Hablemos de Fe III

Hablemos de Fe III  •  Sermon  •  Submitted
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Dios sí ha prometido algo

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Estamos hablando sobre la fe en el cristianismo. Nuestra fe, -en lo que sea que creas, una filosofía, persona, universo-, está fundada en poder entender las circunstancias y que no te pase nada malo. Este tipo de fe la llamamos circunstancial y es una fe frágil. Si tienes este tipo de fe, buscarás la manera de lograr que Dios, o lo que sea, haga lo que quieres y cuando no lo logres te sentirás defraudado, decepcionado o hasta enojado.
La fe del cristiano está fundada -a diferencia de lo que creas-, en Jesús. La figura histórica que hace más de 2 mil años caminó entre nosotros, demostró ser Hijo de Dios, predijo Su muerte y resurrección. El fundamento de nuestra fe no es que Dios responda nuestras oraciones, sino que cientos de personas lo vieron después de Su muerte y estuvieron dispuestos a morir, no por los milagros o por lo que Jesús dijo, sino porque lo vieron resucitar.
Por esto, la fe del cristiano hace posible que, aunque Dios no responda alguna de sus oraciones, sigue confiando en ÉL, porque la fe no se funda en una respuesta o en las circunstancias de la vida, sino en que hace 2 mil años… Fe para el cristiano es confiar que Dios es quien dijo que es y que puede hacer lo que ha prometido hacer.
Lo que una a la esperanza con la fe, es una promesa de Dios. En la historia de un hombre lleno de lepra que se acerca a Jesús y le dice: “se que si quieres puedes sanarme”, Jesús dijo “sí quiero” y esa es la fe que busca, porque si le dice ¡no! Aun así, seguiría reconociendo que ÉL lo puede sanar. Y ya le ha rendido adoración.
La fe no es cerrar los ojos con fuerza, ordenar con seguridad a Dios y creer que ÉL lo tiene que hacer; cuando menos la fe bíblica no es así. Fe es decirle y pedirle a Dios lo que necesitas, quieres, anhelas, porque sabes que ÉL puede hacerlo, y, si no lo hace ¡sigue siendo Dios! Hoy responderemos la pregunta ¿Qué sí ha prometido hacer?
Si alguna vez quieres saber qué es el cristianismo ¡esta es la respuesta! Verás lo que Dios te ha prometido dar y es garantía que lo cumplirá porque ha dado Su Palabra. Así que no importa qué tan bien o mal estás en este momento, llegará una etapa en tu vida en que desearás estar seguro de estas 2 promesas de Dios para ti.
Primero veamos lo que Dios NO ha prometido. Esta parte no es emocional, es como derribar la casa de cristal que hemos contraído. Desearíamos no creerlo, por nuestro deseo de manipular a Dios, pero la realidad es que ¡no podemos! Eso ya lo sabes, pues le has pedido algo, y lo hiciste haciendo lo que te han dicho que hicieras y, aun así, no siempre has logrado que Dios haga lo que quieres y esto es porque ¡ÉL es DIOS!
Sabes que la mayoría de sus discípulos fueron mártires, murieron por la fe, esto parece contrario a lo que muchos dicen: “ven a Dios y todos tus problemas desaparecerán, tendrás riqueza, salud, amor”. Al ver a estos hombres de fe que murieron apedreados, crucificados, perseguidos, desterrados, como que algo no cuadra. Veamos
Dios no ha prometido que no te sucederán cosas malas. Si algo malo te pasa, no quiere decir que Dios no te quiere o que se ha olvidado de ti. Esto es la fe, cómo la entiendo ahora, creo que Dios revelará algo más adelante.
Dios no prometió hacerte rico. Ninguno de los que estuvieron cerca de Jesús obtuvo riquezas por su fe, y esto da credibilidad a la historia, porque no obtuvieron ningún beneficio personal y aun así tuvieron una fe asombrosa en Jesús ¿Por qué si no obtienes nada con tu fe, sigues creyendo en Jesús? La razón es porque lo pusieron en una tumba, lo vimos muerto un viernes y el lunes ¡comimos juntos! Y eso ¡lo vimos! Así que no me importa que me pase, yo seré fiel a Jesús, sigo a quién resucitó de la muerte.
No se si conseguiré algo aquí en esta tierra, pero, lo vi resucitar y aunque no me de nada ¡lo seguiré! Soy testigo; en el libro de los Hechos, dice que son testigos de lo que ha pasado.
Además, sabes que, si tienes alimento, techo, ropa, comodidades, ya eres mucho más afortunado que muchos y si Dios permite que disfrutes riqueza ¡qué bueno! Pero no es eso lo que prometió.
