Una Señal de Esperanza.
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Texto: Génesis 28:20-22.
Tema: Vida Cristiana.
I. Introducción.
El mundo hoy experimenta angustia, desesperación ante una enfermedad endémica, la sociedad en general vive momentos de angustia, municipio enteros, estados completos, el mundo en su totalidad.
La angustia es el resultado de una estado de intranquilidad o inquietud muy intensas causado especialmente por algo desagradable o por la amenaza de una desgracia o un peligro.
"tener que tomar una decisión puede provocar angustia"
¿Haz sentido o experimentado alguna vez en tu vida momentos de angustia?
II. La experiencia de Jacob.
Déjame decirte que no eres el primero, o el único, ni el último en tener esa experiencia, la biblia dice que no hay nada nuevo debajo del sol, y todo lo que hoy vivimos alguien ya lo vivió.
Veamos, la historia de un hombre de Dios, que en momentos angustiosos de su vida, puso una señal de esperanza.
Génesis 28:20-22, nos muestra la aparición de Jehová, en esta ocasión esa aparición fue una enorme manifestación de su gracia, Jacob era un hombre engañador y mentiroso, no merecía nada, pero Dios lo escogió para mostrarnos su misericordia por medio de él.
Se maravilló Jacob del sueño y llamó a este lugar “Betel”, que significa “casa de Dios” tomó la piedra que había usado como cabecera, y la alzó por señal. El derramamiento de aceite encima de la piedra fue un acto de consagración del altar, en ese momento de angustia y en esa manifestación gloriosa la experiencia de Jacob fue como una señal de esperanza.
Además, que Jacob hizo voto al Señor:
Las condiciones.
1. Si Dios fuera con él.
2. Si le guardara en el viaje.
3. Si le diera pan y vestido.
4. Si le volviera en paz a casa de su padre.
Las promesas.
1. Jehová sería su Dios.
2. La piedra puesta por señal sería “casa de Dios”
3. El diezmaría a Dios de todo lo que le diera.
Cuando Jacob elevó esta oración, estaba huyendo de su hermano, la huida no ha llevado a nadie a ningún sitio, toda huida es inútil, porque siempre se vuelve al mismo lugar..
Cuando los discípulos de Cristo huían y se escondían de los soldados romanos, por miedo a morir y al ver que crucificaron a su maestro, volvieron a su antiguo trabajo (Juan 21:3). se sintieron decepcionados de ellos y volvieron a su mismo lugar de trabajo anterior.
En relación con nuestro deber, es más saludable volver herido de la batalla que sano por haber huido, esto lo sabía Jacob, también sabía que luego de haber engañado a su hermano solamente le esperaba el destierro, y nada es peor que el destierro. EGW “dominado por su remordimiento y timidez, trató de evitar a los hombres, para no ser hallado por su airado hermano, temía haber perdido para siempre la bendición que Dios había tratado de darle”-PP 182.
El temor de “haber perdido para siempre la bendición” de Dios fue un sentimiento que él mismo Señor puso en el corazón de Jacob, y así, en aquella noche de angustia, su huida se convirtió en una señal de esperanza.
Rogó a Dios, y él le respondió en un sueño: una escalera por la que subían y descendían ángeles fue la gran señal (Gén 28:12) Jesus se refirió a la misma escalera en el dialogo con Natanael Juan 1:51, Jacob despertó con la convicción de que Dios no lo abandonaría.
En el sueño, Dios le había revelado el Plan de salvación, avizoró su salvación y la de todos los mortales, por eso, con la piedra que usó para reposar su cabezal, erigió “un monumento a la misericordia de Dios” -ibid.,p. 184.
Esa experiencia en la vida de Jacob, es la que debería ayudarnos ahora, en los momentos de angustias que vivimos o enfrentamos debemos tener y erigir una señal de esperanza, porque esa señal de esperanza se convierte en una señal, cuando tenemos un encuentro con Cristo y experimentamos su gracias y vemos su poder obrando en nuestra vida, sin merecerlo coloca paz en corazón angustiado y trae esperanza para la mente atribulada.
III. Conclusión.
Huimos de nuestro pasado, porque no queremos enfrentarlo, Huimos del dolor, de la frustración, de lo que nos incomoda, y también huimos de la justicia.
Pero Dios siempre nos busca y nos espera, para restablecer las relaciones sin remordimiento y sin un corazón angustiado.
Quizás hoy estés huyendo de alguien o de algo, porque no quieres enfrentarlo, quizás hoy estamos huyendo de nuestro pasado que nos atormenta, quizás estamos huyendo de nosotros mismos, de nuestras malas decisiones del pasado que nos acarrearon angustias, problemas, miserias, ya no hay paz en el hogar, en la familia, hay remordimiento, esa experiencia puede ser una señal de esperanza, si hoy decidimos tener un encuentro con Jesus, esa experiencia de angustia y remordimiento puede ser una señal de esperanza si hoy renovamos nuestro compromiso y hacemos un pacto con Cristo Jesus, podemos huir de todos, pero nunca podremos huir de Dios, que bueno que podemos contarle todo a el.
Pero no huyas de Cristo, no huyamos de su perdón y su misericordia, porque donde hay angustia hay un pasado que nos atormenta, pero hay un Dios que trae esperanza, hay un Dios que puede quitar toda angustia y todo el dolor, escucha su respuesta, luego ya no huirás de el, porque tendrás fuerzas para enfrentar, a su tiempo lo que sea.