SEMANA 1 ¿ES LA DISCIPLINA UNA MUESTRA DE AMOR?
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PARA EMPEZAR
PARA EMPEZAR
¿Qué es lo primero que te viene a la mente cuando escuchas la palabra «disciplina»?
¿Qué otras cosas asocias con la idea de la disciplina? ¿Son estas cosas buenas o malas? ¿Agradables o desagradables?
Texto Biblico
Texto Biblico
3 Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.
4 Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado;
5 y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él;
6 Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo.
7 Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?
8 Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.
9 Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?
10 Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad.
11 Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.
Preguntas
Preguntas
En el versículo tres, ¿a qué nos exhorta el autor de Hebreos? ¿Con qué fin?
Según los versículos 5 y 6, ¿a quién disciplina Dios? ¿Qué nos enseña esto acerca de la actitud de Dios hacia aquellos a quienes él disciplina?
Muchas personas han tenido padres terrenales que les disciplina- ron con enojo, egoísmo y en exceso. ¿De qué podemos estar seguros en cuanto a la disciplina de Dios?
¿Qué debemos hacer como hijos según la exhortación de Pr. 3:11- 12? ¿Por qué (He. 12:5-6)?
Ponte en el lugar de los creyentes que están siendo perseguidos y hostigados por su fe. ¿Por qué es especialmente reconfortante saber que tú eres un hijo de Dios, y que estas circunstancias, entre otros propósitos, pueden ser su manera de disciplinarte y enseñarte?
¿Qué comparación se hace en los versículos del 7 al 11? ¿Cómo nos ayuda esto a entender la disciplina de Dios?
¿Qué dice el versículo 8 acerca de aquellos que no han recibido la disciplina de Dios? ¿Cómo debería esto consolarnos cuando recibimos la disciplina de Dios?
¿Cuál es la respuesta apropiada a la disciplina de los padres (v. 9)?
Según el versículo 10, nuestros padres terrenales nos disciplinaban:
por pocos __________________________________ como a __________ les _________________.
Pero Dios nos disciplina:
para lo que nos es ___________________,
para que __________________________________.
¿Qué nos enseña esta comparación acerca de cómo deberíamos res- ponder a la disciplina de Dios?
¿Cómo se siente la disciplina ahora? ¿Qué frutos trae después (v. 11)? Da algunos ejemplos concretos de situaciones en las que esta perspectiva de largo plazo nos puede ayudar a soportar la disciplina de Dios.
Sabemos, por otra parte en el libro de Hebreos, que la forma principal de disciplina divina que estos creyentes estaban experimentando era la persecución por su fe.
¿Cuáles son algunas otras formas de disciplina divina que has experimentado o estás experimentando en la actualidad?
¿Cómo puede la enseñanza de este pasaje ayudarte a crecer a través de estas pruebas de fe?
¿Qué fruto de la disciplina de Dios has visto en tu propia vida? ¿Qué aliento te proporciona esto al experimentar la disciplina de Dios ahora?
Como vimos al inicio de este estudio, algunas personas consideran que la idea misma de la disciplina eclesial —llamar la atención sobre el pecado de otros, llamar al arrepentimiento, etc.— es mezquina y odiosa. ¿Cómo responderías a alguien que sostuviese este punto de vista a la luz de lo que hemos visto en este pasaje?