EL MENSAJE DE PIEDRA DEL PADRE
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INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
Juan 12.44 “Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió;”
Esta sección se abre con las palabras “Jesús clamó”, que suenan como una proclamación pública.
¿Qué día dijo Jesús este discurso?
No está establecido el día de la semana. Lo que sí está claro es que Jesús las dijo durante los últimos días de su ministerio público. El contenido de sus palabras fueron expresadas con mucha firmeza y en un tono alto de voz de modo que todos pudieran oírlas y entenderlas. Juan usa aquí el verbo κράζω, que literalmente significa gritar o clamar.
Es un llamamiento, el último que Jesús hace en el contexto del Evangelio, invitando a la gente a que depositen su fe en Él. En cierto modo son el resumen de la predicación del Señor.
Leamos el texto:
Texto Expositivo: Juan 12:44-40
DESARROLLO
DESARROLLO
1. Jesús es el ícono de Dios.
Juan 12.44-45 “Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió;y el que me ve, ve al que me envió.”
Estudiemos: ¿Qué fue lo que dijo Jesús?
La declaración de Jesús, “El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió”, no son nuevas. La unidad con el Padre
no es algo nuevo:
Juan 8.19 “si a mí me conocieseis, también a mi Padre conoceríais.”
Este versículo enfatiza la imposibilidad de creer en el Padre, si no se cree en Jesucristo.
Ver a Jesús, es ver a Dios:
Colosenses 1.15 “El es la imagen del Dios invisible”
“imagen” “eikōn”, del cual se deriva la palabra “icono”. Significa “copia” o “semejanza”. Jesucristo es la imagen perfecta y la semejanza idéntica de Dios, lo cual significa que Él es Dios y posee todos los atributos de Dios.
Aunque el hombre es también eikōn de Dios como lo indica Génesis 1:26:
Génesis 1.26 “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen”
No es su imagen total. Su personalidad racional evidencia que fue hecho a la imagen de Dios, y al igual que Dios, posee inteligencia, emociones y voluntad que le permiten pensar, sentir y decidir. Sin embargo, los seres humanos no somos la imagen de Dios en lo moral, puesto que Él es santo y nosotros pecadores. Tampoco en nuestra esencia somos creados a su imagen. No poseemos atributos exclusivos de Dios tales como su omnipotencia, inmutabilidad u omnipresencia. Somos humanos, no divinos.
Juan 12.44-45 “Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió;y el que me ve, ve al que me envió.”
Cristo fue enviado por Dios en misión reveladora, que permite a los hombres ver en Él al Dios invisible:
Juan 1.18 “A Dios nadie le vio jamás”
El que envió a Jesús es invisible a los ojos de los hombres, como se ha considerado antes, pero el que ve al Enviado(Jesús) está viendo también al que le envió. Se trata de una visión que la fe establece.
A menudo nos preguntamos cómo será Dios. ¿De qué manera podemos conocer al Creador si no se hace visible? Jesús dijo claramente que quienes lo ven a Él ven a Dios, porque Él es Dios. Si desea saber cómo es Dios, estudie la persona y las palabras de Jesucristo.
Jesús es Dios manifestado en carne:
1 Timoteo 3.16 “E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria.”
2. Bendiciones Por Creer.
Juan 12.46 “Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.”
Jesús fue enfático en decir que el camino al cielo no esa una iglesia, no es una religión, no son las obras. Jesús no le dio campo a la mamá, ni Pedrito ni a ningún santo..!No! Jesús dijo que el Camino es una persona, Él-Yo:
Juan 8.12 “Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo”
Jesús enseñó que Él, la Luz, ha venido al mundo, para que todo aquel que cree en Él no permanezca en tinieblas. A quienes crean en Él los
Col. 1:13 “ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo”
Como se anotó en la explicación de los versículos 35 y 36, se convierten en “hijos de luz”:
Juan 12.36 “Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz”
Ojo ..hay dos voces:
A)“creed en las tinieblas”: !Despúes de la muerte no hay infierno! !No te procupes por la muerte, vas a reencarnar!…!En la otra vida, seréis como Dios!…!Vive como quieras, luego vas al purgatorio, te quemas un poquito los pies y luego al cielo” “Disfruta la vida porque esto es lo {unico que existe” ...esta son voces provenientes del mismo infierno.
B)“creed en la luz”
Juan 12.46 “Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.”
La luz aparece desde el inicio de este evangelio:
Juan 1.4 “En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.”
Pero ahora se agrega un elemento nuevo y quiero que ponga las luces sobre el texto:
Juan 12.46 “Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.”
¿Cuál es? “PERMANEZCA” .Este elemento que parece haber sido añadido a la luz. Aquí es la idea de permanecer o quedarse en la luz o en las tinieblas, pero todos PERMANCECEMOS EN UN LUGAR.
La palabra permanecer es clave desde el principio del ministerio del Maestro, y fue notada por los discípulos al principio de su relación con Jesús. Dice Juan:
Juan 1.32 “ Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él.”
EXAMPLE: Cuando una persona recibe a Cristo, el Espíritu Santo permanece y lo cambia, LO SANTIFICA...
