Otoniel: El Primer Juez
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Introducción
Introducción
Estamos por conocer al primer juez del libro de los jueces.
Recordemos que un juez, en el libro de los jueces, no es un oficial de la corte.
Un juez era un libertador, un líder militar.
Recordemos también que el libro de los jueces nos cuenta varías historias que siguen el mismo patrón:
El pueblo de Israel se apartaba de Dios a causa de su pecado (e.g., idolatría, fornicación).
Dios los entregaba en manos de sus enemigos.
El pueblo clamaba a Dios para ser liberado de sus enemigos.
Dios se compadecía de su pueblo y enviaba un libertador, llamado juez.
El juez libraba a su pueblo y el pueblo tenía paz por un tiempo.
El ciclo se volvía a repetir cuando el pueblo nuevamente se apartaba a Dios a causa de su pecado.
Hoy, en nuestro pasaje vamos a conocer al juez Otoniel.
De hecho, a este juez lo vimos en el capítulo 1.
Hoy vamos a considerar:
El ciclo se manifiesta
El juez: Otoniel
La petición de Acsa y Otoniel
I. El ciclo se manifiesta
I. El ciclo se manifiesta
Cuando estamos leyendo alguna obra literaria es importante observar las frases o los patrones literarios.
Por ejemplo, cuando leemos una historia de una princesa que se casa con su principe azul, leemos: y vivieron felices por siempre.
Lo mismo vamos a notar en esta breve narrativa acerca del juez Otoniel. El ciclo de los jueces está por comenzar:
Notemos lo siguiente, y observemos que estas frases van a repetirse en cada una de las historias de los demás jueces de Israel:
Los israelitas hicieron lo malo ante los ojos del Señor, y olvidaron al Señor su Dios, y sirvieron a los Baales y a las imágenes de Asera.
Entonces se encendió la ira del Señor contra Israel, y los vendió en manos de Cusán Risataim, rey de Mesopotamia. Y los israelitas sirvieron a Cusán Risataim por ocho años.
Primeramente vemos como el pueblo de Israel se aparta de Dios.
La Biblia describe su rebelión, el apartarse de Dios como:
“hicieron lo malo ante los ojos del SEÑOR”
“olvidaron al SEÑOR su Dios”
“sirvieron a los Baales y a las imágenes de Asera”
Cada una de estas frases sirven para explicar como el pueblo estaba apartándose de Dios.
No es que el pueblo de Israel literalmente se haya olvidado de Dios.
De hecho, en el mundo hay muchas personas que tienen cierta inclinación religiosa:
Hay muchos que tienen un collar con una cruz o crucifijo.
Otros se tatúan un Cristo y otros hasta se tatúan un rosario.
Muchos prenden veladores como un acto de piedad.
Es raro la persona que realmente es atea.
Hay algo dentro de nosotros que nos testifica acerca de la existencia de Dios.
Por tanto, el olvidarse de Dios no significa que negamos su existencia.
Más bien, el apartarse de Dios, el olvidarse de Dios, es vivir como si Dios no existiera.
…no es creer que Dios no existe sino pasar por alto su palabra.
…no es ser un ateo sino ser una persona consciente de que Dios existe y no someternos a su palabra.
Cuantas personas el día de hoy saben que Dios existe, jamás dirían que Dios no existe, pero:
Adulteran
Se embriagan
Murmuran
Odian
Mienten
…etc., sabiendo que cada uno de estos actos violan los mandamientos de Dios.
Muchos dicen, yo no me hago cristiano, porque entonces ya no voy a poder tomar y vivir mi vida como yo quiero.
La realidad es que los mandamientos de Dios demandan lo mismo de todos los seres humanos.
En el juicio final, los creyentes y los no creyentes, van a ser juzgados bajo la misma ley.
En segundo lugar, vemos que la ira de Dios se enciende contra su pueblo.
Entonces se encendió la ira del Señor contra Israel, y los vendió en manos de Cusán Risataim, rey de Mesopotamia. Y los israelitas sirvieron a Cusán Risataim por ocho años.
La desobediencia, la rebelión del pueblo contra Dios tiene consecuencias.
Toda acción tiene una reacción.
Dios no puede ser burlado.
Dios es un Dios justo y es un Dios santo que derrama su juicio a causa de la rebelión del ser humano.
Lo vemos desde el jardín del Edén cuando Adán y Eva quebrantan el mandamiento de Dios y son expulsados del huerto.
La Biblia nos recuerda en el Nuevo Testamento:
¡Horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo!
Por tanto, el pueblo de Israel es entregado en manos de sus enemigos - en manos de Cusán Risataim.
Es posible que este nombre haya sido solo un titulo.
Su nombre significa “dos veces malvado”.
Esto nos da a entender que era un hombre particularmente cruel / malo / sanguinario.
En tercer lugar, vemos como el pueblo clama a Dios para ser libertado de manos de Cusán Risataim.
Cuando los israelitas clamaron al Señor, el Señor levantó un libertador a los israelitas para que los librara, a Otoniel, hijo de Quenaz, hermano menor de Caleb.
