Salvadores que Fallan
Notes
Transcript
Introducción
Introducción
Los superheroes han tenido un resurgimiento en el mundo del entretenimiento:
Vemos que el mundo Marvel y DC Comics han sacado película tras película.
Heroes como el Capitán América, Batman, Superman, Hulk, la Mujer Maravilla, etc…fascinan las imaginaciones de grandes y pequeños.
Pensemos en uno de estos heroes - ¿por qué nos fascina tanto el personaje de Superman?
No miente.
Es honesto.
Es prácticamente un boy scout.
Trabaja para un periódico y nadie sospecha su verdadera identidad.
Es timido.
Es hasta un poco torpe.
…pero notamos que es un hombre prácticamente perfecto en el sentido moral/ético - siempre hace lo correcto.
Pero la vida real es mucho más compleja.
Los personajes verdaderos - los humanos - somos muy complejos.
Aún las personas que admiramos por sus habilidades en las finanzas, negocios, deporte, etc., en ocasiones dejan a sus seguidores muy decepcionados.
Salen a relucir sus defectos / imperfecciones.
Sale a relucir su ambición, su deseo de salir adelante sin importar a cuantos ha atropellado en el camino.
Sale a relucir la manera en que maltrató a su esposa e hijos con tal de poder proteger su buen nombre.
Sale a relucir que realmente no eran lo que parecían ser.
Hoy consideraremos a uno de los heroes del pueblo de Israel - Gedeón y nos daremos cuenta que la lista de salvadores que fallan son innumerables; pero aún así necesitamos un Salvador, alguien en que podamos creer / confiar. Hoy consideraremos:
Las hazañas de Gedeón
El final triste de Gedeón
I. Las hazañas de Gedeón
I. Las hazañas de Gedeón
Jueces 8:22 nos presenta a nuestro personaje:
Jueces 8.22 “Los hombres de Israel le dijeron a Gedeón: «Reina sobre nosotros, tú y tus hijos, y también el hijo de tu hijo, porque nos has librado de la mano de Madián»”
En este pasaje vemos que el pueblo de Israel quiere que Gedeón reine sobre ellos.
Para este tiempo Israel no había tenido rey.
Dios había gobernado a su pueblo directamente.
Israel tendría un rey muchos años después.
Pero aquí vemos al pueblo de Dios que Gedeón reine sobre ellos.
Algo habrá hecho Gedeón para lograr este reconocimiento y aceptación de parte del pueblo de Dios.
Gedeón fue uno de los 12 jueces que tuvo el pueblo de Dios.
Recordemos que Israel vivió un tiempo en el cual se repetía un ciclo de:
Rebelión contra Dios.
Dios los entregaba en manos de sus enemigos.
El pueblo clamaba a Dios y les enviaba un libertador (el juez) y el pueblo tenía paz por un tiempo - hasta que se volvía a repetir el ciclo.
En Jueces 6:1 vemos la rebelión del pueblo de Dios.
Jueces 6.1 “Entonces los israelitas hicieron lo malo ante los ojos del Señor, y el Señor los entregó en manos de Madián por siete años.”
Aquí el pueblo de Dios fue entregado en manos de los madianitas por su pecado ante el Señor.
Fue un tiempo de gran prueba ya que los madianitas descendían como langostas y acababan con los campos de cultivo del pueblo de Dios.
Jueces 6.3-6 “Porque sucedía que cuando los hijos de Israel sembraban, los madianitas venían con los amalecitas y los hijos del oriente y subían contra ellos. Acampaban frente a ellos y destruían el producto de la tierra hasta Gaza, y no dejaban sustento alguno en Israel, ni oveja, ni buey, ni asno. Porque subían con su ganado y sus tiendas, y entraban como langostas en multitud. Tanto ellos como sus camellos eran innumerables, y entraban en la tierra para devastarla. Así fue empobrecido Israel en gran manera por causa de Madián, y los israelitas clamaron al Señor.”
Pero nuevamente Dios viene a librar a su pueblo y les envía a Gedeón.
