EL VALOR DE LAS PRIMICIAS!
Dar y recibir.
Hay una leyenda originada en la India. Un mendigo vio venir hacia él a un rico rajá, montado en un bello carro tirado por caballos. El mendigo aprovechó la oportunidad y se puso al lado del camino sosteniendo en la mano su cuenco de arroz, en espera de recibir una limosna. Para su sorpresa, el rajá se paró, miró al mendigo, y le dijo:
–«Dame un poco de tu arroz».
El mendigo se enojó. ¡Pensar que este hombre rico quisiera su arroz!
Con gran cautela le dio un grano de arroz.
–«Mendigo, dame más arroz!», le pidió el rajá.
Enojado, le dio otro grano de arroz.
–«Más por favor.»
Llegado a este punto, el mendigo le miraba ya con resentimiento. Una vez más le dio con gran mezquindad un grano más al rajá y, después de esto, se marchó.
Mientras el carro se alejaba, el mendigo, en su furia, miró a su cuenco y entonces se vio que algo brillaba en el fondo. Era un grano de oro. Miró con cuidado y encontró otros dos granos de oro.
Si nos aferramos a nuestro plato de arroz… perderemos nuestra recompensa. Si somos fieles y damos a Dios cada grano, Él nos lo devolverá en oro y el oro que Dios nos dé resistirá el fuego.