Jesús todo lo puede transformar

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Jesús todo lo puede transformar

Como pastores nos llenamos de gozo cuando vemos vidas transformadas al someterse bajo el poder del Espíritu Santo; es glorioso ver como esas vidas que se han abierto para que Jesús ingrese arrollando todo a su paso con su río cristalino de aguas vivas, ya que El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él” Juan 7:38-39; es glorioso ver como se van limpiando de la suciedad que el pecado había depositado dentro de ellos, transformándose en vasos de honra para nuestro Dios.

Solo un cristiano puede saber lo que se siente al haber disfrutado en su propia vida del poder transformador de Jesús, o de verlo operar en esas vidas que para el mundo carecen de todo valor por su condición física, moral, social o económica, y por lo tanto desechan o menosprecian sin saber ellos que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios” 1 Corintios 1:27-28, y resulta que lo desechado por el mundo es transformado por el Señor en herramientas dignas para su servicio.

El mundo no cree en el poder transformador de Jesús, pero esto es lógico pues “el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente” 1 Corintios 2:14; pero muchos dentro de las congregaciones tampoco creen pues no ven la transformación de sus propias vidas, creen que Dios no tiene poder o deseos de actuar sobre ellos, pero no consideran la posibilidad de que sean ellos mismos quienes le impiden actuar a ese poder.

Leamos La Palabra de Dios en Juan 2:1-11 Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús. Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos. Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora. Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere. Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros. Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo, y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; más tú has reservado el buen vino hasta ahora. Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él”.

Este es el punto donde comienza el ministerio terrenal de nuestro Señor, y lo hace manifestando la gloria de lo sobrenatural frente a la realidad material; de cierta forma, Jesús estaba presentando en esta transformación el desarrollo de la tarea que llevaría adelante a fin de que ese mundo, preso de la incredulidad pudiera también ser salvo y no les suceda como al pueblo que Dios rescató de Egipto para llevarles a la tierra prometida, “Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad” Hebreos 3:19.

Podemos ver que la transformación es la base sobre la cual opera el poder de Dios para llevar adelante los milagros que hicieron al mundo, e incluso a sus propios discípulos creer; en este caso, fue necesaria la transformación del agua en vino, como fue necesaria la transformación material del cuerpo del Señor antes de ser glorificado a fin de que esos mismos discípulos creyeran en lo que estaban viendo cuando “Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado” Marcos 16:14.

El deseo del Señor es ver nuestras vidas transformadas, y es lo que debería suceder cuando llegamos a su camino ya que allí se cumple su promesa que nos dice: “Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra. Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios. Y os guardaré de todas vuestras inmundicias; y llamaré al trigo, y lo multiplicaré, y no os daré hambre. Multiplicaré asimismo el fruto de los árboles, y el fruto de los campos, para que nunca más recibáis oprobio de hambre entre las naciones” Ezequiel 36:25-30, pero en cada uno de nosotros está el permitir que esa transformación se lleve a cabo en plenitud, de manera que podamos primeramente alcanzar la salvación, pero también una vida próspera y sin necesidades donde se marque también la presencia del Señor.

Cuantos hay el mundo, o aún en las congregaciones sin no han permitido que el poder de Dios actúe sobre ellos, que son prisioneros de los vicios y éstos les lleva a una situación de escasez económica; todos estos deberían pensar en someterse bajo el poder transformador de Jesús, ese poder que así como transformó el agua en vino, en sus vidas puede transformar el vino, el cigarrillo, el juego y todos los vicios o adicciones en pan, en el dinero que les falta para llevar adelante el bienestar de su familia.

Así como transformó el agua en vino, también puede transformar las discusiones y peleas que son el único fruto de las borracheras, en agradables y provechosas conversaciones o estudios de la Palabra de Dios, lo cual dará como fruto un crecimiento del amor matrimonial junto a una madurez espiritual; el Señor puede mostrar su gloria transformando las adicciones en experiencias a transmitir para que otros no caigan en esas mismas redes de destrucción que el enemigo presenta como muy agradables o como la única salida de los problemas.

