Viviendo el Verdadero Evangelio
La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo. De parte de Jehová es esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos. Este es el día que hizo Jehová; Nos gozaremos y alegraremos en él.
Salmos 118:22-24
Han transcurrido cerca de dos mil años desde que Jesús caminó sobre esta tierra. Dos mil años de proclamación de Su palabra. Dos mil años de interpretación bíblica. Para el tiempo de los apóstoles ya se vislumbraba lo que se conoce como la apostasía. Esto es el abandono de la fe en parte o en forma total. Encontramos a Pablo diciéndonos en 2 Tim.4:10 que Demas, un antiguo discípulo y ayudante de él (Col.4:14; Fil.24), lo había abandonado amando este mundo. Pero hay otra forma de apostatar de la fe y es cuando escuchamos espíritus engañadores y doctrinas de demonios (1 Tim.4:1). Esto hace referencia a enseñanzas traídas al pueblo de Dios. En una ocasión los discípulos pidieron a Jesús que les dejara hacer lo que hizo Elías, pedir fuego del cielo. La respuestas de Jesús fue: Vosotros no sabéis de que espíritu sois (Lc.9:55). Debemos tener mucho cuidado para que esos otros espíritus no entren en la iglesia. Causarían destrozo en lugar de bendición.
Hay muchas enseñanzas que suenan atractivas y en cierta forma muy bíblicas, pero ¿serán realmente enseñanzas bíblicas? Debemos recordar que un baño de oro no es oro puro, sino una apariencia de oro y con el tiempo se pondrá negro. Podremos engañar a algunos diciéndoles que es una cadena legítima de oro, pero el tiempo dirá cuan legítima realmente es. Así es la enseñanza bíblica que no es completamente pura, está mezclada y diluida. La exhortación del apóstol Pedro es a: desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación (1 Ped.2:2). Debe haber un deseo en nosotros de esa leche espiritual pura y santa, leche llena de las vitaminas necesarias para crecer en el Señor.
La iglesia de Estados Unidos de Norte América, es una iglesia cómoda, sin muchas preocupaciones y viviendo un evangelio fácil y sin dificultades. Sin embargo debemos estar bien alertas porque Pablo exhortaba a Timoteo y nos exhorta a nosotros diciendo: También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos (2 Tim.3:1). Los versos 2 al 5 nos revelan la condición de muchos hombres (cristianos) por lo cual los tiempos van a ser peligrosos. Pablo les dice a Timoteo y a nosotros que evitemos a tales hombres. Pero hay otra causa por la cual los tiempos postreros, los que nos han tocado vivir a nosotros, son tiempos peligrosos. Es el mismo apóstol Pablo el que nos dice lo que estará ocurriendo y es algo que lo estamos viendo hoy día. Para poder entender mejor las palabras de Pablo haré uso de la Biblia en lenguaje sencillo. Pablo nos dice en 2 Tim4:3 Porque llegará el día en que la gente no querrá escuchar la buena enseñanza. En cambio, querrá oír enseñanzas diferentes. Por eso buscará maestros que le digan lo que quiere oír. El verso 4 añade: La gente no escuchará la verdadera enseñanza, sino que pondrá atención a toda clase de cuentos. ¿No es esto lo que estamos viviendo hoy? Estas palabras son para nosotros y debemos prestarle mucha atención.
Los movimientos cristianos llamados súper fe y prosperidad son vivos ejemplos de estas malas enseñanzas. No son malas por hablar de súper fe o prosperidad, sino porque son enseñanzas mezcladas, diluidas para hacerlas atractivas a los oídos de los hombres. Son enseñanzas que llevan unas verdades a media, verdades distorsionadas, con el único fin de satisfacer los oídos que se han vuelto sordos a la verdadera palabra de Dios.
