CONFIANDO EN EL DIOS QUE NOS SOSTIENE
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CONFIANDO EN EL DIOS QUE NOS SOSTIENE
Con frecuencia nos encontramos viviendo tiempos difíciles de entender y otros son de gran adversidad, son sin duda tiempos en donde confiar en Dios es nuestro desafío.
Pero podemos hacerlo, él es bueno y cumple sus promesas, él nunca nos desamparará...
Salmo 46:2-3.
“Por tanto no temeremos aunque la tierra sea removida; aunque se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas; aunque tiemblen los montes a causa de su braveza. (Selah)”.
Al mirar el mundo y sus acontecimientos, escuchamos de guerras, fenómenos naturales muy fuertes, crisis financiera mundial, etc, pero en medio de todo esto Dios es nuestro refugio y fortaleza. Si reflexionamos en los acontecimientos finales según la Biblia puede aparecer el temor, pero es claro también a lo largo de la Escritura que Dios siempre ha preservado a su pueblo.
El temor genera incertidumbre, ansiedad y angustia por lo que vendrá, y eso afecta hasta la salud física; pero la fe en Dios genera confianza, esperanza y expectativa por la poderosa
obra que el Señor hará. La fe en Dios produce paz en el corazón cristiano, lo cual beneficia además su salud física. Entonces confiar en Dios y en su cuidado también genera salud y bienestar.
Este pasaje concluye con la palabra: “Selah”. Término que indica “pausa para escuchar” “detenerse para pensar” y también significa: “para siempre”. Podemos considerarlo entonces como un momento para reflexionar, en este caso en el poder de Dios que nos ha guardado y nos seguirá protegiendo.
EJEMPLO:
Fue un momento difícil para los tres los jóvenes hebreos cuando fueron lanzados al horno de fuego por no arrodillarse y adorar la estatua de Nabucodonosor, pero Dios poderoso y fiel no permitió que las llamas ni siquiera tocaran sus vestidos. Dios guarda a aquel que en él confía.
Salmos 25:3a
3 Quien en ti espera no quedará defraudado;
ENTONCES QUE ES CONFIAR EN DIOS
La confianza, de acuerdo el diccionario es la «seguridad o esperanza de que una persona o grupo de ellas actuarán de manera correcta en una determinada situación». Es decir, la seguridad que tenemos de que una persona no nos fallará, en el momento en que hemos puestos nuestras expectativas en ella.
Es el asentimiento voluntario del hombre a la revelación de Dios, y la seguridad, certeza del hombre total o la entrega de sí mismo al control de tal verdad.
(quien controla tu vida? Quien tiene el control? Donde esta tu seguridad? Cual es tu esperanza?)
Noticias, gobierno, politicos, economía, trabajo, etc.
La palabra hebrea aman significa “estar firme, ser estable y digno de confianza”. Las ideas esenciales son fidelidad y veracidad. El concepto significa estar firme en tiempo de prueba por la esperanza, fe y confianza puesta en las recompensas de Dios. En este sentido Dios es el Ser fiel e inmutable, leal a sus promesas y pacto. A cambio, el hombre debe ser obediente, firme y mantener la esperanza, la certeza la confianza en las promesas de Dios.
En la palabra de Dios, la palabra confianza, además de esa definición, alude a otras características. Significa tener la certeza de que la presencia del Señor, es efectiva en nuestros corazones ante cualquier circunstancia. Es poseer la convicción de que podremos descansar en Él, todas nuestras cargas y salir victoriosos de esos obstáculos que se nos presentan. Y es la paz ganada, de creer que incluso en los momentos mas apremiantes de la vida, contamos con el poder del Señor, que todo lo puede y todo lo alcanza.
Certeza de su presencia ante cualquier circunstancia
Mateo 28:20b
Reina-Valera 1960
20b y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.
Juan 16:33
Reina-Valera 1960
33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
Es poseer la convicción de que podremos descansar en Él, todas nuestras cargas y salir victoriosos de esos obstáculos que se nos presentan.
