CONOCER A DIOS ES EVITAR EL PECADO (2)
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Introducción:
Introducción:
Algunos de aquí saben que mi papá tiene terrenos en la selva, en Unión Mantus. Los que no conocen está promedio de una hora de San Ramón.
Mi papá tiene algunas hectáreas de chacra, donde tiene plátanos, mango, palta (el oro verde), café y temporadas donde siembra una que otra fruta.
Pero lo cierto es que, mis primeros años de vida lo pase ahí, en la selva, en la chacra. Y para mí siempre me fue difícil reconocer los árboles, que árbol o que planta produce tal fruta. Así que, para mi edad de párvulo, porque solo estuve hasta los 5 años de edad luego salimos a la ciudad de San Ramón. Pero para mi edad de párvulo, lo único que hacía para reconocer cual fruto es de cual árbol, tenía que esperar a que naciera al menos un pequeño fruto. Si miraba un pequeño fruto de palta, pues decía: este es un árbol de palta. Si veía un pequeño fruto de pomarrosa, pues decía: este es un árbol de pomarrosa, así también con el caimito y el mango. Porque para mí, para mi edad estos árboles se me eran idénticos. Incluso ahora no diferencio entre el árbol de pomarrosa y de caimito a menos que vea su fruto.
Y la verdad es que la Palabra de Dios nos dice eso, las Escrituras nos dicen: Por sus frutos los conoceréis.
Si quieres saber si en verdad eres del Señor, mira tu vida. ¿Dónde está tu corazón? Por tus frutos puedes saber dónde está tu corazón. ¿Dónde está tu pasión? ¿Dónde está tu ilusión? ¿Dónde está tu lealtad? Hacía donde apuntan tus metas, hacía donde apuntan tus sueños. El cómo vivo es evidencia de quien yo soy y si Dios es mi Señor o no lo es.
Recuerda que Jesús dijo: Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
Juan 15:5
Así que si eres pámpano no vas a producir tomate, si es que estás unido a la vid, si eres pámpano, vas a producir uvas. El cristiano tiene que dar el mismo fruto que Cristo. Cristo es la vid, nosotros los pámpanos. Nosotros producimos el mismo fruto que Cristo produce.
- La santidad de Cristo.
- La bondad de Cristo.
- Su paciencia.
- Su misericordia.
- Su amor.
- Su obediencia.
1 Juan 2:3 – 6
1 Juan 2:3 – 6
Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.
El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él;
pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.
El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.
Este un tema trascendental:
Este un tema trascendental:
Este un tema muy importante para nosotros como cristianos.
¿La naturaleza del incrédulo es igual a la naturaleza del creyente?
Ilustración: Fíjate en un gato, ¿cuál es su naturaleza?
Lo que hace el gato es huir del agua, el gato no busca mojarse o ser mojado. Y ahora lánzale una pequeña bola de estambre, una pequeña bola de lana o simplemente una pequeña pelota y tú vas a ver como este gato a jugar con esa pequeña bola de lana o pelota. El gato huye del agua, pero corre hacía la bola de lana. Y esa es la naturaleza del gato.
Del mismo modo, la naturaleza del verdadero cristiano es esta, que el huye del pecado y corre hacia la obediencia. Esto está en el ADN del creyente. Y esa es la evidencia en tu vida de que realmente lo conoces.
¿Cómo es Dios?
Versos anteriores Juan describió acerca de la santidad de Dios.
- Dios es Luz.
- Él es Santo.
- Él es Perfecto.
- Él es Puro.
- En Él no hay error.
- En Él no hay tinieblas.
- En Él no hay maldad.
Entonces, el creyente al entender la naturaleza de Dios, entiende también que su naturaleza ha de ser similar a su Dios, semejante a su Creador, a su Salvador.
El cristiano que conoce a Dios evita pecar, porque tiene la capacidad de no pecar. Y el cristiano que tropieza con el pecado, tiene un profundo pesar, un profundo dolor, entonces él confiesa sus pecados y corre al único abogado que es fiel y justo para perdonar sus pecados y limpiarlo de toda maldad.
v. 3
v. 3
Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.
Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.
El verdadero cristiano es quien guarda la palabra de Dios, anda en sus mandamientos, se sujeta voluntariamente a la ley de Dios y todo eso es para él, una evidencia de que tiene comunión con Dios, que lo conoce.
¿Cómo saber si realmente le conozco?
¿Cómo saber si realmente le conozco?