Vimos que Pablo nos dice que no querrán oír la buena enseñanza. ¿Cual es la buena enseñanza? Es la que lleva toda la palabra o consejo de Dios. Pablo nos habla de prosperidad, pero también nos habla de escasez. Todos quieren la prosperidad, pero nadie quiere ni siquiera mencionar la palabra escasez. Dicen que pensar o hablar de escasez es atraer maldición a nuestras vidas. ¿Hará esto desaparecer esos versos de la Biblia? De ninguna manera, por el contrario resonarán más y ellas mismas juzgarán a aquellos que negaron su valides. Veamos las palabras de Pablo a los filipenses: Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad (Fil.4:12). Esto es un vivo ejemplo de las malas enseñanzas dadas hoy día. El mensaje de Pablo no tendría lugar en el siglo 21 porque está diciendo que él sabía vivir en escasez. Esto nos dice que hoy día se está enseñando un evangelio completamente distinto al que enseñaron los apóstoles. Por otro lado encontramos nuevamente a Pablo, esta ves escribiéndole a los hermanos de Corintos, y diciéndoles: Sino para que en este tiempo, con igualdad, la abundancia vuestra supla la escasez de ellos, para que también la abundancia de ellos supla la necesidad vuestra, para que haya igualdad (2 Cor.8:14). Muchos predicadores podrían decir que Pablo está llamando a la escasez y necesidad porque está, si podemos decirlo así, profetizando que los hermanos que hoy tienen abundancia, mañana tendrán escasez. Pablo lo que está haciendo es mencionando una realidad existente. Hay momento buenos, pero también hay momentos menos buenos. Un evangelio diluido es aquel que solo habla de la abundancia sin reconocer que también hay periodos de escasez, y en algunos casos, escasez extrema. El mismo Pablo, narrando algo de su experiencia personal, nos dice que hubieron ocasiones en que pasó hambre (2 Cor.11:27). ¿No es esto escasez?
Este tipo de enseñanza, el de la prosperidad, ha arropado a la iglesia al punto que muchos ya ni anhelan el retorno del Señor porque están demasiado cómodos en la tierra. Son pocos los que hoy día predican, no solamente las victorias de He.11:1-35, sino que van más allá y también hablan de los sufrimientos, dolores y persecuciones mencionadas en He.11:36-38. Pareciera que estos falsos maestros se avergüenzan de estos hermanos que sufren y los llaman hombres sin fe, pero que distinto es como la Biblia los describe: de los cuales el mundo no era digno.
Hablando de que son pocos los que se atreven a enseñar la verdad de Dios, verdad completa y no adulterada, en la Biblia tenemos un gran ejemplo donde vemos claramente este principio. Veremos que verdaderamente cuando se predica lo que Dios quiere decir y no lo que la gente quiere oír, tal predicador será mal interpretado, señalado, calumniado y se le harán muchas otras cosas contar de sacarlo del panorama. Me refiero al incidente narrado en 1 R.22:5-9. Acab, rey de Israel, consultó como a cuatrocientos hombres profetas. Todos hablaron prosperidad, palabras positivas, palabras de aliento y victoria. Josafat, rey temeroso de Dios, entendió que en la boca de esos profetas no había palabra de Dios y le preguntó al rey: ¿Hay aún aquí algún profeta de Jehová, por el cual consultemos? (1 R.22:7). Es aquí que surge el nombre del profeta genuino de Dios, Micaías. Su profecía era la única verdadera y lo tenían callado en una celda.
De esa forma los profetas de hoy tratan de acallar a los verdaderos profetas de Dios. Yo no soy profeta ni intento ganar el título, pero por la gracia de Dios he podido discernir a muchos llamados grandes maestros de la Palabra adulterándola y haciendo que mucho pueblo de Dios caiga en dicho adulterio. Hoy, así me ayude Dios, estaré hablando de la verdad absoluta de la palabra de Dios concerniente a este tema. He dividido mi disertación en dos tópicos principales haciendo uso, específicamente del verso 24, pero sin dejar de mencionar algo de los primeros dos versos. La primera disertación será basada en “Este es el día que hizo Jehová”, y la segunda será “Nos gozaremos y alegraremos en él”.
