La Mortificación del Pecado 9º parte E.
4. El uso de motivos legales para pelear contra el pecado.
1. Un deseo pecaminoso firmemente establecido.
2. Un corazón que quiere paz sin una lucha.
En este caso, ha capturado el corazón hasta tal punto que el corazón no quiere destruirlo pero quiere disfrutar la paz.
3. Un deseo pecaminoso que tiene éxito frecuentemente.
Cuando un deseo pecaminoso específico obtiene el consentimiento de la voluntad con algún placer, entonces, aunque un acto externo de pecado no sea cometido, el deseo pecaminoso ha tenido éxito.
Estudio de hoy
4. El uso de motivos legales para pelear contra el deseo pecaminoso.
Cuando el único motivo de mortificar el pecado es el temor de las consecuencias, éste es un síntoma muy peligroso de una condición espiritual no saludable. Existen motivos cristianos correctos para mortificar el pecado. Por ejemplo, José razonó: “¿Cómo, pues, haría yo este grande mal y pecaría contra Dios?” (Génesis 39:9) Fue el amor por un Dios de gracia y bondad lo que motivó a José. En forma semejante el apóstol razona, “el amor de Cristo nos constriñe.” (2 Cor. 5:14) Cuando un hombre es motivado a oponerse al pecado simplemente por el temor de la vergüenza ante los hombres, o el castigo del infierno es una señal segura de que su corazón está lejos de tener una condición saludable.
Nota 1: El argumento principal que Pablo usa para mostrar que el pecado no tendrá el dominio sobre los creyentes es que “no están bajo la ley, sino bajo la gracia” (Rom. 6:14). Si usted pelea contra el pecado motivado solamente por los principios de la ley, entonces ¿Cuál seguridad tiene de que el pecado no lo dominará y le causará la ruina?
Nota 2: Si los deseos pecaminosos de una persona le han conducido a abandonar los remedios evangélicos contra él, entonces no hay esperanza alguna de que los remedios basados en la ley tendrán algún éxito.