Una parábola que ilustra a los verdaderos cristianos, los IDENTIFICA con la palabra “permaneced”
Juan 15.4-6“Permaneced en mí, y yo en vosotros...permanecéis en mí....el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; El que en mí no permanece, será echado...en el fuego”
“Permaneced en mí”. La palabra “permanecer” significa quedarse o persistir. El hecho de permanecer constituye una evidencia de que la salvación ya ha tenido lugar:
1 Juan 2.19 “Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros.”
El fruto o la evidencia de salvación es la permanencia y la continuidad en el servicio a Él y en su enseñanza:
Juan 8.31 “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;”
“Palabra” sing. La Biblia es la Palbra de Dios.
1 Juan 2.24 “Lo que habéis oído desde el principio(el evangelio no cambia), permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros(el evangelio no cambió), también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre.”
Colosenses 1.23 “si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe”
“permanecéis… en la fe”: Los que han sido reconciliados perseverarán en la fe y la obediencia porque además de ser declarados justos, han sido convertidos en nuevas criaturas:
2 Corintios 5.17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
El que permanece en Cristo poseen una disposición renovada para amar a Dios, aborrecer el pecado y desear la obediencia, con la energía inagotable del Espíritu Santo que mora en su interior. En lugar de desertar del evangelio que han escuchado, los creyentes verdaderos permanecerán sólidos en Cristo quien es el único fundamento, así como fieles por la gracia de Dios que los capacita para andar en la vida cristiana. El creyente que permanece es el único creyente legítimo. De hecho, permanecer y creer son aspectos esenciales de la salvación genuina
3. Consecuencias Por No Creer.
Juan 12.47-48“Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.”
Las palabras del Señor, “Al que oye mis palabras, y no las guarda”, cambian el enfoque del punto DOS: bendiciones Por creer, a las consecuencias Por No creer. No obedecer a Jesús caracteriza a los incrédulos:
Tito 1.16 “Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra.”
Recuerde que en este mundo no hay huérfanos. Están los hijos de Dios y están los hijos del diablo. Pablo dice que los podemos reconocer por su conducta “los hijos de desobediencia”
Colosenses 3.6 “cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia,”
Debe quedar claro, como lo hace Juan, que Cristo no juzga a estas personas en su primera venida, porque no vino a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo:
Lucas 9.56 “porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas.”
Aun así, Jesús juzgará a los pecadores NO PERDONADOS en el futuro:
Apocalipsis 20.11-15 “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras... y fueron juzgados cada uno según sus obras.Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.”
El Señor quería decir en su ÚLTIMA SEMANA DE LA PASIÓN, que el que lo rechaza, y no recibe sus palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que Él ha hablado, ella le juzgará en el día postrero.
Quienes rechazan las verdades enseñadas por Jesús, se condenan:
Juan 14.24 “El que no me ama, no guarda mis palabras”
Quienes rechazan su salvación recibirán su juicio. Como advirtió el escritor de Hebreos:
Hebreos 12:25 “Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos”
v49
Juan 12.49 “Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar.”
Las palabras de Jesús determinan el destino eterno de las personas, no solo por quien Él es, sino porque habla por el Padre. Por lo tanto, nadie puede rechazar sus palabras y salir sin castigo. Él dijo: Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo(PRESENTE), lo hablo como el Padre me lo ha dicho.”
A medida que el evangelista llega a la conclusión de esta pieza central del Evangelio, vuelve a un tema que ha sido para él un eje en su presentación. El mensaje de Jesús no se originó en él. Sino que el unigénito Hijo de Dios fue enviado por Dios para proporcionar al mundo la vida eterna. Por tanto, sus palabras no deben interpretarse como meras palabras humanas. Por ello, Juan utiliza en este punto la designación “mandamiento”, que no se había aplicado anteriormente a la enseñanza de Jesús. El lector bíblico atento no debería pasar por alto la fuerza de la designación “mandamiento”, no como base del legalismo como lo es la Torá, sino un (mandato) como principio de vida, en este caso de vida eterna.
Jesús remarca que no hay opciones: “a mi me parece que la iglesia debe ser así”…”no hay que ser tan estrictos” asi es el mensaje del Padre.
Juan 12.50 “Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.”
CONCLUSIÓN
CONCLUSIÓN
Juan 12. 44 al 50
Dios ha hablado en forma decisiva y final por medio de Jesús. El asunto en cuestión es el mandamiento del Padre. Obedecer al Padre es venir a la vida eterna. Moisés predijo la venida del gran profeta Jesús(uno que hablaría de parte de Dios). Moisés dijo:
Deuteronomio 18.15 “Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis;”
“A él oiréis” La condenación es el castigo por rechazar al que el Padre envió:
Deuteronomio 18.18-19 “Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare.Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta.”
EN RESUMEN DE ESTA SECCIÓN: El propósito de la primera misión de Jesús sobre la tierra no fue juzgar a las personas, sino mostrarles cómo encontrar la salvación y la vida eterna. Cuando vuelva otra vez, uno de sus principales propósitos será juzgar a las personas según la vida que llevaron en la tierra. Las palabras de Cristo que no quisimos aceptar y obedecer serán las que nos condenarán. En el día del juicio, quienes aceptaron a Jesús y vivieron según su voluntad serán levantados para vivir eternamente , y quienes lo rechazaron y vivieron según su antojo deberán enfrentarse al castigo eterno (Apocalipsis 20 QUE LEÍMOS) Decida ahora de qué lado estará, porque las consecuencias de su decisión perduran para siempre.
EL MENSAJE DE PIEDRA DEL PADRE