El Combate de la Iglesia Gozosa, Filipenses 1:27-30
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Introducción:
Introducción:
No es ninguna sorpresa que el creyente experimenta una guerra espiritual.
Si recuerdan del tiempo que pasamos en Hch. 16, cuando examinamos el comienzo de la iglesia de Filipos, vimos como Pablo y sus acompañantes experimentaron abuso, latigazos, e incluso prisión por predicar a Cristo allí. Entonces para Pablo y para sus lectores en su situación, las batallas eran algo esperado.
De hecho, Pedro exhorta a sus lectores en esto, quienes estaban también atravesando persecusión por causa de su nueva fe en Cristo, tal como los Filipenses, 1 Ped. 4:12.
Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese,
Los enemigos espiritualas:
La misma naturaleza pecaminosa del creyente.
El adversario y sus secuaces.
El sistema del mundo secular que se opone a Dios.
La misma naturaleza pecaminosa del creyente, 1 Ped. 2:11.
Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma,
El adversario y sus secuaces, 1 Ped. 5:8; Ef. 6:12.
Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
El sistema del mundo secular que se opone a Dios, Jn. 15:18-19; 16:33.
Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros.Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
En esto últimos dos se concentra el combate del creyente al cual Pablo se refiere en nuestro pasaje hoy.
Obviamente, como luchamos con el primero, nuestro propia carne, realmente dictará como combatimos contra los otros dos. Esto es algo que Pablo resalta al principio del vs: 27.
Sin embargo, el enfoque de Pablo aquí es con respecto a la lucha con fuerzas exteriores a los creyentes mismos, a los que se oponen en vs: 28.
Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio, y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, mas para vosotros de salvación; y esto de Dios. Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él, teniendo el mismo conflicto que habéis visto en mí, y ahora oís que hay en mí.
Cada creyente puede permanecer firme en el combate de la fe al poner en práctica las estrategias para la victoria que presenta este pasaje.
Coherencia en la Vida, vs: 27a.
Coherencia en la Vida, vs: 27a.
Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio,
La coherencia de la vida cristiana es de suma importancia.
La palabra solamente al principio del versículo es Pablo estresando cuan importante es lo próximo que va a decir.
No es posible ninguna otra cosa de lo que sigue, sin esto primero: la vida digna del evangelio.
La coherencia de la vida cristiana es un producto natural de una vida plenamente entregada al Señor.
Entre la declaración de ser cristiano y el vivir como cristiano no debe haber ninguna diferencia.
Entre el dicho y el hecho, hay un gran estrecho.— dicho argentino.
El término comporteís es la misma de dónde viene nuestra palabra política, y tiene que ver con la responsabilidad apropiado de un ciudadano.
Pablo usa esta palabra política solo aquí en Filipenses. Probablemente lo use debido al orgullo de los filipenses por su ciudadanía romana. Si alguien hubiera visitado Filipos, se habría acordado de Roma. Era una pequeña colonia de Roma. Siempre que alguien visite una congregación cristiana y observe su estilo de vida, debe recordarle el reino de Cristo. Las iglesias son pequeños puestos de avanzada del reino de Dios. Nuestro amor, vida, libertad, humildad y otros valores del reino deben estar a la vista. Debemos buscar dar a conocer en el presente cómo será la vida en el futuro.
Así como los ciudadanos romanos disfrutaban de ciertos privilegios y responsabilidades, también los del reino, privilegios y responsabilidades mucho mayores. ¡Tenemos el indescriptible privilegio de ser parte del reino! Pablo nos recuerda el evangelio que nos trajo al reino: "el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo" (Col 1:13). Y tenemos la asombrosa responsabilidad de vivir el evangelio y dar a conocer el evangelio.
— Mérida, T. y Chan, F. (2016). Exaltando a Jesús en Filipenses. (D. Platt, D. L. Akin y T. Merida, Eds.) (Fil. 1: 27–2: 4). Nashville, TN: Referencia de Holman.
Pablo resalta el hecho que es así como se comporta aquellos ciudadanos del cielo, Fil. 3:17, 20.
Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros.
Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
La coherencia de la vida cristiana es lo que lo hace real y eficaz.
Pablo se refiere a esto como ocuparse en su salvación, Fil. 2:12. Como decir “ocupate de tu trabajo”, lo que te toca debido a tu posición.
Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor,
Pablo dice lo mismo a los Efesios, Ef. 4:1-2.
Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor,
Santiago advierte que el que no lo hace, se engaña a si mismo, pensando estar bien aunque no lo está, Sant. 1:22.
Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
El creyente es bienaventurado cuando el dicho y el hecho son iguales, Sant. 1:25.
Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.
Ilustración: “Cambia tu comportamiento o cambia tu vida” — Alejandro Magno a un soldado desertor quién compartía su nombre.
Aplicación: ¿Cuál área de tu vida luchas con ser digno del evangelio de Cristo? No puedes esperar a pelear bien si tu vida y fe no concuerdan.
Cooperación en la Fe, vs: 27b.
Cooperación en la Fe, vs: 27b.
Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio,
La cooperación en la fe es una acción constante.
El tiempo del verbo presenta la idea de estar siempre buscando mantenerse firmes, no flaqueando, no quedando abajo, sino manteniendo una constancia.
Aunque permaneciendo inmovibles, no es una acción neutra, sino de defensa contra los adversarios.
Pablo usa los tiempos presente continuos de los verbos en el próximo capítulo para describir esta acción, Fil. 2:2.
completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa.
También exhorta a los Efesios a ser solícitos en guardar la unidad, Ef. 4:3.
solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;
Es la acción constante de mantenerse activos en la obra del Espíritu Santo dentro de cada uno, Ef. 6:11.
Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
Es decir, la obra de crecimiento que hace Dios el Espíritu Santo al morar en cada cristiano es lo que habilita al creyente afirmarse. No es al afirmarse en sus propias fuerzas, sino en la obra de Dios en cada uno, Fil. 4:1.
Así que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados.
Quizás recuerdan haber escuchado en su clase de historia, o visto alguna película de los 300 Espartanos en la batalla de Termópilas, bajo el liderazgo del Rey Leonidas, se mantuvieron firmes ante el ejército Persa casi innumerable en una de las batallas finales más conocidas de la historia.
Pablo exhorta a los Filipenses a mantenerse firmes con tal resolución contra los oponentes del evangelio de Cristo.
La cooperación en la fe es un esfuerzo compartido.
El término que usa Pablo aquí es literalmente el verbo referente al esfuerzo de un atleta y el prefijo con (junto a)— conatletear. Se traduce combatiendo juntos para destacar ese esfuerzo compartido con los demás de la iglesia.
Aunque el término parece ser un invento, Pablo agrega este prefijo con a varioas palabras en la epístola (10 veces en Filipenses), para resaltar esta participación compartida que debe tener la iglesia.
Lo resalta en el próximo capítulo, Fil. 2:1-2.
Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa.
Exhorta a dos mujeres en la iglesia que ya no contienden, sino que obren juntas otra vez por el evangelio, Fil. 4:2-3.
Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor. Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.
Exhorta a los Efesios de la misma manera, Ef. 4:3-4.
solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación;
Ilustración: Escena de Vengadores End Game
Aplicación:
Quizás te sientas a veces sólo en la batalla espiritual. Déjame recordarte algunas cosas:
Tienes todo una lista de creyentes previos quienes han mostrado que vale la pena vivir para agradar al Señor, y sus testimonios te acompañan, Heb. 12:1.
Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,
Tu batalla no es única, incluso otros la han luchado y te pueden ser de ayuda y ánimo, 1 Ped. 5:8-9.
Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.
Si tienes dificultades en la batalla espiritual, debes seguir junto a otros que aman al Señor, 2 Tim. 2:22.
Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.
Confianza en la Lucha, vs: 28-30.
Confianza en la Lucha, vs: 28-30.
y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, mas para vosotros de salvación; y esto de Dios. Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él, teniendo el mismo conflicto que habéis visto en mí, y ahora oís que hay en mí.
La confianza ante la oposición, vs: 28a.