En el NT, Jesús sanó a personas y hay historias interesantes; hay una en el evangelio de Juan, en que un estanque llamado Betesda, es conocido porque de vez en cuando el agua se agita y el primero en entrar sana de la enfermedad que sea, así que te puedes imaginar que ese lugar parecía un hospital, lleno de enfermos. El Señor Jesús pasa por ahí, camina entre los enfermos: “disculpen, compers, perdón no vi esa mano”, hay una persona que tenía 38 años enfermo. Jesús lo ve y le pregunta si quiere sanar, el hombre le dice que cuando oye que el agua se agita, por más que se esfuerza en llegar, lo jalan, lo patean y siempre le ganan, pues es paralítico, pero ahora además tiene una costilla rota, dedo machucado; Jesús de repente le dice: “toma tu petate y ve a tu casa”, y Jesús sigue SU camino. El hombre puede levantar su petate y se va a su casa.
La pregunta es ¿por qué Jesús no sanó a más? La respuesta es ¡no lo es! La Biblia no lo dice; es verdad de pronto Dios sana muchas personas, otras no; porque Dios NO ha prometido sanar a todas las personas, muchas veces sí lo hace y otras no, porque ÉL vino a dar vida al muerto espiritual y eso sí que sucede a quién confía en ÉL.
Dios NO ha prometido revertir las consecuencias de tus excesos o pecados. A veces ¡lo hace! Oras pidiendo sanidad o que te libre de alguna situación y Dios lo hace. Quizá recuerdas alguna vez que dijiste ¡Gracias Dios! Porque sentiste o viste que intervino en tu vida. Pero, no prometió librarte cada vez que la riegues. Algunas veces, en tu desesperación y en SU Misericordia te da lo que pides, pero muchas otras veces ¡no lo hace!
Dios NO ha prometido hacerte millonario, sanarte de todo, ni librarte de tus errores o pecados, entonces ¿qué sí ha prometido? Hay un verso que quizá no es el favorito de nadie:
…En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33, NVI)
Esto se lo dijo a sus seguidores más cercanos, en otras palabras: qué bueno que tienen fe, pero tendrán problemas, aflicciones, no les prometo una vida sin problemas, sino lo contrario, o aprendes a querer la espina o no aceptes rosas, fuiste tú.
Cuando un líder, sacerdote, pastor, gurú, coach, filosofía te diga: si haces esto…entonces Dios está obligado a hacer esto. O la vida te regresará esto, las estrellas, etc. Es casi seguro que no es verdad, porque Jesús dijo lo contrario. Pero veamos que sí ha prometido Dios.
Por lo tanto, ya que en Jesús, el Hijo de Dios, tenemos un gran sumo sacerdote que ha atravesado los cielos, aferrémonos a la fe que profesamos. Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades...” (Hebreos 4:14–15, NVI)
Compadecerse tiene como sinónimo empatía, y empatía no es lo mismo que simpatía. La simpatía es que me duele lo que te pasa, aunque nunca lo he vivido. Empatía se que me duele lo que te pasa, porque he pasado por lo mismo. Quién ha sobrevivido al Covid-19 puede empatizar con quién lo ha pasado. Viernes 7.00 pm.
El verso dice que cuando vengas a Jesús, ten la seguridad que tu Salvador sabe lo que sientes, ÉL lo sabe.
…sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros...” (Hebreos 4:14–15, NVI)
Nuestro Señor fue tentado igual que nosotros; esto es importante, porque al hablar con ÉL debes entender que ÉL Señor Jesús sintió lo que tú. Por ejemplo, pasó una noche temiendo la llegada del día siguiente. ¿Has pasado una noche así? Quizá en el hospital, o antes que te den el resultado del examen médico, o esperando que la medicina haga efecto, o llegar a la oficina sabiendo que será el último día; Jesús experimentó lo mismo, toda una noche en vela sabiendo que al día siguiente sería puesto en una cruz, y eso para ÉL no era una película, de niño quizá vio cómo crucificaban a los criminales, sabia qué pasaría al día siguiente.
Jesús sintió el rechazo y abandono de sus más cercanos. ¿Lo has vivido? ¿Te han traicionado alguien cercano? Has sentido la traición o alejamiento de un amigo que ahora habla pestes de ti y de acordarte te dan nauseas, y no puedes creer que haga eso si fueron tan cercanos.
Jesús lo vivió cuando uno de sus amigos lo negó cuando una muchachita lo acusó de conocer a Jesús, otro más, al único que le dice amigo ¡lo traiciona! Jesús vio a sus amigos correr. Así que cuando estés en una situación así y no sepas cómo orar ¡Jesús sabe! Dile con confianza lo que sientes.
