Evita la trampa de la religión 2
Evita la trampa de la religión • Sermon • Submitted
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· 384 viewsEs muy fácil caer en la trampa de la religión. Jesús reprende esas actitudes y por ello aprendemos que debemos evitarlas.
Notes
Transcript
Introducción:
¿Alguna vez encontraste en tu camino una señal de advertencia?
¿Qué haces cuándo la ves?
Sería imprudente pasar por alto la advertencia y seguir adelante sin prestar atención, como si nada ocurriera.
En cuanto a nuestra vida espiritual, tabién hay advertencias muy severas a las que tenemos que prestar atención. Tienen que ver con nuestra vida espiritual, y tenemos que ser absolutamente serios y cuidadosos al considerarlas. ¡Es cuestión de vida o muerte, literalmente!
La semana pasada hablamos de la trampa de la religión, una trampa mortal que absorve a muchos y los conduce a la condenación. Hoy vamos a profundizar en cuanto a este tema.
Consideremos los “8 ¡Ay!” que expresó nuestro Salvador y Maestro.
Los 8 “¡Ay!”
Jesús se lamenta por los religiosos. Estos “ay” son una advertencia. Nada bueno está preparado para quienes caen en este tipo de conducta religiosa.
1. ¡Pobres de los que impiden que otros entren en el reino de Dios!
13 Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.
13 »¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas! Les cierran a los demás el reino de los cielos, y ni entran ustedes ni dejan entrar a los que intentan hacerlo.
13 »¡Qué aflicción les espera, maestros de la ley religiosa y fariseos! ¡Hipócritas! Pues le cierran la puerta del reino del cielo en la cara a la gente. Ustedes no entrarán ni tampoco dejan que los demás entren.
13 »Pero, ¡ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas que cierran el reino de los cielos delante de los hombres! Porque ni entran ustedes, ni dejan entrar a los que están entrando.
¿Te has dado cuenta de que las personas pueden entrar al Reino de Dios por tu testimonio o quedar fuera de él por tu mal ejemplo?
¿Hay personas que dirían “Si ser cristiano es vivir como (tú), prefiero seguir como estoy”? Debemos vivir vidas que inviten a otros a conocer a Jesús.
Cuando nos volvemos religiosos transmitimos señales equivocadas acerca del Camino a la salvación.
El desafío es que seamos quienes señalan con eficacia la puerta estrecha, no quienes la esconden.
1 También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. 2 Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, 3 sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, 4 traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, 5 que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.
1 Ahora bien, ten en cuenta que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. 2 La gente estará llena de egoísmo y avaricia; serán jactanciosos, arrogantes, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, 3 insensibles, implacables, calumniadores, libertinos, despiadados, enemigos de todo lo bueno, 4 traicioneros, impetuosos, vanidosos y más amigos del placer que de Dios. 5 Aparentarán ser piadosos, pero su conducta desmentirá el poder de la piedad. ¡Con esa gente ni te metas!
1 Timoteo, es bueno que sepas que, en los últimos días, habrá tiempos muy difíciles. 2 Pues la gente sólo tendrá amor por sí misma y por su dinero. Serán fanfarrones y orgullosos, se burlarán de Dios, serán desobedientes a sus padres y malagradecidos. No considerarán nada sagrado. 3 No amarán ni perdonarán; calumniarán a otros y no tendrán control propio. Serán crueles y odiarán lo que es bueno. 4 Traicionarán a sus amigos, serán imprudentes, se llenarán de soberbia y amarán el placer en lugar de amar a Dios. 5 Actuarán como religiosos pero rechazarán el único poder capaz de hacerlos obedientes a Dios. ¡Aléjate de esa clase de individuos!
1 Pero debes saber esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles.
2 Porque los hombres serán amadores de sí mismos, avaros, jactanciosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, irreverentes,
3 sin amor, implacables, calumniadores, desenfrenados, salvajes, aborrecedores de lo bueno,
4 traidores, impetuosos, envanecidos, amadores de los placeres en vez de amadores de Dios;
5 teniendo apariencia de piedad, pero habiendo negado su poder. A los tales evita.
2. ¡Pobres de los que se aprovechan de los demás con la excusa de la religión!
14 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque devoráis las casas de las viudas, y como pretexto hacéis largas oraciones; por esto recibiréis mayor condenación.
