Una Vida que Honra a Dios 4

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Ser amigos que lloran con los que lloran

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La pandemia hizo evidente que como cristianos también experimentamos dolor y sufrimiento la diferencia es cómo lo enfrentamos, y aunque el tema no es fácil emocionalmente, es la realidad de las Escrituras.
Quiero terminar esta serie viendo el tema desde otra perspectiva. Como amigo ¿qué puedo hacer? ¿cómo consolar a quienes están en sufrimiento? A veces aun con la mejor intención fallamos en consolar, además no ay 1 respuesta genérica, porque algunos que sufren quieren acompañamiento, otra soledad, otros quieren desquitar su enojo, otros se deprimen. Y aunque la intención es consolar a veces sólo lastimamos.
Veremos a Job y sus amigos y aprenderemos de ellos. Lo primero que reconocemos es que fueron a ver a Job, lo escucharon, se sentaron con él y se quedan mirando. La presencia de los amigos seguro significó mucho para Job.
Cuando tres de los amigos de Job se enteraron de la tragedia que había sufrido, viajaron juntos desde sus respectivos hogares para consolarlo y confortarlo. Sus nombres eran Elifaz, el temanita; Bildad, el suhita y Zofar, el naamatita.” (Job 2:11, NTV)
Están con él, quieren consolarlo, aunque no saben cómo.
Cuando vieron a Job de lejos, apenas lo reconocieron. Con fuertes lamentos, rasgaron sus vestidos y echaron polvo al aire sobre sus cabezas en señal de dolor.” (Job 2:12, NTV)
Se conmueven y sufren al ver la condición de su amigo. Lloran con él, su corazón se duele con él.
Entonces, durante siete días y siete noches, se sentaron en el suelo junto a Job, y ninguno le decía nada porque veían que su sufrimiento era demasiado grande para expresarlo con palabras.” (Job 2:13, NTV)
Lloran en silencio, no hablan, quizá toman su mano. En esos momentos el silencio es oro y a menos que tengas algo que decir que sea más valioso, es mejor estar callado. Al leer la historia vemos que Job se siente en confianza con sus amigos, tan es así que empieza a hablar, abre su corazón. Esto vimos la semana pasada. Pero al abrir su corazón, se desata su tormento, las cosas toman otro rumbo.
La pregunta que nos haremos hoy es: De sus amigos ¿Quién soy? Veremos el carácter de sus amigos y trataremos de ver con quién me identifico y qué revela eso de mi carácter. Porque lo que hacen sus amigos es lo que hacemos nosotros. En ocasiones a otras personas y muchas a nosotros mismos.
A veces mi peor enemigo al estar sufriendo ¡soy yo! Lee en tu casa la respuesta de cada amigo y verás que quizá piensas como ellos: Si Dios es amoroso y justo, entonces, tengo que poder entenderlo o ÉL tiene que seguir ciertas reglas. Y como seguro ÉL sigue las reglas si hace algo que no entiendo algo está mal conmigo, no ÉL.
ELIFAZ toma la palabra. Su nombre se puede traducir como “Dios victorioso o Dios dador”. El significado de su nombre refleja lo que dice a Job, él quiere explicar cómo es Dios. Es el más amable de los 3 pero quiere decirle a Job como es Dios, en parte le dice: estás sufriendo porque hiciste algo malo y Dios te da tu merecido. Sufres, pero es por tu comportamiento.
Entonces Elifaz el temanita respondió a Job: «¿Podrías ser paciente y permitirme que te diga unas palabras? Pues, ¿quién podría quedarse callado? »Antes alentabas a mucha gente y fortalecías a los débiles. Tus palabras daban apoyo a los que caían; animabas a los de rodillas temblorosas. Sin embargo, ahora que las desgracias te acosan, te desanimas; te llenas de miedo cuando te afectan a ti.” (Job 4:1–5, NTV)
Mientras lo malo le pasaba a alguien más estabas bien, ahora que te pasa a ti, actúas como ellos, por eso necesito hablarte, llamarte la atención ¡para que entiendas!
¿No te da confianza tu reverencia a Dios? ¿No te da esperanza tu vida de integridad? »¡Detente a pensar! ¿Mueren los inocentes? ¿Cuándo han sido destruidos los justos?” (Job 4:6–7, NTV)
Dice: El inocente no sufre ¡Job, no entiendes eso?