Jueces 6.11-12 “Entonces vino el ángel del Señor y se sentó debajo de la encina que estaba en Ofra, la cual pertenecía a Joás de Abiezer. Y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas. Y el ángel del Señor se le apareció, y le dijo: «El Señor está contigo, valiente guerrero».”
Notemos como mira Dios a Gedeón: “valiente guerrero”.
Comparemos esto a como se mira Gedeón a si mismo: Jueces 6:15-16 “«Ah Señor», le respondió Gedeón, «¿cómo libraré a Israel? Mi familia es la más pobre en Manasés, y yo el menor de la casa de mi padre» Pero el Señor le dijo: «Ciertamente Yo estaré contigo, y derrotarás a Madián como a un solo hombre».”
Gedeón se mira como alguien insignificante / indigno de ser el libertador del pueblo de Dios.
Pero Gedeón no va a derrotar a Madián por sus propias fuerzas sino por el poder de Dios.
Es Dios mismo quien va a librar a su pueblo.
Dios se puede encargar de rescatar a su pueblo - Gedeón solamente sería instrumento en las manos de Dios.
A pesar de que Gedeón se resiste, podemos observar su humildad, como reconoce que es incapaz de llevar a cabo esta tarea si Dios no va con él.
Existen dos historias que nos ayudan a entender la valentía y fe de Gedeón:
La prueba del vellón, Jueces 6:36-40.
En este pasaje vemos como Dios le dijo que fuese a pelear contra los madianitas.
Pero, Gedeón ora ante Dios y le pide que le dé una señal.
La primera señal fue que durante la noche el pondría un vellón (lana de un animal) en la tierra.
La señal sería que la tierra amaneciera seca mientras que el vellón amaneciera saturado del rocío.
Dios le respondió tal como lo había pedido.
La segunda señal fue lo opuesto, que esa noche la tierra amaneciera mojada mientras que el vellón amaneciera seco.
Nuevamente vemos que Dios le responde.
Dios obró de acuerdo a la petición de Gedeón para confirmar que Dios estaba con él.
Esta historia a menudo se utiliza para resaltar la fe / confianza de Gedeón y como Dios obró para mostrar su dirección a su siervo.
La segunda hazaña la vemos cuando Gedeón finalmente peleó contra Madían con un ejército de tan solo 300 hombres, Jueces 7.
En esta ocasión Gedeón había comenzado con un ejército de 32,000 soldados.
Sin embargo, Dios le dijo que eran demasiado y poco a poco le dio instrucciones para reducir el número del ejército.
Debían irse los que tenían miedo.
Debían irse los que no bebieran el agua trayendo su mano hacía su boca.
Con un ejército de 300 contra 120,000 (Jueces 8:10) vemos que Dios le dio la victoria contra sus enemigos.
¿Cómo no habría el pueblo de pedirle que fuera su rey?
Claramente Dios estaba con Gedeón.
No solamente era un líder brillante que los había librado de la opresión madianita sino que era un hombre que parecía caminar en comunión cercana con Dios.
Era un hombre que al mirarlo inspiraba confianza, fortaleza, liderazgo, y protección.
Él llevaría a pueblo de triunfo en triunfo.
Era el gran Gedeón, era el hombre que había mostrado estar cerca de Dios y que la mano de Dios claramente estaba sobre él.
Pero no solamente era un gran líder militar que buscaba de Dios dirección en las batallas - era un hombre integro y que sabía que solo Dios era digno de adoración.
Recuerdan cual era la razón principal por la cual Dios entregaba a su pueblo en manos de sus enemigos? - la idolatría.
El pueblo de Dios parecía no aprender de sus errores.
Sin embargo, vemos un episodio impresionante en la vida de Gedeón.
La Biblia nos dice que en su propio pueblo llegó a derribar el altar dedicado a los dioses falsos de los cananeos.
Aquella misma noche el Señor le dijo: «Toma el novillo de tu padre y otro novillo de siete años. Derriba el altar de Baal que pertenece a tu padre y corta la Aseraque está junto a él.
»Edifica después, en debida forma, un altar al Señor tu Dios sobre la cumbre de este peñasco. Toma el segundo novillo y ofrece holocausto con la leña de la Asera que has cortado».
