Creados para la Grandaza 1
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¿Cuántas veces hemos querido sobresalir en alguna actividad o evento? Quizá de niños hacíamos cosas para llamar la atención o ser admirados por los amigos. En la secundaria me esforcé para ser buen jugador de fut bol y llegué a ser seleccionado de mi pueblo, no porque fuera muy bueno, sino porque éramos pocos y quizá yo era el menos desnutrido.
En la prepa la situación cambió, porque el interés es llamar la atención de las chicas, así que saqué la guitarra, el cancionero guitarra fácil edición especial de los Bukis y los Yonics y a tocar.
Ya aquí en Oaxaca, veía como algunos eran parte del Grupo Representativo que otorgaban becas alimenticias, tenían reuniones con el director y pensé que era algo que quería hacer, lo intenté y llegué a ser parte del grupo representativo, lo único que recuerdo de esa época es que hicimos un intento de huelga que no funciono, por allá en el año 1990/92.
El caso es que hay ocasiones que queremos ser admirados, reconocidos y puede que logremos la admiración de alguien, pero siempre será relacionado con algo que hacemos en algún área de nuestra vida.
Una vez logradas ciertas cosas y creemos que somos admirados, reconocidos, nos damos cuenta de que eso, no te hace ser grande o el mejor. Ser bueno en el fut bol, no me hace ser una persona buena en general.
Y la verdad es que pocas veces nos preocupamos en ser grandes, excelentes, buenos en lo que verdaderamente importa. No ser un buen…en algún área, sino en cumplir la grandeza para la que fuimos creados. De eso quiero hablar en las siguientes semanas.
Entonces, empecemos por el principio, a qué me refiero cuando digo una persona grande ¿quién es una persona grande? ¿qué caracteriza a ese tipo de personas? Si te pregunto ¿quién es alguien grande para ti? Quizá te vengan personas por categorías: en el deporte: Messi o Ronaldo; en negocios: Harp, Slim, Suckember, Bezos. En la pintura, matemáticas, actuación etc. Pero, ser buenos, grandes en esas disciplinas ¿los hace ser grandes en general o sólo en esa área? Hay personas que son grandes en un área y hay personas que son grandes en general.
Quizá te gusta cómo alguien actúa pero al ver su vida en general, verás que sólo lo admiras como actor, pero como padres…; es buen comerciante, pero como esposo…; es buen estudiante, pero pero como hijo o hija…
Lo contrario también es verdad, personas que son grandes en general, pero que no destacan en un área en particular. Es un padre exitoso, una madre exitosa, aunque canta como la chimoltrufia, o sabe administrar su casa pero no sobresale en un área en particular.
Mi papá fue un excelente administrador y organizador, no fue muy bueno en la tocada de algún instrumento, pero puedo decir con honestidad que mi papá fue un ¡grande!
Quizá tienes un amigo que es exitoso, no porque tenga mucho dinero o sea un buen matemático, sino porque en el momento de mayor necesidad estuvo ahí para escucharte. Dejó lo que estaba haciendo para poder estar contigo.
Y dices: me ayudó, casi salvó mi vida, mi amigo es ¡grande! Canta re feo, pero es grande.
¿Me expliqué a qué me refiero con grande? Es importante distinguir entre las personas que son grandes en algo y las que son sencillamente ¡grandes!
Lo interesante es que invertimos mucho tiempo y energía queriendo ser exitosos en algo en particular, algo que la gente pueda ver, reconocer. Piensa en la energía, recursos que invierten para que los hijos sean “exitosos”; el niño sale del kínder, la mamá lo lleva a clases de natación, el papá lo recoge para llevarlo a clases de piano clásico, la abuela lo recoge para clases de karate y a las 8 de la noche la mamá lo recoge de casa de los abuelos para que el niño llegue a la casa y ahí la mamá le da clases de composición literaria para que se relaje, y el niño tiene 6 años! Ahora dime ¿eso asegura que el niño sea exitoso? ¿significa que ese niño será grande?
Quizá recuerdas que te casaste con alguien que se le veía “futuro”, sería alguien grande, la verdad es que su única habilidad era conquistando chicas, ahora es un completo desastre. O quizá era bueno haciendo dinero y es lo único que le interesa, literalmente. Creo que quedó claro lo que quiero decir, a lo que me refiero. Hay quienes son grandes en algo en particular y hay otros que sencillamente son grandes.