La experiencia me dice que los que siembran problemas y cultivan el mal, eso cosecharán. Un soplo de Dios los destruye y se desvanecen con una ráfaga de su enojo.” (Job 4:8–9, NTV)
Estás cosechando lo que sembraste, cosechas problemas, porque sembraste problemas. Así es la ley, así son las reglas que el mismo Dios puso, Job es tu culpa. Ese es el argumento de Elifaz y quizá de alguien que conoces.
BILDAD, el significado de su nombre no es claro, algunos lo traducen como “hijo de pleitos”, él no es paciente y le dice a Job: no aguanto más, te lo tengo que decir. Si Elifaz quiere explicar a Dios, Bildad quiere defender el honor de Dios diciendo: estás ciego ¿no ves que mereces lo que recibes? Mientras no reconozcas que lo mereces, el sufrimiento seguirá. Acepta que estás mal, reconoce tu pecado y el sufrimiento acabará.
Entonces Bildad, el suhita, respondió a Job: «¿Hasta cuándo seguirás hablando así? Suenas como un viento rugiente. ¿Acaso Dios tuerce la justicia? ¿Tuerce el Todopoderoso lo que es recto?” (Job 8:1–3, NTV)
Después se rebaja aún más, pues se va contra los hijos de Job.
Seguramente tus hijos pecaron contra él, y por eso el castigo estaba bien merecido; pero si oras a Dios y buscas el favor del Todopoderoso, si eres puro y vives con integridad, sin duda que él se levantará y devolverá la felicidad a tu hogar. Aunque comenzaste con poco, terminarás con mucho.” (Job 8:4–7, NTV)
Job, tú puedes parar este sufrimiento, si tan solo te arrepientes. ¿Crees que el sufrimiento de algunos es un castigo?
ZOFAR, su nombre significa “áspero”. Elifaz explica a Dios, Bildad defiende a Dios, Zofar ¡quiere ser Dios! Job seré Dios en tu vida con tal de ayudarte. Tu pecado es tan grande que esto que recibes es sólo una parte de lo que mereces. Eres tan malo y pecador que el dolor debe ser más grande, debes sufrir más. (No me ayudes compa).
Entonces Zofar el naamatita respondió a Job: «¿No debería alguien responder a este torrente de palabras? ¿Se declara inocente a una persona sólo porque habla mucho? ¿Debo quedarme en silencio mientras tú sigues parloteando? Cuando te burlas de Dios, ¿no debería alguien hacerte sentir vergüenza? Tú afirmas: “Mis creencias son puras” y “estoy limpio a los ojos de Dios”. Si tan sólo Dios hablara; ¡si tan sólo te dijera lo que piensa! Si tan sólo te declarara los secretos de la sabiduría, porque la verdadera sabiduría no es un asunto sencillo. ¡Escucha! ¡Sin duda Dios te está castigando mucho menos de lo que mereces! »¿Puedes tú resolver los misterios de Dios? ¿Puedes descubrir todo acerca del Todopoderoso?” (Job 11:1–7, NTV)
¿Cuándo aconsejas, te quieres poner en el lugar de Dios?
Ahora bien, en estas 3 actitudes vemos mucho de la teología ortodoxa. Hay verdad en lo que dicen, el hombre cosecha lo que siembra, merecemos peor de lo que recibimos; la Biblia dice que merecemos el infierno, o sea que los amigos dicen ¡es verdad! Entonces ¿dónde está el problema?
El problema es querer confrontar 2 verdades. La aspirina es una pastilla muy buena. El cáncer es una enfermedad muy mala. 2 verdades. Es como decir: toma aspirina para curar el cáncer. No tendrá buen resultado porque, así como los amigos de Job, dicen verdades aplicadas de manera equivocada. Y eso lo hemos hecho todos. Por eso dañamos a las personas, las herimos o nos dañamos a nosotros mismo. Hay quienes cuando ven los errores de los demás, el sufrimiento de los demás, lo primero que piensan es negativo, duro; pero en cuanto se trata de ellos, encuentras todas las justificantes.
El error es creer que, porque Dios es bueno y justo, debe seguir las reglas que yo puedo entender. Son 3 puntos de vista que, si lo has hecho, debemos arrepentirnos.
PRIMERO, es querer ver el sufrimiento de forma moralista. La pregunta es ¿qué creo? ¿soy duro conmigo mismo o con los demás por algo que creo?
El punto moralista del sufrimiento es que, si haces cosas malas, recibes castigo. Te portas bien te va bien. El problema es que reduce a Dios a una religión pagana. A un sistema de buenas obras. Los dioses están enojados, tenemos que calmarlos haciendo un sacrificio.