Quizás te nace la pregunta: Marlon ¿Como puedo saber realmente que yo lo conozco?
Déjame responderte, mencionando primero, quienes no lo conocen. Y te diré quienes: Hay muchos en estos tiempos que dicen conocer a Dios.
Hay muchos familiares, compañeros, amigos, vecinos, personas que dicen conocer a Dios. Que se creen cristianos, incluso te pueden citar la Biblia.
Ilustración: Déjame ilustrarlo de esta manera y quizás esta ilustración ya la has escuchado, pero sienta muy bien para poder entender esta verdad.
Tú puedes ir un día al palacio de gobierno, presentarte a la puerta y pedir que te dejen entrar a ver al presidente, y decir al de seguridad que tu conoces a Castillo.
Pero cuando el personal de seguridad entre a preguntar al presidente si él realmente te conoce, el volverá con la respuesta de que no es así; él no te conoce y déjame decirte que tú tampoco. Quizás sabes del presidente, escuchaste o leíste algo acerca de él, pero en realidad no lo conoces. No tienes una relación personal con él.
Así hay muchas personas que dicen conocer a Dios, pero ese conocer solo es mero intelecto, no lo conocen de forma personal a Dios.
Y la palabra conocer aquí en la Biblia no habla del mero conocimiento intelectual, es un conocer relacional.
¿Cómo sabes entonces que conoces a Dios?
Es porque lo conoces de forma personal. No es que sabes algo de Él, sino que lo conoces a Él.
La evidencia de conocerlo:
La evidencia de conocerlo:
Pero ¿Cuál es la evidencia que necesitas para tu propio corazón, para tu tranquilidad, de que si lo conoces?
Que andas en sus mandamientos.
Entonces alguno de ustedes podría decir:
haya, entiendo, entiendo, entonces si guardo sus mandamientos voy a conocer a Dios, porque eso es lo que entiendo.
Aquí hay un condicional: v. 3
Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, siguardamos sus mandamientos.
Sí guardo sus mandamientos entonces conoceré a Dios. No hermano, el pasaje no dice eso.
Siguardas los mandamientos, es porque lo conoces.
Es para que entiendas que, si tú caminas en sus estatutos, en efecto conoces a Dios, es porque tienes una relación personal con Él. Tu obediencia al señor es una evidencia de que, tú si conoces en efecto al señor. Y que estás caminando en luz.
Esto es algo que nosotros debemos de tener muy presente, porque hay muchos creyentes que siempre están dudando de su salvación. Y una de las evidencias para poder estar seguros de nuestra salvación es esta: Que, si yo estoy andando en sus mandamientos, es porque lo conozco.
Hay muchos creyentes que están inseguros de su propia salvación.
- ¿Seré del Señor?
- ¿Entrare al cielo?
Y es por eso que muchas veces nos preguntamos: ¿cuál es la evidencia de salvación? Y muchas veces esperamos evidencias equivocadas.
- Esperamos una evidencia espectacular, que me diga que yo soy un hijo de Dios.
- A veces esperan fuertes emociones.
- A veces esperan manifestaciones espectaculares del Espíritu.
- A veces quieren entender las doctrinas más profundas e insondables que están solamente en la mente de Dios.
- Algunos quisieran que un ángel bajara del cielo y les avisará que su nombre está escrito en el libro de la vida.
Pero Juan está diciendo que una de las evidencias, para que nosotros podamos estar seguros de nuestra salvación, es esta: guardar sus mandamientos porque esto refleja que realmente lo conocemos.
v. 3
v. 3
Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.
Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.
Es por eso que los dos más grandes mandamientos nos dicen: Amarás a Dios y el segundo es semejante, amarás a tu prójimo. Porque obedecer este mandamiento de amar a Dios, evidencia que lo conoces, porque no puedes amar a alguien que no conoces. Y el amar a Dios, esta relación vertical, te llevará a una relación horizontal; amar a los hermanos.
Es por eso que el autor relaciona estos dos temas inseparables: conocer a Dios es una verdad, que es inseparable a guardar sus mandamientos.
La primera relación de dos temas:
La primera relación de dos temas:
Esta es la primera relación de dos temas que hace Juan.
El conocer relacionalmente a Dios te lleva a guardar sus mandamientos. No el conocer intelectualmente.
Stg. 2:14, 17 – 19
Stg. 2:14, 17 – 19
14 hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?
Pausa, solo una aclaración rápida. Tus obras son la evidencia de tu fe, pero las obras no salvan.
