Exodo 15:22-27

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Introducción

Salmo 63:1–6 “1Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas, Para ver tu poder y tu gloria, Así como te he mirado en el santuario. Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios te alabarán. Así te bendeciré en mi vida; En tu nombre alzaré mis manos. Como de meollo y de grosura será saciada mi alma, Y con labios de júbilo te alabará mi boca, Cuando me acuerde de ti en mi lecho, Cuando medite en ti en las vigilias de la noche.”
Estas son las palabras de David en medio del desierto. Israel tambien esta en el desierto ¿Cual fue su respuesta? Ellos pasaron del gozo después de haber visto al Señor derrotar a todo un ejercito a la queja contra Moisés ¿Que Beberemos?.
Que gran contraste. ¿Como respondemos nosotros, cuando entramos en desiertos?
Luego de 3 días de camino, se quedaron sin agua (2 millones de personas con sus animales, todos sedientos) Esto no era fácil. Dice Lutero: "Cuando las provisiones se acaban, nuestra fe tambien".
Veremos esta mañana en nuestro texto el pecado de la amargura a la luz de nuestras responsabilidades y la bendiciones de Dios en el pacto de gracia. El texto tiene como proposito enseñarnos que no vale la pena amargarnos o quejarnos, siempre podemos esperar de Dios toda clase de bien, podemos confiar en Dios en medio de los desiertos, podemos esperar ser saciados con el bien de su casa, esta confianza nos debe impulsar a vivir en obediencia agradecida sirviendo al Señor.

I. Nuestra amargura (Vs. 24)

Exodo 15:22
Israel estaba renuente a abandonar el Mar Rojo. Moisés los saca de aquí. Ahora ellos estaban atravesando el desierto, luego de tres días llegaron a un manantial amargo y esta amargura del agua provoco una respuesta amarga en el pueblo de Israel.
Esta no era una prueba fácil… imagínate a ti como padre de una numerosa familia, caminando tres días en medio de un caluroso desierto, tus bebes desesperados por tomar agua, tu esposa deshidratada por el calor, tu agotado, pensando que toda tu familia va a morir en el desierto. Esta es una prueba dura, la gran victoria queda en el olvido, la muerte amenaza nuevamente con destruirlos.
¿Alguna vez te haz sentido así? Dios te ayuda a atravesar algo imposible, de repente te encuentras en una situación que te quebranta nuevamente, estas ahora en un desierto.
Israel bien pudo buscar a Dios, pero no lo hacen. Mas bien se quejan y revelan de nuevo el estado de sus corazones incrédulos.
Calvino dice: “Ciertamente no se trataba de una tentación ligera, sufrir de sed por tres días en tierra seca sin encontrar alivio no remedio.... Entonces no es sin razón que se quejaran con ansiedad, pero el dolor, cuando se llena de contumacia no merece perdón. En tal emergencia, debieron haber dirigido sus oraciones a Dios; pero no solo descuidaron la oración, sino que atacaron a Moisés con violencia y le exigieron agua que sabían que solo Dios podía darles.... Actúan con orgullo e incredulidad”
Conque rapidez el pueblo de Israel olvidó lo que Jehová había hecho por ellos, pasan de la fe a la incredulidad. Esto nos revela como el olvido y la falta de fe son la raíz de la amargura o la queja. Esta debilidad es muy común entre nosotros y son un estorbo para nuestra santificación. En esta vida vamos a tener pruebas, estas hacen parte de la vida cristiana, olvidar hará brotar de nuestros corazones la queja y la amargura.
Ellos solo pensaron en su necesidad inmediata y en lugar de ir a Dios en oración, van a Moisés que nada podía hacer por ellos. Ellos olvidaron todo lo que había pasado antes:
Las 10 plagas que destruyeron Egipto, y la mano misericordiosa de Jehová que no permitió que estas plagas les tocaran
olvidaron la pascua y su redención
olvidaron como Dios cumplió su promesa de sacarlos de Egipto con gran riqueza
olvidaron como Dios venció a sus enemigos en el mar rojo
perdieron de vista la nube y la columna de fuego que les estaba guiando por el desierto.
