Valores contra un mundo hostil
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¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien? Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis, sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo. Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal. (3:13-17)
Hoy día hay una creciente hostilidad hacia el cristianismo bíblico en toda la cultura occidental.
Vemos dos efectos de nuestra pérdida de significado y de valores.
El primero es degeneración.
Las marcas de la antigua Roma nos dejan una cicatriz: degeneración, decadencia, depravación, amor a la violencia sin ninguna justificación. La situación es clara. Si nos fijamos, la vemos. Si la vemos, nos preocupamos.
Este segundo resultado es que existirá perseguidores.
Los creyentes de la época de Pedro vivían en el Imperio Romano, enfrentando la misma clase de degeneración y depravación que asaltan a la Iglesia hoy.
No obstante, ellos enfrentaron hostilidad y persecución más abierta y con mayor frecuencia de la que enfrentan los creyentes en la cultura moderna.
Sin embargo, en algunos lugares del mundo existe persecución directa a creyentes, y es probable que en los años venideros los cristianos en todas partes enfrenten creciente hostilidad, tanto de parte de autoridades civiles como de incrédulos a nivel personal.
Este pasaje habla a todos los que viven de manera santa en medio de una cultura hostil e impía.
El apóstol Pedro ofrece:
Cinco principios que los creyentes deben comprender para equiparse y defenderse contra las amenazas de un mundo incrédulo y hostil:
pasión por la bondad,
disposición a sufrir… por lo bueno y lo malo,
devoción a Cristo,
preparación para defender la fe, y
buena conciencia.
1 - PASIÓN POR LA BONDAD
¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien? (3:13)
La pregunta retórica de Pedro muestra que es anormal para la mayoría de la gente, incluso la que es hostil al cristianismo, hacer daño a los creyentes que siguen el bien.
Por otra parte, el mundo vacila muy poco en atacar con gran hostilidad a esos charlatanes y farsantes que se enriquecen a expensas de otros.
“Bien” se refiere por lo general a una vida caracterizada por generosidad, altruismo, amabilidad y consideración hacia los demás (cp. Sal. 37:3 ; 125:4; Pr. 3:27; 11:23; 2 Co. 9:8; Gá 6:9-10; Ef. 2:10; Col. 1:10; 1 Ts. 5:15; 1 Ti. 6:18; Tit. 1:8; 2:7, 14; 3:14; He. 13:16; Stg. 3:13, 17; 3 Jn. 11).
Tal estilo de vida tiene una manera de refrenar la mano incluso de los enemigos más acérrimos del evangelio (cp. 2:12; Mt. 5:16; Ro. 12:20-21).
La Biblia de las Américas traduce así este versículo: “¿Y quién os podrá hacer daño si demostráis tener celo por lo bueno?” Demostráis (genēsthe) significa “cumplir” e indica la calidad básica del creyente, que debe ser seguir el bien y ser irreprochable (cp. Ro. 13:3 ; Fil. 2:14-16; 2 Ti. 2:20-22).
Por supuesto, tener celo por lo bueno, o seguir el bien, produc
2 - DISPOSICIÓN A SUFRIR… POR LO BUENO Y LO MALO
Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis… Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal. (3:14, 17)
Tener pasión por la bondad sin duda
no es una garantía de primer orden contra el sufrimiento;
solo podría hacerlo menos probable o menos frecuente.
Jesucristo “anduvo haciendo bienes” ( Hch. 10:38; cp. Jn. 10:32),
pero un mundo hostil finalmente lo mató (Mt. 27:22-23; Is. 53:9).
El mismo Cristo dejó en claro que los creyentes no pueden suponer que han de escapar a todo sufrimiento si su Señor no escapó (cp. Mt. 10:24-25; Lc. 6:22; Jn. 15:20; Hch. 14:22; Fil. 1:29-30; 2 Ti. 3:12; He. 12:3-4). sufrimiento podría ocurrir.
Muchos cristianos en la iglesia primitiva, incluso algunos de los lectores de Pedro (1:6-7; 2:20; 4:12-16), sí padecieron por causa de la justicia (Hch. 5:40-41; 7:57-60; 8:3-4; 12:1-4; 13:50; 16:20-24; 17:5-9; 26:9-11), debido a su conducta recta y piadosa.
los fieles cristianos de hoy no deben sorprenderse o asustarse si llegan tales sufrimientos, porque eso se convierte en un medio por el cual resultan bienaventurados.
¿De qué maneras trae bendición sufrir por la bondad? Más adelante en esta carta Pedro describe algunas de las maneras: “El Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca” (5:10).
Pedro no es el único escritor del Nuevo Testamento que habló de bendición en el sufrimiento. Santiago lo hizo en su carta: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna” (1:2-4). Las bendiciones del sufrimiento tampoco escaparon a la observación de Pablo.
PABLO Tambien: Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas (2 Co. 4:16-18).
Al apóstol Juan se le dio en Apocalipsis 2:10 una promesa relacionada con el sufrimiento: “No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida”.