14 »¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas, que devoran las casas de las viudas, aun cuando por pretexto hacen largas oraciones! Por eso recibirán mayor condenación.
Evita la tentación de utilizar tu posición espiritual para obtener ventaja, sea cual sea el resultado.
Dios ve cuando ayudamos por conveniencia o por obtener alguna ventaja. ¿Se hace esto en nuestro mundo? ¡Con demasiada frecuencia!
Nunca permitas que tus oraciones o consejos sean un pretexto para beneficiarte de alguna manera.
Observa que habla de condenación para quienes proceden así.
3. ¡Pobres de los que llevan a otros a caer en la trampa de la religión!
Mateo 23:15
15 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros.
15 »¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas! Recorren tierra y mar para ganar un solo adepto, y cuando lo han logrado lo hacen dos veces más merecedor del infierno que ustedes.
15 »¡Qué aflicción les espera, maestros de la ley religiosa y fariseos! ¡Hipócritas! Pues cruzan tierra y mar para ganar un solo seguidor, ¡y luego lo convierten en un hijo del infierno dos veces peor que ustedes mismos!
15 »¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas, que recorren el mar y la tierra para hacer un prosélito, y cuando llega a serlo, lo hacen hijo del infierno dos veces más que ustedes!
Los religiosos también procuran hacer discípulos. Les resulta difícil y se esfuerzan por ello. Cuando lo consiguen, les transmiten el virus de la religión y llevan a sus discípulos a la condenación.
Hay “maestros” que hacen sus propios discípulos, no discípulos de Jesús. Evita hacer tus propios seguidores. Enseña a otros a conectarse con Jesús y ser dirigidos por Él.
¡No caigas en este error!
4. ¡Pobres de los que enaltecen los bienes materiales!
16 ¡Ay de vosotros, guías ciegos! que decís: Si alguno jura por el templo, no es nada; pero si alguno jura por el oro del templo, es deudor. 17 ¡Insensatos y ciegos! porque ¿cuál es mayor, el oro, o el templo que santifica al oro? 18 También decís: Si alguno jura por el altar, no es nada; pero si alguno jura por la ofrenda que está sobre él, es deudor. 19 ¡Necios y ciegos! porque ¿cuál es mayor, la ofrenda, o el altar que santifica la ofrenda? 20 Pues el que jura por el altar, jura por él, y por todo lo que está sobre él; 21 y el que jura por el templo, jura por él, y por el que lo habita; 22 y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios, y por aquel que está sentado en él.
16 »¡Ay de ustedes, guías ciegos!, que dicen: “Si alguien jura por el templo, no significa nada; pero si jura por el oro del templo, queda obligado por su juramento.” 17 ¡Ciegos insensatos! ¿Qué es más importante: el oro, o el templo que hace sagrado al oro? 18 También dicen ustedes: “Si alguien jura por el altar, no significa nada; pero si jura por la ofrenda que está sobre él, queda obligado por su juramento.” 19 ¡Ciegos! ¿Qué es más importante: la ofrenda, o el altar que hace sagrada la ofrenda? 20 Por tanto, el que jura por el altar, jura no sólo por el altar sino por todo lo que está sobre él. 21 El que jura por el templo, jura no sólo por el templo sino por quien habita en él. 22 Y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por aquel que lo ocupa.
16 »¡Guías ciegos! ¡Qué aflicción les espera! Pues dicen que no significa nada jurar “por el templo de Dios” pero que el que jura “por el oro del templo” está obligado a cumplir ese juramento. 17 ¡Ciegos tontos! ¿Qué es más importante, el oro o el templo que lo hace sagrado? 18 Y dicen que jurar “por el altar” no impone una obligación, pero jurar “por las ofrendas que están sobre el altar” sí la impone. 19 ¡Qué ciegos son! Pues, ¿qué es más importante, la ofrenda sobre el altar o el altar que hace que la ofrenda sea sagrada? 20 Cuando juran “por el altar”, juran por el altar y por todo lo que hay encima. 21 Cuando juran “por el templo”, no sólo juran por el templo sino por Dios, quien vive allí. 22 Y cuando juran “por el cielo”, juran por el trono y por Dios, quien se sienta en el trono.
16 »¡Ay de ustedes, guías ciegos! Porque dicen: “No es nada si alguien jura por el templo; pero el que jura por el oro del templo, contrae obligación”.