Los cristianos religiosos ¡hacen eso! Dios está enojado, así que tengo que calmarlo, pero ¿cómo lo calmo? Pues ¡haciendo buenas obras! Eso hace feliz a Dios y así me quita el castigo. ¡Eso es paganismo!
El problema con las buenas obras como medio de pago para recibir el favor de Dios, es cuando haces buenas obras y te va mal ¡te frustra y enoja! ¿por qué me pasa esto a mí? Me porto bien, hago lo bueno y me va mal, los dioses no cumplen su parte. Cuando las cosas van mal te das cuenta de que, no puedes controlar a Dios.
Es peor cuando te va bien, porque piensas que te va bien por lo que haces. Tienes el crédito cuando te va bien y si te va mal, Dios tiene la culpa, por lo que tienes que intervenir para hacerlo feliz otra vez y que arregle las cosas. No nos gusta que sea Dios quien tenga el control, pero hay un detalle ¡ÉL es DIOS! Y eso es lo que no entienden los amigos de Job. Dios no puede ser controlado ni por tus buenas obras, pero tampoco por tus malas obras.
Ahh, si mis obras no importan, pues me portaré mal, pecaré. ¡Lo puedes hacer! Pero sabes que habrá consecuencias, ahora y en la eternidad, así como las malas decisiones tienen consecuencia. Querer reducir todo aun punto de vista moralista, te hará un pésimo amigo para aconsejar a los demás y a ti mismo.
SEGUNDO, el punto de vista Humanista del sufrimiento. Se enfoca en los frutos de la fe y no en la razón de la fe. El comportamiento, lo que puedes hacer, es poner al hombre en el centro y creer que cuando me va bien fue por lo que YO hice, entonces seguiré haciendo lo que hice, porque se trata de mí. Si me va mal, tengo que arreglar el asunto. Pero se estanca viendo el resultado, no la razón de la fe. Y la razón de nuestra fe es DIOS, no el ser humano, no es algo que nosotros podemos hacer, sino en quién podemos creer.
Un escritor dijo: “antes de tener hijos daba conferencias: “Los 10 mandamientos para criar hijos perfectos”, al 1er hijo cambié el nombre a: “Algunos consejos para ser padres”. Al 2º hijo cambió a “Unas cuantas sugerencias para padres que sufren”, con el tercer hijo, dejé de dar conferencias.
Es pensar que todo se trata de los resultados. Hay reglas, si los sigues todo saldrá bien, es pensar que podemos lograr los resultados que queremos. Cuando la razón de nuestra fe es DIOS, no las circunstancias. Este es un punto de vista simplista del sufrimiento, porque el sufrimiento ¡es complejo! Querer explicarlo y controlarlo es imposible, aunque los religiosos creen que sí pueden.
Job necesita amigos que busquen la razón de su fe, no los resultados de la fe. En la Biblia hay ejemplos de sufrimiento. En 1° Reyes 19 el profeta Elías está en depresión profunda. Es hombre de Dios, de fe, pero deprimido y ¿qué hace Dios? Envía un ángel para confortarlo; lo levanta le da de comer y le dice ¡ve a dormir! Lo hace 2 veces. Si fuera como uno de los amigos de Job, le hubiera levantado de los cabellos y decir: “Elías ya vas con esa depresión ¡no seas cobarde! ¿quién prendió fuego? Párate antes que envíe fuego que te consuma.
Es verdad que somos espirituales, pero, somos humanos, de relaciones, en ocasiones necesitamos fortaleza espiritual, otras un abrazo, consuelo; porque el ser humano y el sufrimiento ¡son complejos!
Un joven llamado José, consentido de papá, el menor, sueña con ser el héroe de la familia, quizá es un poco arrogante en su ingenuidad. El plan de Dios era que fuera el 2° hombre más importante de Egipto. ¿Qué hace Dios? Permite que pase sufrimientos increíbles, el calabozo, vendido, esclavo, acusado injustamente, todo eso, antes de ser el hombre importante. En esos momentos de sufrimiento se forja su carácter y puede ser el hombre que Dios quiere que sea. José entiende que el sufrimiento era para formarlo. Pero no siempre es así.
En estos momentos me informa que Uriel ha fallecido.