Mateo 11:28-30
Traducción en lenguaje actual
28 »Ustedes viven siempre angustiados y preocupados. Vengan a mí, y yo los haré descansar. 29 Obedezcan mis mandamientos y aprendan de mí, pues yo soy paciente y humilde de verdad. Conmigo podrán descansar. 30 Lo que yo les impongo no es difícil de cumplir, ni es pesada la carga que les hago llevar.»
Y es la paz ganada, de creer que incluso en los momentos mas apremiantes de la vida, contamos con el poder del Señor, que todo lo puede y todo lo alcanza.
Juan 14:27
Reina-Valera 1960
27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
Efesios 3:20
Reina-Valera 1960
20 Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,
La confianza genuina en el Señor, se expresa entonces en una fe fortalecida, que nos da sobretodo una paz y calma inigualables para afrontar cada uno de los retos que implica el complejo trayecto de la vida.
Observa algunos pasajes conocidos que resaltan nuestra necesidad de confiar en nuestro Dios:
Hebreos 11:1
1 Confiar en Dios es estar totalmente seguro de que uno va a recibir lo que espera. Es estar convencido de que algo existe, aun cuando no se pueda ver.
El individuo que confía en Dios es bendecido
Jeremías 17:7-8 Reina-Valera 1960
7 Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová.
8 Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.
La confianza encierra el esperar en Dios. Muchos en el pueblo de dios han perdido oportunidades valiosas y grandes, han perdido ministerios, porque nunca aprendieron a esperar en Dios, solamente les cogió la impaciencia en lo espiritual y en lo material.
La impaciencia siempre nos llevará a cometer errores y en ocasiones irreparables, que por más que lloremos no vamos a poder remediar las consecuencias, por no tener calma y por no aprender a estar quietos en la presencia de Dios y a esperar el momento oportuno de Dios.
La persona que no sabe esperar será una que nunca va a ver sus sueños realizados, que nunca tendrá experiencias con Dios. El que aprende a esperar en Dios siempre tendrá dominada la carne, sus sentimientos y sus impulsos, esa persona no se mueve si Dios no le dirige, si Dios no ha tomado el control.
El esperar tiene que ver con el alma, tiene que ver con el corazón y no con la mente, porque con la razón nunca esa persona podrá sentirse reposada ni quieta, porque siempre estará razonando y va a estar en una desesperación constante.
El esperar en Dios está ligado a la fe, porque “sin fe es imposible agradar a Dios” (Hebreos 11:6).
La persona que cree lo hace con el corazón, David lo entendía así, y es por eso que dice: “Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes” (Salmo 27:13).
El que ha aprendido a confiar en Dios sabrá estar rendido ante la presencia de Dios, sabrá estar quieto en la presencia de Dios, por mas difícil que sea el problema entiende lo que debe hacer, el Señor nos dice: “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios” (Salmo 46:10).
Cuando uno no sabe qué hacer, cuando no entiende la situación, solamente le resta hacer algo y es no dar un paso adelante, antes hay que estar quieto buscando la fortaleza en Dios.
Dios va a tomar en sus manos esa situación, porque el esperar en Dios trae fortaleza.
“Los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas” (Isaías 40:31),
esa promesa es para los que aprenden a esperar en Dios.
“Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo” (Salmo 92:10),
en esa fortaleza, en esa ayuda de Dios está incluida la calma que nuestro corazón necesita.
El que ha confiado en Dios estará estable en sus emociones, estable en su fe, puede sentir dolor, puede llorar, pero esa persona en lo más profundo de su corazón va a decir nunca voy a renegar contra Dios, voy a estar quieto, apoyado en Dios, apoyado en Su Palabra.
La persona que aprende a esperar en Dios sabe que por más doloroso que sea la situación y por más fuerte que haya sido el golpe a su corazón eso no fue coincidencia,
eso no fue mala suerte, esa persona está persuadida que si algo Dios permitió, es Dios quien ha tomado el control, entenderá que Dios tiene los hilos de su futuro, de todo su destino.