Gedeón tomó diez hombres de sus siervos e hizo como el Señor le había dicho. Pero como temía mucho a la casa de su padre y a los hombres de la ciudad para hacer esto de día, lo hizo de noche.
Al otro día los hombres del pueblo se dieron cuenta y estaban dispuestos a matarlo por haber cometido tal ofensa contra sus dioses falsos.
Aunque lo hizo de noche para ser descubierto, podemos ver que había cierta convicción dentro de él que lo llevo a obedecer la orden divina de derribar el altar a los dioses falsos y edificar un altar al Dios verdadero.
II. El final triste de Gedeón
II. El final triste de Gedeón
Hasta este momento podemos ver que todo marcha bien.
Vemos a un Gedeón integro.
Vemos a un Gedeón temeroso de Dios.
Vemos a un Gedeón dispuesto a obedecer el mandato divino - sin importar que le pueda costar la vida.
Pero, la vida del hombre no consiste en como comenzamos sino como terminamos al final de nuestras vidas.
Es posible que un corredor empieza bien la carrera.
El corredor puede salir velozmente y va al frente de todos.
Pero, no es cuestión de que haya iniciado la carrera y haya salido por delante de todos.
Lo que importa no es que inició sino que termine y que termine bien su carrera.
La victoria no es iniciar la carrera sino llegar al final.
En el pasaje que leímos vemos a Gedeón frente al pueblo de Dios.
El pueblo le pide a Gedeón que él sea rey sobre ellos. Pero veamos su respuesta. Jueces 8.23 “Pero Gedeón les respondió: «No reinaré sobre ustedes, ni tampoco reinará sobre ustedes mi hijo. El Señor reinará sobre ustedes».”
Es una buena respuesta.
Es una respuesta sensata.
Está corriendo bien su carrera.
Reconoce que Dios es el rey sobre su pueblo.
No se considera digno de reinar sobre el pueblo.
Solo Dios es digno de reinar sobre el pueblo que él mismo rescató.
Pero, en seguida vemos como si Gedeón perdiera control del automovíl de tal manera que sale de la carretera, se voltea, y hasta cae por la barranca:
«Quisiera pedirles», Gedeón les dijo, «que cada uno de ustedes me dé un zarcillo de su botín» (pues tenían zarcillos de oro, porque eran ismaelitas).
«De cierto te los daremos», dijeron ellos. Y tendieron un manto, y cada uno de ellos echó allí un zarcillo de su botín.
El peso de los zarcillos de oro que él pidió fue de 1,700 siclos (19.4 kilos) de oro, sin contar los adornos de media luna, los pendientes y los vestidos de púrpura que llevaban los reyes de Madián y sin contar los collares que llevaban sus camellos al cuello.
Gedeón hizo de ello un efod, y lo colocó en Ofra, su ciudad, con el cual todo Israel se prostituyó allí, y esto vino a ser ruina para Gedeón y su casa.
En este pasaje vemos que Gedeón le pide al pueblo que le traigan oro.
Para este tiempo era común que los israelitas tuvieran joyas - aretes, brazaletes, collares, etc.
Todos le traen lo que pide y lo hacen con gran esplendidez.
Pero veamos lo que hace Gedeón:
La Biblia dice que hizo un efod.
El efod era una prenda que usaba el sumo sacerdote sobre su pecho.
El efod era como un mandil que usaba el sumo sacerdote sobre su pecho hasta la cintura.
Era una vestidura sagrada para el sacerdocio de Israel.
El problema de Gedeón es que 1) Dios no había ordenado que Gedeón hiciera esto, 2) este artículo se convirtió en objeto de idolatría.
La Biblia dice que el pueblo de Israel “se prostituyó allí” y que vino a ser “ruina” para Gedeón y para todo el pueblo de Israel.
¿Recuerdan lo que había hecho Gedeón tiempo atras?
Gedeón había destruído el altar a los dioses falsos.
Pero ahora vemos que Gedeón ha elaborado un objeto de idolatría que está llevando al pueblo a apartarse de Dios.
Uno podría decir - bueno, nadie es perfecto.
Era un buen líder militar.
Era un hombre que hizo mucho bien.
Era un hombre que fue usado por Dios.
Pero, el problema es que Gedeón no está terminando bien su carrera.
