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investigación ontexto historico y genero literario tio 1- 10-11

perez millos
1ª y 2ª Timoteo, Tito y Filemón (Introducción)Aunque cronológicamente esta Epístola a Tito debiera estar situada entre la primera y segunda a Timoteo, en la colocación de los libros del Nuevo Testamento, en la mayoría de las versiones, está en tercer lugar, siguiendo el orden lógico en el destino de los escritos. Esta epístola es una de las llamadas Epístolas Pastorales, que como se ha dicho en la introducción a las dos anteriores, tiene que ver con enseñanzas, demandas y advertencias a colaboradores directos del apóstol Pablo, a quienes encarga Aunque cronológicamente esta Epístola a Tito debiera estar situada entre la primera y segunda a Timoteo, en la colocación de los libros del Nuevo Testamento, en la mayoría de las versiones, está en tercer lugar, siguiendo el orden lógico en el destino de los escritos. Esta epístola es una de las llamadas Epístolas Pastorales, que como se ha dicho en la introducción a las dos anteriores, tiene que ver con lenseñanzas, demandas y advertencias a colaboradores directos del apóstol Pablo, a quienes encarga resolver problemas en alguna determinada iglesia o en grupos de iglesias, como es el caso de la dirigida a Tito, dándoles instrucciones y, sobre todo, alentándolos en la realización de tareas no siempre fáciles y gratas
Pérez Millos, S. (2016). Comentario Exegético al Texto Griego del Nuevo Testamento: 1a y 2a Timoteo, Tito y Filemón (p. 615). Viladecavalls, Barcelona: Editorial CLIE.
Pérez Millos, S. (2016). Comentario Exegético al Texto Griego del Nuevo Testamento: 1a y 2a Timoteo, Tito y Filemón (p. 615). Viladecavalls, Barcelona: Editorial CLIE.
1ª y 2ª Timoteo, Tito y Filemón (Introducción)
El apóstol enviaba para este ministerio a sus colaboradores más directos, creyentes formados a su lado, firmes en la fe y con capacidad para corregir y orientar a las congregaciones. Al ser enviados por un apóstol, llegaban con la autoridad delegada de este y comisionados por él para llevar a cabo la misión que se les había asignado. Por esta causa, los que eran contumaces generaban dificultades para evitar que sus propósitos fuesen impedidos. El servicio de los colaboradores del apóstol se veía dificultado por todas estas razones.Para alentarles en la labor y concretarles asuntos que necesariamente debían corregir, se producen las Epístolas Pastorales, entre las que está la que se dirige a Tito. Él debía corregir asuntos que no se habían podido completar por Pablo mismo, como era el establecimiento de ancianos en las ciudades donde había sido establecida una iglesia local. Del mismo modo tendrían que afrontar directamente a los que el apóstol llama contumaces, habladores de vanidades y engañadores (1:10), como era concretamente la situación con la que se enfrentaba Tito.Introducción especial a la EpístolaAutorRemitimos al lector a la Primera

Destinatario

La Epístola está dirigida a Tito, a quien llama “verdadero hijo en la común fe” (1:4). Es notable que este hombre no aparece mencionado nunca en Hechos de los Apóstoles, sin embargo su nombre aparece doce veces en las epístolas paulinas (2 Co. 2:13; 7:6, 13, 14; 8:6, 16, 23; 12:18; Gá. 2:1, 3; 2 Ti. 4:10; Tit. 1:4). Como se aprecia hay una reiterada mención en la correspondencia corintia. Mediante los pasajes que se citan, se puede establecer una síntesis biográfica de Tito.

El nombre es la forma griega del latino Titos, muy común entre los romanos, llevado entre otros por el famoso general romano, después emperador, que destruyó Jerusalén el año 70 d. C. La referencia a un hombre con ese nombre temeroso de Dios, que vivía junto a la sinagoga (Hch. 18:7), es para otro personaje. Es de origen griego, literalmente Ἕλλεν, (Gá. 2:3). Fue discípulo del apóstol Pablo y formó parte de la delegación de cristianos enviados de Antioquía a Jerusalén con motivo del problema judaizante (Gá. 2:1–3; Hch. 15:2). Muy probablemente era antioqueno e hijo espiritual de Pablo (1:4). Los judaizantes pretendieron que fuese circuncidado en Jerusalén, pero Pablo no lo permitió (Gá. 2:5), al ser de origen gentil, mientras que mandó circuncidarse a Timoteo por ser descendiente de judíos por su madre Eunice (Hch. 16:1, 3; 2 Ti. 1:5, 3:15). Por referencias de la correspondencia a los corintios, se sabe que fue enviado por Pablo a Corinto para que pusiese orden a abusos que se daban allí. Es posible que estuviese con los que llevaron la Primera Epístola de Pablo a los Corintios (1 Co. 16:12). Pero, lo que probablemente ocurrió es que Tito fue enviado allí con otro hermano (2 Co. 12:18), después de haber recibido la primera epístola, por noticias de situaciones en la iglesia.

El problema era grave, la tarea encomendada a Tito delicada, y el apóstol esperó anhelantemente el retorno suyo para saber noticias de lo ocurrido (2 Co. 2:13). El apóstol, cuando salió de Éfeso, esperaba encontrarse con Tito en Troas (2 Co. 2:12, 13). Angustiado por falta de información siguió hasta Macedonia, donde por fin se encontraron, trayendo buenas noticias de Corinto. La difícil misión encomendada por el apóstol tuvo éxito, lo que manifiesta la capacidad y autoridad espiritual de Tito, así como de su facilidad para relacionarse con otros (2 Co. 7:6, 7). El apóstol hace referencia al gozo de Tito por la gestión en Corinto (2 Co. 7:13). Esto indica el afecto que Pablo sentía por él y la preocupación por su reacción frente al trabajo que le había sido encomendado. También fue comisionado para recoger las ofrendas que el apóstol promovía entre las iglesias en Asia para los creyentes pobres de Jerusalén (2 Co. 8:6). Tito fue el portador de la Segunda Epístola a los Corintios, desde Macedonia (2 Co. 8:17–18), en donde aparecen varias menciones, llamándole “compañero mío y colaborador para con vosotros” (2 Co. 8:23).

Nada se sabe de él hasta después del primer encarcelamiento de Pablo en Roma. Esta Epístola, revela que estuvieron juntos en Creta y recibió el encargo del Apóstol para organizar y corregir deficiencias de las iglesias establecidas en la isla. Después fue llamado a reunirse con Pablo en Nicópolis lo antes posible (3:12). La última mención de Tito ocurre con motivo de su viaje a Dalmacia, en vísperas de la ejecución de Pablo (2 Ti. 4:10). Con toda seguridad estuvo con el apóstol durante la parte final de su encarcelamiento en Roma, aunque no se puede afirmar con seguridad.

Según la tradición de la Iglesia, se relaciona a Tito con Dalmacia, pero, es extraño que no se le hubiese vinculado con alguna iglesia. También se le relaciona tradicionalmente con Creta, y desde Eusebio se le considera como el primer obispo en la isla pero también esta tradición no puede ser apoyada bíblicamente. Se dice que fue obispo en la isla y que murió siendo viejo.

Esta aparente contradicción histórica llevó a los críticos liberales a plantear un problema de autenticidad afirmando la existencia de dos Titos, uno el que se cita en Gálatas y 2 Corintios y otro la persona a quien Pablo escribe que estaba a cargo de la iglesia en Creta. Sin embargo, como reiteradamente se demuestra en todo este Comentario al Nuevo Testamento, éstas y otras muchas propuestas son meras hipótesis para negar por cualquier medio la inspiración e inerrancia de la Biblia.

Motivos

El escrito tiene como propósito principal exhortar a Tito en el mantenimiento de la fe, frente a las muchas desviaciones que se estaban produciendo y a la presencia de falsos maestros que enseñaban doctrina contraria con el propósito de apartar a los creyentes de la verdadera fe. Pablo escribe para dar instrucciones a Tito sobre el modo del buen gobierno de la iglesia local. Por esta razón, de la manera que dejó a Timoteo en Éfeso (1 Ti. 1:3), así deja a Tito en Creta para que terminase de ordenar lo que faltaba y estableciese ancianos (1:5).

Al darle instrucciones concretas sobre aspectos relativos a la organización eclesial y hablarle de los peligros que generaban gente a quienes califica de “contumaces, habladores de vanidades y engañadores” (1:10), usa el escrito para aminarle en esa tarea, mientras le conmina a hablar lo que concuerda con la sana doctrina (2:1). Además debía insistir en las iglesias sobre la necesidad de que los creyentes se ocupasen en buenas obras (3:8).

Se trata de tiempos posteriores a la primera prisión de Pablo, pues antes no se mencionan iglesias o resultados de la predicación del evangelio en esa isla. Lucas no dice nada en Hechos de esa obra, cosa que resultaría difícil de entender si se hubiese establecido antes de la primera prisión de Pablo.

Otro de los propósitos es recordarle los peligros que rodean a la iglesia, que se harían cada vez más notorios e intensos y a los que no solo debía estar atento, sino afrontarlos decididamente. Advirtiéndole de personas que causaban divisiones y a los que había que disciplinar (3:8–11).

Finalmente el escrito tiene también la misión de pedir a Tito que una vez llegasen a donde él estaba Artemas o Tíquico, viniese a encontrarse con Pablo a Nicópolis, donde tenía previsto pasar el invierno (3:12).

Lugar y fecha

Por Clemente de Roma, se sabe que Pablo viajó a España, como era su propósito según les comunicó a los creyentes en Roma cuando les escribió la Epístola (Ro. 15:24). No hay evidencias bíblicas pero sí históricas. El libro de Hechos concluye con la prisión de Pablo en Roma, último testimonio de Lucas. Pablo fue liberado después de dos años en prisión en Roma, cinco en total, Clemente de Roma afirma, en una carta a los corintios, que el apóstol murió después de haber llegado hasta los extremos de occidente. Un fragmento de Muratori dice que Lucas no pudo contar la prisión de Pedro y el viaje de Pablo cuando fue de Roma a España. Otras referencias de ese viaje aparecen en escritos de los padres de la iglesia, Atanasio, Cirilo de Jerusalén, Epifanio, Juan Crisóstomo, Teodoreto de Ciro y Jerónimo. Este viaje sólo pudo ocurrir después del período de su primera prisión en Roma (Hch. 28:30, 31). De modo que la visita a Creta y la fundación de iglesias en la isla, pudo haberse producido durante el tiempo entre la liberación de la primera prisión y el de su segunda, que le condenaría a muerte.