I) Este es el día que hizo Jehová
Antes miremos en forma rápida la principal interpretación del verso 24, que dice: Este es el día que hizo Jehová; Nos gozaremos y alegraremos en él. Estas palabras vienen como producto de: La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo. De parte de Jehová es esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos. Debemos saber que de quien se está hablando aquí es de Jesús. De hecho, Jesús mismo hizo referencia a esta profecía en Mt.21:42. Jesús es la piedra y es motivo para nosotros poder gozarnos y alegrarnos. Este es el día que hizo Jehová, el día de la salvación del hombre por medio de Cristo Jesús. El día de la liberación del hombre de la esclavitud del pecado y de las garras de Satanás. Es el día en que se cumplió lo dicho por el profeta Isaías cuando dijo: Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz (Is.9:6) Ese es el día que hizo Jehová, el día que nació tan maravilloso niño. Si llegáramos a pensar que esto es poco motivo para gozarnos y alegrarnos debemos ver que Isaías añadió en otro pasaje: El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados (Is.61:1-2).
Públicamente Jesús confirmó esta profecía en Lc.4:18-21 dejándonos ver que ese es el día que hizo Jehová, por tal razón debemos gozarnos y alegrarnos en el.
Miremos ahora la línea de pensamiento que Dios quiere que le demos a este pasaje del Salmos 118:24. Siendo que es el primer mensaje del 2009 debemos entender que lo que hoy estaremos hablando es algo que debe seguir hasta finalizar el año, pero me atrevería a decir que debe seguir hasta finalizar nuestros días aquí en la tierra. Así de importante es la palabra que Dios tiene para nosotros en el día de hoy. Por tanto me uno a las palabras dichas por Jesús una y otra vez en Apocalipsis las cuales son: El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Siete veces Jesús dio esta advertencia, una por cada iglesia, dejándonos ver que la advertencia es para nosotros también.
Reconocemos a Dios como el gran Yo Soy, el Todopoderoso, el Alfa y Omega, el Principio y el Fin, etc. También creemos la palabra dicha en Génesis concerniente a la creación, la cual ha sido hecha por Dios por medio de Su palabra. Repetidamente se nos dice: y dijo Dios... y fue así. Es porque Dios es soberano en el cielo y en la tierra. Algunos piensan que Dios ha perdido su poder y soberanía en la tierra, pues el caos en que se encuentra hoy es señal de eso. No entiende que lo que estamos viendo y viviendo hoy es simple y llanamente el cumplimiento de Su palabra la cual es infalible. Jesús dijo: El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán (Mt.24:35). Todas las palabras que están registradas en la Biblia tiene su cumplimiento en su debido momento y orden porque fueron dichas por el gran Yo Soy.
Los predicadores de la llamada súper fe o prosperidad también son identificados por su famoso hablar positivo. No toleran palabras como escasez, enfermedad, pobreza, hambre, desnudez, naufragio, azotes sin número, etc. De hecho, nunca los encontraremos trazando la palabra de Dios basada en alguno de esos versos. Su mensaje siempre será el de abundancia, salud y prosperidad. Repito, no me opongo a tal mensaje siempre y cuando muestre que también hay tiempos de escasez. Son muchos los que han apostatado de la fe por causa de este tipo de enseñanza, pues al ver que problemas grandes como enfermedades incurables, perdidas de trabajo o viviendas, etc. han tocado sus vidas, no pueden entender. Alegan haber confesado positivamente, dado más y más dinero a esos predicadores y ahora están sufriendo las consecuencias. Lo más triste es que van a estos predicadores haciéndoles el reclamo y ellos lo que le dicen es que no tienen fe o que deben esperar porque la bendición va a venir. ¡Cuidado!
El verso nos dice que este es el día que hizo Jehová. ¿Qué día es el que ha hecho Jehová? Es el que nos ha tocado vivir a cada uno. Es aquel día que trae grandes bendiciones y nuevas oportunidades. Es aquel día donde nuestros hijos disfrutan de gran salud y bienestar. Es aquel en que nos dan una buena promoción en el trabajo. Es aquel en que la muchacha que me gusta, al declararle mi amor me dijo que sí. Es aquel donde mi padre me dejo por primera vez manejar su automóvil. Es aquel en que pude dar el viaje tan soñado a Europa, Israel o España. Es aquel en que pude disfrutar del mejor helado de chocolate. Podríamos seguir mencionando todas esas cosas que de una forma u otra nos hacen felices y confortables. ¡No nos suena esto a He.11:1-35! Sí, es la victoria de la fe por medio de las conquistas y triunfos. Pero como dijimos al principio, quedarnos en He.11:1-35 sería enseñar una verdad a medias, y una verdad a medias no es verdad en lo absoluto. La Biblia debe ser enseñada en su totalidad, es por eso que el día que ha hecho Jehová no solo trae todas esas cosas mencionadas, las cuales nos son placenteras y agradables. También es el día que ha hecho Jehová el que viene acompañado de frustraciones, dolores, lágrimas y penumbras. He.11:36-38 nos menciona a los que también atravesaron el día que había hecho Jehová para ellos y vimos que la Biblia dice que el mundo no era digno de ellos.
