrentado se había descubierto la inmensidad de nuestra maldad y de nuestro pecado, en aquel madero ensangrentado se había publicado la grandeza de la misericordia y del amor de Dios por nosotros. Dios se había provisto de Cordero.
por medio de la fe, yo me puse al amparo de aquel madero y de la sangre derramada del Cordero de Dios. Y hoy estoy seguro de que Dios pasó por alto todo el juicio que sobre mí era justo que cayera. Dios perdonó mis pecados y me dio vida eterna. Las palabras del mismo Señor me lo aseguran: “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.” (Juan 5:24)