Liderazgo al estilo Pablo
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Aspectos importantes en la vida de Pablo
su llamado su ministerio su obra
El apóstol Pablo es posiblemente uno de los personajes más conocidos en la Biblia. Las cartas que escribió hace miles de años siguen siendo vitales para nosotros en la actualidad. Nos dan entendimiento, vida, esperanza e instrucción. La transformación de Pablo es para cada cristiano, un ejemplo brillante a seguir.Su llamado : saulo de tarso así se le conocía era un fiel guardián de la tradición religión y leyes jurídicas, su celo por su nación y su religión, lo llevaban hasta las últimas consecuencias, Se cuestiona su apostolado desde la perspectiva que no estuvo con los 12, y en algunas partes de la escritura vamos a ver como él defiende su ministerio (2 Corintios 11 y 1 Corintios 15:7-10) Y lo vemos en el capítulo nueve del libro de hechos relatando el incidente de su llamado, obviamente el aclara que todas estas cosas las hizo por ignorancia porque no habia tenido esa rebelacion de Jesucristo,
Pablo es el responsable de 27 cartas o epistolas que han servido desde hace cientos de años para la edificación del pueblo de de Cristo, asimismo el apóstol Pablo es responsable de haber dispersado el evangelio a todo el mundo gentil
El impacto de su ministerio era tan arrollador que cuando llegaron a Tesalónica algunos tesalonisences dijeron “ los que trastorna en el mundo ya llegaron aquí “(hechos 17:6-7)
Su curriculum Personal
Filipenses 3:1–11 (RVC)
1 Por lo demás, hermanos, gócense en el Señor. A mí no me molesta escribirles las mismas cosas, y para ustedes es mejor.
2 Tengan cuidado de los perros, cuídense de los malos obreros y de los que mutilan el cuerpo.
3 Porque nosotros somos la circuncisión; somos los que servimos a Dios en el Espíritu, los que nos gloriamos en Cristo Jesús y no ponemos nuestra confianza en la carne.
4 Aunque también yo tengo de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más:
5 fui circuncidado al octavo día, y soy del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín; soy hebreo de hebreos y, en cuanto a la ley, fariseo;
6 en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que se basa en la ley, irreprensible.
7 Pero todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida, por amor de Cristo.
8 Y a decir verdad, incluso estimo todo como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por su amor lo he perdido todo, y lo veo como basura, para ganar a Cristo
9 y ser hallado en él, no por tener mi propia justicia, que viene por la ley, sino por tener la justicia que es de Dios y que viene por la fe, la fe en Cristo;
10 a fin de conocer a Cristo y el poder de su resurrección, y de participar de sus padecimientos, para llegar a ser semejante a él en su muerte,
11 si es que de alguna manera llego a la resurrección de entre los muertos.
Su llamado como Apostol
Hechos de los Apóstoles 9:1–9 (RVC)
1 Saulo aún lanzaba amenazas de muerte contra los discípulos del Señor cuando fue a ver al sumo sacerdote.
2 Allí le pidió cartas para las sinagogas de Damasco para que, en caso de hallar a hombres o mujeres de este Camino, los pudiera llevar presos a Jerusalén.
3 Pero sucedió que de pronto en el camino, ya cerca de Damasco, lo rodeó un poderoso haz de luz que venía del cielo
4 y que lo hizo rodar por tierra, mientras oía una voz que le decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?»
5 Y él contestó: «¿Quién eres, Señor?» Y la voz le dijo: «Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Dura cosa te es dar de coces contra el aguijón.
6 Él, temblando de temor, dijo: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?” Y el Señor le dijo:] Levántate y entra en la ciudad. Allí se te dirá lo que debes hacer.»
7 Los acompañantes de Saulo se quedaron atónitos, porque oían la voz pero no veían a nadie.
8 Saulo se levantó y, cuando abrió los ojos, ya no podía ver, así que de la mano lo llevaron a Damasco,
9 y allí estuvo tres días sin poder ver, y tampoco comió ni bebió nada.