17 »¡Insensatos y ciegos! Porque ¿qué es más importante: el oro, o el templo que santificó el oro?
18 »También ustedes dicen: “No es nada si alguien jura por el altar; pero el que jura por la ofrenda que está sobre él, contrae obligación”.
19 »¡Ciegos! Porque ¿qué es más importante: la ofrenda, o el altar que santifica la ofrenda?
20 »Por eso, el que jura por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él;
21 y el que jura por el templo, jura por él y por Aquel que en él habita;
22 y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por Aquel que está sentado en él.
¡Cuidado! No caigas en el error de poner a las riquezas por encima de Dios.
17 Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros. 18 Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; 19 el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal.
17 Hermanos, sigan todos mi ejemplo, y fíjense en los que se comportan conforme al modelo que les hemos dado. 18 Como les he dicho a menudo, y ahora lo repito hasta con lágrimas, muchos se comportan como enemigos de la cruz de Cristo. 19 Su destino es la destrucción, adoran al dios de sus propios deseos y se enorgullecen de lo que es su vergüenza. Sólo piensan en lo terrenal.
17 Amados hermanos, tomen mi vida como modelo y aprendan de los que siguen nuestro ejemplo. 18 Pues ya les dije varias veces y ahora se los repito de nuevo con lágrimas en los ojos: hay muchos cuya conducta demuestra que son verdaderos enemigos de la cruz de Cristo. 19 Van camino a la destrucción. Su dios son sus propios apetitos, se jactan de cosas vergonzosas y sólo piensan en esta vida terrenal.
17 Hermanos, sean imitadores míos, y observen a los que andan según el ejemplo que tienen en nosotros.
18 Porque muchos andan como les he dicho muchas veces, y ahora se lo digo aun llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo,
19 cuyo fin es perdición, cuyo dios es su apetito y cuya gloria está en su vergüenza, los cuales piensan solo en las cosas terrenales.
5. ¡Pobres de los que cumplen cierta parte de la Ley pero fallan en lo más importante!
23 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello. 24 ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, y tragáis el camello!
23 »¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas! Dan la décima parte de sus especias: la menta, el anís y el comino. Pero han descuidado los asuntos más importantes de la ley, tales como la justicia, la misericordia y la fidelidad. Debían haber practicado esto sin descuidar aquello. 24 ¡Guías ciegos! Cuelan el mosquito pero se tragan el camello.
23 »¡Qué aflicción les espera, maestros de la ley religiosa y fariseos! ¡Hipócritas! Pues se cuidan de dar el diezmo sobre el más mínimo ingreso de sus jardines de hierbas, pero pasan por alto los aspectos más importantes de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Es cierto que deben diezmar, pero sin descuidar las cosas más importantes. 24 ¡Guías ciegos! ¡Cuelan el agua para no tragarse por accidente un mosquito, pero se tragan un camello!
23 »¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas que pagan el diezmo de la menta, del anís y del comino, y han descuidado los preceptos más importantes de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad! Estas son las cosas que debían haber hecho, sin descuidar aquellas.
24 »¡Guías ciegos, que cuelan el mosquito y se tragan el camello!
Evita el error de enorgullecerte de cumplir hasta cierto punto la voluntad de Dios. Busca comprender más y más de la enseñanza del Señor y obedece en lo más importante: la justicia, la misericordia y la fe.
No dejes de diezmar, pero también pon en práctica lo otro.
El Señor Jesús enseñó a ir a lo prufundo de la Palabra y la Ley de Dios, a no conformarnos con los ritos externos sino a experimentar la transformación profunda de nuestro corazón. Deja que el Espíritu Santo revolucione tu vida, llegando a influir en tus pensamientos, tu comportamiento, tus relaciones personales.
Evita la tentación de hacer “alguna buena obra” para intentar “convencerlo a Dios” de que mereces su cuidado y sus bendiciones. Deja que Dios te transforme.
¡Cuidado con juzgar a los otros para condenarlos por cosas pequeñas, mientras estás errando en las grandes en tu propia vida!
6. ¡Pobres de los que solo procuran tener una apariencia de piedad!
25 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia. 26 ¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio.
25 »¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas! Limpian el exterior del vaso y del plato, pero por dentro están llenos de robo y de desenfreno. 26 ¡Fariseo ciego! Limpia primero por dentro el vaso y el plato, y así quedará limpio también por fuera.