La Epístola debió ser escrita entre el año 62 y el 64 d. C., en el tiempo de ministerio de Pablo entre la liberación de su primera prisión y la segunda, mientras ministraba en las iglesias en Macedonia, bien sea desde Corinto o, tal vez mejor, desde Nicópolis (3:12). No se sabe a ciencia cierta quien llevó la Epístola, pero se sugiere que pudieron haber sido Zenas y Apolos (3:13).

1ª y 2ª Timoteo, Tito y Filemón La Epístola en la iglesia

La Epístola en la iglesia

Crítica externa en contra de la autenticidad

Se ha remitido al lector a la Introducción General de las Epístolas Pastorales, que aparece en la Primera Epístola a Timoteo. Tal solo mencionar aquí algo referido específicamente con Tito. Así escriben los liberales sobre ella:

“Las instrucciones y enseñanzas que llenan toda la carta producen una intensísima impresión de inverosimilitud y de cosa que no se puede creer”. Esto se afirma al comenzar el análisis de la situación histórica de las Pastorales.

La razón que apuntan para rechazar la autoría paulina de Tito es esencialmente la misma que para las de Timoteo. Según ellos, dar esas instrucciones a un colaborador de Pablo que en tantas ocasiones cumplió por su delegación acciones en las iglesias que había fundado, no tiene sentido porque todas ellas las conocía bien. Además las instrucciones tienen que ver con cosas que no son urgentes, sino que deben resolverse a largo plazo. Algunos autores llaman la atención sobre el prescripto de la epístola (1:1–4a), juzgándola como inapropiada para una persona tan próxima al apóstol. Así escribe Collins: Normalmente, la elección de un título indica la autoridad con la que Pablo desea dirigirse a los destinatarios de su correspondencia… Se puede suponer que el Pablo histórico, al escribir a Timoteo y a Tito, no tuviera necesidad de un título que lo introdujera”.

1ª y 2ª Timoteo, Tito y Filemón Crítica externa en contra de la autenticidad

Apuntan también al tema de los falsos maestros y las falsas doctrinas. Así se lee en la Epístola: “no atendiendo a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad” (1:14); “Pero evita las cuestiones necias, y genealogías, y contenciones, y discusiones acerca de la ley; porque son vanas y sin provecho” (3:9). A los falsos maestros se les presenta como conocedores de un conocimiento nuevo y superior, que en realidad, según los críticos no es otra cosa que el deseo de oír novedades, de modo que cuando dice de ellos: “Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra” (1:16), los sitúa según los críticos en el campo del gnosticismo. Por otro lado la confrontación que se opone a las enseñanzas de estos falsos maestros que quieren reivindicar sus ideas, es la autoridad apostólica, que se sustenta sobre la tradición y por la actuación de quienes están legitimados por los apóstoles para enfrentarlas. Además la polémica contra los falsos maestros, no se produce en forma de discusión confrontando las enseñanzas de ellos, sino que el esfuerzo de consolidación de las iglesias establecidas se inculca por una firme disciplina eclesial, bien por una ética firme o por una sana doctrina. Es decir, no se refuta la falsa enseñanza, simplemente se le opone la sana doctrina de la tradición de la iglesia que –para ellos- ya ha sido formulada en gran parte con precisión

1ª y 2ª Timoteo, Tito y Filemón Crítica externa en contra de la autenticidad

Podrían añadirse otros aspectos que la crítica liberal presenta para afirmar que las Pastorales, entre ellas la Epístola a Tito, no pudieron haber sido escritas por Pablo, pero, también, como siempre, no dan alternativas fiables, ni respuestas válidas identificativas a los supuestos autores. La Alta Crítica o crítica liberal, no es otra cosa que la ciencia de la negación, el no por el no, para destruir la firmeza de fe en la inspiración plenaria de la Biblia.

Evidencias internas

Como ya se dijo la Epístola a Tito, tiene una notable importancia para la iglesia en general y para el líder en la congregación. Como decía Calvino: “Las epístolas pastorales, aunque dirigidas a hermanos concretos, son escritas por causa de otros”.

La autoría de ésta, como de las restantes Epístolas Pastorales, es, como se demuestra en la Introducción General. Solo los críticos racionalistas, o críticos liberales, de la escuela llamada de la Alta Crítica, cuestionan la autoría del escrito.

Las evidencias externas son varias. Citas de hombres de la iglesia primitiva reconociéndola como de Pablo, tales como Ireneo, Tertuliano, Clemente de Alejandría, etc.

El canon Muratori la recoge como escrito de Pablo.

Policarpo usa para hablar de la conducta de su tiempo, la expresión tomada de 1 Ti. 4:10.

Igualmente están las evidencias internas, entre las que cabe destacar, la sicología del autor.

La sicología del anciano se manifiesta firmemente en la Epístola. Insiste, como hombre mayor, en las recomendaciones a la prudencia (2:2, 4, 5,12); pudiera apreciarse un cierto pesimismo en la conducta de los jóvenes (2:6).

Evidencias externas

La Epístola a Tito se considera como escrito del apóstol Pablo, desde el principio de los tiempos de la iglesia, como se ha considerado en la introducción general de las Pastorales.

Como se ha dicho en aquel apartado, las Pastorales, entre las que está Tito, son conocidas y usadas en Roma por Clemente, en Esmirna por Policarpo, en Antioquía por Ignacio, por tanto, en tiempo tan próximo a la época apostólica no podrían aceptarse como paulinos escritos que no lo fuesen.

El Fragmento muratoriano, en la línea 60 habla explícitamente de una carta a Tito, escrita para tratar sobre el orden y la disciplina en la iglesia. En los escritos de Ireneo y Tertuliano aparecen citas de la Epístola. El primero contiene una cita de Tit. 3:9. El segundo tiene otras referencias de las Pastorales. Marción aceptaba la autoría de las Pastorales, reconociéndolas como de Pablo. Eusebio de Cesarea, profundo conocedor del canon del Nuevo Testamento, y de las discusiones que se generaron sobre la autenticidad de los escritos incluidos en él, afirma que la Epístola a Tito está admitida como de Pablo unánimemente por todos

Todas estas evidencias,

tanto las externas como las internas son prueba de que sólo un preso que además se llama Pablo y que escribe revestido de autoridad, tiene necesariamente que ser el apóstol, y que no se trata de un escrito pseudoepígrafo de tiempo posterior, como los críticos humanistas tratan de demostrar.

Las iglesias en Creta

Creta es una isla situada en el mar Egeo, la más grande de las pertenecientes a la Grecia moderna y la segunda en tamaño del Mediterráneo Oriental después de Chipre. Tiene una superficie de 8.275 km2. y 1.040 km. de costa. De 260 km. de largo y entre los 60 y los 12 km. de ancho. Está situada a igual distancia de Europa, Asia y África, de ahí que en la antigüedad se le considerase como el centro del mundo. Es un lugar montañoso donde el Ida alcanza 2.460 m. sobre el nivel del mar. Antiguamente era un territorio lleno de árboles y pastos, pero en la actualidad en gran parte inhóspito y desértico.

La civilización de Creta es nombrada por el legendario rey Minos de Cnosos. La primitiva civilización duró desde aproximadamente 2500 hasta 2000 a. C. Para el período medio minoico, 2000 a 1550 a. C. la isla llegó a ser un importante centro comercial, donde los gobernadores construyeron grandes palacios en el centro de la isla. Estaban rodeados por ciudades prósperas. Los habitantes de ellas vivían en casas confortables y rodeados de lujo. Las paredes de casas y, especialmente, de palacios estaban adornadas con frescos que representaban paisajes, peces, animales, escenas de la vida cretense, etc. El aceite, el vino y el grano se guardaban en grandes vasijas de barro. El último período minoico empezó sobre el 1600 a. C. y fue el más próspero. En torno al 1400 a.C. Creta fue conquistada y devastada por los micenos del continente griego.

La cultura cretense era una civilización pacífica, como evidencia el hecho de que las ciudades carecieran de fortificaciones y sistemas de prevención. Los cretenses destacaron como expertos navegantes convirtiendo la isla en un gran centro comercial del Mediterráneo, manteniendo intensos vínculos comerciales con Egipto, Chipre, Siria, Asia Menor, Sicilia y el resto de Grecia.

En cuanto a religión los cretenses eran politeístas, veneraban a sus dioses en cavernas y al aire libre, ofrendando danzas rituales y sacrificios de animales. Dentro de las ceremonias de culto solían practicar ejercicios de tauromaquia, provocando la embestida de un toro que luego trataban de esquivar. El culto más destacado fue el que llamaban de la Gran Madre, deidad femenina que simbolizaba la fecundidad. Se le llamaba también la Señora a la que se acompañaba con diversas vinculaciones. En Cnosos se encontraron tablillas en las que se le llama la Señora del Laberinto que tenía adscritos para su beneficio diversos rebaños de ganado.

Dentro de la mitología se habla del Minotauro, monstruo con cuerpo de hombre y cabeza de toro al que debían ofrecerse cada siete años siete mancebos y siete doncellas, a quienes devoraba. Esta situación concluyó con la heroica hazaña de Teseo, que ayudado por la princesa cretense Ariadna, ingresó en el laberinto, donde Minos había encerrado al monstruo, y lo mató.

Algunos identifican Creta con Caftor, de donde procedían los filisteos (Jer. 47:4; Am. 9:7). Muchos estudiosos consideran que a raíz de la invasión de los aqueos, es bastante probable que muchos cretenses emigraran y colonizaran las cosas del sur de Canaán, dando origen a los filisteos. En tiempos helenísticos la isla contaba con una colonia judía, algunos de cuyos miembros estaban presentes en Jerusalén en el día de Pentecostés (Hch. 2:11), preludiando la rápida extensión del cristianismo en la isla. Pablo visitó Creta después de recibir la libertad en Roma, acompañado de Tito, el cual se quedó en la isla encargado por el apóstol de poner las cosas en orden y constituir ancianos por las ciudades, procurando evitar que las enseñanzas de los judaizantes afectaran la fe predicada a los creyentes (Tit. 1:5, 10, 14).