17 así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.
18pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.
19tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.
Preguntante en esta noche: ¿Tu fe es la misma fe que la de los demonios? Porque los demonios creen y en serio que creen.
- Ellos creen en Dios
- Ellos creen que Dios es Cristo.
- Ellos creen que la Biblia es la Palabra de Dios y se la saben de memoria.
- Ellos conocen la doctrina, mejor que tú y que yo.
- Ellos saben en qué consiste la vida cristiana.
- Ellos se conocen todos los himnos.
- Ellos saben que Jesús el Hijo de Dios y que es el salvador, que es el Cordero, pero no son salvos. Todo lo que creen, lo creen intelectualmente.
¿Es tu fe es la misma fe de los demonios?
- ¿Tu fe es solamente una fe intelectual, una fe fría, que solo es conocimiento, teoría o es una fe viva, una fe que da frutos, una fe que hace obras, una fe que muestra santidad, una fe que guarda los mandamientos de Dios?
- ¿Cuál es tu fe?
La segunda relación de dos temas:
La segunda relación de dos temas:
Juan también presenta la segunda relación de dos temas.
La segunda es que, el amor a Dios y la obediencia a Dios son inseparables.No me digas que amas a Dios y desobedeces sus mandamientos. Estás engañando a ti mismo.
No puedes decir que amas a Cristo y no obedecer su Palabra.
- Cristo dijo: si mi amáis guardad mis mandamientos
- Jesús dijo: vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando.
- Jesús dijo: el que me ama, mi palabra guardará.
Y te diré algo más, acerca de un término que se ha venido usando en la iglesia de hoy en día: el cristiano carnal.
No existe tal cosa, no existe un cristiano carnal. Si alguno de ustedes creía en este término. Pues lo siento, no existe, eso es algo que nos hemos inventado. Ese es un ser mitológico cómo los centauros, la sirena, los dragones. El cristiano carnal no existe. Ósea:
- ¿Cómo puede existir alguien que dice tener fe en Cristo y vivir como él quiere vivir?
- ¿Cómo puede existir alguien que dice amar a Cristo y vivir de una manera que desagrade a Él?
Ese es un invento de nuestra imaginación para sentirnos tranquilos con el hermano, para sentirnos tranquilos nosotros mismos. Pensar que, a pesar de lo que él es, algún día ese hermano estará en el cielo, es pensar equivocadamente, no estará en el cielo, estará en el infierno. Por qué por sus frutos los conoceréis. El que le conoce guarda sus mandamientos.
El verdadero cristiano ama Cristo y si ama a Cristo, también ama servir a Cristo, obedecer a Cristo.
v. 4
v. 4
El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él;
El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él;
Conocerle es a obedecerle. Conocer a Dios es evitar el pecado.
Y esto es desde el principio. Dios creó a Adán y a Eva para servirle, para adorarlo, para obedecerle. Eso es a lo máximo que podemos aspirar en esta vida. Obedecerle.
- Es ahí donde encontramos gozo.
- Es donde encontramos paz.
- Donde encontramos esperanza.
- Donde encontramos identidad.
- Donde encontramos propósito.
- Es donde encontramos satisfacción.
Y gracias a Dios por la obra que hizo a través de Jesucristo. Y es que, gracias a Cristo, nosotros podemos amar obedecer, amar guardar los mandamientos de Dios.
Todo aquel creyente genuino, todo aquel que se ha arrepentido y ha creído en Cristo como Señor y Salvador está ahora en la capacidad de poder obedecer a Dios.
- Y es que ahora la ley de Dios no está escrita en tablas de piedra, sino que ahora está escrita en nuestros corazones.
- Ya no es que tenemos que cumplir la ley, sino que ahora queremos cumplir la ley.
- Ejemplos
v. 3
v. 3
Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.
Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.
Esta es la evidencia de que Cristo ha cambiado tu corazón. Y por qué ha cambiado tu corazón:
- Ahora le amas.
- Ahora le sirves.
- Ahora le obedeces.
- Ahora guardas sus mandamientos.
Esta es la diferencia de todas las demás religiones. Las religiones que dicen que tienes que obedecer a Dios y conocerás a Dios o al menos eso intentan.
Pero el cristianismo no. El cristianismo dice: conoce a Dios y obedecerás a Dios.
Porque es necesario que Él primero te cambie, que Él primero transforme nuestra vida. Porque por nosotros solos no podemos cumplir lo que él demanda, no estamos capacitados para agradarle.
