SETIEMBRE 29

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1 CO.4 Y 5

PAG 4.
1 Co. 4.9 “Porque según pienso, Dios nos ha exhibido a nosotros los apóstoles como postreros, como a sentenciados a muerte; pues hemos llegado a ser espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres.”
#Triunfo-General-gladiadores contra bestias.
Durante el reino milenario los doce apóstoles reinarán con Cristo en la tierra. Se sentarán sobre:
“doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel” (Mt. 19:28). Pero cuando ellos ministraban en la tierra hicieron cualquier cosa menos reinar. Se convirtieron en un espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres. Los ridiculizaron, los escupieron, los encarcelaron, los azotaron, se burlaron de ellos y, por lo general, los trataron como delincuentes. Ellos eran entonces los últimos; pero en el reino venidero de Cristo serán los primeros.
Mateo cuenta sobre los doce tronos, pero ¿Qué tal nosotros?
Mateo 19.27-29 “Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos? Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.”
¿Cuál enseñanza vino antes?
Mateo 19:20-25 “El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud.(a lo mejor era sincera, pero era lejos de ser cierta. Al igual que la mayoría de escribas y fariseos, él estaba convencido en su propia mente de que había guardado tota la ley de Dios. Su punto de vista de la ley era totalmente superficial y orientado en el hombre. Puesto que no había cometido adulterio o asesinato físico, y ya que no era un mentiroso o ladrón y no blasfemaba el nombre del Señor ni adoraba ídolos, se veía como alguien prácticamente perfecto ante los ojos de Dios).¿Qué más me falta? (Debido a que su vida exterior y humanamente observada era íntegra y religiosa, nunca sospechó que su vida interior y divinamente observada estaba llena “de huesos de muertos y de toda inmundicia” (Mt. 23:27)
Mateo 23.27¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.”
Al joven rico no se le ocurrió que: “cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos” (Stg. 2:10).
EL joven el hombre falló por completo en ver el propósito de la ley. La Ley no se dio para cumplir humanamente la justicia de Dios, sino para darnos una visión, una imagen de la justicia de Dios.
La ley también muestra a los hombres cuán imposible es vivir en el propio poder humano a la altura de las normas divinas de justicia. La obediencia a la ley siempre es imperfecta, porque el corazón humano es imperfecto.
Una de las mayores maldiciones del pecado es la ceguera espiritual y moral que produce.
El hombre no tenía ningún desprecio por aquellos pecados que necesitaban perdón, y ninguna admisión de que su corazón necesitaba limpieza. Por tanto, no estaba buscando lo que Dios debía hacer por él sino lo que él debía hacer por Dios. Al igual que la mayoría de judíos de su época, y como la mayoría de personas en todo tiempo y cultura, este joven creía que su destino estaba en sus propias manos y que si su suerte mejoraba tendría que ser por sus propios esfuerzos. Lo único que necesitaba de Jesús era otro mandamiento, otra fórmula, otro rito o ceremonia por medio de lo cual pudiera completar sus obligaciones religiosas y hacerse aceptable ante Dios.La salvación es para aquellos que reconocen que no tienen absolutamente nada bueno que darle a Dios, y que cualquier bien que reciben o logran solo se debe a la soberana y compasiva provisión de Dios en Jesucristo.
Por eso Pablo dedicó los primeros 3 capítulos de Romanos para decirnos CUÁN PECADORES SOMOS.
El gran problema que se siente, era su separación de Dios y su total incapacidad para reconciliarse con Él. La Biblia advierte: “Dios está airado contra el impío todos los días” (Sal. 7:11). En sí mismo este hombre no solo no estaba a la altura de las normas de justicia de Dios, sino que en realidad era un enemigo de Dios y estaba bajo la ira divina (Ro. 5:10; Ef. 2:3). Y Dios no salvará a aquellos que llegan a Él albergando pecado.