De igual forma el mundo no es digno de aquellos que comprenden que un día menos bueno sigue siendo el día que ha hecho Jehová. Se requiere de verdadera fe para poder recibir esta clase de pensamiento, el cual lleva la verdad completa de la palabra de Dios.
El no comprender esta verdad crea desesperación, angustia y frustración en aquellos que por una razón u otra atraviesan por un día no muy bueno. No comprenden o no quieren aceptar que ese día también es el día que ha hecho Jehová. ¿Sabías tú que Dios tiene absoluto control de todo? ¿Lo crees? Para un agricultor que espera pacientemente la lluvia temprana y la tardía ese día es bien recibido y alaba a Dios por el día que ha hecho Jehová. Sin embargo, una novia rumbo a su boda, la cual va a ser al aire libre, ve ese día como una abominación, pues su fiesta se está echando a perder. Esta novia, si no conoce esta verdad, ese día será el más negro de su vida y en muchos casos se enojará con Dios.
¿Sabías tú que Satanás no puede hacer absolutamente nada sin el consentimiento de Dios? No es que Satanás va constantemente ante la presencia de Dios para pedirle permiso, sino que todo lo que él planea hacer Dios ya lo sabe. Como Dios ya lo sabe, él solo permitirá a Satanás hacer lo que él sabe que nosotros podemos resistir. La Biblia dice: No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar (1 Cor.10:13). Dios sabe hasta donde nosotros podemos resistir y él no dejará a Satanás sobrepasarse.
Supongamos que Satanás envía un demonio para causarnos una tentación, la cual es sumamente fuerte para ser resistida. Siguiendo la línea de pensamiento de 1 Cor.10:13 vemos que Dios no lo permitirá. Dios intervendrá y él tendrá que desistir de su plan malévolo.
Esto no quiere decir que en ningún momento Satanás pida permiso directo a Dios para causar algún daño. Solo Dios le dará ese permiso si sabe que lo podemos resistir. Esto lo vemos en el caso de Pedro donde Jesús le dice: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo (Lc.22:31). Vemos que le fue concedido su pedido porque Dios sabía que Pedro podía resistir dicha prueba.
El día de la prueba, sea cual sea, es también parte del día que ha hecho Jehová. Sea un día lluvioso o soleado, caiga nieve o granizo, hallan tornados o truenos, no importa como venga el día, solo hay una respuesta: Este es el día que hizo Jehová.
Lamentablemente la iglesia se ha llenado de superstición. Tomemos por ejemplo el Tsunami ocurrido varios años atrás. Sabemos por las noticias el gran caos ocurrido en aquel lugar. Muchos lo atribuyen a la condición de la ciudad, pues allí se celebra el festival de Mardigras, uno lleno de lujurias, borracheras y pecados. Sabemos que todo eso atrae catástrofes. No estoy hablando de si esa fue la causa o no de este Tsunami. Al punto que quiero llegar es que en ese Tsunami, tanto justos como injustos sufrieron las consecuencias y tanto justos como injustos se libraron de morir.
Miremos también el incidente del 9-11. Justos e injustos trabajaban en las torres. Tanto unos como los otros sufrieron la catástrofe. Hubo justos que perecieron así como injustos. Hubo justos que se salvaron así como injustos.
