Reconciliados con el Apocalipsis

El libro olvidado

De todos los libros de la Biblia, el Apocalipsis es el que menos leemos y estudiamos. Quizás porque sus narraciones nos parecen confusas y aterradoras.

Pero hay varias razones por las cuales debiéramos prestarle atención al libro y enamorarnos de su lectura.

Tal vez nos hemos acercado al texto con el paradigma equivocado. Pretendo ayudar a cambiar eso.

El diccionario de la lengua española define “apocalíptico” como terrorífico y espantoso. Es ese el paradigma con que leemos el Apocalipsis. Sin embargo, no es el paradigma correcto.

Apocalipsis 1:1–3 NVI

1 Ésta es la revelación de Jesucristo, que Dios le dio para mostrar a sus siervos lo que sin demora tiene que suceder. Jesucristo envió a su ángel para dar a conocer la revelación a su siervo Juan, 2 quien por su parte da fe de la verdad, escribiendo todo lo que vio, a saber, la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. 3 Dichoso el que lee y dichosos los que escuchan las palabras de este mensaje profético y hacen caso de lo que aquí está escrito, porque el tiempo de su cumplimiento está cerca.

1. Es un mensaje de Jesús

Amamos a Jesús. Yo daría cualquier cosa con tal de viajar en el tiempo a escuchar a Jesús en el Sermón del monte.

Hemos estudiado a Jesús, sus palabras maravillosas y enseñanzas profundas. Pero nos cuesta aceptar que estas también son las palabras de Jesús.

Juan empieza afirmando y aclarando que todo lo que está escrito aquí es un mensaje de Jesús; es lo que él le reveló a Juan.

También nos queda claro, en estos primeros versículos, que la revelación no era solo para Juan sino para la Iglesia, es un mensaje “para mostrar a sus siervos”.

La próxima vez que te acerques al libro de Apocalipsis recuerda que esta revelación vino del mismísimo Jesucristo.

2. Juan se presenta como un segundo testigo

Juan no solo escribió lo que le dijeron, como en algunos casos de los libros de la Biblia; por ej. el caso de los libros de Lucas y hechos. El autor fue investigando y entrevistando a quienes habían tenido contacto con Jesús y fue anotando todos los detalles.

Juan escribe acerca de lo que vio. Él se pone a sí mismo como testigo de los hechos que vio. Pasaron frente a sus ojos.

Seguramente hubiera sido difícil para Juan escribir esta revelación sin haber visto pues muchas cosas no las entendía (tal como nosotros).

Lo que Juan vio está lleno de profundos significados, él tenía que poner en términos humanos los misterios celestiales, así que usó recursos terrenales para representar una revelación que excede al conocimiento humano.

A menos que entendamos esto trataremos de entender lo imposible, de limitar las figuras a hechos muy puntuales o de restarle crédito a esta revelación.

La próxima vez que te acerques al libro de Apocalipsis recuerda que la mente humana no puede entender los misterios celestiales pero que Juan usó recursos para él conocidos para explicar lo que veía.

3. Los que leen y escuchan son dichosos

A ver si podemos razonar esto: ¿somos dichosos al leer y escuchar el libro de Apocalipsis?

Ya hemos estudiado antes sobre la palabra “dichosos” o “bienaventurados”. Son más que dichosos, son benditos, son insoportablemente felices quienes leen y escuchan el Apocalipsis.

¿Te has estado perdiendo de esta dicha? Juan empieza su libro diciéndonos cómo debemos acercarnos a él: con tremenda actitud positiva.

¿Podemos sentirnos dichosos leyendo los horrores que pasarán? ¿Cómo? Quizás nos hemos acercado de la manera incorrecta. Predispuestos al miedo, al Anticristo, al 666, a la bestia, las plagas, los jinetes y todo lo que hemos escuchado.

Pretendo que con esta serie, hagamos un acercamiento al Apocalipsis con un panorama diferente, con una mejor actitud y sintiéndonos más que felices al leerlo, escucharlo y estudiarlo.

Spoiler de interpretación

En el inicio de esta serie dijimos que pretendíamos dar algunas guías para hacer una interpretación correcta del texto y que buscaríamos inspirarte a estudiar el Apocalipsis.

Para hacer una adecuada interpretación debes considerar siempre estos detalles. No voy a interpretar el Apocalipsis aquí, voy a darte una herramienta para que tú lo hagas y para que puedas cuestionar lo que escuchas de manera que no te engañen fácilmente.