Muchos podrían pensar que el juicio de Dios fue cruel.
Muchos podrían hasta pensar que Dios está siendo injusto con su pueblo.
La realidad es que el mismo juicio de Dios fue parte de la bondad de Dios.
¿Cómo es posible pensar que un juicio sea parte de la bondad de Dios?
…bueno, el juicio que Dios derramó refrenó al pueblo.
El castigo que Dios derramó tuvo el efecto de ser un obstáculo para que el pueblo no siguiera pecando contra Dios.
Dios, mediante este juicio, detuvo el pecado de su pueblo.
Cuando estemos pasando circunstancias difíciles, pensemos por un momento si no es Dios obrando para apartarnos de nuestro pecado.
Curiosamente, vemos que el pueblo de Dios clama a Dios pero no es un clamor de arrepentimiento.
El pueblo está clamando a Dios para ser librados de su enemigo.
Claman por su opresión, claman por lo mal que la están pasando, claman por la dificultad en la que se encuentran - pero no han clamado a Dios rogando perdón por su pecado.
Son como el preso que llora por estar en la cárcel privado de su libertad, pero no llora arrepentido por su crimen.
En cuarto lugar, vemos como Dios envía al libertador: Otoniel.
El juez: Otoniel
El juez: Otoniel
Dios escucha el clamor de su pueblo y se compadece de ellos.
En esto vemos la bondad de Dios. Vemos su bondad en que:
…habiendo faltado contra Dios, él libra su pueblo.
…habiendo dado la espalda a Dios, Dios extiende su mano sobre su pueblo.
Dios aun tiene mucho que hacer en las vidas de su pueblo.
Dios envia a Otoniel.
Cuando los israelitas clamaron al Señor, el Señor levantó un libertador a los israelitas para que los librara, a Otoniel, hijo de Quenaz, hermano menor de Caleb.
Y vino sobre él el Espíritu del Señor, y juzgó a Israel. Cuando salió a la guerra, el Señor entregó en su mano a Cusán Risataim, rey de Mesopotamia, y su poder prevaleció sobre Cusán Risataim.
No sabemos mucho acerca de Otoniel excepto que era “hermano menor de Caleb”.
Caleb era uno de los espías que habían ido a explorar la tierra prometida.
Era hijo de Quenaz.
Algunos comentaristas concluyen que la frase que se traduce como “hermano menor” puede tener la idea de pariente.
Por ejemplo, yo les digo a mis hijos que sus primos son sus hermanos.
No son hermanos literales pero el parentesco es tan cercano, que es como si lo fueran.
Así que Otoniel podría haber sido un primo o sobrino menor de Otoniel.
La Biblia nos dice que el Espíritu de Dios vino sobre Otoniel.
Veamos que el mismo Dios que juzgó a su pueblo al entregarlos en manos de sus enemigos, ahora es el mismo Dios mediante su Espíritu Santo que libra a su pueblo.
Es el Espíritu de Dios que viene sobre Otoniel para liderar a Israel.
Es el mismo Dios que cuando a hacer guerra contra Cusán, los libra y les da la victoria.
Dios ha estado con Israel en cada momento.
Dios los entregó en manos de sus enemigos, pero ahora Dios mismo los libra de la opresión.
Es por la mano de Dios que obtienen la victoria.
Continuó él, y me dijo: «Esta es la palabra del Señor a Zorobabel: “No por el poder ni por la fuerza, sino por Mi Espíritu”, dice el Señor de los ejércitos.
El ciclo termina en el versículo 11.
La tierra tuvo descanso por cuarenta años. Y murió Otoniel, hijo de Quenaz.
Dios les da la victoria y por 40 años el pueblo de Israel vive en paz.
Dios ha librado a su pueblo de sus enemigos.
Ahora son libres para buscar a Dios, serle fiel, adorarlo con libertado, dedicar sus vidas a servirle.
…pero tristemente el ciclo se va a repetir en el versículo 12.
Los israelitas volvieron a hacer lo malo ante los ojos del Señor. Entonces el Señor fortaleció a Eglón, rey de Moab, contra Israel, porque habían hecho lo malo ante los ojos del Señor.
La petición de Acsa y Otoniel
La petición de Acsa y Otoniel
Pero antes de terminar este mensaje, quiero que veamos una pequeña historia en el capítulo 1. Es una historia muy importante donde conocemos a Otoniel y a su esposa por primera vez:
Entonces Caleb dijo: «Al que ataque a Quiriat Séfer y la tome, yo le daré a mi hija Acsa por mujer»
Y Otoniel, hijo de Quenaz, hermano menor de Caleb, tomó la ciudad, y Caleb le dio a su hija Acsa por mujer.
Y cuando ella llegó, Otoniel la persuadió a que pidiera un campo a su padre. Ella entonces se bajó del asno, y Caleb le dijo: «¿Qué quieres?»
«Dame una bendición», le dijo ella, «ya que me has dado la tierra del Neguev, dame también fuentes de agua». Y Caleb le dio las fuentes de arriba y las fuentes de abajo.
La historia nos dice que Caleb, el pariente de Otoniel, va a atacar una ciudad.