25 »¡Qué aflicción les espera, maestros de la ley religiosa y fariseos! ¡Hipócritas! ¡Pues se cuidan de limpiar la parte exterior de la taza y del plato pero ustedes están sucios por dentro, llenos de avaricia y se permiten todo tipo de excesos! 26 ¡Fariseo ciego! Primero lava el interior de la taza y del plato, y entonces el exterior también quedará limpio.
25 »¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas, que limpian el exterior del vaso y del plato, pero por dentro están llenos de robo y de desenfreno!
26 »¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de adentro del vaso y del plato, para que lo de afuera también quede limpio.
No barras para debajo de la alfombra. No finjas.
Sé íntegro.
Reconoce tu condición.
1 Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado. 2 Que me buscan cada día, y quieren saber mis caminos, como gente que hubiese hecho justicia, y que no hubiese dejado la ley de su Dios; me piden justos juicios, y quieren acercarse a Dios. 3 ¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores. 4 He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto.
1 »¡Grita con toda tu fuerza, no te reprimas!
Alza tu voz como trompeta.
Denúnciale a mi pueblo sus rebeldías;
sus pecados, a los descendientes de Jacob.
2 Porque día tras día me buscan,
y desean conocer mis caminos,
como si fueran una nación
que practicara la justicia,
como si no hubieran abandonado
mis mandamientos.
Me piden decisiones justas,
y desean acercarse a mí,
3 y hasta me reclaman:
“¿Para qué ayunamos, si no lo tomas en cuenta?
¿Para qué nos afligimos, si tú no lo notas?”
»Pero el día en que ustedes ayunan,
hacen negocios y explotan a sus obreros.
4 Ustedes sólo ayunan para pelear y reñir,
y darse puñetazos a mansalva.
Si quieren que el cielo atienda sus ruegos,
¡ayunen, pero no como ahora lo hacen!
1 »Grita con la voz de un toque de trompeta.
¡Grita fuerte! No seas tímido.
¡Háblale a mi pueblo Israel de sus pecados!
2 Sin embargo, ¡se hacen los piadosos!
Vienen al templo todos los días
y parecen estar encantados de aprender todo sobre mí.
Actúan como una nación justa
que nunca abandonaría las leyes de su Dios.
Me piden que actúe a su favor,
fingiendo que quieren estar cerca de mí.
3 “¡Hemos ayunado delante de ti! —dicen ellos—.
¿Por qué no te impresionamos?
Hemos sido muy severos con nosotros mismos,
y ni siquiera te das cuenta”.
»¡Les diré por qué! —les contesto—.
Es porque ayunan para complacerse a sí mismos.
Aun mientras ayunan,
oprimen a sus trabajadores.
4 ¿De qué les sirve ayunar,
si siguen con sus peleas y riñas?
Con esta clase de ayuno,
nunca lograrán nada conmigo.
1 «Clama a voz en cuello, no te detengas.
Alza tu voz como trompeta,
Declara a Mi pueblo su transgresión
Y a la casa de Jacob sus pecados.
2 »Con todo me buscan día tras día y se deleitan en conocer Mis caminos,
Como nación que hubiera hecho justicia,
Y no hubiera abandonado la ley de su Dios.
Me piden juicios justos,
Se deleitan en la cercanía de Dios.
3 »Dicen: “¿Por qué hemos ayunado, y Tú no lo ves?
¿Por qué nos hemos humillado, y Tú no haces caso?”.
Pero en el día de su ayuno buscan su conveniencia
Y oprimen a todos sus trabajadores.
4 »Ayunan para discusiones y riñas,
Y para herir con un puño malvado.
No ayunen como hoy,
Para que se oiga en lo alto su voz.
Evita aparentar.
7. ¡Pobres de los que estando podridos y malolientes por dentro finjen ser espirituales y santos!
27 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. 28 Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.
27 »¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que son como sepulcros blanqueados. Por fuera lucen hermosos pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de podredumbre. 28 Así también ustedes, por fuera dan la impresión de ser justos pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad.
27 »¡Qué aflicción les espera, maestros de la ley religiosa y fariseos! ¡Hipócritas! Pues son como tumbas blanqueadas: hermosas por fuera, pero llenas de huesos de muertos y de toda clase de impurezas por dentro. 28 Por fuera parecen personas rectas, pero por dentro, el corazón está lleno de hipocresía y desenfreno.