Hay un verso en Eclesiastés que debemos mirar en este puto de la disertación. Me refiero a Ecl.9:3ª Este mal hay entre todo lo que se hace debajo del sol, que un mismo suceso acontece a todos… Lo mismo le acontece al justo como al injusto. Ellos tienen accidentes de carro al igual que nosotros, ellos sufren las enfermedades al igual que nosotros, ellos son promovidos al igual que nosotros. El problema es que cuando la tragedia toca nuestras puertas nos sentimos que somos los más desdichados, los más sufridos, los más atacados. Pero la realidad es que un mismo suceso acontece a todos. Eso sigue siendo parte del día que ha hecho Jehová.
Sin embargo debemos apuntar al hecho de que Dios es soberano en el cielo y en la tierra y nada ocurre sin un propósito. Dios tiene control sobre todo en la tierra, aun cuando así no lo parezca. Hay ocasiones donde Dios interviene milagrosamente a favor de sus hijos, pero también interviene a favor de aquellos que oran e interceden por otros.
La intención de los hermanos de José era matarlos, pero Dios intervino. No lo libró de ser vendido como esclavo, pero lo libró de morir en la cisterna. Los amigos de Daniel fueron arrojados en el horno de fuego con la intención de que murieran. Dios no intervino en la acción de arrojarlos dentro del horno, pero si en preservarles la vida. Similar ocurrió con Daniel y la fosa de los leones.
Pero no fue el mismo caso con Jacobo, quien fue muerto a espada, o Esteban que murió apedreado. En estos casos Dios continuaba teniendo la autoridad, pero permitió que estos sucesos acaecieran.
Eclesiastés también declara que hay un día para nacer y un día para morir (Ecl.3:2). Esos dos días también son el día que ha hecho Jehová. Muchos aceptan con gran regocijo el día del nacimiento de un niño, pero no resisten el día de su partida. En la Biblia encontramos ejemplos vivos de cómo debemos recibir ese gran día, el de nuestra partida, y cuál debe ser nuestra reacción ante tal día. Tomemos por ejemplo el caso de Juan el bautista. Él sabía que su hora de partir se aproximaba y lo recibió con gozo. En Jn.3:30 lo encontramos a él diciendo la gran verdad de: Es necesario que él (Jesús) crezca, pero que yo mengüe. Pablo también enfrentó ese día y lo recibió como el día que ha hecho Jehová. Así se lo hizo saber a Timoteo en 2 Tim.4:6 Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. De igual forma ocurrió con Pedro cuando dijo: Sabiendo que en breve debo abandonar el cuerpo, como nuestro Señor Jesucristo me ha declarado (2 Ped.1:14). Para no dejar dudas en cuanto a que Dios es soberano y que salimos de este mundo cuando Dios así lo disponga veremos un último pasaje. Este es el de los dos profetas del Apocalipsis. Notemos con cuidado lo que nos dice la palabra de Dios. Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará (Ap.11:7). Solo cuando hayan acabado su testimonio es que Satanás podrá matarlos. Aun cuando él tratara de hacer algo no podría porque Dios no se lo va a permitir.
Usted y yo saldremos de este mundo cuando hayamos acabado el testimonio. Cuando llegue ese momento no tendremos que lamentarnos de nada, sino estar satisfechos porque hicimos lo que teníamos que hacer y ha llegado el día que ha hecho Jehová para nosotros partir a su presencia.
Permítame culminar esta sección con un ejemplo importante. Es necesario que entendamos que el día que ha hecho Jehová traerá con él cosas buenas y menos buenas. Cuando entendemos eso no corremos peligro de ser rebeldes ante Dios. El ejemplo que deseo que miremos ahora es el del maná dado por Dios. El pueblo de Israel recibía maná diariamente. Era la comida que Dios había escogido para ellos. Note que de igual forma que el día que ha hecho Jehová, así era la comida que había escogido Jehová, comida que llegaba a ellos diariamente, cada día. Aun así el pueblo de Israel se hastió de la comida dada por Dios y pidió carne. Núm.11:4-6 dice así: Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne! Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos; y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros ojos.
Se acordaron de los días en que comían buen biftec, langostas, etc. y ahora porque estaban comiendo huevo frito con amarillos no podían darle gracias a Dios. La consecuencia de esa actitud trajo la ira de Dios contra ellos.