El texto griego de la Epístola

La Epístola a Tito, como las otras dos pastorales, está escrita en el griego común, conocido como koiné. El origen de esta forma de la lengua griega, se halla en el proyecto de unificación de Grecia bajo Filipo de Macedonia. Aunque existen algunos cambios con relación al griego clásico, las diferencias son mínimas, tales como reducción fonéticas de base dialectal jónica, pérdida progresiva de la distinción de cantidades vocálicas, etc. En el vocabulario se aprecia la entrada de términos foráneos y remplazo de términos antiguos por otros más expresivos. También se aprecia la pérdida casi total del modo verbal optativo, así como los matices que diferenciaban en el griego clásico los temas de aoristo y de perfecto en detrimento de este último. La koiné, es una lengua cómoda, flexible y perfectamente adaptada para expresar conceptos muy precisos. De ahí que permaneciera junto con el latín como lengua de cultura y comunicación en el Imperio Romano

1ª y 2ª Timoteo, Tito y Filemón El texto griego de la Epístola

Como del resto de los escritos del Nuevo Testamento, no existe tampoco aquí el original, esto es, el primero salido directamente del autor. Las copias existentes son varias y entre ellas se aprecian diferencias. Debe tenerse en cuenta que para el Nuevo Testamento hay no menos de 5200 manuscritos y entre ellos existen más de doscientas cincuenta mil variantes, acumuladas a lo largo de los catorce siglos en que se han estado produciendo copias del texto griego. A los errores propios de un sistema de copiado, se añadieron variantes consecuentes con correcciones y adaptaciones producidas para determinados lugares geográficos, como era el caso de Alejandría, Antioquia, Constantinopla, Cartago, Roma, etc. en copias que se adaptaron en ocasiones idiomáticamente para las grandes ciudades, dando origen a lecturas especiales.

El texto Alejandrino, el más antiguo para los escritos del Nuevo Testamento, es considerado como uno de los más fiables y fieles en cuanto a la conservación y preservación del texto original. Los dos testimonios derivados del Alejandrino son el Códice Vaticano y el Códice Sinaítico, manuscritos en pergamino de mediados del s. IV. Con la aparición de importantes papiros a lo largo del s. XX, se puede afirmar que el Alejandrino alcanza a épocas con mayor antigüedad, llegando a considerarse como del s. II, más o menos hacia el 125 d. C. El texto Bizantino, es el más reciente de los del Nuevo Testamento. En éste se ha intentado pulir lo que pudiera representar alguna forma ruda en el lenguaje, cambiando las lecturas discrepantes o divergentes por otra expandida, armonizando los paralelos

comentario biblico expositivo nuevo testamento tomo 3

TITO

A. Duane Litfin

Traducción: Bernardino Vázquez

INTRODUCCIÓN

Tito fue un gentil convertido (Gá. 2:3) que había servido y viajado junto con el apóstol Pablo (Gá. 2:1–3). También fungió como fiel emisario a la conflictiva iglesia de Corinto (2 Co.7:6–7; 8:6, 16).

Aproximadamente en 63–64 d.C., poco tiempo después de que dejaron a Timoteo en Éfeso, Pablo y Tito viajaron a Creta (V. “Mapa de lugares clave en el ministerio de Pablo”, en el Apéndice, pág. 360). Después de una breve visita, Pablo dejó a Tito allí para ayudar a formar el liderazgo de las iglesias de la isla (Tit. 1:5). Subsecuentemente el apóstol escribió esta epístola y la envió a Tito. Se desconoce el tiempo y lugar exacto de su redacción. (V. la Introducción a 1 Ti. para una discusión más detallada de la autoría y fecha de las epístolas pastorales.)

El propósito de la epístola a Tito es instruir a éste acerca de lo que debía hacer y enseñar en las iglesias de Creta. Un tema especial de la carta es explicar la función que tiene la gracia en la promoción de las buenas obras entre el pueblo de Dios (Tit. 2:11–3:8).

Pablo esperaba reunirse con Tito de nuevo en Nicópolis en el invierno (3:12), pero no hay manera de saber si se llevó a cabo ese encuentro. La última vez que Pablo mencionó a Tito (2 Ti. 4:10) éste había ido a Dalmacia (parte de la antigua Yugoslavia). La tradición sostiene que Tito regresó a Creta y se quedó allí para ministrar por el resto de su vida.

BOSQUEJO

I. Saludo (1:1–4)

II. Requisitos de los ancianos (1:5–9)

III. Características de los falsos maestros (1:10–16)

IV. Conducta piadosa de diferentes grupos (2:1–10)

A. De los ancianos (2:1–2)

B. De las ancianas (2:3)

C. De las mujeres jóvenes (2:4–5)

D. De los hombres jóvenes (2:6–8)

E. De los siervos (2:9–10)

V. Función de la gracia en la promoción de la conducta piadosa (2:11–3:11)

A. Facultad educativa de la gracia de Dios (2:11–14)

B. La conducta amable que la gracia produce (2:15–3:2)

C. La gracia como motivación para llevar una vida piadosa (3:3–8)

D. Conducta inconsistente con la gracia (3:9–11)

VI. Instrucciones finales y saludos (3:12–15)

Comentario Biblico Mundo hispano

Exposición

Dinorah Méndez

Ayudas Prácticas

Edgar Baldeón

INTRODUCCIÓN

La carta a Tito es una carta personal pero que contiene principios del evangelio que pueden aplicarse tanto a problemas individuales como sociales y eclesiásticos. Esta característica le da a esta carta un valor permanente.

En esta carta, como en otras, Pablo aplicó el mensaje del evangelio a varios de los problemas más apremiantes que enfrentaban los primeros cristianos. Las cartas de Pablo fueron escritas con el poder del Espíritu Santo, pero involucrando todo su ser, su mente y sus emociones. Son escritos llenos de pasión y poder que impactan poderosamente aún en la actualidad.

La carta a Tito es una de las llamadas epístolas pastorales, ya que al igual que las dos cartas a Timoteo se consideran escritos que fueron dirigidos a jóvenes ministros, a quienes Pablo estaba aconsejando y entrenando en su recién iniciado ministerio pastoral. Robertson comenta que en estas epístolas se exponen problemas que tienen que ver con la eclesiología, es decir con doctrinas y prácticas relacionadas con la iglesia. Además, afirma que es importante considerar el estudio de estas cartas, y en general de todos los escritos de Pablo, de acuerdo a su orden cronológico o su origen histórico, ya que de esta manera se puede conocer el propio crecimiento de Pablo como teólogo y como intérprete del evangelio.

AUTOR Y FECHA

Aunque algunos estudiosos ponen en duda la autoría de Pablo, no solo de esta carta sino también de las cartas a Timoteo, es decir, las cartas denominadas pastorales, lo más aceptado es que el autor es indiscutiblemente el apóstol Pablo. En cuanto a la fecha, no todos los expertos están de acuerdo. Sin embargo, la mayoría considera que Pablo pudo haberla escrito entre los años 65 a 68, o más específicamente entre 66 y 67 d. de J.C., junto con las cartas a Timoteo y hacia el final de su vida. Esto significa que para haberse dado su presencia en Creta (1:5) y luego sus planes de pasar un invierno en Nicópolis (3:12), desde donde pudo estar escribiendo la carta, es necesario considerar que debió haber sido liberado de su prisión en Roma, relatada al final de Hechos.

RECEPTOR DE LA CARTA

Todos los estudiosos concuerdan en que se tiene muy poca información sobre Tito. Hay pocas menciones en el NT sobre su persona, pero las que existen dan una imagen interesante acerca de este discípulo del apóstol Pablo. Se menciona a Tito por su nombre 13 veces en total: Dos en Gálatas (2:1, 3), una en 2 Timoteo (4:10), una en la propia carta de Tito (1:4) y nueve en 2 Corintios (2:13; 7:6, 13, 14; 8:6, 16, 23; 12:18 [2 veces]). Sin embargo, todo parece indicar su participación en la visita de Pablo y Bernabé a Jerusalén, narrada en Hechos 15:2 y ss. En este pasaje se menciona que los acompañaban “algunos otros” y comparando con Gálatas 2:1, 3, Pablo afirma “llevé conmigo también a Tito” y “ni siquiera Tito, quien estaba conmigo …”. Esto ubica a Tito en medio de la controversia con los cristianos judaizantes que exigían a los conversos gentiles que se circuncidaran y cumplieran con la ley judía. Debido a que Tito era griego y a que Pablo no accede a someterse al partido judaizante (Gál. 2:3, 5), la decisión de que se aceptaran a los gentiles en la iglesia con base solamente en la fe en Cristo es de gran importancia para la extensión y el progreso del cristianismo.

Por otro lado, Pablo reconoce a Tito como un “hijo según la fe” (1:4), lo que indica que Tito debió conocer el mensaje de Cristo por medio del Apóstol. Luego, se ve que fue su cercano colaborador de Pablo y que este especialmente le encomendó atender las situaciones críticas que vivió la iglesia de Corinto. Las dos cartas a los Corintios revelan las dificultades de esa iglesia y el papel que tuvo Tito junto con Timoteo al ser enviados por Pablo para ministrar en esa ciudad. En especial, Tito parece haber sido muy apto y dispuesto a atender comisiones difíciles sin vacilaciones y con una capacidad especial de liderazgo y administración (2 Cor. 7:13–15 y 8:16, 17). Es posible que Tito fuera enviado a Corinto por lo menos dos veces llevando sendas cartas a la iglesia a fin de atender los problemas que estaban teniendo. Algunos estudiosos como Barclay sugieren que Tito pudo ser un pariente o incluso un hermano de Lucas, ambos griegos y con habilidades para un servicio práctico. Lo importante es que Pablo tuvo plena confianza en este colaborador suyo y finalmente en la carta a Tito se ve que le deja a cargo de tareas especiales en la iglesia o iglesias de Creta, que el propio Apóstol había dejado inconclusas.

MOTIVO Y OCASIÓN

Esta carta a Tito, como las dos cartas a Timoteo, fueron escritas por Pablo dirigidas a ellos como individuos, son cartas personales. Sin embargo, por los asuntos que trata en ellas, no se trata de temas privados, antes bien, da instrucciones a estos jóvenes ministros en relación a su labor en las iglesias, por lo que se podrían llamar también cartas eclesiásticas. Por otro lado, se refiere a su labor pastoral, por lo cual se les llama también epístolas pastorales.

Así que el motivo de estas cartas pastorales es dar instrucciones a estos ministros respecto al cuidado y organización de las iglesias recién formadas. Estos líderes y las iglesias necesitan ser afirmados en la clase de líderes o pastores que deben ser y en los cuidados que deben tener contra las amenazas que pueden poner en riesgo la pureza del cristianismo.

Es probable que Pablo haya escrito la carta a Tito en conexión con las cartas a Timoteo ya que son muy similares, pero un poco antes de 2 Timoteo, ya que Tito fue escrita aparentemente desde Nicópolis y estando todavía libre. Por ese tiempo, se sabe que ya había ideas que eran potencialmente peligrosas para corromper el cristianismo. En Tito se ven las posibles corrupciones del intelectualismo (3:9), de la inmoralidad (1:11, 16) y del legalismo (1:10, 14).