La oposición que ellos hubieran experimentado hubiera sido visto en una variedad de formas:
El compromiso de los filipenses con Jesucristo como Señor era una amenaza para los romanos patriotas de mentalidad cívica que dirigían Filipos. La lealtad de los filipenses a otro "Señor" que no era César rozaba la traición, ya que desafiaba al establecimiento político. A veces, los cristianos fueron tachados con el (¡asombroso para nosotros!) oprobio "ateo" porque su lealtad a Cristo desafió la divinidad del César. Los ciudadanos romanos de Filipos, que solían honrar al emperador en cada reunión pública, presionaron a la iglesia para que se conformara. Los cristianos fueron una vergüenza política con su Señor Jesús. Y más, se pensaba que los cristianos que tuvieron la temeridad de declarar con Pablo que su ciudadanía estaba en el cielo (cf. 3:20) eran "anti-romanos" y, por lo tanto, enemigos del orden público.
Debido a esto, hubo una persecución generalizada en Filipos y en todas las otras iglesias de Macedonia, acerca de las cuales tenemos estos fragmentos: "grande prueba de tribulación... profunda pobreza" (2 Cor. 8:2), "en medio de gran tribulación" (1 Tes. 1:6), “por vuestra paciencia y fe en todas vuestras persecuciones y tribulaciones que soportáis” (2 Tes. 1: 4). La ciudadanía celestial digna del evangelio era costosa y exigente.
— Hughes, R. K. (2007). Filipenses: la comunión del evangelio (p. 67). Wheaton, IL: Crossway Books.
Los Filipenses pueden encontrar su confianza en el hecho de la perdición de sus enemigos. Ante toda la persecución que están experimentando, podían estar confiados que la oposición es señal de la condenación final de los mismos opositores, 2 Tes. 1:5-10.
Esto es demostración del justo juicio de Dios, para que seáis tenidos por dignos del reino de Dios, por el cual asimismo padecéis. Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros).
Ellos serían vindicados en el tiempo del Señor, pues estaban del lado del Señor Todopoderoso, Rom. 8:31, 37.
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
La confianza en la victoria final, vs: 28b.
No está implicando que merecen salvación por sufrir las dificultades, sino que el padecer por causa de Cristo es una señal de su verdadera posición como Hijos de Dios, Jn. 15:19, 1 Jn. 3:13.
Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.
Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece.
La victoria final le pertenece a Cristo, Fil. 2:9-11; Ef. 1:19-23.
Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza,la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
La confianza en el sufrimiento, vs: 29-20.
El término concedido es relacionado a la palabra para regalo y gracia.
El sufrimiento por causa de Cristo tiene resultado provechoso:
Hay recompensa en el cielo, Mat. 5:10-12.
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.
Hay semejanza con Cristo, Fil. 3:10; 1 Ped. 2:20-21.
a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte,
Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;
Hay bienaventuranza por sufrir por el bien, 1 Ped. 3:14, 17.
Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis,
Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal.
Ilustración: Mehdi Dibaj
En 1984, Mehdi Dibaj fue encarcelado por el gobierno de Irán acusado de "apostasía" por convertirse del Islam al cristianismo. Él languideció en prisión durante diez años hasta que su caso fue juzgado en 1994. Algunas de las últimas líneas de su defensa escrita decían:
[Jesucristo] es nuestro Salvador y Él es el Hijo de Dios. Conocerlo significa conocer la vida eterna. Yo, un pecador inútil, he creído en Su amada persona y en todas Sus palabras y milagros registrados en el Evangelio, y he entregado mi vida en Sus manos. La vida para mí es una oportunidad de servirle, y la muerte es una mejor oportunidad para estar con Cristo. Por lo tanto, no solo estoy satisfecho de estar en prisión por el honor de Su Santo Nombre, sino que estoy listo para dar mi vida por la causa de Jesús, mi Señor...
Mehdi Dibaj fue sentenciado a ejecución, pero fue liberado bajo presión del Departamento de Estado de Estados Unidos, solo para ser encontrado muerto en un parque de Teherán, el tercer cristiano asesinado en Irán después de salir de prisión. La conducta mesurada de Dibaj mientras se mantenía tranquilamente firme en favor del evangelio fue una señal segura del juicio venidero de sus enemigos y su salvación, que quizás algunos de los que lo conocieron, debido a la gracia de Dios, comenzaron a ver.
La marea de sangre en Mehdi Dibaj
Fluyó de ahora en adelante en formal majestad.
— Hughes, R. K. (2007). Filipenses: la comunión del evangelio (p. 69). Wheaton, IL: Crossway Books.
Aplicación: