Mis talentos para Jesús

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Cómo usar nuestros dones y talentos al servicio de Dios

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Usa al máximo tus talentos

Palabras de vida del gran Maestro CAPÍTULO 25: Cómo enriquecer la personalidad

Entonces les hizo ver en qué consistía velar por su venida: No gastar el tiempo en ociosa espera sino en diligente actividad. Tal es la lección que él enseñó en la parábola de los talentos.

Palabras de vida del gran Maestro CAPÍTULO 25: Cómo enriquecer la personalidad

“El Reino de los Cielos es también como un hombre que, al salir de viaje, llamó a sus servidores y les confió sus bienes. A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno según su capacidad; y después partió”

Palabras de vida del gran Maestro CAPÍTULO 25: Cómo enriquecer la personalidad

El hombre que va a un país lejano representa a Cristo, quien, cuando dijo esta parábola, estaba por partir de esta Tierra al cielo. Los “servidores” o esclavos de la parábola representan a los seguidores de Cristo. No somos nuestros.

Palabras de vida del gran Maestro CAPÍTULO 25: Cómo enriquecer la personalidad

Da “a cada uno su obra”. Cada uno tiene su lugar en el plan eterno del Cielo. Cada uno debe obrar en cooperación con Cristo para la salvación de las almas.

Palabras de vida del gran Maestro CAPÍTULO 25: Cómo enriquecer la personalidad

Tan ciertamente como hay un lugar preparado para nosotros en las mansiones celestiales, hay un lugar especial designado en la Tierra donde hemos de trabajar para Dios.

Palabras de vida del gran Maestro Dones del Espíritu Santo

Todos los hombres no reciben los mismos dones, pero se promete algún don del Espíritu a cada siervo del Maestro.

Palabras de vida del gran Maestro Dones del Espíritu Santo

La promesa del Espíritu no se aprecia como se debiera. Su cumplimiento no se realiza como se podría. Es la ausencia del Espíritu lo que hace tan ineficaz el ministerio evangélico. Puede poseerse sabiduría, talentos, elocuencia, todo talento natural o adquirido; pero sin la presencia del Espíritu de Dios no se conmoverá ningún corazón ni ningún pecador será ganado para Cristo.

Palabras de vida del gran Maestro Dones del Espíritu Santo

Por otro lado, si están conectados con Cristo, si los dones del Espíritu son suyos, los más pobres y los más ignorantes de sus discípulos tendrán un poder que conmoverá los corazones. Dios los convierte en canales para producir la más elevada influencia en el universo.

Palabras de vida del gran Maestro Otros talentos y su utilización

Los dones especiales del Espíritu no son los únicos talentos representados en la parábola. Ellos incluyen todos los dones y talentos, ya sean originales o adquiridos, naturales o espirituales.

Palabras de vida del gran Maestro Otros talentos y su utilización

Y todos deben ser empleados en el servicio de Cristo. Al convertirnos en sus discípulos, nos entregamos a él con todo lo que somos y tenemos. Él nos devuelve esos dones purificados y ennoblecidos, con el fin de que los empleemos para su gloria en bendecir a nuestros prójimos.

Palabras de vida del gran Maestro Otros talentos y su utilización

A cada ser humano Dios lo ha dotado “conforme a su capacidad”.

Palabras de vida del gran Maestro Otros talentos y su utilización

Los talentos no se distribuyen caprichosamente. Quien tiene habilidad para usar cinco talentos, recibe cinco. Quien puede mejorar únicamente dos, recibe dos. Quien puede usar sabiamente solo uno, recibe uno.

Palabras de vida del gran Maestro Otros talentos y su utilización

Nadie necesita lamentarse por no haber recibido dones mayores; pues el Ser que los ha distribuido a todo hombre es honrado igualmente por el rendimiento de cada fideicomiso, sea grande o pequeño.

Palabras de vida del gran Maestro Otros talentos y su utilización

Al que se le han entregado cinco talentos, debe devolver los intereses de cinco; el que no tiene sino uno, los de uno. Dios espera retornos de lo que el hombre “tiene y no según lo que no tiene”.

Palabras de vida del gran Maestro Otros talentos y su utilización

Los talentos, aunque sean pocos, deben usarse. La pregunta que más nos debe interesar no es: “¿Cuánto he recibido?”, sino: “¿Qué estoy haciendo con lo que tengo?”

Palabras de vida del gran Maestro Otros talentos y su utilización

Nadie está cumpliendo el propósito de la vida si no crece diariamente en capacidad y utilidad.

Palabras de vida del gran Maestro Otros talentos y su utilización

El Señor tiene una gran obra por hacer, y en la vida futura él legará lo máximo a quienes presten el servicio más fiel y voluntario en la vida presente.

Palabras de vida del gran Maestro Otros talentos y su utilización

El Señor requiere que cada cristiano crezca en eficiencia y capacidad en todo sentido. Cristo nos ha pagado nuestros salarios, incluso mediante su propia sangre y sufrimiento, para reservarse nuestro servicio voluntario.

