Salmo 96

Introducción

Vamos a seguir considerando como debemos adorar a Dios como creyentes hasta el Salmos 100. Esta colección de Salmos son muy propicios copo invitaciones a la adoración, como lo vimos hace 8 días en el salmo 95.

El Salmo 96 es que es un himno gozoso al Dios de Israel como rey y una invitación a las naciones del mundo a unirse a Israel para alabarlo. También es una profecía de un día futuro cuando Dios juzgará al mundo entero con justicia.

1- 3 El llamado a Adorar

4-6 La Razón de la adoración, ¿Por qué debemos adorar?

7-9 El contenido de la adoración ¿Qué es lo que hacemos cuando adoramos?

10-13 El contexto de la adoración (y en este contexto es el contexto futuro de la adoración ).

I Crónicas 16 David instruyó a Asaf el director del coro para que alabara al Señor cuando el arca del pacto fuera traída a Jerusalén. David deseaba que el arca fuera llevada a Jerusalén para dejar en claro al pueblo que Dios reinaba sobre Israel. El arca fue llevada a Jerusalén y este Salmo fue cantado por Asaf y sus cantores cuando esto sucedió. La venida del arca de Dios a Jerusalén fue vista por David como una promesa de la futura venida de Dios para gobernar como rey sobre toda la tierra.

Por esto tenemos este lenguaje del Señor viniendo al final del salmo. El arca simbolizaba la presencia del Señor con Su pueblo. Hay ecos de este salmo en Mateo 21, cuando Jesús entra a Jerusalén. La gente canta: ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! " Este es pues un Salmo mesiánico….

En el siglo II, cuando este Salmo fue traducido al idioma siríaco, Esta biblia le puso debajo del titulo estas palabras: "Una profecía acerca de la venida de Cristo y el llamamiento de los gentiles que creerán en él".

Luego Martin Lutero dijo de este salmo: "Esta es una profecía acerca del reino de Cristo y la difusión del evangelio por todo el mundo".

A la luz de esto veremos como este salmo responderá a la pregunta ¿Como debemos adorar? en cada uno de nuestro puntos

con un deseo misionero;

Porque el Señor es grande;

Con un sentido de que Dios merece ser adorado;

con miras a la consumación de su reino.

I. El llamado a Adorar 1-3

Este llamado no es solo para el pueblo de Dios, es decir, a los que ya confiesan Su nombre, a los que ya creen en Su evangelio, sino que está dirigido a toda la tierra, las naciones deben conocer su gloria y alabarlo, los pueblos deben conocer de sus maravillas y alabarlo. .

Este es un llamado a la adoración que tiene un aspecto misionero.

Esto nos recuerda el pacto de Dios con Abraham, (Génesis 12: 2-3 El Salmo retoma esta promesa de que en la simiente de Abraham y en él, todas las familias de la tierra serían bendecidas, el Antiguo testamento habla de la necesidad de las misiones.

Las misiones no es una idea del Nuevo Testamento, este es un himno misionero. Todos los pueblos de la tierra son llamados a adorar a Dios a través de Jesucristo nuestro Señor.

Este salmo expresa el deseo de que todo el que tenga vida y aliento venga por fe a Jesucristo, creyendo en el evangelio y adorando al Dios viviente.

Cuando nos reunimos para adorar al Señor, necesitamos recordar la necesidad de las misiones. Nuestra única preocupación no debería ser tener comunión con el Dios vivo. Debemos tambien desear que hombres, mujeres y niños de cada tribu, lengua, pueblo y nación tengan una fe salvadora en Jesucristo. Debemos desear que las personas que nos rodean se conviertan en hermanos y hermanas en Jesucristo, de tal manera que podamos juntos magnificar el nombre del Señor.

Debemos adorar con un deseo misionero. Eso no significa que el propósito de servicio de adoración sea evangelizar, pero sí significa que nuestro servicio de adoración debe encender nuestro amor por el Señor y nuestro deseo de que su gloria sea conocida en toda la tierra.

Cada domingo venimos a adorar a Dios, nuestro proposito es venir a tener comunión con él y en medio de esta deleitosa comunión debemos avivar nuestro deseo de que otros participen de esto tan glorioso por gracia.

Ningún cristiano debería estar despreocupado por las misiones. Todos debemos desear que otros lleguen a conocer a Jesucristo de la misma manera que Dios en Su misericordia nos ha permitido conocerle.