Hubo un tiempo que su familia no creía en ÉL, sintió el rechazo, la tentación, la presión, por eso dice “cuando vengas a mí, ten la seguridad que sé lo que estás sintiendo. Mi Hijo pasó eso, tu Salvador, Sumo Sacerdote lo sabe.
Saber todo esto, debe cambiar nuestra forma de orar, no llegues a ÉL con timidez o vergüenza. Si lo has aceptado como Salvador, ÉL ha tomado tu vergüenza, tu sufrimiento y tu pecado. No quieras explicarle cómo son las cosas, como si no supiera o estuviera ajeno a lo que te sucede. El verso sigue:
…aunque sin pecado.” (Hebreos 4:14–15, NVI)
ÉL tiene algo que tú y yo no tenemos. La claridad de quién no ha pecado. Cuando pecas, tu vista espiritual se nubla, tu seguridad se nubla, todo se vuelve borroso, y si sigues pecando se convierte en ceguera.
Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia...” (Hebreos 4:16, NVI)
No con formalidad, la formalidad es enemigo de la intimidad. Si vienes de tradición religiosa o te dijeron que debes acercarte a Dios con miedo para no ofenderlo, entonces, no es el Dios de la Biblia. Porque dice que cuando vengas a ÉL, entres con confianza, porque ÉL sabe lo que necesitas, ven con confianza al trono y escucha.
…para recibir...” (Hebreos 4:16, NVI)
Aquí ya se pone bueno, es lo que quieres y dice que ¡vas a recibir! Al venir a ÉL siempre vas a recibir algo. Cuando vengas con humildad, honestidad, pasión, reconociendo Su grandeza, Soberanía. Si haces esto todos los días, sabiendo que Dios no es ajeno a tu sufrimiento, sino que envió a Su Hijo a morir por tus pecados. Dios te dice: “si vienes con confianza de que YO soy quien soy, cada vez que vengas, ten la seguridad que vas a recibir algo de mi parte”. Por eso, confía, cree ¡vas a recibir algo! Es Su promesa y esa es la garantía que sí sucederá.
…misericordia...” (Hebreos 4:16, NVI)
Esto sí lo ha prometido, esto es lo que vas a recibir ¡misericordia! Dios toma en serio lo que le pides y le dices porque eres Su hijo. Recibirás misericordia, sabes que ÉL se inclina y te dice: “se por lo que estás pasando”, pero tú sabes que además lo experimentó. El hecho de tener esa certeza puede ser suficiente para que tengas confianza.
A veces su misericordia se muestra en forma de una llamada de alguien que te consuela, un mensaje a tiempo para animarte. Quizá en una oración dices: “Dios no aguanto más” y ¡alguien te envía un mensaje para darte apoyo! Lo que sea que le digas, cuando le entregas tu corazón y después de orar, aunque no haya ningún cambio, seguramente, quién está cambiando ¡eres tú!
Recibirás misericordia cada vez que vengas a ÉL, es una promesa. Misericordia es lo que muestra Jesús en la tumba da Lázaro, ÉL sabe que lo resucitará y todo estará bien; pero antes de hacerlo se detiene junto a la tumba y Juan 11 dice que Jesús llora. ¿Por qué llora? Quienes lo ven dicen: mira qué tanto amaba a Lázaro. Quizá llora para que sepamos, para que entendamos que tu Salvador se preocupa por ti, que se compadece. Se interesa por ti, es como si dijera: “No me enoja que vengas a mí todos los días con tu petición, no me molesta, y además siempre recibirás misericordia, eso ¡te lo prometo!”
A veces su misericordia será tangible, otras no, pero sentirás SU misericordia al saber que tu Padre Celestial sabe por lo que estás pasando.
…y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos.” (Hebreos 4:16, NVI)
Esto quiere decir que te dará fuerzas, habilidad o energía para aguantar. Dios no ha prometido librarte de todas las dificultades de la vida, pero sí estar contigo en esos momentos. Ahora, has memoria de tu vida a través de este conocimiento y verás que en esos momentos difíciles de tu vida ¡Dios estuvo ahí! Así que hoy puedes reconocer que, aunque fue difícil, Dios te dio la gracia para aguantar, y la prueba de eso es que ¡estás aquí! No lo olvides.
A veces Dios hará algo que verás, otras veces no lo verás, pero siempre te dará la gracia para aguantar; quizá por ahora no sanes de esa enfermedad, quizá el hijo siga en esa trampa por un tiempo, pero puedes estar seguro, segura que Dios te dará misericordia y SU gracia para seguir adelante, puedes seguir clamando por esa necesidad, por ese milagro, por ese negocio, porque sabes que ÉL puede.
