El sacrificio de Abraham

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La obediencia, confianza y temor de Abraham le permitieron estar dispuesto a entregar a su hijo Isaac en sacrificio, sabiendo que si Dios lo pedía todo estaría bien.

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Transcript

La adoración de Abraham

Génesis 22:1–5
1 Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. 2 Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. 3 Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo. 4 Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos. 5 Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros.

Introducción

Abraham era ya bastante viejo, en su vida había demostrado su obediencia y fidelidad a Dios al abandonar a su tierra y parientes para salir a la tierra que Dios le mostraría.
Se encontraba feliz, disfrutando del cumplimiento de las promesas de Dios, creía que el resto de sus días los viviría en paz, que habían terminado los días de espera, trabajo duro, fatiga e incertidumbre.
Pero cuando él creía que todo había terminado, pero Dios lo sorprende con una prueba más, le pide lo más valioso para él, el hijo de la promesa.

Lo inesperado

Las últimas veces que Dios le habló fue darle nuevas promesas:
Génesis 15:1 ...No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande.
Génesis 17:1 ...Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto.
Pero esta vez fue diferente: “Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. Génesis 22:2
Una nube negra de duda pudo haber cubierto la mente de Abraham, podía sentir como se derrumbaba todo su mundo, sus anhelos y sus planes.
Isaac que significa risa ahora le causaba llanto.
Pero Abraham sabía Isaac le pertenecía a Dios, Él se lo había dado.
Aunque Dios estaba dando una orden, Abraham podía no obedecer, pues Dios esperaba que obedezcamos voluntariamente a su mandato.
Así Dios ordena al hombre en su Palabra a que renuncie voluntariamente al pecado, no por capricho, sino porque lo lleva a condenación eterna.
Así pues lo que Dios pide le puede parecer al hombre incomprensible o irracional pero Dios jamás pedirá de nosotros algo si no es para nuestro beneficio.

La fe y obediencia

Sabía que si Dios lo pedía todo iba a estar bien, aunque no lo entendía:
Hebreos 11:17–19
17 Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, 18 habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; 19 pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir.
No te afanes en entender por qué atraviesas esa circunstancia difícil, mejor enfócate en confiar, creer y esperar en Dios.
Abraham lo pudo hacer pues tenía fe en Dios porque lo conocía, pasaba tiempo de intimidad con Él, de tal manera que fue llamado amigo de Dios.
Santiago 2:23 Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.
A los amigos se les confía los íntimos secretos y cosas valiosas porque son confiables, así mismo si pasas tiempo de calidad con Dios lo conocerás y sabrás que puedes confiar plenamente en Él.
Esta fe le daba seguridad y por consiguiente con buen ánimo obedecía.
No demoró en obedecer: muy de mañana se levantó, tomo a dos siervos, a su hijo, la leña y el fuego y emprendió el viaje.
No pospongas obedecer a Dios, pues el enemigo puede aprovechar tu inseguridad para poner duda y desanimarte.

La adoración

Génesis 22:5
Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros.
La adoración no se limita a unos cantos lentos, es la demostración de un estilo de vida agradable a Dios, adorar en todo tiempo y todo lugar.
Juan 4:23–24 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
La adoración exige sacrificio:
Abraham expresa que presentaría adoración a Dios ofreciéndole lo que más amaba en la vida. Junto con Isaac Abraham entregaba también sus planes, proyectos, deseos, anhelos, todo con tal de adorar a Dios.
Aunque Isaac no murió, Dios tomó en cuenta la disposición y acción de Abraham como ofrenda de sacrificio de olor grato delante su presencia. Un carnero tomó su lugar, así como Cristo tomó tú lugar en la cruz.
De nada sirve cantar si no estas dispuesto a sacrificar tus gustos, tu comodidad, tus placeres, tus ganancias, incluso tu convivencia familiar.
Si lo haces así, seras despreciado, señalado, insultado, pero recibirás recompensa grande de Dios.

Conclusión

Abraham vivió tres días de amarga angustia, luchando contra su razonamiento, pensando que explicación le daría a Sara, imaginando pasar nuevamente por el proceso de esperar el cumplimiento de la promesa de Dios. Pero no se estresó por eso, lo dejó en las manos de Dios.
Al final todo valió todo la pena, se presentó sacrificio sin que muriera Isaac ,
quizá esta experiencia le permitió a Isaac comprender lo valiosa que es la promesa de Dios que heredaría.
Dios honró a Abraham: “Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo, 16 y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; 17 de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. 18 En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz. Génesis 22:15–18
Todos queremos oir esta última promesa, pero no queremos escuchar la primera orden. Pero debemos pasar la primera para obtener la segunda.
No vivas un evangelio mediocre a tu conveniencia, ofrece tu vida en sacrificio vivo agradable a Dios: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. Romanos 12:1
Entonces vivirás en victoria, sin temor y seguro en esta tierra gozando de todas las bendiciones que Dios tiene para ti.
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