Palabras de vida del gran Maestro Otros talentos y su utilización

Miles pasan por la vida como si no tuvieran un objetivo definido por el cual vivir ni norma que alcanzar. Los tales recibirán una recompensa proporcional a sus obras.

Palabras de vida del gran Maestro Otros talentos y su utilización

nunca alcanzarás una norma más elevada que la que tú mismo te fijes.

Aquí se da una advertencia a todos los que sienten que la pequeñez de sus talentos los excusa de servir a Cristo.

Si pudieran hacer algo grande, cuán gozosamente lo emprenderían; pero debido a que solo pueden servir en cosas pequeñas, piensan que están justificados en no hacer nada.

El Señor está probando el carácter por la manera en que distribuye los dones. El hombre que deja de aprovechar su talento demuestra que es un siervo infiel. Si hubiera recibido cinco talentos, los habría enterrado lo mismo como enterró el único que recibió. El mal uso de un solo talento mostró que despreciaba los dones del cielo.

“El que es confiable en lo poco, también lo es en lo mucho”

“El que no es confiable en lo poco, tampoco lo es en lo mucho”.

Por causa de la infidelidad en los deberes más pequeños, el hombre roba a su Hacedor el servicio que le debe.

Por pequeño que sea tu talento, Dios tiene un lugar para él. Ese solo talento, usado sabiamente, realizará la obra que le fue asignada.

Pero muchos cristianos están esperando que se les presente alguna gran obra para realizar.

Quienes han recibido cinco y dos talentos respectivamente, devuelven al Señor los dones que se les confiara junto con el incremento correspondiente. Al hacerlo no se atribuyen mérito alguno. Sus talentos son los que les han sido entregados; han ganado otros talentos, pero no podría haber habido ganancia sin depósito. Ven que solo han cumplido con su deber. El capital pertenecía al Señor; la ganancia también le pertenece. Si el Salvador no les hubiese conferido su amor y su gracia, se los habría declarado en quiebra por la eternidad.

Los recompensa por cada servicio y cada sacrificio que requirió de ellos, no porque les deba nada, sino porque su corazón rebosa de amor y ternura.

“Llegó luego el que había recibido un solo talento. ‘Señor, le dijo, sé que eres un hombre exigente: cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido. Por eso tuve miedo y fui a enterrar tu talento; ¡aquí tienes lo tuyo!”

Así los hombres disculpan la forma en que descuidan los dones de Dios. Consideran a Dios como severo y tiránico, como si acechara para espiar sus errores y visitarlos con sus juicios. Ellos lo acusan de exigir lo que jamás dio y de segar donde nunca sembró.

Hay muchos que en su corazón acusan a Dios de ser un amo duro porque reclama sus posesiones y su servicio.

El amo no niega la acusación del mal siervo, por injusta que sea; pero encarándolo en su propio terreno le muestra que su conducta es inexcusable. Se le habían provisto formas y medios por los cuales el talento podría haber sido aumentado para beneficio del poseedor. Dijo: “Debías haber dado mi dinero a los banqueros y, al venir yo, hubiera recibido lo que es mío más los intereses”.

Nuestro Padre celestial no exige ni más ni menos que aquello que él nos ha dado la capacidad de efectuar. No coloca sobre sus siervos ninguna carga que no sean capaces de soportar. “Él sabe de qué estamos hechos; ¡él bien sabe que estamos hecho de polvo!” Todo lo que él exige de nosotros podemos cumplirlo mediante la gracia divina.

Se nos hará individualmente responsables si hacemos una jota menos de lo que tenemos capacidad para hacer.

Seremos juzgados de acuerdo con lo que deberíamos haber hecho pero no efectuamos por no haber usado nuestras facultades para glorificar a Dios. Aun cuando no perdamos nuestra alma, en la eternidad nos daremos cuenta del resultado de no haber usado los talentos. Habrá una pérdida eterna para todo el conocimiento y la habilidad que podríamos haber obtenido y no obtuvimos.

Nadie piense que puede vivir una vida de egoísmo y, entonces, habiendo servido a sus propios intereses, entrar en el gozo de su Señor.

En el gran día del juicio, quienes no han trabajado por Cristo, quienes se han dejado llevar al garete sin cargar responsabilidades, pensando en sí mismos y agradándose a sí mismos, serán colocados por el Juez de toda la Tierra con quienes obraron el mal. Recibirán la misma condenación.

Muchos que profesan ser cristianos desatienden las exigencias de Dios y, sin embargo, no sienten que en esto haya algo malo. Saben que el blasfemo, el asesino y el adúltero merecen castigo; pero, por su parte, gozan de los servicios religiosos. Les gusta oír la predicación del evangelio y, por tanto, se creen cristianos. Aunque han gastado su vida en el cuidado de sí mismos, quedarán tan sorprendidos como el siervo infiel de la parábola al oír la sentencia: “Quítenle el talento”. Como los judíos, confunden el disfrute de las bendiciones con el uso que deben hacer de ellas.

Muchos que se excusan de hacer un esfuerzo cristiano utilizan como pretexto su incapacidad para la obra. ¿Pero los hizo Dios tan incapaces? No, jamás. La incapacidad fue producida por su propia inactividad y perpetuada por su elección deliberada. Y

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