OJO ......La evangelización o el testimonio personal que no confrontan a las personas con su total pecaminosidad e indefensión no son fieles al evangelio de Jesucristo, por mucho que invoquen el nombre y la Palabra de Dios. Una profesión de fe en Cristo que no incluya confesión y arrepentimiento de pecado no produce salvación, sin que importe lo agradable que pueda resultar la emoción. Decirle a un incrédulo que Dios tiene un plan maravilloso para su vida puede ser gravemente engañoso. Si el incrédulo se vuelve a Cristo y es salvo, Dios tiene de veras un plan maravilloso para él. Pero si no se vuelve a Cristo, el único plan de Dios para él es la condenación. De igual modo es engañoso y peligroso decirle a un incrédulo solamente que Dios lo ama, sin advertirle que a pesar de ese amor se encuentra bajo la ira de Dios y que está sentenciado al infierno.
Así comentó sabiamente Samuel Bolton: “Cuando veas que los hombres han sido heridos por la ley, entonces es el momento de verterles el aceite del evangelio”.
SLa confesión de pecado y el arrepentimiento del pecado son totalmente esenciales para la salvación:
Juan el Bautista: Mt. 3.2 “y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.”
Jesús: Mateo 4.17 “Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.”
Pedro (judíos) y Pablo (gentiles):
Hechos 2:38 “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.”
Hechos 26.20 “sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.”
Pedro incluso usó el arrepentimiento como un sinónimo para la salvación cuando escribió que “el Señor… es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 P. 3:9).
Volvamos al joven rico: Mateo 19:21
Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto,(En este contexto el término perfecto se usa como sinónimo para salvación, igual que se utiliza a menudo en el libro de Hebreos, donde la misma palabra griega básica se traduce “perfeccionó” y “perfectos”:
Hebreos 7.19 “(pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios.”
Hebreos 10-1 “Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan.”
Hebreos 10.14 “porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.”
Jesús estaba afirmando: “Si deseas realmente la vida eterna, prueba tu sinceridad vendiendo todo lo que tienes y dándoselo a los pobres”. Si el hombre vivía de veras según la orden de la ley mosaica de amar a su prójimo, habría estado dispuesto a hacer lo que Jesús le ordenaba ahora. Su disposición de obedecer esa orden no merecería salvación, pero sería evidencia de que deseaba la salvación por sobre todo lo demás, como una perla de gran precio o un tesoro invaluable por los cuales ningún sacrificio podría ser demasiado ( Mt. 13:44–46).)
El Señor le retó la riqueza para obligarlo a admitir qué era más valioso para él: Jesucristo y la vida eterna o su dinero y sus posesiones. Está claro que lo último era la prioridad del individuo, y por tanto perdió la salvación
v21 anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme(Ese llamado al discipulado siempre cae en oídos sordos cuando no hay disposición de renunciar a todo por Jesús:
Mateo 8.19-22 “Y vino un escriba y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas. Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza. Otro de sus discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre. Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.”)
V22 Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.( El joven no quería a Jesús como Señor o Salvador. No estuvo dispuesto a entregarle sus pecados para ser perdonado o que su vida fuera gobernada. Por tanto, cuando oyó esta palabra de parte de Jesús se fue triste, porque tenía muchas posesiones ¡Culpable del materialismo! esperaba ganarse la salvaci{on, pero no tanto como quer{ia conservar sus propiedades).
Caso contrario, Zaqueo.Él era también rico, PEROOOO....cuando Jesús lo llamó, “él descendió aprisa, y le recibió gozoso”. De modo espontáneo se ofreció a hacer básicamente lo que Jesús le ordenó al joven rico que hiciera. Zaqueo declaró: “La mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado”. Entonces Jesús le declaró: “Hoy ha venido la salvación a esta casa” (Lc. 19:5–9)
Quiero aclarar: Zaqueo no fue salvo a causa de su recién encontrada generosidad. Más bien su recién hallada generosidad fue evidencia de que fue salvo de veras. Como sugiere el versículo siguiente, Zaqueo fue salvo porque confesó que estaba perdido:
Lucas 19.10 “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.”
Cuando Jesús declaró:
Lucas 14.33 “Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.”