27 »¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas que son semejantes a sepulcros blanqueados! Por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.
28 »Así también ustedes, por fuera parecen justos a los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de iniquidad.
¿Qué hay en tu interior? ¿Cuáles son tus pensamientos, intenciones, razonamientos, planes, deseos, fantasías? ¡Cuidado!
Acércate a Dios, quien tiene el poder y la gracia para purificarte, para dirigirte a una vida realmente pura y agradable a Él, y hazlo con humildad, reconociendo tu condición.
Lo externo, lo que se ve, no es lo más importante.
Vive una verdadera revolución y renovación espiritual motivada por el Espíritu de Dios.
Ya no procures agradar o impresionar a los demás.
8. ¡Pobres de los que se quieren mostrar mejores que los otros haciendo lo mismo que ellos o peor!
Mateo 23:29-36
29 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos, 30 y decís: Si hubiésemos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en la sangre de los profetas. 31 Así que dais testimonio contra vosotros mismos, de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas. 32 ¡Vosotros también llenad la medida de vuestros padres! 33 ¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno? 34 Por tanto, he aquí yo os envío profetas y sabios y escribas; y de ellos, a unos mataréis y crucificaréis, y a otros azotaréis en vuestras sinagogas, y perseguiréis de ciudad en ciudad; 35 para que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías, a quien matasteis entre el templo y el altar. 36 De cierto os digo que todo esto vendrá sobre esta generación.
29 »¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas! Construyen sepulcros para los profetas y adornan los monumentos de los justos. 30 Y dicen: “Si hubiéramos vivido nosotros en los días de nuestros antepasados, no habríamos sido cómplices de ellos para derramar la sangre de los profetas.” 31 Pero así quedan implicados ustedes al declararse descendientes de los que asesinaron a los profetas. 32 ¡Completen de una vez por todas lo que sus antepasados comenzaron!
33 »¡Serpientes! ¡Camada de víboras! ¿Cómo escaparán ustedes de la condenación del infierno? 34 Por eso yo les voy a enviar profetas, sabios y maestros. A algunos de ellos ustedes los matarán y crucificarán; a otros los azotarán en sus sinagogas y los perseguirán de pueblo en pueblo. 35 Así recaerá sobre ustedes la culpa de toda la sangre justa que ha sido derramada sobre la tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la de Zacarías, hijo de Berequías, a quien ustedes asesinaron entre el santuario y el altar de los sacrificios. 36 Les aseguro que todo esto vendrá sobre esta generación.
29 »¡Qué aflicción les espera, maestros de la ley religiosa y fariseos! ¡Hipócritas! Edifican tumbas a los profetas que sus antepasados mataron, y adornan los monumentos de la gente justa que sus antepasados destruyeron. 30 Luego dicen: “Si hubiéramos vivido en los días de nuestros antepasados, jamás nos habríamos unido a ellos para matar a los profetas”.
31 »Así que al decir eso, dan testimonio en contra de ustedes mismos, que en verdad son descendientes de aquellos que asesinaron a los profetas. 32 Sigan adelante y terminen lo que sus antepasados comenzaron. 33 ¡Serpientes! ¡Hijos de víboras! ¿Cómo escaparán del juicio del infierno?
34 »Por lo tanto, les envío profetas, hombres sabios y maestros de la ley religiosa. A algunos los matarán crucificándolos, y a otros los azotarán con látigos en las sinagogas y los perseguirán de ciudad en ciudad. 35 Como consecuencia, se les hará responsables del asesinato de toda la gente justa de todos los tiempos, desde el asesinato del justo Abel hasta el de Zacarías, hijo de Berequías, a quien mataron en el templo, entre el santuario y el altar. 36 Les digo la verdad, ese juicio caerá sobre esta misma generación.
29 »¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque edifican los sepulcros de los profetas y adornan los monumentos de los justos,
30 y dicen: “Si nosotros hubiéramos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en derramar la sangre de los profetas”.
31 »Así que dan testimonio en contra de ustedes mismos, que son hijos de los que asesinaron a los profetas.
32 »¡Llenen, pues, la medida de la culpa de sus padres!