Pero cuando Satanás ve que una persona aprende a esperar en Dios, entonces tiembla, y si algo le duele es ver la esperanza de un cristiano en medio del dolor, en medio de la prueba.
“Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria” (2 Corintios 4:17).
“Los que confían en Jehová son como el monte de Sion, que no se mueve, sino que permanece para siempre” (Salmo 125:1).
El monte de sion Es el nombre de una colina situada justo al sur de las murallas de la Ciudad Vieja de Jerusalén empieza por su propio nombre.
El monte Sión es uno de los más grandes, antiguos y significativos lugares de Israel. Este monte, que es la colina suroriental de la ciudad de Jerusalén, era una fortaleza jebusea que el rey David conquistó hace más de 3000 años y que convirtió en su capital.
El monte Sión llegó a identificarse tanto con el rey David que fue llamada "la ciudad de David". El monte Sión también se consideró como el lugar donde Dios moraba, quizás porque es el punto más alto de Jerusalén, desde donde se divisa toda la ciudad.
Sión representa las promesas de derramar su bendición sobre su pueblo desde el monte Sión, y que son firmes para siempre.
Reina-Valera 1960
32 Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo; porque en el monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá llamado. Joel 2:32 ;
Esa persona estará sólida, estará firme, esa persona jamás será desubicada, puede pasar la tormenta y seguirá amando a Dios.
La actitud con que asumimos las adversidades diarias determina la manera como reaccionamos. Ante una ofensa podemos estar respondiendo con enojo o ira, ante una amenaza o un desafío con temor o desconfianza. Nuestras emociones juegan un papel importante en los momentos más críticos de la vida.
El optimismo repele el temor y nuestra confianza en Dios nos da seguridad. Por eso David, en medio de esa crisis que podía significar muerte, no se dejó derrotar por el temor, sino que hizo una fuerte afirmación de confianza en Dios:
“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?” Salmo 27:1-4.
Esta afirmación sólo la podemos hacer si nuestra relación personal con Dios está bien cimentada y le conocemos. Entenderemos que Él es la luz que disipa las tinieblas, es la salvación que da la victoria sobre las fuerzas en contra, es el refugio y fortaleza cuando nos sentimos inseguros.
Nuestra fe debe permitirnos controlar las emociones y mantenernos seguros cuando le buscamos por quién es Él, y desarrollar confianza: “yo estaré confiado”.
Los que queremos vivir piadosamente en Cristo siempre sufriremos persecuciones que pueden ser externas, internas y de carácter espiritual,(en la biblia encontramos muchísimos ejemplos)
pues como dice:
Efesios 6:12 nuestra lucha es contra principados, contra autoridades, contra los gobernadores de las tinieblas y espíritus de maldad.
No importa de dónde venga la adversidad el mensaje es claro, bajo la protección de Dios no debemos temer.
David tiene una declaración de propósito bien definida que debería ser también nuestra declaración: “Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo”.
Permanecer en comunión con Cristo nos garantiza experimentar y contemplar su hermosura, su santidad, su gracia, su misericordia, su verdad, su justicia, su eterno amor y su protección.
Sólo en su presencia podemos recibir la dirección que necesitamos, la salvación y victoria sobre las adversidades, la confusión y tropiezo para los que nos persiguen, la confianza cuando nos enfrentamos a grandes desafíos. Coloquemos nuestra mirada en su grandeza para alabarlo y adorarlo. Recordemos que Dios es más grande que cualquier problema, más poderoso que cualquier desafío.
Estudiemos brevemente el :
Salmo 16:1–11 (RVR60)
1 Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado.
2 Oh alma mía, dijiste a Jehová:
Tú eres mi Señor;
No hay para mí bien fuera de ti.
3 Para los santos que están en la tierra,
Y para los íntegros, es toda mi complacencia.
4 Se multiplicarán los dolores de aquellos que sirven diligentes a otro dios.
No ofreceré yo sus libaciones de sangre,
Ni en mis labios tomaré sus nombres.
5 Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa;
Tú sustentas mi suerte.