BOSQUEJO DE TITO

I. INTRODUCCIÓN, 1:1–4

1. Identificación del autor, 1:1–3

2. Identificación del receptor, 1:4a

3. Saludo, 1:4b

II. ENSEÑANZA SOBRE LA VIDA EN LA IGLESIA, 1:5–16

1. Perfil de los ministros cristianos, 1:5–9

(1) Encargo general a Tito, 1:5

(2) Enseñanzas generales

(3) Características indispensables, 1:6, 7a, 8, 9

(4) Características indeseables, 1:7b

2. Descripción de los falsos maestros y sus enseñanzas, 1:10–16

III. ENSEÑANZA SOBRE LA VIDA FAMILIAR, 2:1–15

1. Descripción de la familia cristiana, 2:1–10

2. Razones para una vida familiar cristiana 2:11–14

3. Enseñanza con autoridad 2:15

IV. ENSEÑANZA SOBRE LA VIDA SOCIAL O PÚBLICA, 3:1–11

1. Descripción de los ciudadanos cristianos, 3:1, 2

2. Razones para una vida social cristiana, 3:3–7

(1) Recordando la vida antigua, 3:3

(2) Reconociendo la vida nueva, 3:4–7

3. Enseñanza con firmeza, 3:8–11

(1) Enfatizando lo verdadero, 3:8

(2) Evitando lo equivocado, 3:9–11

V. INSTRUCCIONES PERSONALES, 3:12–14

VI. DESPEDIDA Y BENDICIÓN FINAL, 3:15

VII. CONCLUSIÓN

HENDRIKSEN
1 y 2 Timoteo y Tito Comentario sobre Tito

Comentario sobre Tito

BOSQUEJO DE TITO

Tema: El apóstol Pablo, escribiendo a Tito, le da instrucciones para la promoción del espíritu de santificación

CAPITULO 1

En la vida congregacional

A. Encabezamiento y salutación.

B. Hay que nombrar ancianos de buenas cualidades en todas las ciudades.

C. Razón: A Creta no le faltan las personas de mala reputación que necesitan ser reprendidas con toda seriedad.

CAPITULO 2

En la vida familiar e individual

A. Todas las clases de individuos que componen el círculo familiar debieran conducirse de tal manera que por su conducta adornen la doctrina de Dios, su Salvador.

B. Razón: La gracia de Dios se ha manifestado a todos para santificación y para esperar con gozo la aparición gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador, Jesucristo.

CAPITULO 3

En la vida social (esto es, pública)

A. Los creyentes deben obedecer a las autoridades. Deben ser amables con todos los hombres, puesto que fue la bondad de Dios nuestro Salvador, no nuestras obras, lo que nos trajo la salvación.

B. Por otra parte, hay que desechar las cuestiones necias y los hombres facciosos que se niegan a prestar atención a las amonestaciones.

C. Instrucciones finales con respecto a viajeros por la causa del reino (Artemas o Tíquico, Tito, Zenas, Apolos) y a creyentes cretenses en general. Saludos.

INTRODUCCIÓN A LAS EPISTOLAS PASTORALES

II.B. Tito

Parece ser de la misma edad de Timoteo (Tit. 2:6ss) y es conocido gracias a cuatro epístolas paulinas (Gá., 2 Co., Tit. y 2 Tim.).

Tito era gentil (griego) de nacimiento (Gá. 2:3) y fue convertido por Pablo (Tit. 1:4), sin pasar primero por el judaísmo. Se lo encuentra por primera vez como miembro de la comunidad de Antioquía y acompañante de Pablo y Bernabé en su viaje al concilio apostólico (Gá. 2:1). De modo que fue colaborador de Pablo antes que Timoteo. Quizá fue acompañante en los restantes viajes, aunque no se lo encuentra hasta el tercer viaje misionero, donde Tito fue quien les llevó a los corintios la “carta severa” y, gracias a su hábil proceder, trajo nuevamente a la obediencia a aquella comunidad casi perdida (2 Co. 2:13ss; 7:13ss; 8:6; 12:18). Como portador de la 2 Co. preparó después definitivamente la venida de Pablo (2 Co. 8:6, 16–24). Es evidente que esto lo caracteriza como persona de mucho tacto, y quizá de una personalidad más fuerte que Timoteo (1 Co. 16:10; 2 Co. 7:15). Además, poseía cualidades de administrador. Pablo lo describe como “compañero y colaborador” (2 Co. 8:16ss).

Sólo años más tarde vuelve a encontrárselo en Creta (Tit. 1:5ss), donde Pablo, después de la libertad del primer encarcelamiento romano, lo había dejado para organizar dicha iglesia, establecer un ministerio digno, vencer la oposición y enseñar sana doctrina. También le pide que se reúna con él en Nicópolis cuando llegue Artemas o Tíquico (Tit. 3:12). Poco antes de la muerte del apóstol marchó a Dalmacia, probablemente por encargo suyo (2 Ti. 4:10).

Según la tradición murió a los noventa y cuatro años de edad en Gortyna (Creta) siendo obispo de la isla. Ramsay sugiere que podría haber sido pariente de Lucas25, razón por la cual éste no lo menciona en Hechos.

