DEL TERROR A LA PAZ (Jonás 1:10-16)

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1 LOS QUE CAMINAN LEJOS DEL SEÑOR TENDRÁN TERROR (10-12)
2 LA DECISIÓN QUE CAMBIA TODO (13-14)
3 SIN SACRIFICIO NO HAY SALVACIÓN (15-16)
Introducción
Hemos dejado a Jonás habiendo confesado el nombre de Dios a los gentiles, el comienzo de al restauración de Jonás había comenzado.
Tanto Jonás como los marineros, y en este momento mas los marineros, que será con que nos más nos identificaremos en este pasaje, están viviendo un autentico terror. Empiezan a temer a Dios, por eso preguntan al profeta restaurado de Dios.
Y acaban obrando según él les dice.
La semana pasada hablábamos que todos hemos experimentdo tormentas. Pero fijaros que diferencia ahora entre Jonás y los Marineros, pues Jonás conocía a Dios, los marineros aún no.
Cuando estamos lejos de Dios, cuando aun no lo conocíamos sentíamos terror en muchos sentidos. Hoy puede que si realmente lo has conocido hayas pasado del terror a la paz. Bueno, aun puede inquietarte ciertos acontecimiento, pero ya seguro que no sientes el terror de antes de tener tu vida confiada en el Señor y sus promesas.
Por eso, ¿Dónde tienes tu corazón? ¿En que está puesta tu confianza? ¿En las circunstancias o en Dios?
Pue:

1. LOS QUE CAMINAN LEJOS DEL SEÑOR TENDRÁN TERROR (10-12)

Puede sonar fuerte, pero, ¿Dónde estaríamos hoy sino fuera por su gracia y misericordia? ¿A dónde nos dirigiríamos?
Seríamos como los marineros, icluso hoy, siendo cristianos, podemos experimentar terror, si nuestra confianza la basamos en las circunstancias o en el panorama y no en el Señor.
a) Los marineros comenzaron a temer a Dios por el testimonio de Jonás.

¶10 Los hombres se atemorizaron en gran manera y le dijeron: ¿Qué es esto que has hecho? Porque ellos sabían que él huía de la presencia del SEÑOR, por lo que él les había declarado.

11 Entonces le dijeron: ¿Qué haremos contigo para que el mar se calme en torno nuestro? Pues el mar se embravecía más y más.

Este terror empezó a ser bien canalizado, los marineros seguían teniendo miedo. Miedo a lo que les pudiera suceder, pues sabían que no estaban en paz con Dios.
b) El terror ante el poder de Dios.
Sabemos que Dios es misericordioso, y estaba teniendo un trato de misericordia con Jonás y los marineros, aunque eso a priori pareciera estar en una especia de película de terror.
A veces es necesario, experimentar esta desolación, que la vida se nos va, que no somos nosotros lo que controlamos todo, que todo escapa de nuestro control, para darnos cuenta que tenemos que poner nuestros ojos más allá de nuestro ombligo, mirar a Cristo.
Es como el propósito que tiene la ley. La ley nos da terror en el sentido que no podemos cumplirla por nuestras fuerzas, igual que los marineros no podían controlar la embarcación por sí mismo.
Gálatas 3:23–24 LBLA
23 Y antes de venir la fe, estábamos encerrados bajo la ley, confinados para la fe que había de ser revelada. 24 De manera que la ley ha venido a ser nuestro ayo para conducirnos a Cristo, a fin de que seamos justificados por fe.
Esta circunstancia les hace mirar a los marineros más allá de ellos. Y piden consejo al profeta de Dios, que aunque había fallado, Dios ya lo había restaurado después de su confesión aunque todavía tuviera que sufrir un poco más.
Nuestro actos tienen consecuencias.
Y en este es el contraste, en medio de esto, Jonás empieza a ser usado por Dios.
c) Jonás empieza a ser usado por Dios siendo el profeta.

12 Y él les dijo: Tomadme y lanzadme al mar, y el mar se calmará en torno vuestro, pues yo sé que por mi causa ha venido esta gran tempestad sobre vosotros.

A la pregunta de que hacemos contigo de los marineros a Jonás. Jonás es realista, sabe que Dios está airado, y sabe que es culpa suya. Jonñas comienza a obedecer a Dios.
Enseñando la causa de tal ira.
Esto hermanos, es comparable con nuestro estado antes de la Paz, la causa de la ira de Dios es nuestra condición pecaminosa, y por esta causa si no hay un remedio iríamos al infierno.
Pero gracias a Dios hay un remedio. Y Dios utiliza estas tempestades apra llevarnos a cambiar la hoja de ruta, y acercarnos a su propósito, a llevarnos a tomar decisiones correctas conforme a su voluntad.

