Desmontando los mitos del discipulado
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Notes
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Introducción
Introducción
Sacar un billete arrugado, sucio, de mal aspecto, etc. Decirle a los oyentes quién querría ese billete, probablemente la mayoría de las personas querrían tener ese billete a pesar del aspecto que tiene ya que cada uno de ellos no está viendo la condición en la que se encuentra el billete, sino más bien el valor que tiene en sí ese billete.
De la misma manera, cada uno de nosotros a simple visto a causa del pecado no somos de buen aspecto delante de Dios, no obstante, Dios cuando nos ve a cada uno de nosotros es capaz de ver el valor que tenemos cada uno de nosotros al estar diseñados a su imagen y semejanza. Pero claro, probablemente si yo diera a alguien el billete lo primero que haría sería limpiar para que tuviera un mejor aspecto, a todo ese proceso se le llama santificación (cosa que ya escuchamos en la predicación anterior). La Biblia nos revela y nos enseña de que forma podemos crecer y madurar no solo espiritualmente, sino también como personas (Proverbios 27:17) a ese acompañamiento y seguimiento se le llama discipulado
No se cuántos de vosotros habéis escuchado esa palabra de discipulado, seguramente si te has criado en un contexto cristiano o te has rodeado durante un par de años en ese contexto habrás escuchado alguna vez ese término. Sin embargo, existe muchas ideas erróneas que se desarrollan entorno a esa palabra y espero con la ayuda de Dios que podamos entender correctamente cuál era la idea que Dios tenía en cuanto al discipulado. Jesús resumió la esencia del discipulado cristiano en Mateo 28:16-20, allí analizaremos la ocasión en la que se produjo ese mandamiento de Dios, también observaremos la autoridad de la cual procede ese mandamiento, también indagaremos acerca de su contenido y por último analizaremos al promesa que se nos ha sido hecha y después de ello nos daremos cuenta que el discipular es mucho más que lograr convertidos.
El contexto
El contexto
El contexto en el que nos encontramos es que Jesús previamente había muerto en Jerusalén y al tercer día había resucitado, en esa ocasión Jesús para manifestarse a la humanidad se revela a diferentes personas y en esta ocasión, Jesús decidirá volverse a revelar de nuevo a sus discípulos.
No obstante, ahora Jesús no se manifestará a sus discípulos en la región de Judea que es donde se encontraba la ciudad de Jerusalén, sino que en esta ocasión lo hará en la región de Galilea que se encuentra al Norte de Israel y es donde desempeñó gran parte de su ministerio cuando estuvo aquí en la tierra físicamente.
La razón exacta por la que Jesús decidió reunirse allí es sobre todo porque así se lo había ordenado a sus discípulos que resucitaría y que volvería a verlos en un monte en Galilea. Aún así una de las razones posibles por las que Jesús les dijo a sus discípulos que se reunieran con Él en Galilea pudiera haber sido para que se apartaran de las multitudes y de las distracciones de Jerusalén, y no quiero detenerme en este punto dado que la Biblia no nos lo deja claro, pero muchos de los que estamos aquí presentes estamos intentando buscar a Dios, pero ¿sabéis qué? lo estamos buscando en los lugares y sitios equivocados. Esperamos encontrarnos a Dios en un sueño, en alguna visión, pero la Biblia nos enseña que para encontrar a Dios lo tenemos que hacer en las páginas de la Biblia, todos nosotros si queremos tener un encuentro con Cristo debemos de alejarnos del tumulto del ajetreo de la rutina e ir a buscar el rostro de Dios en aquel lugar donde Él nos ha dicho que estará, en la Biblia.
Cuando los discípulos fueron a ese monte Jesús se apareció a ellos tal y como les había dicho.En ese momento aconteció 2 reacciones en medio de la multitud, unos lo adoraron y otros dudaron, todos los que estamos aquí nos encontramos divididos en dos clases de grupos aquellos que adoramos a Dios y aquellos que negamos y dudamos la existencia de Dios ¿En qué grupo te encuentras tú? en los que adoran o en los que dudan.
Responder honestamente esta pregunta es muy importante, dado que para poder ejercitar el discipulado en otras personas ha de suceder lo siguiente, primero que Cristo se nos haya presentado en nuestra vida, luego que nuestra vida haya caído en adoración a Él y luego por último el obedecer el mandamiento de hacer discípulos. Sin embargo, los que nos hemos criado en una familia cristiana nos hemos saltado los dos primeros pasos, pero no puede existir ese mandamiento de Cristo en ti vida si todavía no ha tenido un encuentro personal con Cristo y has caído postrado ante su presencia, nunca será un buen discipulador, si antes tú no eres un discípulo.
Ahora bien, algunos de los que se encuentran en esta sala pueden pensar que hasta que no vean a Cristo de forma tangible no creerán en Él, de ahí la típica frase agnóstica que dice «Hasta que no lo vea no lo creo» y aunque sí que es cierto que el ver puede contribuir al creer, igual de cierto también es que no necesariamente el ver produce fe, lo estamos viendo con lo que sucedió en el monte muchos lo vieron, pero algunos dudaron, el Nuevo Testamento enseña en cuanto a ese aspecto lo inverso que si uno no cree no podrá ver, por lo tanto la frase no sería tanto si no lo veo lo no creo, sino hasta que no crea lo veré (Juan 11:40; 20:29)
La autoridad (v. 18)
La autoridad (v. 18)
Una vez que Jesús se ha presentado a sus discípulos, no empieza a darle el mandamiento que ha de cumplir, sino que antes les pone en contexto sobre ante quiénes están. Jesús antes de ordenar, va a argumentar por qué razón cada uno de los que están allí han de tener que obedecer sus mandamientos, va a argumentar por qué razón cada uno de los que estamos aquí tenemos que obedecer sus mandamientos y se debe porque toda autoridad la tiene Jesús en sus manos.