Introducción al cuerpo epistolar del Nuevo Testamento - Tomo 2 (III. Autoría)
III. AUTORÍAIII.A. Evidencia interna y semiinternaTodas las cartas evidencian ser escritas por el apóstol (1 Ti. 1:1; 2 Ti. 1:1; Tit. 1:1). Además, dan una descripción similar a la que se encuentra entre sus otras cartas: era blasfemo y perseguidor de la iglesia, convertido y designado divinamente para ser apóstol, sufrió en defensa de la verdad. Las tres pastorales tienen, además, una estructura similar a las otras diez paulinas. También la relación con los destinatarios es la misma que se presenta en otras cartas paulinas y en Hechos. Se mencionan también ciertos colaboradores que aparecen en otras cartas paulinas como tales. Finalmente, las pastorales revelan a un autor con un interés por las iglesias y una teología que apunta nuevamente al corazón de Pablo.III.B. Evidencia externaFaltan en el canon de Marción (ca. 150) y en el p, el canon paulino más antiguo; ca. 200. Sobre la ausencia en Marción no es por desconocimiento, sino por rechazo, ya que eran bien conocidas en su tiempo, como veremos a continuación29. Con respecto al p46 se han perdido las siete hojas primeras y últimas. Sólo las epístolas pastorales hubieran requerido ocho hojas; así pues, es evidente que no fueron previstas.Las autoridades eclesiásticas que citan y brindan conocimiento de estas epístolas son:• Clemente de Roma (ca. 96). Tiene varias similitudes: A los Cor. XI:7 cf. Tit. 3:1; A los Cor. XLV:7 cf. 2 Ti. 1:3.• Ignacio (ca. 110). Toma expresiones de las pastorales. A Policarpo VI:2 cf. 2 Ti. 2:4.• Policarpo (100–135). Toma expresiones de las pastorales. A los Filipenses IV:1 cf. 1 Ti. 6:6, 7, 10; A los Fil. V:1 cf. 1 Ti. 3:8; A los Fil. V:2; IX:2 cf. 2 Ti. 2:12; 4:10; A los Fil. XI:4 cf. 2 Ti. 2:25; A los Fil. XII:3 cf. 1 Ti. 2:1, 2.• Justino Mártir (ca. 155). Demuestra conocer las pastorales. En Diálogo con Trifón expresa “la bondad de Dios y su amor para con los hombres” nos recuerda a Tit. 3:4,• Atenágoras (ca. 177). Describe en Súplica a Favor de los Cristianos XVI a Dios como “luz inaccesible” lo que nos recuerda a 1 Ti. 6:16.• Teófilo de Antioquía (ca. 180). Se refiere al “agua y lavamiento de la regeneración” y cita “para que vivamos quieta y reposadamente” 41.• El Fragmento Muratorio (ca. 180) dice que el “bendito Pablo … escribe … una carta a Tito y dos a Timoteo … que la honorable estima de la iglesia universal considera sagradas en la regulación de la disciplina eclesiástica”.• Ireneo (ca. 190). La cita en numerosas partes en Contra las Herejías y atribuye las pastorales al apóstol Pablo.• Tertuliano (fl. 193–216). Declara que “Pablo dirigió esta expresión a Timoteo” cuando cita varios pasajes de las pastorales.• Clemente de Alejandría (fl. 190–200). Atribuye al apóstol ciertos pasajes.• Orígenes (ca. 230). Cita muchísimos pasajes de las pastorales y se las atribuye a Pablo46.• Eusebio (s. IV). Él hace referencia a las epístolas pastorales indirectamente, mostrando cómo las iglesias las aceptaban como escritas por el apóstol. Además, hace referencias concretas a ellas48.III.C. Objeciones a su autenticidadMuchos autores no consideran estas cartas como paulinas. Aunque cada una de ellas dice ser escrita por el apóstol, los críticos observan aquí un mero recurso literario. Debido a la fuerte evidencia de la antigüedad, estas objeciones deberían considerarse como innovaciones modernas.Las críticas comenzaron con Schleiermacher con 1 Ti. (1807) y continuaron, entre otros, con Eichhorn, de Wette, J. Holtzmann, Moffat, Bultmann y M. Dibelius, quienes negaron la autoría paulina de las tres, y Von Soden, P.N. Harrison, Scott, Falconer y Easton que la niegan también, pero reconocen ciertos fragmentos auténticos. En 1835, F.C. Baur sostiene que las tres debían considerarse como pseudoepigráficas. Aunque la pseudonimia le presta un poco de dignidad al engaño esencial que es el suponer que estas cartas son obra de un desconocido, o varios, levantaría muchas cuestiones éticas, ya que hay tantas alusiones personales y detalles circunstanciales, que haría de los escritos una consumada hipocresía. Como dice J.E. Huther: “Si existen dificultades en vindicar la autoría paulina, es aún más difícil probar, sea en totalidad o parcialmente, cómo un falsificador podría haber escrito tres epístolas como éstas, en forma y contenido, y encajárselas al apóstol Pablo”52.De todos modos, las objeciones se han basado principalmente en cinco problemas que se fueron desarrollando sucesivamente, y su efecto acumulativo hoy hace que muchos no las acepten como genuinas paulinas.III.C.1. Situación históricaComo dijimos, las epístolas paulinas no aparecen en el registro de Hch. y esto hizo que algunos pensasen en alusiones personales no auténticas, o que se trate de fragmentos de epístolas paulinas genuinas incorporadas en epístolas pseudónimas o pseudoepigráficas. Si Pablo fue liberado de su primer encarcelamiento (Hch. 28), de lo que hay mucha probabilidad, entonces todas estas dificultades desaparecen. Las teorías que consideran fragmentos paulinos incorporados en epístolas pseudónimas en realidad presentan más problemas que soluciones.Aquéllos que parten del prejuicio de un solo encarcelamiento en Roma, encuentran que en las pastorales, Pablo tiene movilidad y no coincide con el registro de Hechos. En Tit. 1:5, el autor dice que “te dejé en Creta”, lo cual implica que Pablo está libre, y no hay datos en Hch. de que Pablo haya dejado a Tito en el primer viaje.La respuesta tradicional de los dos encarcelamientos resuelve este problema. La movilidad del apóstol queda explicada, aunque no se mencione en ellas el otrora deseado viaje a España (Ro. 15:25, 28). Pablo se encontraba en Nicópolis y quería que Tito lo fuera a ver allí ya que allí quería pasar el invierno (Ti. 3:12). Según algunos, en Nicópolis el apóstol es tomado prisionero.Las últimas palabras en 2 Ti. muestran un panorama diferente al de su prisión romana. Hay un mayor sentido de final (2 Ti. 4:6) y de aislamiento (2 Ti. 1:15; 4:16). De esto surge que o no es el mismo autor que escribió las epístolas de prisión o es otro encarcelamiento.III.C.2. Situación eclesiásticaAlgunos dicen que la situación eclesiástica presente en las epístolas pertenece a un período muy posterior al de Pablo. Sin embargo, la organización es mucho más primitiva que la que se encuentra en los primeros padres apostólicos, y en rigor Pablo no se interesa mucho por ella como lo harían los padres posteriormente. Se puede observar también que Pablo y Bernabé pusieron ancianos en su primer viaje misionero, de modo que ellos deben haber sabido las cualidades que deben tener dichos oficiales ante las circunstancias que debían vivir. En cuanto a diáconos, también la Iglesia de Jerusalén los tenía antes de que Pablo iniciara sus viajes. Anciano y obispo son sinónimos (Tit. 1:5–7 cf. 1 Ti. 3:1–7; Fil. 1.1; 1 P. 5:1,2). El sistema de gobierno episcopal monárquico parece haber surgido oscuramente y es evidente recién en Ignacio (ca. 110)55.III.C.3. Situación heréticaAlgunos conectan las herejías aludidas en las epístolas pastorales con el gnosticismo del segundo siglo, especialmente el marcionismo. Sin embargo las epístolas son muy vagas en datos como para precisar el desarrollado gnosticismo de aquel período. Por otro lado, también hay que considerar que hubo formas primitivas del gnosticismo en el primer siglo, por lo cual no es imposible que Pablo las estuviera considerando en sus epístolas.III.C.4. Situación doctrinalSe critica el hecho de que Pablo no refuta los aspectos de esta doctrina punto por punto. Pero se puede aludir que sus asociados sabían muy bien cómo hacerlo, al conocerla. Lo que sí les aconseja es no perder tiempo refutando las conversaciones necias.Por otro lado, los temas principales que Pablo trata en las epístolas están ausentes en las pastorales. En estas epístolas hay una tendencia a encerrar o sistematizar la doctrina en “la verdad”, “la fe”, “el depósito” o “la sana doctrina”. Esto sugiere una etapa de formación en la que la doctrina había adquirido fijeza como tradición. También se critica que la cruz ya no ocupa el centro, sino las buenas obras59. De todos modos, hay que tener en cuenta que Pablo está escribiendo en los últimos días de su vida y que no está escribiendo a iglesias sino a personas asociadas e íntimas a él. Teniendo en mente un “sentido de final”, es claro que él pensara en dejar un legado doctrinario y que asentara la conservación de la doctrina verdadera.III.C.5. Consideraciones lingüísticasMuchas de las palabras que aparecen en las epístolas pastorales no aparecen en el resto del corpus paulinus y aun dentro de todo el NT. Por el contrario, muchas palabras que suelen aparecer en las diez otras epístolas paulinas, y son comunes en el lenguaje del apóstol, aquí no aparecen.Además, el estilo no parece ser paulino. Hay mucha ausencia de pronombres, preposiciones y partículas comúnmente usadas por el apóstol66. Pero esto no puede ser una prueba concluyente, considerando lo corto del material bajo estudio.Se han usado muchos métodos estadísticos para tratar de demostrar esto, pero no hay suficientes datos para hacerlo. El tema del lenguaje no puede dejarse de lado, pero existen dos posibilidades que respaldarían la autoría paulina: una es que Pablo tenía un vocabulario más amplio y una variedad de estilo de la que los eruditos le permiten tener, o que usó un amanuense al cual le dio cierta libertad para expresar las ideas de esta manera.IV. PROPÓSITO GENERAL DE LAS EPÍSTOLASLas tres epístolas parecen tener un propósito común, más allá de las diferencias entre ellas. Las tres consisten en palabras de exhortación y ánimo para sus colaboradores más cercanos.Aparentemente Pablo se da cuenta de que su tiempo en la tierra ha llegado casi a su fin, y su mente está en dar dirección a aquellos que lo han seguido en posiciones de responsabilidad. Él está considerando las demandas de la organización de la iglesia y escribe para confirmar ciertos asuntos, principalmente sobre los oficiales de la iglesia, que habrían sido oportunamente impartidos oralmente entre sus asociados (cf. Tit. 1:5). Pero de aquí a decir que éste sería el único propósito de las cartas sería erróneo. Con toda probabilidad Timoteo, debido a su naturaleza tímida, necesitaba las instrucciones autoritativas por escrito del apóstol para ponerlas en práctica. Así podría apelar a ellas en caso de disputa (cf. 1 Ti. 3:14, 15).Pablo también escribe en cuanto a los falsos maestros y les dice básicamente que eviten el contacto con ellos. No les informa cómo responder a sus herejías. Las epístolas tampoco contienen información sobre las grandes doctrinas bíblicas. Al ser colaboradores cercanos, Timoteo y Tito ya estaban embebidos en ellas. Lo que sí necesitaba recalcarse era la actitud práctica en cuanto a cómo encarar esta situación de los falsos maestros. Al parecer no hay ninguna relación entre las herejías de Éfeso y Creta aquí expuestas, como tampoco parecen tener relación con la de Colosenses. Lo que sí es probable es que más tarde dieran pie al gnosticismo del siglo II70.Quizá en 2 Ti. se vean más claramente los propósitos de su escritura. Pablo anima a Timoteo a encender el don que ya había recibido (2 Ti. 1:3–7), le recuerda su propio ejemplo (3:10ss) y lo exhorta a predicar la palabra (4:2s) como una serie de exhortaciones que se extienden a lo largo de toda la carta (1:6, 8, 13s; 2:1, 22; 3:14; 4:1). En dos oportunidades le pide que vaya a verlo (4:9, 21), aunque él mismo no sabe si va a poder verlo de nuevo (4:6). A la luz de las expresiones del último capítulo surge claramente que ésta fue la última carta del apóstol.En cuanto a las otras dos, Pablo parece haber estado recientemente con los destinatarios. Parte de lo que escribe ya fue dicho oralmente. En ambas se dan instrucciones por escrito para las características de los oficiales de la iglesia, cosas que obviamente, tanto Timoteo como Tito lo sabrían. De modo que el propósito sería fortalecer sus manos con la autoridad formal por escrito; esto podría respaldarse por la conclusión de las dos epístolas, que si bien eran dirigidas a individuos particulares, estaban también intencionadas para ser leídas ante la congregación.Además estas dos epístolas instan a cultivar la sana doctrina y la conducta recta como también enseñarlas a otros (1 Ti. 4:11; 6:2; Tit. 2:1, 15; 3:8). Erdman observa que el interés último de las pastorales es moral, ético y práctico. “El propósito que tienen es llevar a la pureza, religiosidad, santidad, servicio, amor”73.Knight III ve dos propósitos fundamentales y básicos en las tres epístolas:• Advertir a Timoteo y a Tito sobre la falsa enseñanza y exhortarlos a estar firmes contra ellas.• Dar instrucciones por medio de Timoteo y Tito a los cristianos de Éfeso y Creta sobre su conducta y vida religiosa.Por su lado, Ramos entiende un triple objetivo:• Hacer valer en las iglesias del área del mar Egeo los principios básicos que formaban parte del “depósito” de la fe.