Todos estos recuerdos quedaron atrás Salmo 106:13 , todos los poderosos hechos de Dios fueron olvidados porque tenían sed. La fe de ellos era débil- su fe necesitaba crecer, creyeron por un momento, celebraron, pero luego olvidaron, ignoraron a Dios y se amargaron, no creían que Dios los cuidaría, no confiaron en la fidelidad de Dios.
La amargura no viene de las circunstancias externas, sino de la respuesta de nuestro corazón a las circunstancias. Estamos llamados a no quejarnos, sino a creer en la bondad de Dios, incluso cuando nos lleva a las aguas amargas.
¿Cómo está tu fe? ¿Cómo la circunstancia que estas atravesando ahora esta revelando la debilidad de tu fe y la necesidad que tienes de crecer en la fe? Quizás algo te está alejando del Señor en este momento y tu fe está flaqueando. Lo que sea que te este alejando de Dios, te esta haciendo perder de vista lo que él ha hecho por ti y las bendiciones que ha prometido para tu vida. Es hora recordar y fortalecer nuestra fe, no de quejarnos.
Moisés, en nuestro texto llevó sus problemas al Señor en oración. Moisés a menudo clamaba a Dios por ayuda. Sabía cómo manejar una situación difícil de manera espiritual. No había nada que pudiera hacer para salvar al pueblo de Dios, pero sabía que Dios podía salvarlos, y por eso confió en Dios. Ejerció una dependencia real de la promesa de Dios de proveer.
Miren este contraste… Salmo 77.1–3, 11–15
Cuando estemos atravesando por un desierto en nuestra vida, la única manera de resistir esta tentación de quejarnos de Dios y caer en incredulidad es recordando las obras de redención de nuestro Dios.
Medita en como Dios ha obrado para salvarte, las grandes cosas que Dios hizo para darte a ti salvación eterna. Recuerda también todas las promesas que Dios nos ha hecho en Cristo, las grandes riquezas en gloria que Dios tiene preparadas para ti en la eternidad.
Solo así podremos evitar quejarnos de cualquier circunstancia. Romanos 8:18–25
Cuando las cosas no vayan bien, recuerda las misericordias de Dios en Cristo. Solo haciendo tendremos fortaleza para resistir la inclinación natural de nuestro corazón a quejarnos. Luego imitemos a Moisés y busquemos al Señor en nuestra angustia, es increíble como el puede endulzar nuestra vida.
un comentarista dice que una señal de una madurez espiritual creciente es nuestra capacidad de confiar en que Dios proveerá, incluso cuando es difícil ver cómo. Dios ha prometido darnos “todo lo que necesitamos para la vida y la piedad” (2 Ped. 1: 3a). Esta es una lección que la mayoría de los cristianos necesitan aprender una y otra vez, hasta que finalmente llegamos al punto en el que ya no nos cuestionamos si Dios nos va a proveer, sino cómo nos cuidará esta vez, esperando con fe hasta que lo hace.
En este mundo nos vamos a encontrar con circunstancias amargas, esperamos que algo funcione y luego nos resulta difícil, entonces comenzamos a murmurar. La murmuración, la queja, es un pecado que nos asaltará. Si hemos de resistir debemos recordar y buscar al Señor en oración. Es inútil quejarnos o amargarnos.
Es inútil además a la luz de nuestro llamado u nuestra responsabilidad pactual y a la luz de las bendiciones que Dios nos ha dado en su pacto de gracia.
II. Nuestra responsabilidad pactual
Todos sabemos que nuestra salvación es por gracia. El pacto que Dios ha hecho con su pueblo, es llamado por esto pacto de gracia, es un pacto donde recibimos de Dios grandes bendiciones en Cristo, pero en este pacto Dios nos llama a una relación de amor con él y hay ciertas responsabilidades que Dios espera que cumplamos en esta relación pactual.