Hoy veremos que nuestro Señor Jesús toca ese tema en una historia que vemos en Mateo. Jesús tenía seguidores que llegaron a ser sus amigos más cercanos se conocen como sus discípulos. Estos hombres van caminando a Capernaúm. Imagina la caminata, puros hombres hablando sobre comida, deportes, la pesca, de repente alguien toca el tema del fut bol y empieza la discusión. Jesús va caminando delante de ellos.
Al rato hablan de política y empieza otra discusión, sobre todo porque algunos pensaban que Jesús sería un líder político y se preguntaban ¿cómo va a ser ese reino en Israel? ¿a quién pondrá Jesús como secretario de gobierno? ¿quién en la regiduría de hacienda? Por un momento todos se quedan callados.
Jesús como Hijo de Dios, todo Dios y todo hombre, sabía el tema de conversación; más tarde, quizá en casa de Pedro, están descansando, tomando un su téjate y Jesús les suelta ¿de qué discutían en el camino?
En el evangelio de Marcos dice que iban discutiendo ¿quién era el mayor de ellos? Tal vez Pedro decía: la semana pasada, pesqué un robalo de 5 kg, por eso soy el mejor. Andrés dio: Mateo tú eres de hacienda, pero yo tengo más dinero que tú, yo soy más grande. Otro dice, Jesús me quiere más a mí, por eso yo soy el más grande.
Ahora Jesús les pregunta directamente; los discípulos se miran entre ellos: dile tú ¡no! Mejor tú que venías presumiendo que te quiere más a ti; Marcos dice que ¡todos se quedan callados!
La verdad que ese tipo de pláticas entre niños ¡es normal! Y hasta común: mi papá es mejor que el tuyo, mi papá tiene un carro más grande, mi mamá es más bonita, mi papá le gana a spyderman, mis hijos decían: mi papá se parece a Robert Downy Jr.
Pero esa plática entre adultos ¡no es normal! No se ve bien.
No platicas de eso en la oficina con tus amigos diciendo: yo tengo más dinero que ustedes; soy más exitoso, eso es inmaduro. Lo podemos decir en broma, pero de eso no se discute.
Jesús los ve y les dice: “déjenme decirles algo sobre el más grande, sobre ser el primero”. No los regaña, no los condena por ese deseo interno de querer ser el más grande.
Al escuchar lo siguiente por primera vez, hasta parece surrealista, irreal como para siquiera intentarlo; pero Jesús lo dijo de todos modos.
“Jesús se sentó y llamó a los doce discípulos y dijo: «Quien quiera ser el primero, debe tomar el último lugar y ser el sirviente de todos los demás».” (Marcos 9:35, NTV)
Los discípulos se ven entre ellos, se rascan la cabeza, creen que no escucharon bien y dicen: ¡esto qué tienen que ver con ser el primero! Y la verdad es que ¡tiene todo que ver!
Jesús está diciendo: el más importante debe ser el último y el siervo de todos. En este contexto la palabra que usa para siervo es literalmente “esclavo” y él sólo ejecuta el plan de alguien más. Es cuando una persona de forma voluntaria decide ejecutar el plan de alguien más, en ese momento se convierte en siervo, a eso se refiere Jesús. Es alguien que se preocupa por los planes de otra persona, sirve a otros se preocupa por las necesidades de otro. ¡Haz eso!
El grupo sigue su viaje a otros pueblos, aparentemente los discípulos no entienden, porque más adelante en Marcos 10 parece que se repite la historia.
“Entonces Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, se le acercaron y dijeron: —Maestro, queremos que nos hagas un favor.” (Marcos 10:35, NTV)
Esto es como cuando le dices a tus papá: papá di que sí a lo que te voy a pedir, o cuando los hijos decían, papá ¿sí o no? Y no han hecho la pregunta. Eso es lo que hacen los discípulos, lo interesante es que en el verso 33 Jesús les dice:
“«Escuchen —les dijo—, subimos a Jerusalén, donde el Hijo del Hombre será traicionado y entregado a los principales sacerdotes y a los maestros de la ley religiosa. Lo condenarán a muerte y lo entregarán a los romanos.” (Marcos 10:33, NTV)
“Se burlarán de él, lo escupirán, lo azotarán con un látigo y lo matarán; pero después de tres días, resucitará».” (Marcos 10:34, NTV)
De eso estaba hablando Jesús, algo sumamente importante, algo difícil de escuchar: ¡me van a matar, pero a los 3 días resucitaré! Los discípulos se quedan callados y el silencio es roto por las palabras de Jacobo y Juan: “perdón por cambiar el tema, pero esto también es importante. No entendí eso de los azotes, escupitajos, pero ¿puedes decir que sí a lo que te vamos a pedir?