6 Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos,
Y es hermosa la heredad que me ha tocado.
7 Bendeciré a Jehová que me aconseja;
Aun en las noches me enseña mi conciencia.
8 A Jehová he puesto siempre delante de mí;
Porque está a mi diestra, no seré conmovido.
9 Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma;
Mi carne también reposará confiadamente;
10 Porque no dejarás mi alma en el Seol,
Ni permitirás que tu santo vea corrupción.
11 Me mostrarás la senda de la vida;
En tu presencia hay plenitud de gozo;
Delicias a tu diestra para siempre.
En este poema el salmista manifiesta el deleite y la confianza que tiene en Dios. El pueblo de Dios al cantar este salmo esta siendo alentado a buscar a Jehová como su único refugio, todos los que ponemos nuestra confianza en Dios al igual que David permaneceremos firmes en medio de los desafíos presentes y tendremos completa seguridad tanto en la vida como el día de la muerte de que el Señor nos guardará. Nunca serán defraudados los que claman con David “Guárdame oh Dios”.
La seguridad de David es a la misma seguiridad que Pablo declara en Romanos 8:38-39
“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”
Lo que sigue con respecto a la confianza, significa lo mismo que si el Espíritu Santo nos asegurara por boca de David, que Dios está listo para socorrernos a todos, siempre y cuando confiemos en él con una fe segura y firme; y que él toma bajo su protección a nadie más que a aquellos que se comprometen con él con todo su corazón. Al mismo tiempo, debemos recordar que David, apoyado por esta confianza, continuó firme e inmóvil en medio de todas las tormentas de adversidad con las que fue golpeado.
Podemos dividir la vida de David en tres etapas:
1. Anonimato (0-17 años aproximadamente).
2. Fugitivo (18-29 años).
3. Rey (30-70 años).
1. Anonimato. David aquí es un desconocido con una vida monótona: siendo el menor de sus hermanos, cuidando ovejas, aprendiendo música, obediente a su padre. Es un periodo de formación (antes de Goliat vino el león y el oso). Está siendo fiel en lo pequeño, y preparándose, sin saberlo, para un futuro.
2. Fugitivo. Tras el éxito en la batalla contra Goliat y en el palacio, es odiado y perseguido por Saúl. Después de la promesa divina de ser rey, estuvo trece años en espera, con periodos de depresión, soledad, desierto, traición y dolor. Dios no tiene prisa. Y David supo esperar.
3. Rey. Finalmente fue coronado, y durante su reinado de Israel prosperó muchísimo. Realizó grandes logros como estratega, líder, soldado, gigante espiritual, adorador, y también tuvo grandes caídas, de las que supo aprender, levantarse y continuar, aun pagando las consecuencias. A partir de los 50 años las tragedias familiares se sucedieron, tras el adulterio con Betsabé. Pero David fue moldeable.
Lo más significativo del Salmo 16 es que David en el v.10 profetiza la gloriosa resurrección del Señor 1,000 años antes de su nacimiento.
Después de esa gran verdad, podemos gozarnos junto con el poeta, en cuanto a todos los bienes que tenemos en Dios. David miraba a su alrededor, y a pesar de todos sus adversarios y todas sus adversidades, él podía decirse a si mismo: ”No hay para mi bien fuera de ti”.
En vez de ahogarse en el mar tempestivo de la desesperación o en el río caudaloso del pesimismo, buscó enfocar su mirada en las bendiciones que poseía.
Inicialmente vio a las personas que estaban a su alrededor. Le complació ver santidad e integridad en ellos. Le animó que no todo estaba perdido en su generación. No todos servían a dioses falsos.
Ahora David hace lo más importante. Dirige su atención a Dios. Al hacer eso, no puede sino admirarse de lo que Dios es y de todo lo que él ha encontrado en él.
Dios lo era todo para él. Era la porción de su herencia y de su copa. No necesitaba más.
Ni Fama, riquezas o celebraciones festivas nunca podían llenarle como sí lo hacía Dios.