El espiritu santo confirma su llamado
Hechos de los Apóstoles 13:1–3 (RVC)
1 En la iglesia de Antioquía eran profetas y maestros Bernabé y Simón, al que llamaban Niger; Lucio de Cirene; Manaén, que se había criado con el tetrarca Herodes, y Saulo.
2 Como ellos servían al Señor y ayunaban siempre, el Espíritu Santo dijo: «Apártenme a Bernabé y a Saulo, porque los he llamado para un importante trabajo.»
3 Y así, después de que todos ayunaron y oraron, les impusieron las manos y los despidieron.
Los Discipulos No Creian su convercion
Hechos de los Apóstoles 9:26–31 (RVC)
26 Cuando Saulo llegó a Jerusalén, tuvo la intención de reunirse con los discípulos; pero todos le tenían miedo porque no creían que fuera uno de ellos.
27 Entonces Bernabé se encargó de llevar a Saulo ante los apóstoles, y allí les contó cómo Saulo había visto al Señor en el camino, cómo había hablado con él, y con qué valor había predicado en Damasco en el nombre de Jesús.
28 Desde entonces Pablo pudo quedarse en Jerusalén con los apóstoles, y entraba y salía de la ciudad,
29 y hablaba con los griegos y debatía con ellos, pero éstos trataban de matarlo.
30 Cuando los hermanos supieron esto, lo llevaron hasta Cesarea y lo enviaron a Tarso.
31 Mientras tanto, las iglesias en toda Judea, Galilea y Samaria vivían en paz y eran edificadas en el temor del Señor, y su número iba en aumento por la fuerza del Espíritu Santo.
Los Corintos cuestionan su Apostolado
1 Corintios 9:1–2 (RVC)
1 ¿Qué, no soy apóstol? ¿Y acaso no soy libre? ¿Acaso no he visto a Jesús, nuestro Señor? ¿Y no son ustedes el fruto de mi trabajo en el Señor?
2 Tal vez otros no me consideren apóstol, pero para ustedes sí lo soy, porque ustedes son el sello de mi apostolado en el Señor.
los sufrimientos de su apostolado
2 Corintios 11:16–29 (RVC)
16 Vuelvo a decirlo: Que nadie crea que estoy loco, pero si es así, recíbanme entonces como a un loco, para que yo también me vanaglorie un poco.
17 Al decir esto, no lo digo en conformidad con el Señor, sino como una locura mía, confiado en mi vanagloria.
18 Puesto que muchos se vanaglorian según los criterios humanos, también yo puedo vanagloriarme.
19 Ustedes, aunque cuerdos, toleran de buena gana a los necios.
20 Toleran a quienes los esclavizan, a quienes los devoran, a quienes les quitan lo suyo, a quienes se sienten importantes, a quienes les dan de bofetadas.
21 Lo digo para vergüenza mía: ¡para eso fuimos demasiado débiles!
Pero si otros tienen el descaro de vanagloriarse (hablo como un loco), también yo puedo hacerlo.
22 ¿Son hebreos? Yo también. ¿Son israelitas? Yo también. ¿Son descendientes de Abrahán? Yo también.
23 ¿Son ministros de Cristo? (Hablo como si estuviera loco.) Yo lo soy más. Mis trabajos son más abundantes; mis azotes, innumerables; mis encarcelamientos, muchos más; muchas veces he estado en peligro de muerte.
24 Cinco veces he recibido de los judíos treinta y nueve azotes;
25 Tres veces he sido azotado con varas; una vez he sido apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar.
26 Son muchas las veces que he estado de viaje corriendo peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de mi propia gente, peligros de los no judíos, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos.
27 He pasado por muchos trabajos y fatigas; muchas veces me he quedado sin dormir; he sufrido de hambre y de sed; muchas veces no he comido, y he pasado frío y desnudez.
28 Además de todo esto, lo que cada día pesa sobre mí es la preocupación por todas las iglesias.
29 ¿Quién enferma, y yo no enfermo? ¿A quién se le hace tropezar, y yo no me indigno?