Jesús responde:
“—¿Cuál es la petición? —preguntó él. Ellos contestaron: —Cuando te sientes en tu trono glorioso, nosotros queremos sentarnos en lugares de honor a tu lado, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.” (Marcos 10:36–37, NTV)
Estos hombres son judíos y por cultura están familiarizados con los profetas, han leído u oído en el rollo de Isaías que vendría un Mesías que rescataría al pueblo de la opresión romana. Ese Mesías sería llamado Hijo de Dios. El reino que ellos pensaban sería terrenal cuando en realidad es espiritual. Al pensar en un reino terrenal, seguro que ya estaban en la lista de las personas más importantes de ese reino.
Por los milagros y otras evidencias saben que Jesús es el Rey que han estado esperando y ¿qué es lo primero que hace el rey al subir al trono? Sentarse en la silla real y una persona a cada lado, a la derecha el hombre más importante después de él y a la izquierda quien sería el sucesor.
Por la petición, vemos que no les interesa lo de la crucifixión, los azotes, ser escupido, morir o la resurrección, sólo quieren ser grandes en el reino, los más cercanos para estar en el lugar de honor, de importancia. Si vas a tener un reino ¡queremos estar junto a ti! Ser los primeros, los líderes, a quienes todos vean.
“Cuando los otros diez discípulos oyeron lo que Santiago y Juan habían pedido, se indignaron.” (Marcos 10:41, NTV)
¿Por qué se indignaron? Porque estaban pensando lo mismo, pero estos dos se adelantaron, ahora nosotros le vamos a pedir que, en lugar de 2 personas, tenga todo un coro alrededor de ÉL. Estaban enojados porque querían ser los primeros para reinar.
Jesús les dirá lo que significa ser el primero, ser grande, exitoso, ser importante y esta es la forma como los cristianos podemos ser los primeros, verdaderamente grandes.
“Así que Jesús los reunió a todos y les dijo: «Ustedes saben que los gobernantes de este mundo tratan a su pueblo con prepotencia y los funcionarios hacen alarde de su autoridad frente a los súbditos.” (Marcos 10:42, NTV)
Y sigue diciendo:
“Pero entre ustedes será diferente. El que quiera ser líder entre ustedes deberá ser sirviente, y el que quiera ser el primero entre ustedes deberá ser esclavo de los demás.” (Marcos 10:43–44, NTV)
Esto marca un contraste profundo, les está diciendo: “ustedes saben que esto que digo es verdad”, pero les diré como debe ser entre ustedes. El esclavo es quien ejecuta el plan de otros y no sus planes.
Si quieres ser el primero, no se trata de que sobresalgas en una disciplina, sino que aspires a la verdadera grandeza y esa grandeza se revela cuando ejecutas el plan de alguien más, cuando usas cada oportunidad para ayudar a otros, no es cuando todo se trata de ti.
Quizá al escuchar esto no sea algo que se te antoje, no dices ¡qué emoción! No puedo esperar a llegar a casa y poner esto en práctica. Mañana en la oficina, el taller lo pondré en práctica; la verdad es que ¡no es así! Esto es difícil para todos, ya seas casado, soltero, hombre, mujer. La verdad es que preferimos leer en la Biblia las promesas, leer a David matando a Goliat a Moisés como el líder intrépido, Josué después de él.
Es más emocionante pensar en tomar una onda para matar al gigante que ponerse una toalla para lavar los pies. Jesús dice: “si quieres ser el primero, de éxito, si quieres ser grande, haz lo que hago YO ¡sirve! Y usa cada oportunidad que tienes para ayudar a los demás.
Si sigues este principio ¿sabes qué será lo más difícil? ¿cuál es el riesgo? Caer en la oscuridad. Quizá tu nombre no sea conocido por todos en la sociedad; caminar este camino no es fácil, mucho menos en esta época en que pareciera que si no aparece en Instagram, ¡no sucedió!
Será un camino solitario porque son pocos los que escogen este camino. No hay mucho tráfico, no hay muchas personas animando a quienes deciden caminar por ese camino.
