Sermón sin título (2)

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Transcript

No me avergüenzo del Evangelio (Romanos 1.16)

Intro
Romanos 1:8–15 NBLA
8 En primer lugar, doy gracias a mi Dios por medio de Jesucristo por todos ustedes, porque por todo el mundo se habla de su fe. 9 Pues Dios, a quien sirvo en mi espíritu en la predicación del evangelio de Su Hijo, me es testigo de cómo sin cesar hago mención de ustedes 10 siempre en mis oraciones, implorando que ahora, al fin, por la voluntad de Dios, logre ir a ustedes. 11 Porque anhelo verlos para impartirles algún don espiritual, a fin de que sean confirmados; 12 es decir, para que cuando esté entre ustedes nos confortemos mutuamente, cada uno por la fe del otro, tanto la de ustedes como la mía. 13 Y no quiero que ignoren, hermanos, que con frecuencia he hecho planes para ir a visitarlos, pero hasta ahora me he visto impedido, a fin de obtener algún fruto también entre ustedes, así como entre los demás gentiles. 14 Tengo obligación tanto para con los griegos como para con los bárbaros, para con los sabios como para con los ignorantes. 15 Así que, por mi parte, ansioso estoy de anunciar el evangelio también a ustedes que están en Roma.
Puente
La primera, es que por una orden y determinación celestial, el Evangelio debe ser dirigido y presentado a los sabios, para que el Señor refrene la sabiduría de este mundo sometiéndola a la sencillez de esta doctrina, suprimiendo toda sutileza espiritual, todo método científico, y la vanidad de todas las artes, y haciendo, por tanto, que los sabios sean domados y equiparados a los ignorantes, para que se conviertan en gente de tal manera humilde y dulce que puedan soportar el ser los compañeros de escuela, bajo la disciplina y conducta de Cristo, quien es el Maestro común, a quienes en otro tiempo no se hubiesen dignado considerar ni como discípulos.
La segunda, es que los ignorantes no deben ser rechazados en esa escuela, de la que por un vano temor se descartan ellos mismos; pues, si San Pablo les ha sido deudor, y es preciso admitir, deudor de buena conciencia, ciertamente él ya pagó la deuda, por eso ellos encontrarán enseñanzas para las cuales estarán capacitados.
Romanos 1:16–17 NBLA
16 Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree, del judío primeramente y también del griego. 17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
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