Sed Santos

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1 Pedro 1:13–16 RVR60
13 Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado;14 como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia;15 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.

Características de la epístola

Autor de la carta: El apóstol Pedro, consta de una salutación, cuerpo y despedida.
Fecha apróximada de escritura: 60-68 d.C. Roma (Babilonia)
Destinatarios: Creyentes en el exhilio
El propósito de la carta: Los destinatarios estén firmes en la fe en medio de pruebas y persecuciones.

Contexto

División de la carta

Identificación del remitente y destinatario, salutación 1:1-2
La seguridad en Cristo de la salvación del creyente 1:3-12
Implicaciones de la salvación en la vida del creyente 1:13-3:12
Santidad personal 1:13-16
Temor 1:17-21
Amor mutuo 1:22-2:3
Membresía en la roca de la eternidad 2:4-10
las relaciones sociales 2:11-3:12
Sufrimiento cristiano 3:13-5:11
Saludos finales 5:12-14
Con la ayuda del Señor centraremos nuestra atención en la primera consideración de lo que implica la salvación en la vida del creyente, a saber, la santidad personal.

Exposición de las escrituras

1 Pedro 1:13–16 RVR60
13 Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado;14 como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia;15 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.
Meditaremos en 3 puntos que se desprenden de nuestros textos
Elementos de la santificación del creyente
La obediencia actual del creyente a los elementos de su santificación en contraste con su vieja naturaleza.
La santificación no negociable del creyente; alcance y razón

1. Elementos de la santificación del creyente

Antes de tratar con este tema, debemos aclarar que:
Sólo alguien santo puede «santificar», de modo que la santificación divina precede a todo proceso de santificación,
La santificación es obra principalmente del ES, ya que el Señor produce tanto el querer como el hacer en nuestros corazones, es la obra suya en nuestras vidas para su gloria.
Veamos entonces: Qué no es un santo
Conocimiento teórico sin acción
Profesión externa y falsa
Moralidad y respetabilidad de conducta
Gustar escuchar la predicación de la Palabra del Señor
Andar con gente piadosa
Celos religiosos sin Cristo
Beatificado por el papismo
Al contrario un santo es aquel que (como dice nuestro texto) consta de 3 elementos en su vida:
Preparación intelectual
Dominio propio
Paciencia en la esperanza

Preparación intelectual

La cristiandad tristemente huye a la palabra “intelectual” ya que piensan erroneamente a la luz de 2 Corintios 3:6 que el espíritu es mejor que la letra. Pero la argumentación que las escrituras nos dan en este primer elemento de santificación denota una preparación intelectual para afrontar situaciones, porque dice:
Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento...
Esta expresión podía ser bien comprendida por los hermanos contemporáneos de Pedro porque hacía alusión a la ropa que ellos vestían. Entonces la idea de la expresión es esta: «Estén listos mentalmente para el trabajo que tienen por delante».
El creyente debe prepararse en el conocimiento y práctica de la palabra del Señor, en ese sentido el creyente debe crecer en inteligencia en el uso de la palabra del Señor para así estar listo y aplicarlo en las pruebas que sobrevendrán, el intelecto cristiano es conocimiento y práctica de la Palabra del Señor
Colosenses 1:21–22 RVR60
21 Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado 22 en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él;
El Señor Jesucristo tenía una doctrina admirable, un intelecto perfecto, siempre con argumentos bíblicos irrefutables, un ejemplo perfecto de este primer elemento de santificación.
1 Juan 2:6 RVR60
6 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.