Todos los creyentes pueden tener la misma sensación de privilegio al participar en los sufrimientos de Jesús:
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros ( Mt. 5:10-12; cp. Ap. 14:13).
Pedro escribió a los cristianos: no os amedrentéis por temor de ellos,
literalmente les dijo que no debían “temer a su propio temor”,
es decir, a ser intimidados por incrédulos que los perseguirían (cp. Sal. 118:6; Pr. 29:25; Mt. 10:28; Lc. 12:4-5; Hch. 4:23-30).
Además, el apóstol les dijo: ni os conturbéis, literalmente les expresó: “No tiemblen ni se conmuevan” (1 Pedro 4:16 , 19 ).
Los creyentes deben enfrentar con valor todas las circunstancias
El sufrimiento debe verse como una oportunidad para recibir bendiciones espirituales,
no como una excusa para comprometer la fe ante un mundo hostil.
Así como John Bunyan, el predicador y escritor inglés del siglo XVII, aceptó la prisión en la cárcel de Bedford por predicar sin licencia,
y el reformador Martín Lutero se paró firme delante de sus enemigos y se negó a retractarse de sus creencias bíblicas,
los creyentes de hoy día deben mantenerse firmes frente al sufrimiento.
Con relación al sufrimiento, hay dos posibilidades.
Sufrir por la justicia = como parte del plan sabio y soberano de Dios para bendecir sus vidas.
Padecer haciendo el mal, = recibiendo la disciplina esperada del Señor por la desobediencia a su Palabra.
PABLO DIJO - ( 2 Co. 12:7-10).
Dios moldea la vida de sus hijos - usando el sufrimiento.
3 - DEVOCIÓN A CRISTO
sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, (3:15a)
Santificad (hagiasate) significa “apartarse” o “consagrarse”.
en este contexto también conlleva dar el principal lugar de adoración, exaltación y adoración al Señor.
Los creyentes que santifican al Señor lo apartan de todos los demás como el único objeto de su amor, reverencia, lealtad y obediencia (cp. Ro. 13:14 ).
Reconocen la perfección de Él /// magnifican su gloria//// exaltan su preeminencia ////
y se someten a la voluntad divina Ef. 6:6;
con la comprensión de que en ocasiones esa sumisión incluye sufrimiento.
Esta honra a Cristo como Señor no es algo externo, sino que sucede en los corazones de los verdaderos adoradores, aunque deban enfrentar sufrimiento injusto.
Ese sometimiento y confianza en los propósitos perfectos del Señor soberano producen valor, audacia y fortaleza para triunfar en medio de las situaciones más adversas.
hasta aqui hemos visto 3 principios que los creyentes deben comprender para equiparse y defenderse contra las amenazas de un mundo incrédulo y hostil:
pasión por la bondad,
disposición a sufrir… por lo bueno y lo malo,
devoción a Cristo,
4 - PREPARACIÓN PARA DEFENDER LA FE
y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; (3:15b)
No se trata solo de:
resistir a través de la bendición de sufrir a lo que los creyentes deben someterse;
también está la oportunidad de defender la verdad cuando son perseguidos.
Los cristianos deben estar preparados para presentar defensa de la fe.
El término griego para defensa (apologia) es la palabra de la que se derivan los términos apología y apologética en español.
A menudo significa una defensa formal ante un tribunal judicial.
Pablo también usa la palabra de manera informal a fin de manifestar su habilidad para responder a quienes lo cuestionaban.
Indica la necesidad de los creyentes de preparación constante y prontitud para responder, sea en un tribunal formal o de manera informal, ante todo el que les demande razón de por qué viven y creen de la manera en que lo hacen.
Razón es simplemente logos, “palabra” o “mensaje”, y llama a los santos a estar preparados en el momento en que alguien demande (tiempo presente) para dar las palabras correctas en respuesta a preguntas acerca del evangelio.
Al evangelio se le identifica como la esperanza que hay en los creyentes.
La defensa del creyente de esta esperanza ante el incrédulo que la demande
debe ser firme y contundente, pero al mismo tiempo
transmitida con mansedumbre y reverencia.
Reverencia expresa devoción a Dios, un profundo respeto por su verdad, e incluso respeto por la persona que escucha ( Col. 4:6; 2 Ti. 2:24-26).
Los cristianos que no pueden presentar una explicación bíblicamente clara de su fe (cp. 1 Ts. 5:19-22; 1 Jn. 2:14 )
estarán inseguros cuando sean fuertemente cuestionados por los incrédulos (cp. Ef. 4:14-15).
Pueden ser confundidos en cuanto SEGURIDAD ETERNA.
En algunos casos tal inseguridad puede socavar su seguridad en cuanto a la salvación. Los ataques del mundo pueden abrumar a aquellos que no se han “vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo” (1 Ts. 5:8; cp. Ef. 6:10-17).
