NUESTRO DIOS, EL ALFARERO
NUESTRO DIOS, EL ALFARERO
Dios envió a Jeremías a un alfarero que le dio una ilustración mediante su confección de la vasija. El profeta consiguió una vasija y la empleó para su propia ilustración (19:1ss). Jeremías observó con atención al alfarero que trabajaba sobre su rueda. El barro suave se estropeó pero el alfarero volvió a moldearlo para que se convirtiera en una vasija útil. Dios hará lo mismo con Judá si la nación se arrepiente.
El Señor dijo que el alfarero y el barro ilustraban su relación con su pueblo Israel, y les dijo: como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros. Dios tiene el derecho de arrancar …, derribar y destruir una nación como a él le place. Él prometió que lo bendeciría, pero puesto que seguía en su maldad, se arrepintió del bien que había determinado hacerle y en su lugar, traería el castigo sobre su pueblo. Sin embargo, si Judá se arrepentía y sus moradores se convertían de su maldad y de sus malos caminos, Dios revocaría la sentencia que había prometido enviar.