Yo por mí mismo no puedo andar en sus caminos. Y no es que yo lo busqué y lo conocí, No, Él es quien se dio a conocer, Él se manifestó.
Ez. 36:26 - 27
Ez. 36:26 - 27
Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.
No es opcional. Es una realidad en la vida del cristiano.
No es que Dios dice: pondré en ustedes mi Espíritu y ustedes pueden obedecer o no, ustedes decidirán obedecer mis estatutos o no. No.
Y vemos que Dios forma a un pueblo para sí mismo, un pueblo santo, un pueblo obediente, que le honra, que le obedece. Y nosotros cumplimos no porque seamos buenos, no, sino porque Él es bueno. Y él ha tenido misericordia de nosotros.
Gracias a Dios por Su misericordia, gracias a Dios por Su amor.
El amor de Dios es el centro de lo que venimos estudiando en esta noche, no nos quedemos con la idea de qué tenemos que guardar sus mandamientos. Sino de que, el amor de Dios es lo que gobierna lo que vamos estudiando.
Lo conozco, conozco su amor, conozco lo que Él hizo y ahora yo guardó sus mandamientos.
vv. 4c, 5
vv. 4c, 5
y la verdad no está en él; …Pero…
y la verdad no está en él; …Pero…
Qué agradable poder leer un “pero” en la Biblia, ¿Sabes por qué? Porque cuando vemos que tenemos que guardar sus mandamientos y la condición en la que estamos. Ese “pero” alivia nuestro corazón.
pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.
… En este verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado.Aquí está la clave, aquí es donde nosotros podemos ver que la base de nuestra obediencia es el amor de Dios actuando en nosotros.
- Por eso es que nosotros andamos en luz.
- Por eso es que guardamos sus mandamientos.
- Por eso es que confesamos nuestros pecados.
- Es por eso que tenemos comunión con Dios y no porque nosotros seamos perfectos sino porque su amor es perfecto.
- Nosotros lo amamos porque Él nos amó primero. Y por qué su amor se ha manifestado en nuestras vidas, su amor Se ha perfeccionado en nosotros. Y no porque Su amor en sí mismo no sea perfecto, sino que su amor en nosotros es una extensión de lo que verdaderamente es su amor perfecto. (x2)
Yo no sé si estás captando esta verdad, pero esto es maravilloso.
Su amor en nosotros se ha perfeccionado y se ha hecho evidente ¿Cómo?
- Nuestra obediencia.
- Nuestra devoción y nuestro servicio a Él.
Esta es una realidad del creyente, si eres del señor, si su amor se ha manifestado en ti, caminas en obediencia.
Y tú puedes decir mis frutos son tan pequeños Marlon, mis frutos tan minúsculos, pero si ese fruto que estás dando, sea cual sea la proporción en la que estás evidenciando, si es idéntico al fruto de Cristo, gózate.
Y este pasaje nos debe de dar una tremenda seguridad, paz y tranquilidad de que realmente si nosotros estamos guardando sus mandamientos; estamos evidenciando su amor en nosotros, estamos evidenciando que le conocemos y que Dios está obrando en nosotros.
Por qué debemos entender que Dios, es quien prepara nuestros corazones, quien los labra, los pule, y los transforma y lo que Dios hace, es lo que se evidencia externamente en nosotros.
Recuerda: sus ovejas son las que oyen su voz, no las que no son sus ovejas. Así que, sus ovejas son las que realmente van a cumplir lo que su pastor está mandando a hacer. Sus ovejas oyen su voz y le siguen. No es que primero le siguen para que después sean sus ovejas.
Y quiero que estén entendiendo esta realidad, el pasaje nos muestra el poder de Dios que se está representado en su amor. Y nuestra responsabilidad de poder cumplir lo que Él nos ha mandado hacer, descansa en su poder.
v. 6
v. 6
El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.
El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.
Te diré esto: hay muchos aspectos en la vida cristiana, donde Dios, lo primero que hace, es que nos muestra su poder y luego nos muestra nuestra responsabilidad.
- Tú sabes que Dios hace lo que bien le parece, pero nos dice orad sin cesar.
- Dios tiene el poder de salvar a quien desea (Romanos 9:16 Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia) sí, pero nos dice id por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura.
¿Vez lo que hace Dios? Dios nos muestra su poder y luego nos muestra nuestra responsabilidad.