Cuidado amados, nuestra actitud al día que ha hecho Jehová para nosotros puede acarrear consecuencias grandes. Sepamos aceptar el día que ha hecho Jehová y gocémonos y alegrémonos en el.
Entremos en nuestro segundo punto para esta mañana, el cual es el asunto de gozarnos y alegrarnos. Seré breve en este porque lo más importante ya ha sido dicho. El asunto de gozarnos y alegrarnos es un acto de mi voluntad. Yo escojo si me gozo o no.
II) Nos gozaremos y alegraremos en él
La palabra gozo la define el diccionario de la Real Academia Española como alegría del ánimo. Sin embargo, cuando buscamos una definición más personal, más profunda y más bíblica encontraremos que el verdadero gozo le pertenece única y exclusivamente a los cristianos. La alegría es de todo el mundo, pero el gozo le pertenece solo a los que han recibido a Cristo como Salvador. Sabemos que estamos diciendo palabras un poco pesadas, pues escuchamos a muchas personas, no creyentes, diciendo que están gozosas, o que están llenas de gozo. En realidad lo que están es llenas de alegría porque el gozo es exclusivo de los hijos de Dios.
La felicidad apunta siempre hacia los momentos gratos, placenteros y de comodidad, mientras que el gozo mira a la incomodidad, dificultades y zozobras. Permítanme mostrar esto un poco más claro. La felicidad depende de las circunstancias que la rodea. Si todo va bien en nuestras vidas estamos felices. Pero si por alguna razón se ve empañado ese estado de vida la felicidad se va con ella. Miremos por ejemplo la noticia de una enfermedad incurable. La felicidad abandona rápidamente al alma dejándola sumida en una desesperación incontrolable. Los planes futuros se desboronan delante de la persona porque la felicidad que la albergaba se ha ido. La aparente paz, y decimos aparente porque en realidad era como neblina, pues al venir esa crisis se esfumó, se fue dejando un gran vacío. ¿Qué me dice de los pensamientos? Se descontrolan robándole el sueño a la persona y llevándola a hacer y decir cosas sin sentido.
En cambio cuando hay gozo genuino, el que viene por medio de Cristo, las noticias malas no nos atemorizan. No que no lloremos, pero no perdemos el control, pues después de todo quien tiene el control de nuestras vidas es Cristo. Una ilustración de cómo Cristo mantiene el control en nuestras vidas cuando es él el que lo tiene fue un incidente que tuve con mi esposa. Estábamos de vacaciones y yo iba manejando el auto, ella estaba en el asiento del pasajero. Teníamos los cristales de las puertas levantados cuando de pronto un objeto contundente golpeó el cristal del lado de mi esposa quebrándolo en muchos pedazos. Mi esposa se puso muy histérica ante tal incidente. Por su mente pasaron tantas cosas, como: ¿qué si el cristal hubiera estado bajado? ¿qué si la piedra hubiera sido por el cristal del conductor? ¿Cuál hubiera sido mi reacción? A todo esto yo permanecí en calma manteniendo el control del volante en todo momento. Así pudimos movernos de esa área y llegar a un lugar seguro. El objeto contundente al parecer fue una piedra lanzada por un grupo de jóvenes que se encontraban sentados en aquel lugar. Al ver que la piedra rompió el cristal los vimos cuando salieron corriendo internándose en un residencial público.
Este incidente nos muestra claramente el principio del gozo del Señor, el cual permanece en medio de la dificultad porque Cristo es el que tiene el control de nuestras vidas. ¿Cómo alguien que no conoce a Cristo puede ser controlado por él? Esto nos dice que el gozo es solo para los creyentes. Para los que Cristo tiene el control de sus vidas. Mi esposa por un momento se descontroló, pero al verme calmado, conduciendo en forma segura, sacándola de en medio de esa turbulencia, poco a poco se fue calmando y alabando a Dios por su gracia y misericordia. Pudo haber sido un desastre mayor si yo no hubiera mantenido la calma. Yo pude mantener la calma porque Cristo es mi paz y mi gozo.