1. Los primeros lectores:

Apocalipsis 1:9 NVI

9 Yo, Juan, hermano de ustedes y compañero en el sufrimiento, en el reino y en la perseverancia que tenemos en unión con Jesús, estaba en la isla de Patmos por causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús.

Judíos convertidos al cristianismo principalmente. Juan hace alusión a muchísimas referencias a las escrituras. El uso de Juan de las representaciones numéricas se encuentra a lo largo de la Biblia: vemos a Dios haciendo el mundo en siete días, los sacerdotes construyendo altares con doce piedras, el pueblo dando siete vueltas alrededor del muro, etc. Juan daba por hecho que sus lectores comprenderían estas cosas. Cuando Juan le escribe a las siete Iglesias, podemos entender que le escribe a la totalidad de la Iglesia en el mundo.

Muchos estaban sufriendo por causa de su cristianismo pues se negaban a participar de cultos y ritos dedicados a los dioses, eso los dejaba fuera de la sociedad, la economía y la familia. Muchos eran perseguidos y desechados a causa de su fe. ¿Un libro como Apocalipsis animaría a los que estaban sufriendo?

Muchos de los cristianos a los que Juan les escribió podrían haber sido de tercera o cuarta generación, podrían empezar a menguar de su fe o a ver las creencias de sus padres como algo sin sentido, sintiéndose muy atraídos por el mundo y cediendo en cuanto a sus valores cristianos.

El término “revelación”, con el que inicia el primer versículo no le dio a los primeros lectores la impresión de terrorífico o espantoso. Apenas que leyeron “revelación” entendieron que se trataba de Dios comunicando su mensaje a su pueblo. Dios recordándoles que no los había olvidado y que tenía planes para ellos. Estaban en tribulaciones pero no se había olvidado de su dolor.

2. La relevancia Bíblica

Otro spoiler de interpretación del Apocalipsis es que la Biblia no fue escrita solo para un momento de la historia sino que es relevante en cada época de la historia.

Romanos 15:4 NVI

4 De hecho, todo lo que se escribió en el pasado se escribió para enseñarnos, a fin de que, alentados por las Escrituras, perseveremos en mantener nuestra esperanza.

Lo que Juan escribió no solo era importante para la Iglesia que leyó por primera vez el Apocalipsis sino para la de hoy. Por eso debemos interpretar con cuidado porque podríamos estar aplicando los acontecimientos presentes y limitados a nuestra breve vida en la tierra, con una revelación completa de la historia de Dios con el hombre.

Si el papa Fransisco fuera el Anticristo, la Iglesia de Asia que primero leyó el Apocalipsis no hubiera entendido ni hubiera sido relevante para ella conocer esa historia. Ellos lo podían asociar con Nerón o Domiciano, porque eran contemporáneos. Por eso no debemos caer en esas afirmaciones al leer el Apocalipsis.

Un acercamiento humilde

No desviar nuestra atención de lo esencial.

Hay muchos acontecimientos que pueden distraernos del objetivo principal: el triunfo de Dios. Esto es lo que ha pasado y por eso no leemos el Apocalipsis con la misma motivación con que leemos los Salmos.

No debemos permitir que las diferencias doctrinales nos dividan, ese no es el propósito del libro.

Todos estamos haciendo un acercamiento humano a una realidad celestial que va más allá de nuestra comprensión. Nadie puede decir que conoce la verdad a cabalidad.

Sobre temas apocalípticos no hay expertos, todos debemos mantenernos humildes porque es más lo que ignoramos que lo que entendemos.

Un acercamiento creativo

Para cerrar, debemos comprender que no tenemos capacidad para comprender.

No entender no debería ser un antecesor para desconfiar, dudar o desacreditar la Palabra de Dios. Una verdad es verdad aunque yo no la entienda. Mi percepción de algo no valida o invalida eso.

Al leer el Apocalipsis debemos romper las barreras limitadas de nuestra razón. Juan mismo lo hizo valiéndose de riquísimos recursos literarios.

El Apocalipsis no es un libro de ficción, pero es una realidad que no entenderemos fácilmente a menos que nos acerquemos a él con la mente de un niño.

Nacimos con un cerebro que no le pone límites a la realidad y no se encierra en las posibilidades o normas naturales. El cerebro de un niño es capaz de crear y creer lo imposible.

Otra vez parece que se cumple aquello de que...

Lucas 18:17 NVI

17 Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño, de ninguna manera entrará en él.»

No seas demasiado adulto para leer el Apocalipsis...