La herencia, hace pensar en posesiones materiales; la copa, en la Biblia representa el gozo. En otras palabras David está diciendo: Dios es la fuente de todas mis posesiones espirituales y es la fuente de todas mis alegrías.
Habiendo considerado lo que Dios era para él en su vida, ahora va a mencionar varios beneficios que había recibido de él. Nadie más se lo podía brindar sino solo Dios.
Al pensar en Dios como su herencia, el salmista reconoce que él ha sustentado su suerte, o sea la porción de tierra que se le había asignado figurativamente hablando. Una porción de tierra es posible que uno la pierda. David siente plena seguridad en Dios quien siempre le ha sustentado.
También consideró que ”las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos”. Cordones eran usados cuando se repartían las tierras. David contempla que así es todo lo que él ha encontrado en Dios. Al ser Dios mismo su herencia, él meditaba en el gran hecho de que era ”hermosa la heredad” que le habían asignado. Aún las adversidades en la vida, David podía encontrar en ellas la belleza de Dios.
Dios era su consejo y conciencia. Era el que estaba delante de él. Estaba también a su mano derecha. David no podía mirar dentro de si mismo, ni a su lado o hacia adelante, sin ver que allí estaba Jehová.
Esto le generaba confianza.
Dijo: ”No seré conmovido”. Podía reposar ”confiadamente”. Esto también le causaba alegría y gozo. Estaba tan seguro de la presencia de Dios con él en cada momento de su vida, que aún en la muerte, confiaba que no iba a dejar su alma en el Seol, ni que viera corrupción.
David concluye el salmo, disfrutando la presencia de Dios. Él podía decir: ”En tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu mano derecha para siempre”.
El Había experimentado muchas cosas, pero para él, nada se comparaba con disfrutar la compañía de Dios.
Dios nos ayude a hacer nosotros la misma evaluación de nuestras vidas que se hizo David. El Dios de David, es el Dios nuestro. Por lo tanto, abrumados por todo lo que encontramos en nuestro Señor, a pesar de las intensas pruebas que sufrimos, tendríamos que llegar a la misma conclusión a la que llegó David.
”Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos.”
Y concluir que hermosa es la heredad que me ha tocado!!
Recuerda: Que confiar es tener la certeza de que la presencia del Señor, es efectiva en nuestros corazones ante cualquier circunstancia. Es poseer la convicción de que podremos descansar en Él, todas nuestras cargas y salir victoriosos de esos obstáculos que se nos presentan. Y es la paz ganada, de creer que incluso en los momentos mas apremiantes de la vida, contamos con el poder del Señor, que todo lo puede y todo lo alcanza.
Aunque pase el tiempo sé
Que tu promesa cumplirás
Nada en ti se perderá , Esa es mi seguridad
Tus cuerdas de amor ,Cayeron sobre mí, oh, oh, oh
Tus cuerdas de amor Cayeron sobre mí
Es tu amor que me sostiene, El que me levanta
El que me da paz ,Me da seguridad
Es tu amor que me sostiene, El que me levanta
El que me da paz ,Me da seguridad
Y de lo que vendrá ,Tu tienes el control
Nunca pierdes el control, Escucho el eco de tu voz
Resonando en mi interior ,Tus palabras me sosntendrán
Esa es mi seguridad , Los velos se están cayendo
Puedo ver con claridad ,Mi fe se está encendiendo, oh
Y hoy me vuelvo a levantar, Es tu amor que me sostiene
El que me levanta, El que me da paz
Me da seguridad, Es tu amor que me sostiene
El que me levanta, El que me da paz
Me da seguridad ,Y de lo que vendrá
Tú tienes el control, Nunca pierdes el control, no
Es por misericordia de Cristo ,Y algo se genera
Cuerpo de Cristo es el santo Tienes que hablarlo, profesarlo, aclararlo, alabarlo
Intenta firme una esperanza que profesamos
Porque fiel es el que hizo la promesa
Y de lo que vendrá ,Tu tienes el control
Nunca pierdes el control
Tuvimos un milagro, cuando el milagro pasa todos los días