Dominio propio

¿Podríamos controlar nuestra carne para la gloria del Señor si no mora la palabra del Señor en mi? No, es imposible.
El segundo elemento para la santificación es la muestra de comportamiento en palabra y acción, en otras palabras, la aplicación del intelecto cristiano.
Sed sobrios...
Los hermanos, no debían comportarse como las demás naciones
1 Pedro 4:3–4 RVR60
3 Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías.4 A éstos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan;
La sobriedad que literalemente es el antónimo de embriaguez, es la templanza del cristiano ante las tentaciones y pruebas de su vida. Por ejemplo, si uno está ebrio no tiene la facultad para controlar sus reacciones, no puede caminar bien, ni hablar cuerdamente, así es uno que es necio para con las palabras de Cristo, pero el sobrio es inteligente, es sabio y recto en sus ideas y puede controlar sus impulsos.
El Señor Jesucristo no decía ni hacía nada fuera de control, aún cuando le injuriaban
1 Pedro 2:21–23 RVR60
21 Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; 22 el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; 23 quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente;

Paciencia en la esperanza

y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado...
¿Cuál es la razón de estar listos intelectualmente y vivir sobriamante?
La Esperanza de la vida con Cristo.
Los hermanos vivieron vidas inteligentes y sobrias porque esperaban la glorificación final. ¿Vives tu así?
El apóstol aprendió estos tres elementos del maestro.
Lucas 12:35–40 RVR60
35 Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas;36 y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida.37 Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles.38 Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos.39 Pero sabed esto, que si supiese el padre de familia a qué hora el ladrón había de venir, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa.40 Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá.
En última instancia nuestra única razón de vida debería ser vivir para Cristo en toda santidad.
En Conclusión, debemos meditar en cada uno de estos elementos y pensar seriamente si estamos aplicándolos en nuestras vidas.
Pero la realidad es esta: hay hijos obedientes, hipócritas e incrédulos.

2. La obediencia actual del creyente a los elementos de su santificación en contraste con su vieja naturaleza.

como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia...
Los hermanos debían entender que ya no eran paganos, sino cristianos y como tales, debían vivir en obediencia filial, estando preparados intelectualmente, viviendo vidas sobrias y con la esperanza puesta en la eternidad.

Sumisión cristiana

El vivir en santidad es sinónimo de ser hijos obedientes, pero la pregunta es ¿Quiénes son hijos?
Juan 1:12 RVR60
12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
Nuevamente afirmamos que solo aquellos que han creído en Cristo Jesús para salvación ¡salvación de qué? de la ira venidera de Dios a causa del pecado son los verdaderos hijos de Dios, adoptados en virtud a los méritos de Cristo, a razón de ello al creyente verdadero no le pesa la santidad sino la anhela.
1 Juan 5:3–5 RVR60
3 Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.4 Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.5 ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?

Exhortación al conformismo ignorante

Pero encontramos la realidad que la nueva naturaleza engendrada por el ES en nuestros corazones por la fe en Jesucristo tiene que ser alimentada por el proceso de santificación ya que la vieja naturaleza está aún en nosotros, Pablo lo enseñeba y vivía:
Efesios 4:17–24 RVR60
17 Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente,18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;19 los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.20 Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo,21 si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente,24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
Romanos 7:19–25 RVR60
19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. 21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. 22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; 23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. 24 ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? 25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.
A la luz de esta verdad debemos tener cuidado, mucho cuidado de nosotros mismos porque Pedro nos dice que tendemos a: “conformarnos a los deseos pecaminos que teníamos en ignorancia del evangelio” y esto mis hermanos es algo grave… ya que para muchos hipócritas dentro del pacto de gracia es la perdición eterna.
2 Pedro 2:20–22 RVR60
20 Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. 21 Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. 22 Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.
Veamos este mismo contraste en el día final
Apocalipsis 21:7–8 RVR60
7 El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. 8 Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
En conclusión, si somos hijos por la fe en Cristo estamos llamados a la obediencia para ser santos y a inquirir en ello todos los días de nuestra vida, sino buscamos ello somos hipócritas, conformistas e ignorantes del evangelio y triste será el destino de tal persona. Pero ahora, ¿Será que este llamado es una opción, es una opinión que el Señor nos da para que pensemos si lo haremos o no?