Es por eso que el gozo apunta al sufrimiento porque en el mundo vamos a tener sufrimientos, pero Cristo nos dice que confiemos, pues él ha vencido al mundo. ¡Aleluya! De esa forma podemos ver que el gozo no depende de las circunstancia ni de las emociones. Yo puedo estar triste por alguna situación, pero puedo permanecer gozoso. El gozo no es risa, sino paz. Si puedo estar en paz aun en medio de la circunstancia más crítica entonces estoy disfrutando del gozo del Señor. Es por eso que el Salmo dice: Me gozaré y me alegraré en el. Porque el gozo del Señor nos permite recibir el día que ha hecho Jehová con gozo y alegría.
La base del verdadero gozo, el que viene de Cristo, es la palabra de Dios. Saber que Dios tiene control absoluto de todo cuanto nos sucede debe ser más que suficiente motivo para estar gozosos. No importa lo que pueda traer el día, cuando sabemos, reconocemos y aceptamos que ese día es el que ha hecho Jehová para nosotros, nos gozaremos y alegraremos en el.
Miremos en forma rápida cinco ejemplos bíblicos de este gozo en medio del día que ha hecho Jehová.
Ejemplo 1
Hch.5:41 Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre. Momentos antes habían azotado a los apóstoles por predicar a Cristo. Muchos de nosotros estaríamos quejándonos, pues la mala enseñanza de la palabra de Dios nos dice que no debemos pasar por esa clase de sufrimiento porque eso está reservado para aquellos que no tienen fe. Solo los que entiende que ese día, el que recibieron los azotes, es el día que ha hecho Jehová, solo esos podrán gozarse y alegrarse en el.
Ejemplo 2
Hch.16:25 Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. Luego de ser azotados y maltratados Pablo y Silas cantaban al Señor. Esto solo lo puede hacer aquel que sabe que ese es el día que ha hecho Jehová. Cuando sabemos eso con claridad nada nos podrá robar el gozo.
Ejemplo 3
2 Cor.6:10 como entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo. Este tipo de palabras solo pueden salir de los labios de aquellos que entienden que sea lo que traiga el día, saben que es el día que ha hecho Jehová y por lo tanto se van a gozar y alegrar en él.
Ejemplo 4
1 Ts.5:16 Estad siempre gozosos. Pablo fue un hombre muy sufrido, después de todo Cristo mismo lo profetizó cuando envió a Ananías a devolverle la vista y bautizarlo (Hch.9:16). Sin embargo el siempre escogió estar gozoso porque sabía que todo cuanto le pudiera acontecer estaba en la voluntad y bajo el control de Dios. Esto le permitía gozarse no importando lo que el día trajera. Después de todo ese es el día que hizo Jehová, nos gozaremos y alegraremos en el.
Ejemplo 5
He.12:2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Vemos aquí a nuestro máximo ejemplo, Cristo mismo. Sufrió la cruz por causa del gozo que había en él.
Cuando entendemos el asunto del sufrimiento, en lugar de atribularnos nos gozamos. Dice la Biblia que la prueba produce paciencia (Sant.1:3). También dice que la tribulación nos ayuda a crecer (1 Ped.5:10).
Entendamos que el día que nos toca vivir cada día es creación de Dios para nosotros. No importa lo que traiga ese día, si confiamos en Dios nos podremos gozar y alegrar en el.
Permítanme terminar con un verso ya mencionado al principio. Me refiero al de Fil.4:11-13 No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Para que el cristiano pueda gozarse y alegrarse en el día que ha hecho Jehová, primero debe aprender a vivir humildemente y aprender a vivir en abundancia. Debe saber dar gracias a Dios cuando está saciado como cuando padece hambre. Es entonces que ese cristiano podrá decir las palabras de Pablo “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Termino diciéndoles que este solo verso, el de Fil.4:13 es uno mal interpretado y abusado por muchos falsos maestros. Lo usan para indicar que no debemos aceptar nada malo porque todo lo podemos en Cristo, pero vemos que el todo lo puedo en Cristo se refiere a saber vivir en abundancia y en escasez. No es hablar solo de la abundancia, sino enseñar a vivir en la escasez también porque querámoslo o no, el día que hace Jehová trae en ocasiones abundancia, pero también trae en ocasiones escasez. Permita el Señor que aprendamos esta lección pronto porque los día cada vez son más malos. Amén.