• Deseaba ofrecer a los líderes de las iglesias una serie de instrucciones que les permitieran aumentar el grado de autoridad de que disfrutaban como ministros del Señor.• Tenía intención de ayudarles a combatir las herejías que iban creciendo en aquella época y región.V. FALSOS MAESTROS Y FALSAS ENSEÑANZASJesús mismo previno a sus primeros discípulos de que vendrían falsos maestros y falsas enseñanzas. Luego, en la iglesia primitiva, vemos errores en doctrina y conducta desplegados en la Iglesia de Colosas, entre las iglesias citadas en las epístolas juaninas y en las iglesias de Apocalipsis. Las epístolas pastorales muestran ciertas tendencias, pero la evidencia no respalda que ellas tuvieran una forma organizada como una secta. De todos modos, a la luz de ellas podemos observar ciertas características:• Consistía en palabras, leyendas y genealogías. De modo que esta enseñanza se caracterizaba por la irrelevancia. Pablo las describe como: “controversias estúpidas y sin sentido” (2 Ti. 2:23) y las considera “cuestiones necias” (Tit. 3:9). Había disputa sobre palabras (2 Ti. 2:14) y sobre “conversaciones vanas” (1 Ti. 6:20; 2 Ti. 2:16). También había “mitos y fábulas” (1 Ti. 1:4; Tit. 1:14) y “genealogías interminables” (1 Ti. 1:4; Tit. 3:9). De modo que estos maestros, más que invertir tiempo en propagar errores, perdían tiempo en cosas que no aprovechaban.• Tendencia moral. Había dos ramas, por así decirlo:Ascetismo. Se privaban del matrimonio y de ciertos alimentos (1 Ti. 4:1–4). Había un deseo de una religión exterior, pero una carencia de poder interior (2 Ti. 3:1ss). Enumeraban cosas que las llamaban impuras, cuando para el puro todo es puro (Tit. 1:15).Inmoralidad. Por otro lado había algunos que propagaban algunas licencias morales, en algunos casos invadiendo las casas de mujeres débiles (2 Ti. 3:6). Se caracterizaba por la lujuria (2 Ti. 4:3). Así que Pablo le advierte a Timoteo que se guarde en pureza (1 Ti. 5:22; 2 Ti. 2:22). La inmoralidad también era financiera, ya que trabajaban para su propio provecho y para hacer dinero con las falsas enseñanzas, ganancias que las consideraban “piadosas” (1 Ti. 6:5; Tit. 1:11).• Intelectualismo especulativo. Esta gente “deliraba acerca de cuestiones” (1 Ti. 6:4) y Pablo le dice a Tito que evite estas “cuestiones” (Tit. 3:9). La palabra utilizada (véase también 1 Ti. 1:4) es ἐκζήτησις que significa “discusión especulativa”, “investigación” o “un tema de discusión sutil y diputa”. Aparentemente la herejía entraba en el campo de los juegos pseudo-intelectuales79.• Vanidad. Eran vanidosos, creyendo saber algo, pero en realidad no sabían nada (1 Ti. 6:4). Parecería que se creían superiores a los cristianos comunes. En estas cartas hay indicios de que podrían pensar que sólo ellos estaban salvos. Esto podría concluirse a partir del uso de la palabra “todos” en diferentes partes: la voluntad de Dios es que todos se salven (1 Ti. 2:4); la gracia de Dios se manifestó a todos los hombres (Tit. 2:11).• Vinculados con el legalismo judío. Esto puede verse porque entre sus filas estaban los que pertenecían a la circuncisión (Tit. 1:10) y ellos pretendían ser maestros de la ley (1 Ti. 1:7). Por otro lado enseñaban fábulas judías y mandamientos de hombres (Tit. 1:14).• Negaban la resurrección del cuerpo. Decían que la resurrección ya había sido efectuada (2 Ti. 2:18). Quizá ellos negaban la resurrección y la consideraban sólo un concepto espiritual en el momento del bautismo.Pablo advierte sobre todo evitar el contacto y seguirles la corriente y, en consecuencia, dejar de predicar el evangelio. Justamente el ponerse en contacto con ellos hizo trastornar “la fe de algunos” (2 Ti. 2:18). Algunos de estos elementos sugieren que estas enseñanzas estaban en la misma línea, o eran idénticos a los que se oponían a Pablo en Colosas, aunque no hay rasgos de contacto.Estas características se asemejan mucho a las que posteriormente, en el s. II, tendría el gnosticismo. Para esta corriente filosófico-soteriológica la materia era mala y el espíritu bueno. Había una serie de eones que distanciaban al hombre de Dios, lo que llevaba a las fábulas y genealogías. La salvación se lograba por el conocimiento especial. Los intelectuales podían adquirirlo y así acercarse a Dios. Como la materia y, en consecuencia, el cuerpo, era mala surgían dos tendencias opuestas. Por un lado, el combate despiadado hacia el cuerpo que resultó en el ascetismo, y por el otro, el castigo extremo del mismo que llevó a la inmoralidad más perversa. Pero si el cuerpo es malo entonces no puede haber resurrección, de modo que ellos esperaban la destrucción del cuerpo.El gnosticismo encontró su lugar dentro del judaísmo, y también dentro del cristianismo84, y hubo ramas de aquél que encontraron en la ley judía normas ascéticas para desarrollarse entre sus filas. De todos modos, debemos entender que el gnosticismo no se desarrolló sino hasta entrado el s. II. Pero las formas primitivas y primeros afluentes y subafluentes se encuentran en el s. I en toda la cuenca mediterránea.VI. CARACTERÍSTICAS DE LAS CARTASVI.A. Características literarias y lingüísticasComo hemos mencionado, hay numerosas palabra nuevas que no vuelven a aparecer fuera de las pastorales, ni entre las otras paulinas ni en el resto del NT86. Por otro lado, también es cierto que muchas palabras que son comunes en el vocabulario de Pablo, aquí están ausentes. Por otro lado aparecen con gran frecuencia palabras que Pablo no suele usar. Además, palabras que son comunes de Pablo tienen aquí un sentido diferente: “fe” aquí tiene un sentido objetivo, mientras que en las otras epístolas tiene un sentido subjetivo; “letra” tiene una connotación peyorativa en las cartas paulinas, mientras que aquí no y es sinónimo de Escritura; la palabra “tomar” en 1 Ti. 3:16 se usa como sinónimo de ascender, mientras que en las otras diez es sinónimo de agarrar.También hay familias de palabras que están ausentes en las otras diez: “apto para enseñar” (διδακτικός), “doctor de la ley” (νομοδιδάσκαλος), “maestro del bien” (καλοδιδάσκαλος), “enseñar otra cosa” (ἑτεροδιδακαλέω), “maestro” (διδάσκαλος), “enseñanza” (διδασκαλία), “doctrina” o “enseñanza” (διδαχή), “enseñar” (διδάσκω).En lo estilítico, Pablo es amigo de los litotes: “no se avergüenza” de haber creído en Jesucristo (2 Ti. 1:12), la Palabra “no está presa” (2 Ti. 2:9), Dios “no miente” (Tit. 1:2). Esto es común en Pablo en otros de sus escritos, aunque las pastorales son más sobrias y tranquilas que aquéllas92.También hay enumeraciones o listas. Así aparecen las virtudes o vicios (1 Ti. 3:1–12; 6:4, 5; 2 Ti. 3:2–5; 3:10, 11: Ti. 3:3).Hay juego de palabras: “rico” y “ricamente” (1 Ti 6:17), “amadores de” (2 Ti. 3:4), “perfecto” y “perfectamente” (2 Ti. 3:17), “a tiempo y fuera de tiempo” (2 Ti. 4:2).También hay muchas aposiciones, muy característico de Pablo, como también espontáneas doxologías94. La cantidad de adjetivos es sorprendentemente grande. Un estudio de letras por palabras arroja una media más alta, lo que hace concluir a algunos que el amanuense, o escritor, fue otro. También es curiosa la cantidad de nombres propios que aparecen.VI.B. Carácter de las cartasMientras que 1 Ti. y Tit. son cartas oficiales, 2 Ti es de carácter privado. En las dos primeras la fórmula de agradecimiento inicial típica está ausente y en su lugar se presenta el encargo por escrito de la misión a la que había sido asignado. Asimismo en los finales de ambos los términos personales, encargos y salutaciones se reducen a un mínimo (1 Ti. 6:20, 21; Tit. 3:12ss). Esto es típico de misivas oficiales. Por otro lado, los contenidos de ambas cartas muestran también la oficialidad de su carácter, dando una serie de instrucciones y, al mismo tiempo, siendo credenciales de legitimación para los respectivos delegados apostólicos.Por otro lado, el hecho de que Pablo mencione su “título” de apóstol muestra que él tenía en mente que estas cartas, las tres, irían a ser leídas por otros, especialmente por aquellos que menospreciaban las palabras de los destinatarios oficiales de las mismas.VI.C. Carácter pastoral de las cartasEn rigor es un caso único en la Biblia que estos escritos traten los temas en cuestión. Tomás de Aquino (1274) dijo de 1 Ti.: “Esta carta es como si fuera una regla pastoral que el apóstol dio a Timoteo”, y en la introducción a 2 Ti. dice: “En la primera carta le da a Timoteo instrucciones acerca del orden eclesiástico; en la segunda se refiere al cuidado pastoral que debe ser tan grande como para estar dispuestos a aceptar el martirio por el cuidado del rebaño” .Debemos entender que Pablo tenía un corazón pastoral y aquí lo refleja. Como dice A. Sabatier: “Pablo fue un apóstol antes que un teólogo. Para él la necesidad de conservación fue más urgente que la de innovación. Su evangelio fue, antes que nada, un mensaje que él había recibido, y que tenía que entregar y defender” 102.Pero al mismo tiempo Timoteo y Tito no eran pastores propiamente dicho, sino delegados apostólicos o apóstoles (secundarios)104. De todos modos, el calificativo “pastoral” no agota su contenido, porque Pablo espera que las cartas sean leídas en las congregaciones; fueron enviadas a hombres que estaban al cuidado de ellas y, si bien contienen muchos elementos personales tienen, como hemos dicho, un carácter oficial y pretenden servir como guía a gente que esté al frente de las mismas106. 1 Ti. y Tit. brindan los elementos de orden eclesiásticos más antiguos de la iglesia.VI.D. Carácter eclesiástico de las cartasComo observamos, estas cartas no son únicamente “pastorales” y, en particular, privadas, sino que tienen un perfil netamente eclesiológico. El canon Muratorio ya hablaba de lo valioso que eran para la disciplina eclesiástica. Tertuliano dijo que Pablo había escrito estas cartas “con respecto al estado de la iglesia”. Así, dice Barclay, que el primer nombre que se les dio fue “cartas pontificias”.VII. TEOLOGÍAVII.A. El uso del Antiguo TestamentoEn el caso de las cartas a Timoteo aparecen cuatro alusiones al AT. La primera es el de la sujeción de la mujer en el culto público (1 Ti. 2:11–15), donde el apóstol hace referencia a Gn. 2:7, 21–23; 3:1–6. Hanson considera que el autor utiliza una hagadá. La segunda alusión es en 2 Ti. 2:19, y la referencia es al pueblo de Dios y su relación con el Señor (Nm. 16:5, LXX). En tercer lugar aparecen los nombres de Janes y Jambres (2 Ti. 3:8), que eran figuras legendarias no citadas en el AT y se referían a los magos del faraón que se opusieron a Moisés (Ex. 7ss). Hanson dice que también aquí el autor usa una hagadá para ilustrar la oposición que los falsos maestros hacían a los líderes de la iglesia. Finalmente está el refrán “el Señor castiga a los malos” (2 Ti. 4:14) que es tomada de Sal. 61:13 (LXX) y Pr. 24:12.En cuanto a Tito, se encuentra una referencia solamente respecto a la redención (Tit. 2:14). Es una alusión a Dt. 14:2; Ez. 37:23 y Sal. 130:8.VII.B. DiosDios es llamado “Padre” (1 Ti. 1:2; 2 Ti. 1:2; Tit. 1:4), por quien todo existe (1 Ti. 4:3, 4) y es el dador de todo bien (1 Ti. 6:17). Dios quiere la salvación de todos los hombres (1 Ti. 2:4). Se lo llama “salvador” (1 Ti. 1:1; Tit. 1:4) y es uno, soberano, sabio, inmortal, invisible, misericordioso y fiel (1 Ti. 1:17; Tit. 3:4, 5; 2 Ti. 2:13).VII.C. CristologíaJesucristo es verdadero Dios (Tit. 2:13) y verdadero hombre (1 Ti. 2:5), nacido del linaje de David (2 Ti. 2:8). Hay un himno que destaca su encarnación (1 Ti. 3.16). El objetivo de su venida fue salvar a los pecadores (1 Ti. 1:15) y volverá al final de los tiempos en una manifestación gloriosa (Tit. 2:13; 2 Ti. 4:1, 8).No hay mención de la cruz, por lo cual se suele decir que falta una “teología de la cruz” y, además, a Jesucristo no se lo menciona como “Hijo de Dios”. Por otro lado se observa que el autor comparte el título de “Señor” con el Padre.VII.D. Espíritu SantoEl Espíritu Santo ha glorificado a Jesús (1 Ti. 3:16) y ahora habita en los creyentes (2 Ti. 1:14), después de haberlos renovado (Tit. 3:5). Además, el Espíritu Santo ayuda a los responsables de la iglesia a conservar el “depósito” de la fe (2 Ti. 1:14).VII.E. SoteriologíaLa teología de la justificación está mayormente ausente, aunque cf. Tit. 3:7, no dice que la ley conduce al pecado, ni que el hombre es justificado “por la fe”, sin las obras de la ley. Tampoco se habla de la “justicia de Dios”, sino que se da énfasis a las “buenas obras” y a la “piedad” como lo fundamental para la salvación. Sin embargo, sí observa que la salvación es por gracia, por su misericordia, por la acción del Espíritu Santo y no conforme a nuestras propias obras (2 Ti. 1:9–11; Tit. 3:5–8).VII.F. EclesiologíaVII.F.1. InstitucionalizaciónHay un énfasis en el aspecto institucional quizá a costa de lo carismático. Se habla de un obispo (1 Ti. 3:1, 2; Tit. 1:7), mientras que varios ancianos (Tit. 1:5), aunque no se dice que estaban bajo la dirección de aquél. No podemos argüir, como lo hace Sánchez Bosch, que al principio la iglesia tuvo un liderazgo carismático y esto evolucionó en “el triunfo de la institución jerárquica”, teniendo aquí un “protocatolicismo”116. Tampoco