- Dios nos muestra en tantas cosas de la vida su soberanía absoluta, pero luego apela nuestros corazones, nuestra valentía, nuestra responsabilidad, a que caminemos en obediencia.
- Dios acabará en nosotros la obra de santificación que empezó ( el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo) , pero también nos dice: trabajen en vuestra santificación con temor y temblor.
Y ahora cuando hablamos de obediencia. Juan nos está recordando de qué si andamos en sus mandamientos, es que el amor de Dios nos está llevando a andar en sus mandamientos. Es su obra en nosotros, pero acaba con esta frase: Él que dice que permanece en Él, debe de andar como Él anduvo.
Al final apela nuestra conciencia, nos muestra nuestra responsabilidad. No hay lugar en la vida del cristiano a la dejadez, no hay lugar para que el cristiano piense que: tenemos un Dios tan grande, tan soberano, que él lo tiene que hacer todo, y que yo puedo vivir de cualquier manera.
No, él que es del Señor debe de andar como Cristo anduvo.
¿Andas tú como Cristo anduvo?
Déjame leerte esta pequeña exposición de un pastor: Francis Chan. Y de paso te digo que esto a mí, me fue chocante.
Él dice: A ti te encanta Jesús, pero no quieres ser como él. Te explico de esta manera:
- Te sorprende bastante la humildad de Cristo, pero tú no quieres ser así de humilde.
- A todos nos parece hermoso lo que Cristo hizo, ponerse de rodillas y lavar los pies de sus discípulos, pensamos que eso es hermoso, pero ¿es esa tu meta en la vida?
- Estás agradecido porque Cristo te salvó, pero te olvidas que en el proceso Él fue escupido y maltratado, ¿estás dispuesto que eso te pase a ti?
- Es encantador poder saber de qué Cristo dejó Su Gloria, dejó todos sus derechos como Rey, pero tú te pasas toda la vida defendiendo tus derechos.
- En conclusión, tú piensas que Jesús es un gran salvador, pero no piensas ver a Jesús como un ejemplo a imitar.
v. 6
v. 6
El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.
El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.
Esto debería de estar abofeteándonos en esta noche a cada uno de nosotros.Porque pienso que esta es la realidad de cada uno de nosotros, pensamos en Cristo como el gran salvador, Él que entregó su vida por nosotros, pero no vemos a Él como alguien digno a quien imitar.
Y Juan apela a nuestro corazón y nos dice: si tú eres de Cristo debes de andar como Él anduvo.
Con la misma actitud de humildad, de abnegación, de sacrificio, obediencia, servicio, santidad. Debes andar como él anduvo.
Y el creyente debe de luchar a diario y el campo de batalla es su propio corazón. Lucha contra su propio ego, contra su propio orgullo, contra su propio yo. Contra el diablo, contra el mundo, queriendo servir al Señor y agradar al Señor.
Así como Josué conquistaba a la tierra prometida, con osadía, con valentía. Y al final daba toda la gloria y todo el mérito a Dios. Así el cristiano, debe de conquistar hasta el último rincón de su corazón para la gloria de Cristo. Porque cuando lo hayas conseguido no te pongas ninguna medalla, no te mereces ningún trofeo, todo es para la gloria de Cristo.
Porqué Él es quien produce en nosotros, así como el querer como el hacer, por su buena voluntad.
En cada logro, en cada meta, en cada éxito, de lograr que tu carácter se asemeja al de Cristo, de que tu vida y tus frutos sean a imagen y semejanza de Él, esa es una evidencia del poder del amor de Dios actuando en tu vida.
Tito 2:14
Tito 2:14
quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.
Seamos este pueblo, celoso de buenas obras para gloria del Señor.
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Y si aún no eres de Cristo, es comprensible de qué no tengas ningún apetito por las cosas del Señor, es comprensible que no entiendas la palabra, es comprensible que no quieres obedecer la ley de Dios, es comprensible que no quieras obedecerle porque no le conoces.
Mi oración es que tú puedas conocerlo, que puedas ver esa Luz resplandeciente como la que vio Saulo en el camino a Damasco. Y el paso de ser un perseguidor de la iglesia a ser celoso de buenas obras, a obedecer a Cristo, a servir a Cristo a dar todo por Cristo.
Clama a Dios por su misericordia que Él te dé un corazón nuevo, que amé a Dios, que busqué a Dios, que obedezca a Dios. Conocer a Dios es evidencia de eso.