Este pacto de gracia inició tan pronto Adan y Eva cayeron en pecado. Dios prometió redención en la simiente de la mujer, quien aplastaría en la cabeza a la serpiente. Y este pacto de Dios con Israel no anula las promesas de Dios. Dios redimió a Israel, los libro de sus enemigos sepultándoles en el mar rojo, ellos ahora son libres de la esclavitud y estan siendo llamados a entrar en una relación de Amor con Dios, Dios ha establecido con ellos un pacto.
Noten como Dios define aquí su relación con Israel en los- v.25b-26
"Dios les dió estatutos y ordenanzas", estas palabras se usan para identificar la ley o los mandamientos de Jehová. Esta será la forma en la que Dios gobernará al pueblo que redimió. Dios los libera de la tiranía de faraón y ahora los pone bajo su gobierno, el ahora es su Señor, ellos debían obedecerle confiadamente (FE).
Hay razones para confiar en Dios.... Noten que Dios le da a su pueblo lo que ellos necesitan (convierte las aguas amargas, en agua dulce para beber) y luego establece su autoridad sobre ellos, dándoles obligaciones que ellos deben guardar en obediencia amorosa (No obediencia superficial). Dios les llama a amarlo, obedeciéndole. Ellos deben responder al amor de Dios, a su misericordia, con obediencia.
Esta es la relación de pacto a la que son llamados. Dios los escogió para que ellos sean su pueblo, su especial tesoro, los redime, les provee y todo esto según su misericordia (No merecen ser tratados así, ellos hasta ahora no han hecho méritos para disfrutar de esta relación de pacto). Este hermanos, es el evangelio de la gracia al que fuimos llamados.
A algunas personas les molesta hablar de condiciones dentro del pacto de gracia, les parece contradictorio. Hay teólogos que al leer estas condiciones de Dios a Israel han llegado a concluir que este es un pacto de obras, un pacto diferente al que tenemos nosotros con Dios hoy en día. Pero esto esta lejos de ser así.
Hasta el día de hoy, Dios redime personas y él establece su autoridad sobre ellas, llamándoles a reconocer su señorío sobre sus vidas. Somos llamados a confesar que Jesus es nuestro Señor, él nos redimió para que no vivamos mas para nosotros, sino para él - 2 Corintios 5:15 El Señor hasta el día de hoy nos redime y nos llama a la obediencia amorosa, a vivir en gratitud por la gracia y el amor que nos ha mostrado, gratitud que se demuestra con obediencia Mateo 7:24
Dios nos redime para que seamos sus hijos y luego nos dice como se supone que debemos vivir como miembros de su familia. El nos muestra su favor, su gracia y misericordia, al redimirnos y al ayudarnos en nuestras circunstancias y al tiempo nos llama vivir para su gloria.
A la luz de estos compromisos pactuales, debemos esperar que Dios pruebe su fidelidad al pacto (25)
¡Dios prueba a su pueblo! Y esto es algo bueno-
La palabra nos dice que Dios no nos prueba con el proposito de que fracasemos Santiago 1: 2
Las pruebas de Dios están diseñadas para edificarnos, para santificarnos y mostrar su gracia. Santiago 1:3-4
La prueba de Dios fue un acto de amor. El amor de Dios hacia Israel no estaba en juego aquí, Dios los ha amado de pura gracia. Ahora la prueba va a revelar que tanto el pueblo ama a Dios, la prueba va a revelar lo que hay en el corazón de Israel, a la falta de provisión ¿Amaran ellos a Dios? ¿Le obedecerán? seguirán a avanzando confiados sabiendo que Dios tendrá cuidado de ellos.... de hecho hubieran esperado unas horas mas y tendrían todo lo que necesitaban (Vs. 27)
1 Juan 5: 3 - Deut. 6:1-4
Dios prueba nuestro amor por él, tal como lo hizo con Abraham. Dios probó a Abraham Heb. 11:17
Como el proposito de Dios en la prueba es mostrarnos la gloria de su gracia como lo hizo con Abraham, hacernos perfectos y cabales, que nos nos falte ninguna gracia ¿es inútil resentirnos o quejarnos en medio de los desiertos que Dios provee para nuestra vida? El Señor desea que aprendamos a confiar en que él es nuestro Señor, sustentador y sanador.