33 »¡Serpientes! ¡Camada de víboras! ¿Cómo escaparán del juicio del infierno?
34 »Por tanto, miren, Yo les envío profetas, sabios y escribas. A algunos de ellos, ustedes los matarán y crucificarán, y a otros los azotarán en sus sinagogas y los perseguirán de ciudad en ciudad,
35 para que recaiga sobre ustedes la culpa de toda la sangre justa derramada sobre la tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías, hijo de Berequías, a quien ustedes asesinaron entre el templo y el altar.
36 »En verdad les digo que todo esto vendrá sobre esta generación.
Es fácil señalar los errores de los demás. El problema es que cuando lo haces puedes estar simplemente magnificando los tuyos.
1 No juzguéis, para que no seáis juzgados. 2 Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. 3 ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? 4 ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? 5 ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.
1 »No juzguen a nadie, para que nadie los juzgue a ustedes. 2 Porque tal como juzguen se les juzgará, y con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes.
3 »¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no le das importancia a la viga que está en el tuyo? 4 ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame sacarte la astilla del ojo”, cuando ahí tienes una viga en el tuyo? 5 ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás con claridad para sacar la astilla del ojo de tu hermano.
1 »No juzguen a los demás, y no serán juzgados. 2 Pues serán tratados de la misma forma en que traten a los demás. El criterio que usen para juzgar a otros es el criterio con el que se les juzgará a ustedes.
3 »¿Y por qué te preocupas por la astilla en el ojo de tu amigo, cuando tú tienes un tronco en el tuyo? 4 ¿Cómo puedes pensar en decirle a tu amigo: “Déjame ayudarte a sacar la astilla de tu ojo”, cuando tú no puedes ver más allá del tronco que está en tu propio ojo? 5 ¡Hipócrita! Primero quita el tronco de tu ojo; después verás lo suficientemente bien para ocuparte de la astilla en el ojo de tu amigo.
1 »No juzguen para que no sean juzgados.
2 »Porque con el juicio con que ustedes juzguen, serán juzgados; y con la medida con que midan, se les medirá.
3 »¿Por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo?
4 »¿O cómo puedes decir a tu hermano: “Déjame sacarte la mota del ojo”, cuando la viga está en tu ojo?
5 »¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para sacar la mota del ojo de tu hermano.
No eres mejor.
Busca a Dios con humildad.
Conclusión:
Hemos sido llamados por Jesús a cultivar una relación profunda con Dios.
12 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; 13 antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. 14 Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio, 15 entre tanto que se dice:
Si oyereis hoy su voz,
No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación.
12 Cuídense, hermanos, de que ninguno de ustedes tenga un corazón pecaminoso e incrédulo que los haga apartarse del Dios vivo. 13 Más bien, mientras dure ese «hoy», anímense unos a otros cada día, para que ninguno de ustedes se endurezca por el engaño del pecado. 14 Hemos llegado a tener parte con Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin la confianza que tuvimos al principio. 15 Como se acaba de decir:
«Si ustedes oyen hoy su voz,
no endurezcan el corazón
como sucedió en la rebelión.»
12 Por lo tanto, amados hermanos, ¡cuidado! Asegúrense de que ninguno de ustedes tenga un corazón maligno e incrédulo que los aleje del Dios vivo. 13 Adviértanse unos a otros todos los días mientras dure ese «hoy», para que ninguno sea engañado por el pecado y se endurezca contra Dios. 14 Pues, si somos fieles hasta el fin, confiando en Dios con la misma firmeza que teníamos al principio, cuando creímos en él, entonces tendremos parte en todo lo que le pertenece a Cristo. 15 Recuerden lo que dice:
«Cuando oigan hoy su voz,
no endurezcan el corazón
como hicieron los israelitas cuando se rebelaron».
12 Tengan cuidado, hermanos, no sea que en alguno de ustedes haya un corazón malo de incredulidad, para apartarse del Dios vivo.
13 Antes, exhórtense los unos a los otros cada día, mientras todavía se dice: «Hoy»; no sea que alguno de ustedes sea endurecido por el engaño del pecado.
14 Porque somos hechos partícipes de Cristo, si es que retenemos firme hasta el fin el principio de nuestra seguridad.
15 Por lo cual se dice:
«Si ustedes oyen hoy Su voz,
No endurezcan sus corazones, como en la provocación».