2. LA DECISIÓN QUE CAMBIA TODO (13-14)

Obviamente uno toma decisiones, y aquí vamos a ver dos tipos de decisiones, una motivada por nuestra pecaminosidad, aunque puede que esté llena de buenas intenciones y la otra, es la que cambia todo, pues es cuando nuestra decisión es motivada por la acción de Dios para llevarnos a su santa voluntad.
En primer estancia:
a) Los marineros llenos de «humanidad» no quisieron obedecer (13)

13 Los hombres se pusieron a remar con afán para volver a tierra firme, pero no pudieron, porque el mar seguía embraveciéndose contra ellos.

Por un lado, hay que entender a los marineros. Yo creo que en su lugar hubiera hecho lo mismo, pero ves, esto no soluciona nada.
Pero claro, ¿quién iba a creer a un profeta que aparentemente desobedeció a su Dios? ¿Quién garantizaba a los marineros que esto no fuera una artimaña más de un loco que sólo buscaba suicidarse?
No es fácil tirar por la borda la vida de um hombre aunque esta la pida.
Por eso, los marineros trataron de bsucar una solución, pero esta no era la qeu Dios tenía preordenada, por eso, sus esfuerzos fueron en vano.
Pero como dice el libro de Probervios.
Proverbios 21:30 LBLA
30 No vale sabiduría, ni entendimiento, ni consejo, frente al Señor.
Finalmente, cayeron en cuenta que por ahí no eran. Y decidieron obedecer.
b) Decidieron obedecer
Esta decisión motivada por Dios les lleva a invocar el nombre de Dios.

14 Entonces invocaron al SEÑOR, y dijeron: Te rogamos, oh SEÑOR, no permitas que perezcamos ahora por causa de la vida de este hombre, ni pongas sobre nosotros sangre inocente; porque tú, SEÑOR, has hecho como te ha placido.

Reconocen la soberanía de Dios, que no hay otro dios por encima de YVHV.
Y se acogieron a la misericordia de Dios por la vida de un hombre.
¿Os suena?
Cristo.
c) Pusieron todo en mano de DIos.
El autor sugiere sutilmente que, cuando el objeto de la oración deja de ser los ídolos y viene a ser el Dios verdadero, la misma naturaleza de la oración cambia. Ya no se trata de un clamor frenético, sino de una auténtica invocación.
Pues hermanos:

3. SIN SACRIFICIO NO HAY SALVACIÓN (15-16)

¶15 Tomaron, pues, a Jonás y lo lanzaron al mar; y el mar cesó en su furia.

Y no me refiero al sacrificio no uno mismo, sino al sacrificio de una tercera persona. En este caso era Jonás.
a) Pero no el sacrificio de uno mismo.
Desde el Génesis después de la caída, Dios cubrió la desnudez de Adán y Eva con pieles de un animal.
Génesis 3:21 LBLA
21 Y el Señor Dios hizo vestiduras de piel para Adán y su mujer, y los vistió.
Aquí tenemos el primer sacrificio, tipo del cual sería el Sacrificio de Cristo.
Isaías 61:10 LBLA
10 En gran manera me gozaré en el Señor, mi alma se regocijará en mi Dios; porque Él me ha vestido de ropas de salvación, me ha envuelto en manto de justicia como el novio se engalana con una corona, como la novia se adorna con sus joyas.
Por eso vemos la importancia del sacrificio de Jonás para salvar a otros. Aquí vemos la imagen de Cristo
b) La imagen de Cristo
Ya lo vimos la semana pasada.
Lucas 11:29–30 LBLA
29 Como la multitud se aglomeraba, comenzó a decir: Esta generación es una generación perversa; busca señal, y ninguna señal se le dará, sino la señal de Jonás. 30 Porque de la misma manera que Jonás vino a ser una señal para los ninivitas, así también lo será el Hijo del Hombre para esta generación.
Pero ya iba a ser señal para los fenicios marineros.
Pero, según hemos visto en estos versículos, hasta en los detalles de la narración hay muchos puntos de similitud con la pasión de Cristo:
— Tanto en el caso de Jonás como en el de Jesús se pone de manifiesto el hecho de que a Dios no le bastan esfuerzos humanos para vencer la tempestad y apaciguar su ira, sino solo la ofrenda de una víctima expiatoria.
— Jesús, como Jonás, sabía que ponía su vida para que los gentiles (además de los judíos) no perecieran (ver Juan 12:20–27).
— Jesús, como Jonás, fue levantado en el acto de su muerte, llevado a cabo en un contexto de expiación de pecado y culpa.
Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que sea levantado el Hijo del Hombre, para que todo aquel que cree, tenga en él vida eterna… Y yo, si soy levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo (Juan 3:14–15; 12:32).
— Jesús, como Jonás, puso su vida; la iniciativa salió de él (Juan 10:17–18). Sin embargo, no se trata de un suicidio. Fue “entregado” a los gentiles para que ellos lo ejecutaran (Mateo 20:19; Marcos 10:33).
— El resultado de la entrega de Jesús, como el de la entrega de Jonás, fue que los gentiles que fueron testigos temieran en gran manera (ver Mateo 27:54; 28:4).
— Fue notable la serenidad de Jesús ante la muerte, como la de Jonás (ver Mateo 27:11–14).
Y esto sirvió para restaurar al comunión de los marienros con Dios verdadero, al igual que la pasión de Cristo sirvió para restaurar la comunión nuestra, pueblo gentil, con Dios.
c) Trae comunión con Dios.