En Juan 9 los discípulos ven un hombre ciego y le preguntan a Jesús ¿por qué está ciego? ¿quién de sus padres pecó para que naciera así? La lógica de ellos es ¡debe haber un culpable! Jesús responde ¡no es cierto! No tiene nada que ver con el pecado o maldad, es para que la obra de Dios sea evidente en su vida. Son ejemplos de sufrimiento, diferentes, complejos, querer ver el sufrimiento de manera simplista no es posible.
¿Por qué los amigos de Job hacen eso? ¿por qué solemos hacer ese tipo de comentario? ¿por qué nos culpamos? Creo que los amigos hacen eso y nosotros también por miedo. Sus amigos y nosotros no somos crueles, se preocupan por su amigo, pero tienen miedo ¿a qué preguntaras? El miedo es: si Job siendo justo recibe esto, esto quiere decir que lo que le pasa a Job ¡me puede pasar a mí! Y eso nos da miedo.
Job, no quiero, no me conviene pensar que un Dios justo y amoroso deje que algo malo le pase a alguien bueno, a quien no lo merece. No quiero creer eso ¡no me conviene creer eso! Porque si es así, pierdo el control, es reconocer que no puedo controlar a Dios que ÉL hará cosas que no entiendo y eso me da miedo y como no me gusta quiero buscar alternativas. ¿Qué dice Dios?
Después de que el Señor terminó de hablar con Job, dijo a Elifaz el temanita: «Estoy enojado contigo y con tus dos amigos, porque no hablaron con exactitud acerca de mí, como lo hizo mi siervo Job.” (Job 42:7, NTV)
¿Por qué se enoja con ellos? Este verso nos mete en problemas, entendemos que diga que no hablaron bien de Dios, pero ¿acaso lo que dijo Job es cierto? Sus amigos fueron mejores teólogos, más ortodoxos. Creo que la única manera de conciliar es que los amigos hablaban de Dios, lo tratan de explicar, defender, mientras que Job ¡HABLA CON DIOS!
Los amigos querían arreglar el tema con Job, mientras que debieron arreglarlo con Dios. Es diferente hablar de Dios que hablar con Dios. Job necesitaba amigos que hablaran con Dios junto con él. Pero la actitud que asumen lastima a Job.
Hermanos míos, han demostrado ser tan poco confiables como un arroyo de temporada que desborda su cauce en la primavera,” (Job 6:15, NTV)
Como arroyo que se crea en la lluvia, trae alivio momentáneo, pero después cuando buscas agua no encuentras.
El aprendizaje para todos es dejar de esperar que Dios sea como quieres que sea. Quizá esperas más de tus amigos, quieres que te consuelen como quieres que te consueles, pero no es del todo justo, porque también es verdad que ¡no saben qué hacer!
La solución para todas las heridas, tanto de los que han sido malos amigos, sin intención, como cuando te culpas sin razón, la solución a todo el sufrimiento es experimentar la verdadera amistad con Jesús. ÉL es la respuesta tanto para quienes sufren como para quienes consuelan. Sólo ÉL cubre todas las áreas de la verdadera amistad, tener a Jesús como la fuente de todo consuelo trae sanidad.
Hay amigos que llevan a la ruina, y hay amigos más fieles que un hermano.” (Proverbios 18:24, NVI)
Este verso habla de Jesús, el amigo más cercano que un hermano, que nunca te dejará, que está contigo siempre, como sólo ÉL puede hacer. Es Jesús.
Ya no los llamo esclavos, porque el amo no confía sus asuntos a los esclavos. Ustedes ahora son mis amigos…” (Juan 15:15, NTV)
No están bajo una ley moralista, son amigos, no siervos. El amigo más cercano.
Jesús dijo: —Amigo mío…” (Mateo 26:50, NTV)
Judas lo va a traicionar y Jesús lo llama: amigo. Jesús fue rechazado por sus amigos más cercanos, traicionado, abandonado y le dice amigo a quien lo traicionó. Esto quiere decir que ÉL sabe lo que es ser lastimado, herido, tratado mal, traicionado y aún así se conservó como amigo hasta el sacrificio.
No hay un amor más grande que el dar la vida por los amigos.” (Juan 15:13, NTV)
¿Cómo termino esta serie? La respuesta al dolor y sufrimiento es quién se hizo dolor, quien sufrió por nosotros, quién aun resucitado, conservó las marcas de sus heridas, para que las tuyas no continúen en la eternidad en Su presencia. ¿Qué hago con el sufrimiento? Vivir de manera que aun en medio del sufrimiento mi vida honre a quien lo dio todo por mí, permaneciendo fiel a ÉL hasta el último día de mi vida.
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Palabra de Dios.
Oremos
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