Antes de obedecer nosotros cualquier tipo de orden o mandamiento inconscientemente cuestionamos qué autoridad tiene dicha persona o institución sobre nosotros para que nosotros tengamos que obedecer, cuando nuestras madres nos manda algo una manera de apoderarse de autoridad es diciéndonos «Hazlo porque yo te paré», cuando un policía nos da una orden lo obedecemos dado que tiene una autoridad otorgada por el gobierno para poder arrestarnos, cuando un profesor nos manda u ordena algo lo obedecemos porque podría castigarnos ahora bien ¿Qué autoridad tiene Cristo para que lo tengamos que obedecer? La respuesta la encontramos en el versículo 18 y es «Toda»
El contenido (vv. 19-20)
El contenido (vv. 19-20)
Y ahora sí, una vez que se ha puesto todo en contexto ahora tiene sentido el mandamiento que Cristo hizo tanto a sus discípulos como a nosotros y consiste en hacer discípulos.
Aunque en nuestras versiones en castellano tenemos varios mandamiento en imperativo (que expresan mandamiento) en el original solo hay un término en imperativo y es el hacer discípulos, por lo tanto el término ``id´´ sería mejor traducirlo ``mientras vais´´ ya que Jesús está dando por sentado que el discípulo irá ante el mandamiento que le ha dado, por lo tanto, el haced discípulos no es algo que se agenda, sino que constantemente mientras vamos y venimos tenemos que estar haciéndo discípulos del Señor.
Si nos damos cuenta, nos hemos alejado bastante del modelo bíblico en cuento al discipulado, pensamos que discipular es quedar con alguien una hora a la semana y listo, pero eso no es lo que está enseñando aquí Jesús. También hemos caído en el error de delegar este mandamiento que Dios nos ha dado a los ancianos o pastores de nuestras iglesias, la congregación paga a un pastor para que predique, gane a los perdidos y edifique a los salvos, mientras los miembros funcionan como animadores o espectadores. Los convertidos que se ganan, son bautizados y entonces e unen a los demás espectadores. Pero tal y como estamos observando para nada es esa la idea original de Jesús en cuanto al discipulado.
Dado que el discipulado tal y como estamos viendo implica movilidad, eso quiere decir que debemos de quitar la comodidad que tenemos, el Señor nos dice de ir no de que vengan, para ello tendemos que renunciar a cosas, tendrás que renunciar de tu tiempo, tendrás que renunciar a veces de tu dinero, tendrás que renunciar de muchas cosas, pero ¿Hasta dónde estás dispuesto a ir por Jesús? Él estuvo dispuesto a dejar su gran trono para venir a la tierra y morir en un horrenda cruz de una forma cruel por tal de rescatarte.
En la época de Jesús tal y como podemos observar en los 4 evangelios que tenemos acerca de su vida, observamos y aprendemos que discipular en esa época, no era simplemente trasmitirle unos conocimientos ciertas horas a la semana o al día, sino que un discípulo se apegaba a su maestro, se identificaba con él, aprendía de él y vivía con él. Aprendía no solo escuchando, sino también haciendo.
Seguidos del mandamiento de hacer discípulos, el Señor Jesús desarrolló englobaba ese mandamiento con dos acciones complementarias. La primera de ellas es el bautizarse y la segunda enseñar.
El inicio del discipulado comienza en el bautismo. Y aquí volvemos a encontrar otro error que comete muchas personas en nuestros días, pensar que el discipulado termina en el bautismo. Sin embargo, para el Señor el bautismo es nada más y nada menos que el comienzo del discipulado.
Una vez que ha comenzado el proceso del discipulado después del bautismo, comienza todo el proceso de acompañamiento y enseñanza tal y como vimos anteriormente. Nuestro objetivo es enseñar todo aquello que Jesús enseña en su palabra, el objetivo no es hacer nosotros seguidores, sino hacer a las personas seguidores de Cristo y ser nosotros acompañantes de ellos en el camino. De ahí que la formación bíblica sea muy importante en la vida cristiana ya que ¿Cómo vamos a enseñar aquello que nosotros mismos desconocemos?
La promesa
La promesa
Ya por último, ante semejante reto y desafío que abarca toda una vida, necesitaremos ayuda para esta dura labor y Jesús sabía que para nosotros sería imposible. Así que para finalizar Jesús nos da la promesa a todos aquellos que se hayan comprometido en esta labor a que Dios mismo estará con nosotros.
No hay nada más importante en la vida de una persona que la presencia de Dios en nosotros, este tema es super importante en la Biblia que Dios esté con las personas y con su pueblo ya que no existe religión en la que Dios esté con su propio pueblo. Tanto el principio del evangelio (Mateo 1:23) como en medio (Mateo 18:20) como al final (Mateo 28:20) Jesucristo nos garantiza su presencia con nosotros.
Jesús no solo está presente en medio de notros cuando nos reunimos, sino que también lo está cuando nos esparcemos por el mundo para testificar, Jesús sigue estando con nosotros cuando vamos al instituto, cuando vamos de comprar, cuando jugamos a fútbol o cuando estamos con nuestros amigos, el mismo Dios que se encuentra los domingos por la mañana o los viernes en tu reunión de jóvenes en el local de tu iglesia, también se encuentra en esos lugares.
Jesús está todos los días con nosotros, los días tristes y alegres, los fáciles y los difíciles, los de problemas resueltos y los de problemas por resolver, los de lágrimas y los de sonrisa, los de éxito y los de aparente fracaso, Dios no solo es Jesús, el salvador de su pueblo, sino que también es Emanuel Dios con nosotros.