y el mar cesó en su furia.

16 Y aquellos hombres temieron en gran manera al SEÑOR; ofrecieron un sacrificio al SEÑOR y le hicieron votos.

Vino la Paz, del terror más absoluto a la paz más profunda.
Respeto a Jonás podemos decir:
Esta calma repentina demuestra varias cosas: la verdad de que la desobediencia de Jonás había sido el factor desencadenante de la tempestad; el acierto de las palabras proféticas de Jonás en el versículo 12; y el soberano poder de Dios reconocido en la oración del versículo 14. No solo se cumple la sentencia contra Jonás, sino que el profeta queda vindicado como verdadero portavoz de Dios.
Y por medio de la tormenta, el terror y las palabras del profeta de Dios, vino la conversión de los gentiles marineros.
Que respondieron con temor santo a Dios, sacrificio al Señor y comunión con Él.
CONCLUSIÓN
Estos marineros tuvieron que pasar por esta circunstancia, aparentemente «injusta», pues en teoría no las habían provocado ellos. sino otro, Jonás.
Igual que nosotros, por causa del pecado de Adán, experimentamos la tristeza, la zozobra, el terror. Pero sin arrepentimiento, los marineros y sin obedecía hubiera muerto.
Pero Dios les dio el mensaje y la capacidad para creer, tomar la decisión de arrepentirse y ahora, por medio de al gracia de Dios, obedecer y tener una comunión con Dios.
¿No os sentís identificado? En esta ocasión somos identificados con los marineros.
Nuestra vida era una barca que iba camino del fondo del mar, en este caso del seol. Ibamos despistados buscando el remedio de nuestros males en nuestros ídolos o nuestras propias fuerzas.
Hasta que un mayor y mejor profeta que Jonás, vino y nos dijo: «Es necesario que yo mura para que vosotros tengáis vida. » Y que por nuestra causa fuera levantado, calvándolo en una cruz, recibiendo el castigo y la ira de Dios que era para nosotros, para que nosotros recibiéramos la paz, el fin del terror, la llegada de la comunión con Dios como Padre.
COMO DIJO JESUS:
Lucas 9:22–23 LBLA
22 diciendo: El Hijo del Hombre debe padecer mucho, y ser rechazado por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día. 23 Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame.
Cristo es el camino del Terror a la Paz.
Que Dios bendiga su Palabra, Gloria a su Nombre.
ORACIÓN FINAL
ORACIÓN
Dios Todopoderoso, según nos urges diariamente al arrepentimiento y según cada uno siente el aguijón de la conciencia por sus pecados, concedénos no entorpecernos en vicios, ni que nos engañemos con halagos vacíos; sino que cada uno pueda, al contrario, cuidadosamente examinar su vida, y luego con labios y corazón a una confiese que todos somos culpables, no sólo de ofensas leves, sino de tales que merecen muerte eterna, y que ningún otro socorro nos queda sino Tu infinita misericordia; y que anhelemos ser partícipes de la gracia que nos ofrece Tu Hijo diariamente en Su evangelio, de tal modo que, dependiendo de Él como Mediador nuestro, no cesemos de tener esperanza, aun en medio de mil muertes, de ser afianzados en la vida de bienaventuranza que nos procuró la sangre de Tu único Hijo. Amén.
Apelamos a tu bendición
24 “El Señor te bendiga y te guarde; 25 el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; 26el Señor alce sobre ti su rostro, y te dé paz”».
Porque tuyo es el reino y el poder y la gloria por los siglos de los siglos. Amén».
Que la Bendición de Dios Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo sea con todos vosotros. amén
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