La soberanía de Dios en la Salvación

TRABAJO FINAL

Este estudio es sobre el carácter de Dios. En la teología se le conoce como los atributos de Dios. Es definido como todo lo que la Biblia dice del carácter de Dios. Como Dios no está hecho de ninguna materia, no tiene partes ni dimensiones, no se le puede dividir por partes. Sin embargo, me parece apropiado usar la división que utiliza Grudem: los atributos incomunicables e comunicables. Para efecto del trabajo final, nos ocuparemos en un atributo comunicable, la soberanía de Dios en la salvación.

¿De qué quiero que trate la investigación? Esta investigación se basa en uno de los atributos del Señor. La soberanía de Dios, pero siendo más específicos, nos enfocaremos en el tema de la soberanía de Dios en la salvación en el Antiguo Testamento, como en el Nuevo Testamento. Desde que soy muy niño he conocido a Dios como soberano. El Señor es todo poderoso y que tiene el control de todas las cosas. Pero, realmente muchas personas y hasta algunos cristianos piensan que Dios es soberano pero no en “todas” las cosas. Por ejemplo, en el evangelismo, unos creen que Dios no ejerce su soberanía en la salvación, sino que las deja en manos de los hombres. Por consiguiente, la investigación busca comprobar con las Escrituras que la salvación del hombre es dispensado por la voluntad soberana de Dios, siendo el hombre simplemente el receptor. El tema se desarrolla en los siguientes enunciados: 1.La soberanía de Dios en la salvación. 2.La soberanía de Dios en el evangelismo.La soberanía de Dios en la salvación ilustrada en el Antiguo Testamento. 3.La soberanía de Dios en la salvación ilustrada en el Nuevo Testamento.

1.La soberanía de Dios en la salvación.

Para empezar, definamos: ¿Qué es la soberanía de Dios? La soberanía de Dios es la forma en como el Señor administra su creación. Soberanía tiene que ver con señorío. El Señor tiene señorío absoluto, reinado, dominio sobre todas las cosas. Esto quiere decir, que él es el Dios de dioses, el Señor de señores y el Rey de reyes (Dt. 10:17; 1 Ti. 6:15-16; Ap. 19:16). Él es el Señor Áltísimo y gran Rey de todo el mundo (Sal. 47:2;97:9). Dios gobierna sobre toda la humanidad y toda nación (Jer. 32:27;Dn. 4:25,32;Sal. 22:28): El Señor está sentado en su trono (Sal. 47:8). Por lo tanto, el Señor como propietario de la creación, puede usar sus posesiones como lo estime mejor. Moisés entendiendo la soberanía de Dios, dice: “Al Señor tu Dios le pertenecen los cielos y lo más alto de los cielos, la tierra y todo lo que hay en ella” (Dt. 10:14) [1] Jack Cottrell, La fe una vez dada, trans. Dennis O’Shee y Dale Meade (Joplin, MO: Literature And Teaching Ministries, 2013), 86–87.

· ¿Se debe predicar el evangelio a todo el mundo?