Lo vemos alejándose de Dios y alejando al pueblo de Dios también.
Veamos que su pecado no consistía solamente en este acto de idolatría:
Entonces Jerobaal, hijo de Joás, fue y habitó en su casa.
Y tuvo setenta hijos que fueron sus descendientes directos, porque tuvo muchas mujeres.
La concubina que tenía en Siquem también le dio un hijo, y le puso por nombre Abimelec.
Aquí vemos a Gedeón cometiendo no solamente con una mujer sino muchas mujeres.
Es como si el autor prefiera ni mencionar la cantidad tras haber perdido la cuenta.
Gedeón parece haber caído en la trampa de su propio pecado - hiendo tras una y otra mujer cometiendo adulterio ante la presencia de Dios.
Así que aquí vemos al que había sido el gran juez y libertador Gedeón - ya un hombre grande, idolatra, tras varios episodios de adulterio.
Finalmente lo vemos morir:
Gedeón, hijo de Joás, murió a una edad avanzada y fue sepultado en el sepulcro de su padre Joás, en Ofra de los abiezeritas.
Ha muerte el gran libertador cuyo fin fue realmente triste y decepcionante.
Notemos como culmina esta historia:
Al morir Gedeón, los israelitas volvieron a prostituirse con los Baales e hicieron a Baal Berit su dios.
Así que los israelitas se olvidaron del Señor su Dios que los había librado de manos de todos sus enemigos en derredor.
Tampoco mostraron bondad a la casa de Jerobaal, es decir, Gedeón, conforme a todo el bien que él había hecho a Israel.
Vemos al pueblo de Dios olvidarse de Dios.
Y pareciera que fue el mismo Gedeón que Dios había enviado para librarlos de las manos de Madían, quién los indujo a la idolatría y ahora se han apartado de Dios siguiendo el ejemplo de Gedeón.
Finalmente vemos al pueblo de Dios alejado de Dios y menospreciando a su descendencia de Gedeón.
Introducción
Introducción
Vemos a Israel nuevamente caer en un episodio de rebelión contra Dios.
Vemos que el pueblo tal vez ya sabía lo que seguía.
Vemos que el pueblo tal vez sabe que Dios nuevamente los entregará en manos de sus enemigos y serán oprimidos.
Vemos que el pueblo ve que otra vez se repite el ciclo de los jueces.
¿Cuándo va a parar este ciclo de rebelión y juicio?
¿Cuándo habrá un líder que los lleve no solamente a la libertad de las manos de sus enemigos?
Vendrían más: Sansón, Jefté, Saúl, David, Salomón, y muchos otros líderes que serían parte de la historia de Israel.
Sin embargo, aunque muchos de ellos lograron hacer mucho bien para el pueblo de Dios…cada uno de ellos fallaba.
Vemos que cada uno de Dios fue tan imperfecto y pecador como nosotros - adulterios, mentiras, asesinato, orgullo, prepotencia, etc., cada uno de ellos fallaba.
¿La pregunta entonces no es quien podría liberarlo de sus enemigos sino que quien podría liberarnos de nosotros mismos?
El problema de Israel no eran los enemigos externos sino ellos mismos.
Era su propio pecado que los llevaba a estar bajo el juicio de Dios y así ser entregados en manos de sus enemigos.
Era su orgullo, su mentira, sus malos pensamientos, sus faltas ante Dios que los hacía esclavos de su pecado y sin posibilidad de ser verdaderamente libres.
Es aquí donde nos damos cuenta el valor de nuestro salvador Jesucristo.
Cada uno de estos salvadores fallaron porque aunque hicieron mucho bien nunca pudieron tener victoria sobre su propio pecado.
Pero Cristo vino a este mundo y vivió una vida perfecta, limpia, santa, de obediencia a la ley de Dios de tal manera que pudo ser el salvador que nunca falló, que nunca pecó, que nunca se rebeló.
Por tanto si nosotros confiamos y creemos en él seremos verdaderamente libres / perdonados / reconciliados con Dios por toda la eternidad.
Cristo vino para ser el salvador perfecto - el sacrificio perfecto que se ofreció una vez para siempre!