Siendo honestos ¡esto no es fácil! No emociona mucho, porque queremos que nos emocionen y ponernos religiosos o místicos y gritar ¡si haces esto Dios te dará lo que le pidas! Siempre tendrás salud, dinero amor, además, el próximo año serás millonario, y ¡te casarás! ¿lo recibes? Y te emocionas, gritas, te paras emocionado. Y si el próximo año ni dinero, ni casado, es más tu novia te corta; y entonces te dicen que ¡debes tener más fe! Pero al leer el NT y a quienes más fe tuvieron sabes que mueren como mártires, entonces dices: si para eso es la fe ¡no la quiero! Me voy a otra iglesia donde tengan más fe, me digan lo que quiero escuchar y cómo lograr que Dios haga lo que yo quiero y me responda.
Lo que queremos es que Dios intervenga a nuestro favor, y lo entiendo totalmente, pero no es para eso la fe que la Biblia enseña. Por ejemplo ¿cuántas veces has orado diciendo? Señor, yo soy el del problema, ayuda a mi esposo, a mi esposa, gracias que me aguanta, cuando a veces ¡ni yo me aguanto! ¿has orado así? Claro que no, pero ¿cuántas veces has orado diciendo: Dios cámbialo, por favar, que sea como yo, que haga lo que yo digo. Porque lo que queremos no es justicia. Así somos todos.
La buena nueva es que estamos en época de gracia y misericordia para quienes se acerca a Dios con confianza, Dios no quiere traer juicio, eso será después. Hoy quiere darte Su gracia y misericordia. Al conocer a Dios verás que tuvo gracia y misericordia, aun cuando tú no querías nada con ÉL. Dios te guardó de accidentes, de problemas, hasta cuando manejabas borracho o drogado ¿por qué? Porque estamos en tiempo de gracia y misericordia. Como cristiano te da SU gracia y misericordia, si no eres cristiano, pero vienes a Dios con confianza y en desesperación, te dará gracia y misericordia, que en tu caso servirá para que le conozcas y le recibas como Salvador.
Cuando Dios te ha librado, aun cuando no querías nada con ÉL, te está diciendo: “se las consecuencias del pecado, se lo que es sufrir y me duele cuando hay muerte, pero no quitaré el pecado, dolor, muerte todavía. Pero ten la seguridad que cuando vengas a mí, te daré gracia y misericordia. Llegará el día que intervendré de forma espectacular y toda la humanidad lo verá, será el fin del mundo como lo conoces, ese día será el fin del pecado, del dolor y la muerte, pero mientras estamos en la época que Dios interviene con gracia y misericordia.
De vez en cuando Dios interviene milagrosamente y no sufrimos las consecuencias de pecado y hay gratitud porque entendemos que ¡no lo tenía que hacer! Pero si lo hizo no fue porque mi fe lo presionó, sino porque tuvo misericordia y en Su soberanía, quiso librarte. Por eso decimos ¡gracias, Padre! Se que no estás obligado a hacer lo que yo quiero, pero eso no cambia que eres mi Salvador y Soberano Señor. Cuando hagas un milagro ¡celebraré! Cuando te quedes callado ¡alabaré! Porque mi fe no depende de lo que hagas, sino que hace 2 mil años diste tu vida por mí en esa cruz.
Le puedes pedir que haga o te de lo que quieras, puedes ir a ÉL con confianza, no necesitas ningún tipo de intermediario, todo lo que se interponga entre Dios y tú, no es de Dios, eso no dice la Biblia, lo que sí dice es que cuando vengas a ÉL, te dará Su presencia a través de SU gracia y misericordia.
Más asombroso aun, es que esta gracia no es exclusiva de los cristianos, sino de todo el que anda en búsqueda honesta, a ellos Dios les extiende gracia y misericordia para el momento de más necesidad.
¿Qué le puedes pedir? Lo que quieras y anheles, pero ten por seguro que te dará Su gracia y misericordia; algunas veces te dará lo que pides, pero siempre te dará Su gracia y misericordia, en el momento que más lo necesites.
Muchas veces Dios actúa en nuestro favor, pero ¿qué pasa si no? ¿qué haces cuando Dios te dice no? ¿qué haces cuando parece que ya pasó demasiado tiempo? ¿qué haces cuando sientes que Dios no está actuando? ¿qué haces cuando parece que Su gracia y misericordia no es suficiente? La Biblia es asombrosa, porque responde a esas preguntas, pero eso, lo veremos después.
Oramos que, si estás en medio de un dolor, sufrimiento, traición, crisis financiera y no sabes qué hacer, que estas palabras sean selladas en tu corazón, que sientas de forma tangible Su gracia y misericordia. En el pasado muchos tocamos fondo y en esos momentos vimos Su gracia y misericordia, oro que puedas experimentar esa gracia y misericordia, sin tener que llegar a tocar fondo.
Palabra de Dios
Oremos
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