Esto es lo primero que vemos en el salmo: un llamado para que toda la tierra adore al señor, señalando así la primera respuesta a la pregunta ¿cómo debemos adorar? - debemos adorar con un deseo misionero en nuestros corazones.

II. Porque adoramos al Señor 4-6

Debemos adorar: Porque el Señor es grande, majestuoso, hermoso y glorioso. Porque Él creó todo.

La razón por la que adoramos esta en Dios mismo y su grandeza.

Una de las razones por las que nuestra adoración a veces es tan plana es porque realmente no creemos que el Señor es grande. Hay otras cosas en nuestra vida que consideramos más grandes que el Señor desde el punto de vista de la experiencia. Hay otras cosas de las que obtenemos más satisfacción, más deleite, más gozo que el Señor. Pero la ironía es esta: aquellos que conocen el verdadero gozo de esta vida son los que obtienen su gozo de la grandeza del Señor.

“La fama, el placer y las riquezas no son más que cáscaras y cenizas en contraste con el gozo ilimitado y permanente de colaborar con Dios en el cumplimiento de su plan eterno. Los hombres que están poniendo todo en la empresa de Cristo obtienen de la vida recompensas dulces e invaluables ".

Esta persona dice que aquellos que atesoran más a Dios y estan preocupados por hacer avanzar su proposito en Cristo, incluso haciendo sacrificios por esto, son las personas que tienen más alegría, más satisfacción, más deleite. ¿Por qué? Porque al final se deleitan en Dios mismo y en su obras.

Y eso es lo que dice el Salmo.

Dios es intrínsecamente digno de adoración. El es el unico Dios verdadero. Solo hay un Dios vivo y verdadero: el Dios que se ha revelado a sí mismo en Su palabra. Y lo adoramos porque es grande.

III. El contenido de nuestra adoración.

Cuando hacemos la pregunta ' ¿Qué debemos usar para ir a la iglesia ?' la respuesta del Salmo 96: 7-9 es 'Dios quiere que lleves un reconocimiento de que Él merece adoración, santidad de vida y asombro por Su persona'. 1 Cor. 8: 4

El punto es que debes venir a adorar reconociendo que Dios merece ser adorado. Si no lo hace, su corazón no estará en adoración.

Y vendrás con santidad. "Adora al Señor en el esplendor de la santidad". Ahora, usted sabe que en el Antiguo Testamento los sacerdotes tenían que usar vestimentas especiales para poder entrar al templo o al tabernáculo del Señor. Y usted sabe que incluso el pueblo de Dios, mientras adoraba, tenía que ser consagrado de maneras especiales cuando entraba a adorar a Dios. Pero esto no te pide que uses un atuendo especial. Este es un mandamiento de vestirse con el adorno de la santidad al venir a adorar a Dios. Dios es santo y requiere que entremos a Su presencia en santidad. Esto, nos muestra por qué el evangelio es absolutamente necesario para la adoración: porque no somos santos. Necesitamos una santidad que no viene de nosotros. Necesitamos una santidad que viene de Cristo. Necesitamos estar vestidos con Su justicia si vamos a venir y adorar al Dios viviente.

Adoraremos en proporción a nuestro sentido de que Dios merece ser adorado . Si no pensamos que Dios merece adoración, nuestra adoración será tibia. Si realmente creemos en nuestro fondo de corazón que Él merece lo que vamos a ofrecer, entonces seremos apasionados en nuestra adoración.

IV. El contexto de la adoración. 10-13

El contexto de la adoración es la venida del Señor, el reinado del Señor, el juicio del Señor. En cada servicio de adoración deberíamos pensar en la consumación cuando el Señor reinará y juzgará a los pueblos con justicia. El salmo nos pide que adoremos en este contexto.

Adoramos entendiendo que el Señor triunfará. Perdonara a los que confían en él y castigara a los que lo han rechazado .

Esta es la esperanza bienaventurada, el Señor viene. Y si esa no es una realidad que controla tu vida, si no la entiendes y no te importa, tu adoración será ineficaz.

Pero para los verdaderos creyentes, adoran a Dios con un deseo misionero y adoran a Dios porque Él es grande, lo adoran con el sentido de que Él inherentemente merece ser adorado, y lo adoran a la luz de su victoria final. Apocalipsis 9:6-7