Todos estos debieran pensar en todo cuanto podrían adquirir con el dinero que están malgastando en esos vicios que les aprisionan, dinero que le privan en bendiciones para su propia vida y la de su familia; todos estos deberían pensar en cuánto están perdiendo del amor de su familia y de la felicidad que podrían compartir a causa de sus vicios, sabiendo que todo se puede revertir con la simple acción de permitir que Jesús transforme su vida.

Cuantos andan por allí gastando su dinero en remedios, siendo que “Recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo” Mateo 4:23, como también ahora se mueve en medio de su pueblo sanando a los enfermos que permiten que su poder les transforme la vida en santidad, y el dinero de los remedios en bienestar para él y su familia; solamente es necesario creer, ya que “al que cree todo le es posible” Marcos 9:23, y permitir que el poder de Jesús transforme su vida.

Cuantos hay que malgastan su dinero buscando el futuro o la solución de sus problemas en los curanderos, hechiceros, parasicólogos y todo tipo de engañadores que se levantan para vivir de los incautos; tiran su dinero por no buscar la solución en el Dios vivo, “a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros” Efesios 3:20, y permitir que sea Él quien les muestre la verdad, “Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” 1 Timoteo 2:3-4; y conocer la verdad, ¿Qué es sino conocer a Jesús y seguir su perfecta voluntad?, conocerle para seguirle sabiendo que lo que Él disponga será siempre lo mejor para nuestra vida.

El Señor nos habla en su Palabra a fin de marcar su voluntad para cada uno de nosotros, diciéndonos: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma” 3 Juan 1:2, donde la prosperidad de nuestra alma la obtendremos sometiéndonos al poder y soberanía de Dios para que nuestra vida sea transformada totalmente conforme a su perfecta voluntad, haciendo realidad los versículos siguientes, para gloria de su nombre: “Pues mucho me regocijé cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad, de cómo andas en la verdad. No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad” vs 3-4.

CONCLUSIÓN:

La voluntad del Señor es que la vida de la humanidad se transforme y por eso es necesario que la Palabra se extiende a todos los rincones de la tierra, Marcos 16:15; muchos hemos permitido que el poder transformador de Jesús obre en nuestro interior y nos convierta verdaderamente en nuevas criaturas, De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” 2 Corintios 5:17; y hay otros muchos a quienes les ha llegado Palabra y la enseñanza, Pero no oyeron ni inclinaron su oído para convertirse de su maldad, para dejar de ofrecer incienso a dioses ajenos” Jeremías 44:5 y por esto siguen sufriendo en sus propias prisiones.

Pero ha llegado el tiempo en que todos aquellos que han llegado al camino del Señor se sometan al poder transformador de Jesús; el Señor quiere hacer un milagro en tu vida para que puedas creer, para que dejes de dudar si es que realmente puede hacer algo por ti, pero para esto es necesario que abras ahora tu corazón, que obedezcas como lo hicieron en la boda de Caaná cuando “Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere”, y entonces sí podremos ver el poder de Dios actuando sobre cada uno de nosotros, transformándonos en esos verdaderos hijos de Dios que testimonian de la presencia de Señor con cada acto de su vida.

Jesús está ahora contigo, está esperando que le presentes tus vicios, tus adicciones, tus enfermedades, tus problemas; ahora Él quiere ingresar a tu vida para transformarla, solamente déjalo ingresar, déjalo actuar, haz todo lo que te diga, solamente obedece su voz y su Palabra y verás como tu vida llena de problemas se transforma en una vida plena de felicidad junto a tu familia y podrás decir como el salmista: “Has cambiado mi lamento en baile; Desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría. Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado. Jehová Dios mío, te alabaré para siempre” Salmo 30:11-12.

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