3. La santificación no negociable del creyente; alcance y razón

sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo...
Pedro en el inicio de su carta recalca que la elección antes de la fundación del mundo fue en santificación del Espíritu, es decir, que a los que el Señor ha llamado eficazmente para salvación deben vivir en santidad, no es una opción. Pablo tiene el mismo pensamiento:
Efesios 2:10 RVR60
10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
La palabra de nuestro pasaje “sed” es un imperativo, en palabra simples: el Señor está mandando a sus hijos a que “lleguen a ser” “se acerquen y acaben” siendo en toda su vida, santos.
¿Qué es ser santo?
La Santidad de Dios Capítulo Ocho: Sed Santos Porque Yo Soy Santo

Los santos de la Escritura eran llamados así, no porque fueran ya puros, sino porque eran gente llamada a la pureza. La palabra santo tiene los dos mismos significados cuando se aplica a la gente, que cuando se aplica a Dios. Cuando la palabra santo se usa para describir a Dios, no sólo tiene el sentido de que El es diferente o aparte de nosotros, pero también se refiere a su absoluta pureza. Pero nosotros no somos Dios, no somos trascendentes, ni somos puros. ¿Cómo puede entonces la Biblia llamarnos “los santos”?

Para responder a esa pregunta debemos mirar hacia el antiguo testamento. Cuando Dios sacó a Israel de la esclavitud en Egipto y los hizo una nación especial, El los apartó, los llamó su pueblo escogido y les dio una comisión especial. El les dijo, “Sed santos porque yo soy santo” (Lev. 11:44). Este llamado especial a Israel no fue realmente nuevo. No comenzó con Moisés, o aun con Abraham. El llamado a la santidad fue dado primero a Adán y Eva. Esta fue la asignación original de la raza humana. Nosotros fuimos creados a la imagen de Dios que significa, entre otras cosas, que fuimos hechos para imitar y reflejar el carácter de Dios. Fuimos creados para hacer brillar sobre el mundo la santidad de Dios. Este fue el principal fin del hombre, la razón misma de nuestra existencia.

Ser santo es imitar y reflejar el carácter de Dios, el cual nos fue revelado en la vida y obra de Cristo.
1 Corintios 11:1 RVR60
1 Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.

Alcance

¿Dónde debemos ser santos?
en toda vuestra manera de vivir...
Debemos poner en práctica los tres elementos de la santificación en nuestro hogar, iglesia, trabajo, vida social.
En las aplicaciones finales vamos a evaluarnos, cómo estamos en nuestra manera de vivir.

Razón

¿Por qué debemos ser santos?
porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo...
La respuesta parace obvia, pero es profunda mis hermanos.
La palabra que aparece como YO SOY es la misma que aparece en
Juan 8:58 RVR60
58 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.
Es decir la razón de nuestra consagración como hijos radica en que el Dios creador, omnipotente, omnisciente, eterno nos lo manda. No es un padre de familia, un pastor,un profesor, el presidente quienlo dice, no, sino el Gran YO SOY que apareció a Moisés en la zarza ardiente.

Aplicaciones finales

¿Es imposible ser santo, teniendo ahora el concepto correcto?
¿Cómo estamos en nuestra manera de vivir? Apliquemos los 3 elementos de la santificación
Hogar, iglesia, trabajo, vida social.
¿Estudiamos la palabra para llevarles al conocimiento salvífico?
¿Tenemos dominio propio?
¿Saben que nuestra única esperanza en esta vida es Cristo?
Aplicamos los principios que aprendimos en el sermón “La comunión en el pacto de gracia”?
Estudio de las Escrituras:
Horario
Oración por el tiempo de lectura y estudio
Subrayados y Apuntes
Oración final
La oración privada y pública
El servicio
La mayordomía
La adoración
Diferencia entre placer y felicidad
La Santidad de Dios Capítulo Ocho: Sed Santos Porque Yo Soy Santo

El pecado puede ser placentero, pero nunca trae felicidad.

¿Somos hijos, hipócritas o bastardos?
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