Jesús NO estaba refiriéndose únicamente a las posesiones materiales. En algunas personas el obstáculo supremo para la salvación podría ser una profesión, un novio o novia incrédulos, o algún pecado apreciado. Muchos que materialmente son indigentes están tan lejos del reino como el joven rico. Sin embargo, si han de salvarse deben estar dispuestas a renunciar a cualquier cosa que poseen, aunque lo único que les queda sea el orgullo.
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. (la gente rica tiene la inclinación a confiar en su dinero para comprar todo lo que desean, por lo que ven muy pocos motivos para depender de Dios. Esa es una de las razones de que no haya “muchos sabios… ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino [a] lo necio… lo débil… y lo vil” (1 Co. 1:26–28). Por otra parte, los pobres se convirtieron en los objetos especiales y participantes de la enseñanza de nuestro Señor:
Lucas 4.18 “El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres”
Quienes tienen grandes recursos materiales tienden a creer que no requieren recursos divinos. De ahí que Pablo le dijera a Timoteo: “A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos” (1 Ti. 6:17). Más que eso, el apóstol continúa diciendo: “Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna” (1 Ti. 6:18–19).
El consejo de Pablo para Timoteo fue que, del mismo modo que Jesús confrontó al joven rico, confronte a los posibles conversos que eran ricos. Si una persona prefiere su fortuna terrenal al señorío de Jesucristo, su corazón no está preparado para la salvación. La disposición de renunciar a todo por el Señor no la salva, pero demuestra que está desesperada por salvación y que ha encontrado la “perla de gran precio” por la que venderá todo lo que tiene si debe hacerlo.
Mateo 19:25S us discípulos, oyendo esto, se asombraron en gran manera, diciendo: ¿Quién, pues, podrá ser salvo?”
Mateo 19.26 “Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible.”
En manos de cualquier obra de hombre, la salvación es imposible.
Jesús siguió diciendo: Mas para Dios todo es posible. Ya que Dios puede cambiar corazones pecadores, le es posible salvar a hombres indefensos.
Volvamos al punto que empezamos..los apóstoles va a recibir recompensas(recuerde que estamos en medio del joven rico):
Mateo 19.27-28 “Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos? Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.”
¿Y nosotros qué?
Mateo 19.29 “Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.”
Aquellos que renuncian a sus posesiones y se vuelven pobres por el nombre de Cristo van a participar con los apóstoles en el triunfo y el reino del Señor.
A menudo cuando alguien se entrega a Jesucristo debe darles la espalda a ciertas relaciones, incluso algunas que aprecia en gran manera. Muchas veces su conversión hace que su propia familia y sus amigos cercanos se pongan en su contra. En algunos casos se llega al punto de desheredar o incluso quitar la vida a quienes han dado un paso por el Señor. Pero el que renuncia a todo por el hombre de Cristo no solo heredará la vida eterna sino también la familia de Dios en la vida actual. Tal persona tendrá gran cantidad de nuevos padres y madres, hermanos y hermanas con quienes estará unido para siempre en la familia divina de Dios. Dondequiera que vaya se encontrará con seres amados espirituales, a muchos de los cuales nunca antes ha visto u oído. En todo el mundo conocerá a otros con quienes poder hablar de su tristeza, animar su espíritu, y ayudar a suplir sus necesidades tanto materiales como espirituales.
El creyente en Jesucristo tendrá bendiciones ahora mismo, bendiciones en el reino milenial, y bendiciones a través de la eternidad. Ser pobre por causa de Cristo en realidad es ser rico.
Luego de analizar lo anterior, leamos:
1 Co.4.9-11 “Porque según pienso, Dios nos ha exhibido a nosotros los apóstoles como postreros, como a sentenciados a muerte; pues hemos llegado a ser espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres. Nosotros somos insensatos por amor de Cristo, mas vosotros prudentes en Cristo; nosotros débiles, mas vosotros fuertes; vosotros honorables, mas nosotros despreciados. Hasta esta hora padecemos hambre, tenemos sed, estamos desnudos, somos abofeteados, y no tenemos morada fija.”