Está buscando hombres que vayan con él a pelear y tomar la ciudad que Dios les ha entregado.
Como recompensa al hombre que fuera a la batalla con él, le daría a su hija Acsa por esposa.
Es aquí donde conocemos a Otoniel por primera vez.
Otoniel está dispuesto a pelear.
Dios les da la victoria, pelean, y recibe como esposa a Acsa.
El detalle que quiero que miremos es lo que pide Otoniel:
Otoniel le dice a su esposa que le pida a su padre un campo.
Pero veamos lo que pide Acsa:
«Dame una bendición», le dijo ella, «ya que me has dado la tierra del Neguev, dame también fuentes de agua». Y Caleb le dio las fuentes de arriba y las fuentes de abajo.
Acsa es una mujer inteligente.
Acsa pide un campo donde hayan aguas tanto arriba como abajo.
No olvidemos que la tierra de Israel es un desierto. Por tanto, tener una tierra donde hubiesen manantiales es de suma importancia.
Un campo grande, pero sin agua, no sirve para nada.
Un campo debe tener agua ya sea para ganado o para el riego de la siembra.
Es aquí donde conocemos el corazón de Otoniel y Acsa.
Vemos que son personas que han creído que Dios les ha dado la tierra prometida.
Son personas que han creído en las promesas de Dios.
Son personas que quieren establecerse en la tierra que Dios les ha dado.
Son personas que valoran la tierra que Dios les ha dado.
…en el caso de Otoniel, vemos que era una persona íntegra, apta para ser el líder militar que Dios usaría para librar a su pueblo.
Conclusión
Conclusión
Una de las cosas que nos vamos a dar cuenta de los jueces de Israel es que muchos de ellos tenían deficiencias morales o de cáracter.
Tan solo si consideramos a Sansón nos damos cuenta que era un hombre cuya debilidad eran las mujeres.
Pero en el caso de Otoniel no encontramos defectos morales:
Vemos a un hombre integro.
Vemos a un hombre recto.
Vemos a un hombre, junto con su esposa, que valora las promesas de Dios.
Vemos a un hombre usado por Dios dispuesto a pelear contra los enemigos de Israel.
…sin embargo, notemos que aunque no encontramos ningún defecto de cáracter o moral, notemos como termina su historia:
“Y murió Otoniel”.
Otoniel, siendo un hombre falto, un hombre imperfecto, un hombre mortal, tarde o temprano moriría.
La Biblia no resalta ninguna de sus deficiencias, pero podemos estar seguros que no era un hombre perfecto.
Todos morimos. Todos tarde o temprano vamos a fallecer.
Morimos porque tenemos una naturaleza pecaminosa.
El pecado ha teñido a la creación entera y nos conduce a todos hacía la muerte.
Y en parte podríamos decir que parte del desenfreno de Israel, después de 40 años, es que su amado líder ya no estaba con ellos.
Pareciera que mientras vivía Otoniel e iba al frente de Israel, el pueblo tenía un ejemplo, un modelo, un patrón, una vida a la cual podían aspirar, etc.
Pero ahora muerto, el pueblo se aparta de Dios, se desenfrena, se alejan de Dios.
Muerte Otoniel y pareciera que muere su deseo y determinación de seguir a Dios y serle fiel.
Tenían sus ojos puestos en Otoniel y ahora ha quedado un vacío.
¿Qué nos enseña la historia de Otoniel?
Nos enseña que el pueblo de Dios necesita un líder, un libertador, un guía que vivirá para siempre.
…y viene más y más jueces: Aod, Gedeón, Sansón.
…luego vienen los reyes: Saúl, David, Salomón, Jeroboám.
…luego vienen los profetas: Isaías, Jeremías, Oseás, Jonás, Malaquías.
…pero todos murieron.
Cada uno de ellos llegaron al final de su vida.
Así que todo esto apunta hacía un líder, un libertador que vive para siempre!
Y es aquí donde vemos la necesidad del Señor Jesucristo:
Un hombre integro, un hombre intachable, un hombre que fue tentado en todo pero que jamás pecó.
Un hombre que dio su vida en la cruz cargando con el pecado de todos los que creerán en él.
Un hombre que entregó su vida en la cruz, que fue sepultado, y que al tercer día resucitó.
Un hombre que no es solo hombre sino que es el Dios-hombre y ahora mismo está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso.
Hoy confesamos que tenemos un salvador que vive y reina por los siglos de los siglos.
Por tanto, pongamos nuestros ojos en Cristo, él es quién nos ha libertado, y nos guardará irreprensibles, fortaleciendo nuestra fue, apartándonos de nuestro pecado, y nos llevará - en el momento de nuestra muerte, - a nuestra morada eterna.
Pongamos nuestros ojos en Cristo, confiemos en él, pues él vive para siempre jamás. Pongamos nuestros ojos en aquel que nunca morirá sino que vive para siempre.
pero Jesús conserva Su sacerdocio inmutable puesto que permanece para siempre.
Por lo cual Él también es poderoso para salvar para siempre a los que por medio de Él se acercan a Dios, puesto que vive perpetuamente para interceder por ellos.