Noten además.....
III. LAS BENDICIONES DEL PACTO Vs. 25
Israel merecía una reprimenda, o juicio en lugar de bendición. Pero hermanos, estamos hablando del pacto de gracia. Noten que aquí ¡No hay palabra de reprensión, no hay palabra de castigo, pero hay una respuesta dulce y llena de gracia de Dios.
¿Recuerdan la primera plaga, cuando Dios maldijo a Egipto y convirtió en sangre las aguas saludables del Nilo? Ahora, el primer milagro en el desierto es hacer potable estas aguas amargas. ¿Ven aquí el patrón?
Dios convierte la bendición en maldición para aquellos que lo odian y le rechazan, pero convierte la maldición en bendición para aquellos en quienes Él ha puesto Su amor. Qué hermoso contraste en el trato de Dios con la gente.
Hermano, es increíble como Dios usa este fracaso de Israel para mostrar su gracia y su bondad, a pesar de su ingratitud. El quiere atraerlos a él con cuerdas de amor. Dios endulza las aguas para su pueblo. Pero además....
Vs. 26 se ofrece a ellos como su sanador - Isa. 19:22; Oseas 6: 1; 11: 3. Prometiéndoles que les preservaría del juicio y la condenación que había traído sobre los Egipcios.
Romanos 8:1
Incluso cuando pecamos, 1 Juan 2: 1
Salmo 103:1–11
Todos los que Jesús sanó recibieron una bendición física. Pero esto apuntaba a una realidad más profunda, a saber, que Jesús es el remedio para todo lo que aflige a nuestras almas enfermas por el pecado. Algunas de nuestras enfermedades no se curarán hasta la resurrección, pero todas serán curadas, porque Jesús ha prometido curarlas.
Finalmente notemos como Dios provee en abundancia para su pueblo
Primero los guía por “una tierra seca y árida donde no hay agua ". Y luego los lleva a manantiales de agua viva.
La Biblia aplica las lecciones de Mara y Elim al describir a Jesús como el agua de vida. Jesús mismo lo dijo
Juan 4:13-14
Juan 7:37-38
Jesús estaba hablando del Espíritu Santo, que es la fuente refrescante de toda vitalidad espiritual. Venir a Jesús es recibir el Espíritu Santo, y con el Espíritu, una provisión eterna de gracia. Todo el que viene a Jesús descubre que es profundamente satisfactorio en todos los sentidos. Y todos pueden venir, porque Jesús dice: “El que tenga sed, que venga; y el que quiera, tome gratis del agua de la vida ”(Ap. 22: 17b)
Heramnos, no vale la pena amargarnos o quejarnos en medio de los desiertos que Dios provee para nuestra vida, en medio de la prueba siempre podemos esperar de Dios toda clase de bien, podemos confiar en Dios en medio de los desiertos, podemos esperar ser saciados con el bien de su casa, esta confianza nos debe impulsar a vivir en obediencia agradecida sirviendo al Señor.
Recordemos que Dios nos ha llamado en su pacto de gracia, a confiar en él, no deberíamos dudar, debemso aprender a caminar por fe, caminar por fe significa confiar en la dirección y provisión de Dios en todo momento, confiar en Él y aceptar su providencia como buena y sabia incluso en momentos donde nos parece difícil y no podemos hacer nada, es allí donde debemos recordar quien es Dios, lo que ha hecho por nosotros y donde debemos venir a El confiados por provisiones. El no nos defraudará-
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