Renacidos para amar
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Ahora que se han purificado obedeciendo a la verdad y tienen un amor sincero por sus hermanos, ámense de todo corazón los unos a los otros.
Pues ustedes han nacido de nuevo, no de simiente perecedera, sino de simiente imperecedera, mediante la palabra de Dios que vive y permanece.
LA NATURALEZA HUMANA NO PUEDE AMAR COMO DIOS
LA NATURALEZA HUMANA NO PUEDE AMAR COMO DIOS
El que no tiene el Espíritu no acepta lo que procede del Espíritu de Dios, pues para él es locura. No puede entenderlo, porque hay que discernirlo espiritualmente.
Porque de adentro, del corazón humano, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, los adulterios,
la avaricia, la maldad, el engaño, el libertinaje, la envidia, la calumnia, la arrogancia y la necedad.
Si alguien que posee bienes materiales ve que su hermano está pasando necesidad, y no tiene compasión de él, ¿cómo se puede decir que el amor de Dios habita en él?
Con respecto a la vida que antes llevaban, se les enseñó que debían quitarse el ropaje de la vieja naturaleza, la cual está corrompida por los deseos engañosos;
PARA AMAR DE VERDAD ES NECESARIO RENACER
PARA AMAR DE VERDAD ES NECESARIO RENACER
Una persona que no ha nacido de nuevo es imposible que pueda amar como Dios nos amó.
sino que el amor perfecto echa fuera el temor. El que teme espera el castigo, así que no ha sido perfeccionado en el amor.
—De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios—dijo Jesús.
El Reino de Dios es el reino del amor.
Lo que nace del cuerpo es cuerpo; lo que nace del Espíritu es espíritu.
No se le puede pedir a la carne que ame espiritualmente.
En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,
Debes hacerlo así para que el amor brote de un corazón limpio, de una buena conciencia y de una fe sincera.
y se han puesto el de la nueva naturaleza, que se va renovando en conocimiento a imagen de su Creador.
EL AMOR DE DIOS, UNA EXPERIENCIA EN FAMILIA
EL AMOR DE DIOS, UNA EXPERIENCIA EN FAMILIA
Por lo tanto, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios,
edificados sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular.
para que por fe Cristo habite en sus corazones. Y pido que, arraigados y cimentados en amor,
puedan comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo;
en fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios.
Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y que nos amemos los unos a los otros, pues así lo ha dispuesto.
En cuanto al amor fraternal, no necesitan que les escribamos, porque Dios mismo les ha enseñado a amarse unos a otros.
CONCLUSIÓN:
CONCLUSIÓN:
En fin, vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes.