Comprometidosa Servir 3/5
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Cuando el Servicio No Vale
Cuando el Servicio No Vale
Introducción: El jugador toma la Pelota en la media cancha, logra sobrepasar a tres rivales, levanta la mirada, observa a su mejor delantero sin marca le pasa el balón y cuando se dispone a disparar a marco, suena el silbato, la bandera está en alto, está fuera de Juego, La jugada no cuenta. Hoy predicamos sobre el terna: Cuando el Servicio NO VALE. Jesús dejo en sus enseñanzas ciertos principios esenciales aplicables en cada una de las áreas a nuestra vida cristiana Principios estos que califican o descalifican nuestro proceder, de eso trata el pasaje que leemos esta tarde. San Mateo 15:1-20
Primero aclaremos algunos asuntos que menciona el pasaje: El lavar las manos cuando comen pan no era sólo un asumo de higiene, sino un deber religioso. La ley del AT no tenía tal mandamiento, excepto para los sacerdotes cuando realizaban sus tareas de culto (Exo. 30:17-21). La tradición farisaica, sin embargo, había adaptado el principio a la vida diaria, y se esperaba que Jesús, como lider religioso, impusiera la pureza entre sus discípulos.
La otra práctica ownciomda aquí era conocida como Corbán (literalmente «ofrenda»; véase Marcos 7.11). Cualquier persona que hacta el voto de Corbán entregaba el dimro destinado a onntener a los padres para una causa valiosa, usualmente al templo. Se convirtió en una forma religiosa de margiõar a los padres, desviando ra respoosahilidad de los hijos hacia ellos. En lo exterior sus acciones pareciam superiores (daban mfis dinero para Dios), pero descuidaban el mandato de Dios que requería cuidar de las oecesidades de los padres. Estos líderes religiosos pasaban por alto el claro mandato de Dios de honrar a los padres.
Lars principios sobre los cuales fundamentamos nuestro servicio determinan cuanto este vale
1. Cuando el servicio es gobernado por la costumbre. Ver. 1-6
La contestación de Jesús a tales cargos aparece en los vv. 10, 1 l. Priimro, lanzó un contraataque a la actitud de ellos referente a la autoridad religiosa. Ai insistir en su tradición ellos en efecto hacian a un lado el mandamiento de Dios. Jesús trazó una marcada distinción entre la ley del AT (fe palabra de Dios; v. 6) y todas las normas y reglas humanas, y ar citar Isa. 29:13 indica que una religión basada en esto últiax› es vacía y no agrada a Dios.
La tradición se refiere a la eoseílaaza que el maestro transmite oralmente al discípulo. En el Nuevo Testamento tiene un sentido bueno (l Co 11.2; 2 Ts 2.15; 3.6) y un sentido malo (Mt 15.6 Ya en el siglo I d.C., estos comentarios gozaban en los círculos de enseñanza de respeto que tas Escrituras, aberración que Jesucristo criticó aunque Él mismo no desechó toda tradición judía (Mc 1.44; 11.16). Muchos religiosos, aferrándose a «ir tradición de los ancianosi›, quebrantabnn e invalidnban el mandamiento de Dios, hacemos del servicio una tradición o costumbre cuando:
1.1 dejamos el amor o la compasión a un lado. l Cor. 13
1.2 Nos abstenemos de cualquier cosa que implique sacrificio.
1.3 Cuando caemos en el conformism de actos mecánicos e irreflexivos. 📷
2. Cuando el servicio es gobernado por la hipocresía Ver. 7-9
En griego hay una Pelabrs para hablar precisamente de esta clase de servicio, el que no vale: ofti•mrl •.=^ !io,
traducido cno sirviendo al ojo» (Ef 6.6; Col 3.22), lít., «no con servicios al o¡o». se trata b8jO ORO (fiERü"iCIfl
Para ilustrar este punto é‹ se iii 3 mabrk › A„ respeto por los padres J.
20: 12, 21 : 17) estaba siendo . » . ¿y por las ' s que ›mitian al hombre propiedad fuera del alcance de sus padres al dedi imente a Dios (mientras que en la prJ- retenía para su propio rso). Por medio de este frauA foso. la provisión del AT para los juramento torcida cínícamente para realizar un propósito 9ue infrir.gía uno de los mandamientos más básicos de la ley
El profeta Isaias tambien critico a los hipócritas en su tiempo ( Isaias 29. 13). JestiS aplicó sus palabras a estos líderes religiosos. Cuando aseguramos honrar a Dios mientras nuestros corazones están lejos de El, nuestra adoración o nuestro servicio no tiene significado. No es suficiente actuar como religiosos. Nuestras acciones y actitudes deben ser sinceras. Si no lo son, las palabras de Isaías también nos describen. Hay hipocresía cuando decimos que
2. l Estamos sirviendo a Dios pero nos estamos sirviendo a nosotros mismos. 2 2 Nos excusamos en nuestras limitaciones humanas.
2.3 La Palabra de Dios no tiene totr4 autoridad sobre nuestro servicio
3. Cuando el servicio es gobernado por una mala conciencia Ver 10: 19
Al volver al asunto específico de lo limpio y lo sucio en el v 11. estableció un principio radical que. a la larga. condujo a sus seguidores a abandcnai del todo las leyes del alimento según el AT El declaró que lo “sucio” no se transmite por lo 9ue se come, sino que proviene de adentro Esta fue la tección que a Pedro le fue tan difícil aprender (Hech. 10: 9—15), pero hasta que se aprendiera. las leyes de la comida de Israel impcdirian a la iglesia dar la bienvenida a los no judíos sobre términos ii,'ua1es. Esto iba directamente en contra del sentido de prioridades relii;iosas de los fariseos. Jesus, sin embargo. no se disculpaba por esto. y francamente empeoró las cosas relegando a los far'seos a la posición de una y/‹»z/‹i que no tLe plantada por Dios, y que debia ser arrancada corno maleza, y como guias ciegos ctiyo celo mal dirigido resultaria en desastre para ellos mismos y para todos aquellos que dependían de ellos. Este lenguaje fuerte refleja no tanto animosidad personal como un repudio total del sistema de religión que enfatizaba lo externo e ignoraba lo que era una persona en verdad. Esto nos lleva dos afirmaciones:
3. l La actitudes incorrectas del corazón son las que contaminan ei servicio
El enojo, el res-•ntiiniento. los celos, la soberbia. la amargura y el desanimo indican la mala dirección en que se orientan nuestros actos de servicio
3.2 Las acciones de un corazón contaminado anulaii el servicio
La verdadera naturaleza de la “contaminación” no era ritual, sino moral. y 9ue brotaba del interior y no de lo exterior. como Jo enseñaban los fariseos. Jesús enseñaba 9ue el pecado era como un cincer que crece en nuestro interior. tanto de judíos como de no judios. Esto es mucho mís difícil porque no lo podemos eludir meramente por evitar contaminamos de otros: requiere una cirugia espiritual radical que ha de cambiar nuestra naturaleza interior. Por eso decía Juan que el que venía tras él bautizana con el Espíritu Santo A veces juntamos “el bautismo cor. el Espiritu ’ solamente con los dones espirituales: sin embargo. la Bi6lia lo asocia con mayor frecuencia con una naturaleza cambiada.
CONCLL!SJONES: Recordemos esto Los principios sobre los cuales fundamentamos nuestro servicio determinan cuanto este vale.
Qué principios esta gobernando tu servicio* Solo una persona con una relación personal con Jesús puede realmente los actos de servicio que realmente agradan a Dios