Esto que te digo es tan cierto, que ¡no enseñamos a nuestros hijos a ese tipo de grandeza! Invertimos tiempo, dinero, pensando cómo nuestros hijos pueden ser grandes en algo. Ahora bien, no estoy en contra de los cursos y la preparación, sino de la prioridad de la vida y cuál es la verdadera grandeza, de acuerdo con las palabras de Jesús. En tomar cada oportunidad para usar lo que tienes por el bien de alguien más.
Este tipo de grandeza se puede ver o es evidente en los funerales. ¿De qué se habla ahí? Casi no se dice: era un gran cocinero, nunca me dio la receta del amarillo, tampoco se dice: era un buen vendedor; en general se dice: “en una ocasión cuando más lo necesite, se detuvo, dejó de hacer lo que estaba haciendo y me puso atención.” “Estuvo conmigo”, por eso es alguien grande para mí.
¿Cuál quieres que sea tu legado? ¡era buen chofer! ¡vendía de todo! Quizá el legado que quieres que digan es: ¡mi papá fue el más grande! Siempre estuvo a mi lado. Pudo estar en muchos lugares, pero decidió estar conmigo en los momentos importantes.
Que tu cónyuge diga: “siempre me puso en primer lugar, hizo su mejor esfuerzo por la familia.”
El Señor Jesús te dice: “si quieres ser el primero eso es excelente ¡ánimo! Puedes ser el primero pero no para empujar, humillar, manipular o sacar ventaja. Si quieres ser el primero ¡aprende a servir! Usa lo que tienes para servir a los demás.”
Los discípulos quizá pensaban: Jesús, para ti es fácil decirlo ¡eres Dios! Tú tienes todo el control y todo el poder, ¡tú ya eres grande! Das alimento a miles, tienes toda la autoridad, puedes hacer lo que quieres, ¡paraste una tormenta! Jesús les responde para terminar:
“Pues ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar su vida en rescate por muchos».” (Marcos 10:45, NTV)
¡No vine a ser servido! Vine a servir y no sólo a servir sino a dar mi vida en rescate por ti.
No vino a ser servido, Jesús vino a ejecutar el plan de alguien más. Usó cada oportunidad y lo que tuvo para el beneficio de muchos, vino a rescatarlos. Entregó Su vida en rescate por ti y por mí, ocupó nuestro lugar. Necesitabas perdón y te lo ofreció al morir en la cruz.
¿Quieres saber cómo ser alguien verdaderamente grande? Jesús te dice ¡mírame! Eso dijo: “Pues ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar su vida en rescate por muchos”.
¿Cómo sería tu vida en familia si adoptas este principio? ¿cómo serías con tus amigos? No voy a humillar, empujar, manipular para ser visto por todos. Estaré detrás, usaré lo que tengo para beneficio de otros. ¿Cómo ser reflejaría si lo haces en tu barrio, con tu cónyuge, en Casa de Fe?
¿Qué tal si Jesús tiene razón? Si es así, entonces, vale la pena seguir SU ejemplo. Si quieres ser grande en lo que verdaderamente importa, si quieres desarrollar tu verdadera grandeza entonces usarás lo que tienes, tiempo, habilidad, energía, recursos para bendecir a otras personas.
Jesús pudo decidir venir como Rey y ser servido, pero decidió venir como siervo, vino a servir ¡eso lo hizo ser grande y ser el Primero! Vino a ejecutar el plan de SU Padre.
Hagamos algo práctico. Así con tu cubre boca puesto, Pregúntale a quién esté más cerca y no sea tu familiar ¿cómo puedo orar por ti? Su número de teléfono y en la semana le envías un mensaje diciéndole: hoy ore por esto y dile lo que te dijo. Si estás en línea, acuérdate de alguien de Casa y llámale. Empecemos así.
Que todos aspiremos a esa grandeza y al ponerlo en práctica un día estaremos cara a cara con Dios y nos dirá: “Eres grande”. Yo quiero escuchar eso de mi Señor. Quizá no lo escuche mientras esté en esta tierra, pero un día en la eternidad te verá y dirá: Buen siervo, fiel.
Debemos agradecer que, en Su Amor, no reprende a estos hombres, sólo les da la dirección correcta y, además, les da Su ejemplo. No vino a ser servido, sino a servir y lo hizo dando SU vida por nosotros.
Que Su Espíritu Santo nos dé el valor y las fuerza para ver a los demás, antes que sólo a nosotros mismos. Que podamos servir a otros, que nos aliente querer escucharle decir: “¡Eres grande! Entra al gozo de tu Señor”.
Palabra de Dios
Oremos