El ultimo principios que los creyentes deben comprender para equiparse y defenderse contra las amenazas de un mundo incrédulo y hostil es:
5 - UNA BUENA CONCIENCIA
teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo. (3:16)
Lo último que permitirá a los creyentes estar seguros en medio de un mundo hostil es una buena conciencia.
La conciencia es el mecanismo interior divinamente colocado que o acusa o excusa a una persona, actuando como medio de convicción o afirmación.
La conciencia es el alma reflexionando sobre sí misma; la palabra en español “conciencia” y en griego suneidēsis conlleva la idea de conocerse a sí mismo.
Sin embargo, la conciencia no es infalible. No es la voz de Dios ni su ley moral, como señala
La conciencia no debe ser equiparada ni con la voz de Dios ni con la ley moral, es más bien una facultad humana que juzga las acciones humanas a la luz de la norma de conducta más elevada que una persona puede percibir.
Por causa del pecado, AUN la conciencia ha sido afectada.
Por esta razón, la conciencia no puede tener nunca la posición de juez final del comportamiento humano.
AUNQUE LA CONCIENCIA - es util,
Es posible que la conciencia nos excuse de lo que Dios no nos excusará; y, a la inversa, es igualmente posible que la conciencia nos condene por cosas que Dios permite.
Por lo tanto, el veredicto final pertenece solamente a Dios (LEER -cp. 1 Co. 4:2-5).
No obstante, rechazar la voz de la conciencia es exponerse al desastre espiritual (cp. 1 Ti. 1:19).
Dado que la conciencia obliga a la persona a cumplir el más alto nivel de norma que posee, los creyentes tienen que establecer esa norma al máximo nivel mediante el reconocimiento de toda la Palabra de Dios.
LAS CONCIENCIAS DEL CREYENTE --- BUSCA OBEDECER LA LEY PERFECTA DE DIOS.
En la salvación, Dios limpia la conciencia de
toda su acumulación de culpa,
vergüenza
y menosprecio propio.
El autor de Hebreos lo escribió así: “La sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo” ( He. 9:14).
Por ello los creyentes tienen “purificados los corazones de mala conciencia” (He. 10:22).
La conciencia limpia ya no acusa por los pecados del pasado, que están perdonados (Sal. 32:5; 103:12; Pr. 28:13; Mi. 7:18-19; Col. 1:14; 2:13-14; 1 Jn. 1:9)
por la sangre de Cristo (Ef. 1:7; 1 Jn. 1:7; Ap. 1:5).
Los creyentes deben guardar la pureza de sus conciencias limpiadas ganando la batalla por la santidad en su interior, donde opera la conciencia.
Pablo ganó la victoria en ese objetivo,
por esto declaró al sanedrín lo siguiente: “Yo con toda buena conciencia he vivido delante de Dios hasta el día de hoy” ( Hch. 23:1);
y al gobernador Félix dijo: (Hch. 24:16).
A Timoteo le escribió así: (2 Ti. 1:3).
Una buena conciencia es lo que todo cristiano debe tener, o mejor aún, mantener.
Una conciencia tranquila permite a los creyentes ser libres de cualquier carga de culpa cuando enfrentan hostilidad y crítica del mundo (cp. Job 27:6 ; Ro. 14:22; 1 Ti. 3:9).
No obstante, una conciencia impura no puede estar tranquila (cp. Gn. 42:21; Hch. 2:37).
MALA CONCIENCIA = es incapaz de soportar la presión procedente de pruebas difíciles y de persecuciones.
Los creyentes de quienes murmuran, y que tienen buena conducta en Cristo,
tendrán sus conciencias tranquilas,
estarán despreocupados por la culpa,
y sus vidas piadosas demostrarán que todas las críticas de los incrédulos son falsas.
Murmuran que describe “hablar mal” o “maltrato verbal”.
Calumnian significa “amenazan”, “insultan”, o “maltratan”.
Una conciencia pura puede soportar y desviar cualquier lenguaje abusivo e insultante que el mundo le arroje (cp. 1 Co. 4:12).
Quienes participan en tan pecaminoso maltrato a creyentes obedientes (Sal. 42:10; 74:10; Mt. 27:29, 31, 41, 44; Mr. 15:32; Lc. 23:36; Hch. 2:13), con el propósito de avergonzarlos y frustrarlos, serán avergonzados (cp. Gn. 42:8-21).
La adversidad es una realidad, y sufrir es un privilegio espiritual para los creyentes. Si comprenden “que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” (Ro. 8:28),
podrán aceptar el sufrimiento como parte del plan de Dios para ellos, y se dotarán a sí mismos con las seguridades divinas contra un mundo hostil.
Cinco principios que los creyentes deben comprender para equiparse y defenderse contra las amenazas de un mundo incrédulo y hostil:
pasión por la bondad,
disposición a sufrir… por lo bueno y lo malo,
devoción a Cristo,
preparación para defender la fe, y
buena conciencia.