Los apóstoles y primeros predicadores vivieron en los niveles más bajos de la sociedad. Mientras los creyentes corintios se creían reyes:
1 Co.4.8 “Ya estáis saciados, ya estáis ricos, sin nosotros reináis. ¡Y ojalá reinaseis, para que nosotros reinásemos también juntamente con vosotros!” el apóstol sabía que era como un esclavo sufrido
Ellos ricos y los apóstoles pagando el precio:
1 Co. 4:12 “Nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos” Los apóstoles hicieron trabajo manual. A MÍ ME TOCÓ HACER JANITOR LOS PRIMEROS DOS AÑOS. !Mi papá se murió sin saberlo....!
!Fijese en la última parte del versículo 11!1
1 Co. 4.11y no tenemos morada fija.”
Los apóstoles habían llegado a experimentar personalmente el significado de las palabras de Jesús: “Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza” (Mt. 8:20).
Otro versículo importante:
Un padre es, por definición, un hombre que tiene hijos. Es el instrumento de Dios para crear una vida. Un hombre puede ser hombre sin tener hijos e incluso un esposo sin tener hijos. Pero no puede ser padre sin tener hijos. Un cristiano no puede ser un padre espiritual sin que Dios lo use para engendrar hijos espirituales.
Lamentablemente, muchos cristianos nunca se han convertido en padres espirituales. Nunca han generado retoños espirituales. Nunca han llevado a una persona a Cristo, ni la han ayudado a instruirse y crecer en los caminos de Dios. Un cristiano es alguien que ha recibido nueva vida en Cristo y alguien quien una de sus características más importantes es la reproducción espiritual. No obstante, muchos creyentes nunca han reproducido creyentes. En un sentido son una contradicción de lo que es ser un cristiano. Cada creyente debería ser un padre espiritual, un instrumento de Dios para engendrar nuevas vidas para su reino.
Pablo dejó hijos espirituales en todo lugar que visitó y ministró. Había fundado numerosas iglesias .Llamó a Timoteo su “verdadero hijo en la fe” (1 Ti. 1:12) y a Tito su “verdadero hijo en la común fe” (Tit. 1:4). Onésimo, el esclavo fugitivo, era el “hijo… a quien había engendrado en [sus] prisiones” (Flm. 10).
1 Co. 4.17 “Por esto mismo os he enviado a Timoteo, que es mi hijo”
A todo lugar donde fue llevó personas a Cristo, y de esa forma se convirtió en su padre espiritual.
V.18-19 Envanecidos porq no vería a Pablo y no serían disciplinados.
1 Co.4.18-19 “Mas algunos están envanecidos, como si yo nunca hubiese de ir a vosotros. Pero iré pronto a vosotros, si el Señor quiere, y conoceré, no las palabras, sino el poder de los que andan envanecidos.”
La fe que no resulta en una forma de vida recta puede tener muchas palabras para respaldarla, pero no tendrá poder. El verdadero carácter espiritual de una persona no está determinado por sus palabras impresionantes, sino por el poder de su vida:
Mateo. 7.21-23 “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.”
TERMINAMOS CON EL VERSÍCULO 21 “¿Qué queréis? ¿Iré a vosotros con vara, o con amor y espíritu de mansedumbre?” Pablo había indicado con claridad lo que él prefería. No quería avergonzarlos, sino amonestarlos como a hijos que amaba mucho:
1 Co. 14.14 “Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto.”
Esa es la marca de un padre piadoso.
Si necesitaba una vara para corregirlos, la usaría. No se estaba refiriendo a una vara literal para golpearlos con ella, sino a una actitud y espíritu de disciplina fuerte y dolorosa. Actuaría enérgicamente contra su orgullo, el pecado que Dios aborrece más. Pero si ellos respondían favorablemente a su carta, los trataría con moderación, paciencia y bondad.
En sus tratos con aquella iglesia caprichosa que él amaba tanto, Pablo demostró los elementos para una disciplina eficaz de los hijos espirituales.
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