Jesús desafía la muerte
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Para entender el propósito que Jesús tenía al desafiar la muerte, vamos a analizar una historia que sucedió justamente el día de su resurrección
1 El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro.2 Entonces corrió, y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto.3 Y salieron Pedro y el otro discípulo, y fueron al sepulcro.4 Corrían los dos juntos; pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro.5 Y bajándose a mirar, vio los lienzos puestos allí, pero no entró.6 Luego llegó Simón Pedro tras él, y entró en el sepulcro, y vio los lienzos puestos allí,7 y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrollado en un lugar aparte.8 Entonces entró también el otro discípulo, que había venido primero al sepulcro; y vio, y creyó.9 Porque aún no habían entendido la Escritura, que era necesario que él resucitase de los muertos.10 Y volvieron los discípulos a los suyos.
Para que creamos
Para que creamos
“Entonces entró también el otro discípulo, que había venido primero al sepulcro; y vio, y creyó.” Juan 20:8
Cuando Juan se enteró de la resurrección de Jesús, creyó. Este hecho es el que nos hace que hoy en día creamos. Nosotros no creemos en un Jesús muerto, sino en un Jesús vivo, que venció a la muerte para hacernos hijos de Dios y para darnos vida eterna si creemos en Él.
14 Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.
Nosotros podríamos pensar, qué dichoso fue Juan porque pudo estar ahí justo en el momento en que Jesús resucitó.
19 Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros. 20 Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor.
24 Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino.25 Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré. 26 Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. 27 Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. 28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! 29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.
Nosotros tenemos la escritura, que no dice lo que Jesús hizo, no es necesario que hayamos vivido justo cuando Cristo resucitó para creer.
31 Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.
¿Estamos creyendo en Cristo?
Para que creamos la escritura
Para que creamos la escritura
“Porque aún no habían entendido la Escritura, que era necesario que él resucitase de los muertos.” Juan 20:9
La escritura es fiel
La escritura es fiel
La resurrección de Cristo estaba profetizada, tanto que hasta los mismo líderes del pueblo de ese momento tenían miedo que sucediera
62 Al día siguiente, que es después de la preparación, se reunieron los principales sacerdotes y los fariseos ante Pilato,
63 diciendo: Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún: Después de tres días resucitaré.
64 Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos de noche, y lo hurten, y digan al pueblo: Resucitó de entre los muertos. Y será el postrer error peor que el primero.
65 Y Pilato les dijo: Ahí tenéis una guardia; id, aseguradlo como sabéis.
66 Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia.
La resurrección de Cristo fue profetizada tanto por profetas en el antiguo testamento como por él mismo y en los salmos
Salmo 16:8–11 (RVR60)
10 Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción.
Mateo 12:38–40 (RVR60)
40 Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.
Oseas 6:2–3 (RVR60)
2 Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él.
La escritura nos implica
La escritura nos implica
Dios cumplió lo que estaba en las escrituras decían sobre Cristo y lo resucitó al tercer día. Dios también cumplirá con nosotros lo que dice las escrituras sobre nosotros.
46 E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.
23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Para que tomemos acción
Para que tomemos acción
“Y volvieron los discípulos a los suyos.” Juan 20:10
Cuando creemos hay acciones inmediatas en nuestras vidas, en el caso de Juan y de Pedro la acción fue contarle a los suyos sobre la resurrección de Cristo, pero ¿Cuáles son las obras inmediatas que ejecutamos en nuestras vidas ante la realidad de la resurrección de Cristo?
¿Estamos yendo a los nuestros a contarles de Cristo?
No todos tenemos acceso a las mismas personas, los amigos míos no son los de ustedes, por lo cual es responsabilidad de cada uno de nosotros contarle de Cristo a los nuestros.
Además de esto, hay otras obras que nosotros debemos de poner en práctica tales como leer la biblia todos los días, orar y huir del pecado, ¿lo estamos haciendo?
17 Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.
Si Pedro y Juan tomaran la actitud que nosotros a veces tomamos, hubiera sido como sí al llegar a ver la tumba vacía, se pusieran a ver Facebook e Instagram, y luego de eso se fueran a ver Netflix durante todo el día. ¡Debemos de actuar! ¡Hay que contarle a otros sobre la muerte de Cristo y vivir nuestras vidas dando frutos dignos de arrepentimiento!