estamos de acuerdo con Hendriksen que los “oficios extraordinarios” dieron paso más tarde a los “ordinarios”.Aparentemente el único aspecto carismático es el don impartido por “imposición de manos” (1 Ti. 4:14; 2 Ti. 1:6). Lo que es importante destacar es que los ancianos son asalariados y el sostén dependía de su fidelidad y servicio (1 Ti. 5:17–19).VII.F.2. La iglesia y los oficialesLa iglesia es comparada a una casa cuyos administradores son los ministros (Tit. 1:7), pero a comparación con la casa que debe ser “presidida” (προΐστημι), la iglesia debe ser “cuidada” (ἐπιμελέομαι) (1 Ti. 3:5). Así la iglesia es llamada “casa de Dios” y es “columna y baluarte de la verdad” (1 Ti. 3:15).Las pastorales son las que mayor información brindan sobre la ordenación, asumiendo que el acto de imposición de manos sobre Timoteo representa tal acontecimiento (2 Ti. 1:6). Según 1 Ti. 4:14 (cf. 2 Ti. 1:6) el acto fue llevado a cabo por los ancianos, y el don impartido proféticamente. El acto en sí no imparte una gracia para el oficio, sino que indica que la persona en cuestión es apartada para una tarea específica en presencia de los miembros de la comunidad a través de sus representantes.La organización de la iglesia local parece más clara en las pastorales que en el resto de las epístolas paulinas y Hch. Mientras que las iglesias tenían un liderazgo formal (por ejemplo, 1 Ts. 5:12), en las pastorales es claro que ellos son los ancianos u obispos y diáconos. Es curioso observar que el mismo término que aparece en 1 Ts. 5:12 “presidir” (προΐσταμαι) se encuentra en Ro. 12:8 y se lo aplica a los obispos (1 Ti. 3:4), diáconos (1 Ti. 3:12) y ancianos (1 Ti. 5:17), de modo que el oficio de los obispos-ancianos y diáconos era presidir. Los ancianos realizan una triple función: dirigir, predicar y enseñar, aunque parece que todos deben presidir, pero no todos predicar y enseñar (1 Ti. 5:17–22). Las calificaciones para los obispos están en 1 Ti. 3:1–5 y ellos deben manifestar los dones de enseñar y presidir. Las mismas calificaciones aparecen en Tit. 3:1–5, pero se le adicionan la hospitalidad y la habilidad de defender el evangelio contra los falsos maestros. En Tit. 1:5, 7 tanto los ancianos como los obispos se dedican a la presidencia y a la enseñanza y se describen como un solo oficio.VII.F.3. El rol de la mujerEl pasaje relevante es 1 Ti. 2:11–15. El contexto es el de la oración pública. Pablo exhorta a las mujeres a aprender en silencio y no ejercer autoridad sobre los hombres. Pablo pone el ejemplo de Adán y Eva para establecer su fundamento. El problema surge especialmente en el versículo 12 porque el contexto sugiere algo más amplio que la relación matrimonial. Como el foco está puesto en la enseñanza, deberíamos pensar que la mujer no puede enseñar de ninguna forma. Pero esto no es posible, ya que las mismas pastorales muestran cómo las mujeres pueden enseñar a los chicos y a otras mujeres (2 Ti. 1:5; 3:14s; Tit. 2:3, 4). Además, entre los colaboradores de Pablo había muchas mujeres, entre las cuales estaba Priscila que fue la maestra de Apolos. Por lo tanto, Pablo no está diciendo que la mujer está inhabilitada de enseñar por propia naturaleza y, por lo tanto, hay que pensar este pasaje como una situación particular en Éfeso, donde la mujer estaría más susceptible a ser engañada con las falsas doctrinas.Además, las mujeres podían funcionar como diaconisas (1 Ti. 3:11). De hecho, Febe (Ro. 16:1) es llamada así y elogiada por el apóstol.Por otro lado, en Éfeso las mujeres debían enrolarse para el servicio y para un respaldo financiero (1 Ti. 5:9s). De modo que Pablo vio el rol de la mujer como indispensable para la comunidad cristiana. Sin embargo, también hay que notar que no hay ninguna sugerencia que él reconociera que alguna mujer estuviera en una posición de autoridad.VII.G. Credos, fe y enseñanzaAlgunos observaron que en estas cartas podemos ver el surgimiento de los credos. Vimos que la palabra “fe” cambió su significado subjetivo por el objetivo: “doctrina”, “lo que se cree”. Con el tiempo vendrán hombres que se apartarán “de la fe y darán lugar a las doctrinas de los demonios” (1 Ti. 4:1); el hombre debe alimentarse “con palabras de fe y sana doctrina” (1 Ti. 4:6); los herejes son hombres “réprobos en cuanto a su fe” (2 Ti. 3:8); Tito tenía que buscar que los hombres “sean sanos en la fe” (Tit. 1:13).Por otro lado se usa la palabra “depóstito” (παραθήκη) y tiene el sentido de un depósito confiado a un banquero, es decir, algo confiado y que debe ser devuelto en forma intacta. Lo que se acentúa es la ortodoxia. Así la fe más que una relación que vincula a uno con Jesucristo, es un credo ortodoxo130.En relación con lo anterior están los “dichos fieles” (πίστος ὁ λόγος) (1 Ti. 1:15; 4:9; 2 Ti. 2:11; Tit. 3:8). Parecen ser resúmenes de fe, o credos o porciones de credos, que circulaban en aquél entonces. ¿Por qué aparecen aquí y no en las otras epístolas? En otras habla de “tradición”. Es algo que no se sabe. Se puede sugerir que los dichos comenzaron a ser más comunes en las congregaciones antes que las pastorales fueran escritas y así llamaron la atención al apóstol en la cárcel, o quizá Lucas, indagador como era, los oyó y las compartió con Pablo. Otra posibilidad a contemplar es que Pablo estuviera más sensible a lo que ya se estaba cristalizando en la iglesia en cuanto a enseñanza.En este sentido encontramos un gran énfasis en la enseñanza (1 Ti. 1:3, 10, 20; 2; 12; 3; 2; 4; 1, 11, 13, etc.). Parece que la mejor arma contra la falsa enseñanza es la sana o correcta enseñanza o doctrina.VII.H. Himnos y doxologíasAlgunos piensan que 1 Ti. 3:16 conforma un credo primitivo; otros piensan que es un himno o parte de él. Por otro lado, 2 Ti. 2:8 también puede ser parte de una oración de un credo. Hay rastros de otros himnos o fragmentos litúrgicos y doxologías (1 Ti. 6:13–16; 2 Ti. 1:9, 10; 2:11–13; 4:1; Tit. 2:11–14; 3:4–7).En particular, el llamado “himno cristológico” de 1 Ti. 3:16. La primera frase presenta una dificultad literaria, en virtud de un pronombre relativo “el que” (ὂς), en cuyo caso hablaría fuertemente de la encarnación de Cristo. “En carne” se refiere a la naturaleza humana de Jesús. Las palabras “vindicado en Espíritu” puede entenderse como refiriéndose al espíritu humano de Cristo o al Espíritu Santo. En el primer caso la vindicación vendría en la esfera espiritual, mientras que en el segundo a través de la agencia del Espíritu Santo135. De todos modos la diferencia no sería muy grande, pero el segundo caso mostraría una más íntima relación entre el Hijo y el Espíritu en la vida encarnada.La tercera línea es la más problemática: “visto por ángeles”. Y puede referirse a los “principados y potestades” adversos a la voluntad divina, y esto daría pie a una declaración de triunfo del Salvador exaltado que muestra la derrota de los enemigos espirituales. Pero por otro lado, los ángeles son ministros de Dios, y la idea de ángeles deseosos de ver la victoria de Cristo encuentra un paralelo en 1 P. 1:12.Una idea de este himno es verlo como un himno de ascensión al trono basado en el esquema: “exaltación, presentación, entronización”, donde “recibido arriba en gloria” consideraría esta última etapa. Esto lo hace muy similar a Fil. 2:11 y He. 1:3, y la celebración de la gloria de Cristo era un tema favorito de los primeros cristianos.VII.I. Vida cristianaLa moral ocupa un lugar importante en las pastorales. Se citan muchas virtudes y la piedad (εὐσέβεια) toma el centro de la vida cristiana, mientras que el amor no parece ser lo más importante. El significado de “piedad” es muy amplio y hay que entenderlo como la vida recta en conformidad con la voluntad de Dios138. Las “buenas obras” toman un lugar muy importante (1 Ti. 5:10, 25; 6:18; 2 Ti. 4:5, 18; Tit. 2:7, 14; 3:8, 14) y no aparecen en las grandes cartas paulinas.Pablo hace una triple comparación de la vocación cristiana con la carrera militar, la competencia deportiva y el agricultor (2 Ti. 2:3–6).Además, Pablo añade listas éticas, tanto vicios que deben evitarse como virtudes a desarrollarse. La primera lista es la de los aspirantes al oficio eclesiástico (1 Ti. 3:2, 3) luego los diáconos que deben ser serios (1 Ti. 3:8) y las mujeres que deben ser serias, sobrias y fieles (1 Ti. 3:11). También están las calificaciones para los obispos en Tit. 1:7, 8. Estas calificaciones eran para mantenerse firmes en los estándares morales en medio de un mundo corrompido. Aunque expresadas para los líderes, era esperado que estas normas morales las cumpliese todo cristiano.Hay otras listas que son calificaciones dadas en exhortación directa a Timoteo mismo (1 Ti. 6:11; 2 Ti. 2:22). Además él ha visto en el apóstol otras cualidades (2 Ti. 3:10). También es obvio que Pablo no espera virtudes en Timoteo que no las espere también en otros cristianos.Finalmente, hay un tercer tipo de lista que está dirigida a los cristianos en general. En 1 Ti. 6:17 hay una advertencia a los ricos. Tit. 2:2, 3 da instrucciones para los ancianos y ancianas y los jóvenes. En Tit. 3:2 hay demandas de cortesía y gentileza hacia todos.Pero todas estas virtudes no son “extras” que los cristianos pudiesen adoptar o rechazar, sino que son parte del estándar cristiano normal.Dentro de los vicios a ser evitados están aquéllos catalogados como vicios de la lengua que pueden infectar a los distintos estratos de la iglesia (1 Ti. 3:3, 8; 6:5; Tit. 1:10; 2:3, 8), y los obispos deberían tener cuidado de no cometer pecados sociales (1 Ti. 3:3; Tit. 1:7; 2:3).VII.J. EscatologíaPablo habla de la segunda venida de Cristo como “gloriosa manifestación” (ἐπιφανεία) (1 Ti. 6:14; 2 Ti. 4:1; Tit. 2:13), pero antes que esto ocurra aparecerán ciertas señales preparatorias. En 1 Ti. 4:1ss el Espíritu Santo expresamente dice que “en los últimos días” va a haber una apostasía. También en 2 Ti. 3:1ss hay una lista de características que los hombres tendrán en aquellos días. En el v. 3:5 Pablo le advierte a Timoteo de huir de tales personas, lo que demuestra una relevancia presente como futura. Como esquematiza Ryrie, Pablo ve que en los últimos días se van a producir tres fenómenos, que en rigor se han producido a lo largo de la historia, pero que se intensifican hacia el final de la misma144:• Decadencia en la sana doctrina, y la razón es una influencia claramente demoníaca (1 Ti. 4:1).• Decadencia en la vida piadosa, tomando dos formas extremas: falso ascetismo (1 Ti. 4:3) y vida licenciosa (2 Ti 3:1–4). Básicamente Dios va a ser reemplazado por el ego humano.• Aumento de la religión. Habrá un aumento del interés religioso, pero la religión no tendrá poder (2 Ti. 3:5).Aunque circunstancialmente, Pablo habla de un juicio a los creyentes, en el cual va a dar una recompensa en forma de corona. En el caso de las pastorales la corona será entregada a los que aman la aparición del Señor (1 Ti. 4:8).VIII. VALOR DE LAS CARTASA través de los tiempos estas cartas se han usado para instruir a ministros en cuanto a sus deberes, conducta y requerimientos, y resultaron ser valiosas como patrón ético. Pero su utilidad ha rebalsado estos límites ministeriales, ya que en ellas se encuentran principios espirituales importantísimos que remiten a grandes verdades doctrinales, como así también notas de aliento y discernimiento teológico que han enriquecido la vida devocional de las iglesias.Ellas llenan una parte que ninguna otra de las cartas del NT nos suple. Se relacionan fundamentalmente con el oficio del ministro. Es cierto que hay otras partes en el NT donde se tocan estos temas: Mt. 10; Mr. 16; 1, 2 Co., pero aquí toman un relieve mayor al hablar de las calificaciones y deberes que surgen de él. Es claro que el bienestar y crecimiento de la congregación depende en gran manera, sino totalmente, del carácter del ministro. En sus manos está la preservación y la expansión del mensaje. La iglesia se adhiere a la verdad, se edifica en fe, se distingue por el amor, pureza y celo, en la medida en que el ministro es honrado y se muestra calificado para su trabajo. En todas las épocas la corrupción ha comenzado por el ministerio, pero también es cierto que en donde ha habido celo, fuerza y belleza en la extensión del mensaje es porque Dios había derramado su Espíritu abundantemente sobre los que cumplieron el oficio sagrado. Si la iglesia ha de prosperar en todas las edades, el púlpito debe estar lleno con ministros piadosos, enseñados, laboriosos, devotos y firmes. Y aunque el contenido de estas cartas fundamentalmente se dirige a los ministros del evangelio, la iglesia misma puede promover de una manera insuperable su propia pureza y prosperidad al estudiar con atención y oración estas epístolas.Además, Hendriksen menciona los siguientes puntos que hacen a las pastorales relevantes para su estudio:• Ponen énfasis en la sana doctrina.• Exigen una vida consagrada.• Responden a la pregunta si los credos tienen algún valor.• Nos muestran las actividades finales de Pablo.• Brindan una valiosa información de la iglesia en el tercer cuarto del siglo I d.C.PARTE 1:PRIMERA EPÍ

PARTE 2:

EPÍSTOLA A TITO

XII. LUGAR Y FECHA DE ESCRITURA

Hay diversidad de opiniones para el lugar y fecha de escritura de Tit. En cuanto al lugar, parece haber certeza que fue desde Nicópolis, ya que el apóstol le dice que vaya allí a verlo (3:12). El problema surge en que en aquel tiempo había varias ciudades llamadas Nicópolis. Había una Nicópolis (νίκη: victoria; πόλις: ciudad) en Tracia, sobre el río Nesus, también en Epiro, dos en Moesia, otra en Armenia, otra en Cilicia y otra en Egipto, en la vecindad de Alejandría.

Una manera de saber a qué Nicópolis se refería el apóstol, sería determinar cuál era la más importante, de modo que Tito sabría adónde dirigirse. Pero esto no es determinante, ya que Tito podría haber sabido adónde se habría dirigido el apóstol antes de dejarlo en Creta. En el primer caso deberíamos hablar de Nicópolis de Epiro y ésta es la opinión más consensuada161. Estaba situada en Grecia al NO de Corinto y de Atenas, sobre el golfo de Ambracia. Enfrente de esta ciudad estaba Accio, donde Augusto logró una victoria significativa sobre Marco Antonio: esa ciudad fue llamada así en honor a tal acontecimiento. La ciudad creció por esfuerzo de Augusto; se celebraron juegos, pero poco después decayó y fue restaurada recién por Juliano.

Si es así, tuvo que ser escrita después del primer encarcelamiento romano alrededor de los años 63 y 64. Con respecto a la datación, Jeremías observa que en rigor Tit. debe ser anterior a 1 Ti., por el hecho de que aquélla menciona el típico deseo de salutación paulino “gracia y paz”, mientras que a las dirigidas a Timoteo la amplía a “gracia, misericordia (ἐλέος) y paz”.

XIII. OCASIÓN Y PROPÓSITO

En Tit. 1:5 se establece la ocasión por lo que fue escrita: “para que pongas en orden las cosas que quedaron pendientes, y nombrar ancianos en cada ciudad”. Probablemente Pablo no pudo completar las instrucciones en forma oral y personal, y en esta misiva Tito tenía la información restante.

La cita dice que hay cosas que “quedaron pendientes” y además de ellos tenía que “nombrar ancianos”166. Los problemas que podría haber enfrentado Tito al cumplir su labor parecen ser dos:

• El carácter de los cretenses. Éste era tal que Pablo lo amonesta a cuidarse. Era gente caracterizada por la insinceridad, falsedad y libertinaje (1:12). Por lo cual había gran peligro que su concepción del cristianismo fuera vacía e insincera y, por lo tanto, se necesitaba un cuidado extremo para que ellos no se corrompiesen de la simplicidad y pureza que requiere el evangelio.

• La influencia de los maestros judaizantes. De Hch. 2:11 es evidente que había judíos en Creta y que hubieran ido a Jerusalén en Pentecostés y se hubieran convertido en aquella ocasión. También de la misma carta surge que había maestros a favor de la ley mosaica (1:10, 14–16; 3:9).

• Relaciones cívicas y sociales del pueblo de Dios. Aunque el cristiano tiene una ciudadanía celestial, también vive en la sociedad humana, que se caracteriza por ciertas obligaciones con las autoridades y sus semejantes. El ser humano está en proceso de transformación para crecer en santidad hasta ser un perfecto hijo de Dios.

Para contrarrestar esto, se requería de maestros calificados para la obra. Para esto fue dejado Tito en Creta.

Hay mucha similitud entre 1 Ti. y Tit. Esta similitud se ve en la estructura, propósito, ocasión, peligros, frases y expresiones. Véase por ejemplo: 1 Ti. 1:2, 3 (cf. Tit. 1:4, 5); 1 Ti. 1:4 (cf. Tit. 1:14; 3:9); 1 Ti. 4:12 (cf. Tit. 2:15; 3:7); 1 Ti. 3:2–4 (cf. Tit. 1:6–8).

Hendriksen observa un triple propósito en la carta:

• Pedirle a Tito que fuera a verlo a Nicópolis, en cuanto llegase un reemplazante a Creta.

• Encaminar a Zenas y a Apolos (3:13).

• Dar instrucciones para la promoción del espíritu de santificación en las relaciones congregacionales, individuales, familiares y sociales.

Calvino considera que el objetivo de la carta era investir a Tito de la autoridad que le corresponde, para que pudiera sobrellevar la tarea asignada, ya que indudablemente había algunos que abiertamente lo despreciaban, considerándolo como un pastor ordinario. Es probable también que hubiese quienes se quejasen contra él, por haber asumido más autoridad de la que le correspondía, ya que su idoneidad todavía no había sido corroborada. Erdman señala un propósito similar a las otras pastorales, consistente en tres grande temas: la organización de la iglesia, doctrina sana y vida santa, aunque la sana doctrina no es un fin en sí mismo sino ha de desarrollarse en vida y promover la santidad que, según él, es el propósito supremo de la carta171.

XIV. BOSQUEJO

Guthrie presenta el siguiente bosquejo para Tit.:

I. Saludos a Tito 1:1–4

II. Clase de hombres que Tito tiene que designar 1:5–9

III. Falsos maestros cretenses 1:10–16

IV. Comportamiento cristiano 2:1–10

V. Enseñanza cristiana 2:11–3:7

VI. Admoniciones finales 3:8–15

Reuss la estructura de la siguiente manera:

I. Encabezamiento 1:1–4

II. 1ª Parte: Misión de Tito en Creta 1:5–16

III. 2ª Parte: Ordenación de la vida cristiana 2:1–3:11

IV. Conclusión 3:12–15

Sánchez Bosch observa una estructura más sencilla:

I. Introducción epistolar 1:1–16

II. Tabla de deberes 2:1–15

III. Otras exhortaciones 3:1–11

IV. Final epistolar 3:12–15

Ramos, por su parte divide la obra siguiendo los delineamientos que presenta la Biblia

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