Guía para el culto familiar, pregunta # 32 Primera parte. (justificación)

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32. ¿Qué significan justificación y santificación?

La justificación se refiere a nuestra justicia declarada ante Dios, la cual es posible gracias a la muerte y resurrección de Cristo por nosotros. La santificación se refiere al proceso mediante el cual nuestra justicia crece gradualmente, el cual es posible gracias a la obra del Espíritu en nosotros.
1 Pedro 1:1-2: “A los elegidos, extranjeros dispersos… según la previsión de Dios el Padre, mediante la obra santificadora del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser redimidos por Su sangre: Que abunden en ustedes la gracia y la paz”.

I. Acerca de la justificación.

1. La justificación es cuando somos declarados justos ante Dios.

justificación: Acto legal instantáneo de Dios en el cual él (1) considera perdonados nuestros pecados y que la justicia de Cristo es nuestra, y (2) nos declara justos ante sus ojos. (36)

XI.1 A quienes Dios llama eficazmente, también los justifica gratuitamente: no mediante la infusión de justicia en ellos, sino que les perdona sus pecados, y cuenta y acepta sus personas como justas, mas no por algo obrado en o hecho por ellos, sino solamente por causa de Cristo; tampoco les imputa la fe misma, ni el acto de creer o alguna otra obediencia evangélica como su justicia, sino que les imputa la obediencia y satisfacción de Cristo,237 recibiendo ellos a Cristo y descansando en Él y en su justicia mediante la fe, la cual no la tienen de ellos mismos, pues es don de Dios.

2. Esta justificación es posible gracias a la muerte y resurrección de Cristo por nosotros.

Versículos:

1 Corintios 1:26–31 RVR60
26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia. 30 Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; 31 para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.
Romanos 3:21–26 RVR60
21 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas;22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia,23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,26 con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
Romanos 4:1–12 RVR60
1 ¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne? 2 Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios. 3 Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. 4 Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; 5 mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. 6 Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, 7 diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son cubiertos. 8 Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado. 9 ¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente para los de la circuncisión, o también para los de la incircuncisión? Porque decimos que a Abraham le fue contada la fe por justicia. 10 ¿Cómo, pues, le fue contada? ¿Estando en la circuncisión, o en la incircuncisión? No en la circuncisión, sino en la incircuncisión. 11 Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia; 12 y padre de la circuncisión, para los que no solamente son de la circuncisión, sino que también siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado.
Romanos 8:28–30 RVR60
28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.

II. Acerca de la Santificación.

1. La Santificación es el proceso mediante el cual nuestra justicia crece gradualmente.

santificación: Obra progresiva de Dios y del hombre que nos hace más y más libres del pecado y más semejantes a Cristo en nuestra vida diaria. (38)

XIII.1 Los que son eficazmente llamados y regenerados, al tener un nuevo corazón y un nuevo espíritu creado en ellos, son además santificados real y personalmente, en virtud de la muerte y resurrección de Cristo, por su Palabra y su Espíritu que mora en ellos:266 el dominio de todo el cuerpo de pecado es destruido, y los diversos deseos de éste son debilitados y mortificados más y más.268 Así, los santificados son vivificados y fortalecidos más y más en todas las gracias salvíficas, para la práctica de la verdadera santidad, sin la cual nadie verá al Señor.270
Alvarado, A. R. (Trad.). (2010). Los estándares de Westminster y la forma de gobierno de Westminster (p. 49). Guadalupe, Costa Rica; San Juan, Puerto Rico: CLIR; Sola Scriptura.

2. La Santificación es posible gracias a la obra del Espíritu en nosotros.

La justificación es el acto de Dios mediante el cual Él nos declara justos o perfectos solo por la fe mediante la cual hemos sido unidos a Jesucristo, quien es perfecto y justo. Así que la justificación es una posición legal ante Dios debido a una unión espiritual con Jesús, solo por medio de la fe. No puedes ganarte esa posición ante Dios. Él te declara perfecto debido a tu unión con Cristo, y eso solo sucede mediante la fe.
La santificación es el acto de Dios mediante el cual Él, a través del Espíritu y de Su Palabra, te está moldeando poco a poco—o a pasos agigantados—a la imagen de Su Hijo. Así que nuestro comportamiento realmente se está volviendo justo, y realmente estamos venciendo nuestras imperfecciones en nuestra santificación.
Aquí está la pregunta clave: ¿Cómo se relacionan estas dos entre sí? El versículo clave es Hebreos 10:14: “Porque con un solo sacrificio ha hecho perfectos para siempre a los que está santificando”. Piensa en lo que dice. ¿Quiénes han sido hechos perfectos para siempre? Han sido hechos. Ya está hecho. Han sido hechos perfectos para siempre. A aquellos que está perfeccionando. Que está santificando. Él los ha hecho perfectamente santos. ¿A quiénes? A los que está santificando. Lo que significa que la evidencia de que eres santo, perfecto o justo delante de Dios es que estás siendo santificado mediante la fe. Parece algo paradójico, lo sé. Pero es la clave de la vida cristiana.
Otra forma de decirlo es esta: El poder por el que diariamente luchas por vencer las imperfecciones de tu vida es la confianza de que ya eres perfecto. Si lo ves al revés, pensando: “Está bien, Dios exige perfección; tengo que llegar a ser perfecto en mi comportamiento, y entonces Dios me mirará y dirá: ‘Lo está haciendo bastante bien; dejaremos que sea perfecto o lo consideraremos perfecto’”. Es totalmente lo opuesto. Gracias a Cristo, creemos en Él, en lo que hizo en la cruz y en Su vida perfecta.
Creemos en Él y, por medio de esa fe, Dios nos une a Cristo. Su perfección es contada como nuestra. Y la evidencia de que somos perfectos en Cristo es que odiamos nuestro pecado y, mediante la fe en Sus promesas, luchamos diariamente para vencer nuestras imperfecciones.
Así que mi exhortación sería simplemente que, por favor, no entiendas esto al revés. Todo el mundo lo entiende al revés. Otras religiones lo entienden al revés, pensando que nuestras obras y nuestros esfuerzos por vencer nuestras imperfecciones pueden hacernos agradables a Dios. Eso nunca será posible de esa manera. Dios nos hace aceptables, nos hace Sus hijos, nos cuenta como justos; y debido a esa justicia entonces nos pasamos la vida convirtiéndonos en lo que ya somos. John Piper.
Oración: Salvador y Señor nuestro, Tú has completado la obra de nuestra justificación. Has comenzado la obra de nuestra santificación y confiamos en que Tú nos sostendrás hasta completarla. Transfórmanos día a día a Tu semejanza, conformándonos a Tus caminos. Amén.
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