La Obra de Cristo por su Iglesia.
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La Obra de Cristo por su Iglesia.
La Obra de Cristo por su Iglesia.
Introducción.
Introducción.
El no nos ha dejado solos en su camino, él ha prometido obrar en nosotros para que un día seamos completamente a la imagen del Señor.
Filipenses 1.6 “6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;”
El Señor obrará en nosotros.
25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.
El contexto.
El contexto.
Enseñanza del apóstol sobre la vida matrimonial.
Efesios 5.21-25 “21 Someteos unos a otros en el temor de Dios.22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor;23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,”
Resumen de lo que Cristo hace por su Iglesia.
Resumen de lo que Cristo hace por su Iglesia.
Entregarse por ella.
Santificarla.
Glorificarla.
La razón de porqué Cristo obra en su Iglesia.
La razón de porqué Cristo obra en su Iglesia.
Porque la ama. Efesios 5.25 “25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,”
Porque la Iglesia es su cuerpo, porque la Iglesia está unida a ella. Efesios 5.28-32 “28 Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.29 Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia,30 porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.31 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.32 Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.”
La obra de Cristo por su Iglesia.
La obra de Cristo por su Iglesia.
I. El Señor se entregó por su Iglesia.
I. El Señor se entregó por su Iglesia.
Efesios 5.25 “25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,”
Los esposos deben amar a sus esposas. Este es el contexto en que está presentado este texto. El apóstol usará el ejemplo de Cristo y la Iglesia para enseñar a los hombres cómo deben amar a sus esposas.
Comparación: Como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a su mismo por ella. Esta es una comparación. El amor de los hombres por sus esposas debe ser como el amor de Cristo por su Iglesia. Este amor de Cristo por su Iglesia se demostró en su entrega. Esta entrega ocurrió en la cruz , cuando murió por nosotros, recibiendo la ira de Dios que merecíamos. Este es el hecho que da lugar a todo lo demás, de aquí parte todo.
II. El Santifica a su Iglesia.
II. El Santifica a su Iglesia.
Efesios 5.26 “26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,”
Propósito: para santificarla. Este es el propósito por el cual el Señor se entregó por nosotros. El termino santificar significa apartar de todo lo malo y pecaminoso para consagrarlo a Dios. En un primer sentido los creyentes ya hemos sido santificados, ocupamos una posición de santos delante de Dios, es por eso que en sus cartas el apóstol Pablo generalmente se refiere a los creyentes como “los santificados en Cristo Jesús” (1 Cor 1.2); “los santos y fieles que están en Cristo Jesús” (Efe. 1.1). Pero en otro sentido, los creyentes estamos siendo santificados, es decir que estamos en un proceso donde Dios nos está limpiando de toda maldad y nos conforma a la imagen de su Hijo, nuestro Señor, por eso mismo el apóstol dice en su saludo en 1 corintios “llamados a ser santos” (1Cor 1.2) y también el apóstol Pedro nos exhorta: “como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir” (1 Pedro 1.15) Tanto la primera, como la segunda son una obra de Cristo en nosotros. El nos ha hecho santo en el sentido que con su sangre pagó el precio para apartarnos para Dios y él se compromete a obrar en nuestra santificación, de eso justamente habla la siguiente parte.
Manera: habiéndola purificado por el lavamiento del agua por la Palabra. Según los eruditos del griego otra posible traducción, quizá más literal, podría ser: “para santificarla limpiándola con el lavamiento del agua por palabra” Esto nos da a entender no tanto como un hecho ya cumplido si no como la manera en la que él obra para santificarnos. El nos santifica por medio del lavamiento del agua por la Palabra. Esta expresión ( que por cierto es muy difícil de entender) puede significar que la Palabra nos limpia espiritualmente de la misma manera que el agua limpia nuestro cuerpo. El Señor mismo dijo a sus discípulos “ ya vosotros estáis limpios por la Palabra que os he hablado” (Juan 15.3); en su oración por nosotros el Señor pidió al Padre “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad” (Jn 17.17) Esta es la maravillosa verdad: que Cristo se ha comprometido a santificarnos y él está obrando esto por medio de su Palabra.
III. El Señor glorificará a su Iglesia.
III. El Señor glorificará a su Iglesia.
Efesios 5.27 “27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.”
Propósito: a fin de presentársela así mismo una iglesia gloriosa. El propósito de la obra de santificación es glorificar a su Iglesia. El mismo apóstol Pablo presenta esta verdad en Romanos 8. 29-30 “29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.” Esto quiere decir que el Señor está preparando a su Iglesia para presentarse a si mismo. Esto está expresado como la preparación de la novia para casarse, generalmente la novia era (y lo es en la actualidad) la que se prepara para presentarse a su novio, pero en este caso es Cristo el que está preparando a su Iglesia para el encontrase con él. En seguida pasa a explicar con mas detalle lo que quiere decir con esta glorificación del los creyentes.
Explicación:
(-) que no tuviese mancha, ni arruga ni cosa semejante.
(+) sino que fuese santa y sin mancha.
Con estas dos expresiones el apóstol está explicando que él está obrando para que su Iglesia sea limpiada de toda inmundicia e imperfección. En efecto, esto se cumplirá, dice el apóstol Juan en Apoc. 19.6-8 “6 Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! 7 Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. 8 Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.”
Se entregó para santificarnos, y nos santifica para glorificarnos.
Conclusión.
Conclusión.
El Señor terminará su obra en nosotros.
Judas 24 “24 Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría,”
Y en esta verdad debemos descansar y regocijarnos.
Por eso en este día recordaremos lo que el Señor hizo por nosotros para que esto fuer posible: su sacrificio por nosotros en la cruz.