El inicio de la última etapa

Introducción

El capitulo 20 comienza a narrar los últimos acontecimientos de Israel en el desierto, de aquí en adelante se preparan para entrar a la tierra prometida.

Este capítulo prestan nuevamente la conducta rebelde del pueblo al murmurar por la falta de agua en lugar de clamar.

Se presenta la muerte María.

El pecado de Moisés y Aarón y la condena de Dios para ellos.

La muerte de Aarón y la sucesión de su hijo Eleazar.

La muerte de María

“Números 20:1-2 Llegaron los hijos de Israel, toda la congregación, al desierto de Zin, en el mes primero, y acampó el pueblo en Cades; y allí murió María, y allí fue sepultada.”

María es reconocida en la Biblia como profetiza, cuidó de Moisés cuando fue puesto en el río Nilo.

Cuando cruzaron el mar Rojo tomó un pandero y junto con las doncellas danzaron y alabaron a Dios. “Exodo 15:20 Y María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas.”

También se reveló contra Moisés por lo que fue castigada por Dios. “Números 12:10 Y la nube se apartó del tabernáculo, y he aquí que María estaba leprosa como la nieve; y miró Aarón a María, y he aquí que estaba leprosa.”

Definitivamente María fue una mujer virtuosa.

La murmuración del pueblo

El pueblo comenzó a murmurar porque el agua había escaseado.

“Números 20:3-5 Y habló el pueblo contra Moisés, diciendo: ¡Ojalá hubiéramos muerto cuando perecieron nuestros hermanos delante de Jehová! ¿Por qué hiciste venir la congregación de Jehová a este desierto, para que muramos aquí nosotros y nuestras bestias? ¿Y por qué nos has hecho subir de Egipto, para traernos a este mal lugar? No es lugar de sementera, de higueras, de viñas ni de granadas; ni aun de agua para beber.”

En lugar de humillarse ante Dios y pedir misericordia, murmuraron. Culpaban a Moisés de los padecimientos que sufrían cuando habían sido sus padres que se revelaron contra Dios.

El pecado de Moisés y Aarón

“Números 20:6 Y se fueron Moisés y Aarón de delante de la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión, y se postraron sobre sus rostros; y la gloria de Jehová apareció sobre ellos.”

Ante la queja del pueblo clama a Dios y les responde.

Dios Les da instrucciones específicas.

“Números 20:7-9 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: Toma la vara, y reúne la congregación, tú y Aarón tu hermano, y hablad a la peña a vista de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás aguas de la peña, y darás de beber a la congregación y a sus bestias. Entonces Moisés tomó la vara de delante de Jehová, como él le mandó.”

Pero Moisés y Aarón ya estaban cansados de este pueblo rebelde que no quería reconocer su pecado.

Dios ordena que le hable a la roca para enseñar al pueblo que la roca sería más obediente que ellos.

Pero Moisés le habla al pueblo (no a la roca) para recriminarle “Números 20:10 Y reunieron Moisés y Aarón a la congregación delante de la peña, y les dijo: ¡Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña?”

Moisés no obedece la instrucción de Dios al pie de la letra, golpeó la peña cuando Dios le dijo que le hablara y se atribuyó el poder de darles agua.

“Números 20:11 Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias.”

El propósito de Dios era hacer este un acto solemne en el que el pueblo viera Su poder y le glorificara, pero el enojo de Moisés lo arruinó. “Salmo 106:33 Porque hicieron rebelar a su espíritu, Y habló precipitadamente con sus labios.”

Por tal razón Dios les dice que ellos no entrarán a la tierra prometida: “Números 20:12 Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado.”

Los líderes del pueblo de Dios tienen más responsabilidad y por consiguiente sus errores se pagan más caros.

“Lucas 12:48 Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá.”

“Santiago 3:1 Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.”

El rechazo de los parientes

“Números 20:14-18 Envió Moisés embajadores al rey de Edom desde Cades, diciendo: Así dice Israel tu hermano: Tú has sabido todo el trabajo que nos ha venido;cómo nuestros padres descendieron a Egipto, y estuvimos en Egipto largo tiempo, y los egipcios nos maltrataron, y a nuestros padres; y clamamos a Jehová, el cual oyó nuestra voz, y envió un ángel, y nos sacó de Egipto; y he aquí estamos en Cades, ciudad cercana a tus fronteras.Te rogamos que pasemos por tu tierra. No pasaremos por labranza, ni por viña, ni beberemos agua de pozos; por el camino real iremos, sin apartarnos a diestra ni a siniestra, hasta que hayamos pasado tu territorio. Edom le respondió: No pasarás por mi país; de otra manera, saldré contra ti armado.”

Los Edomitas era parientes de los israelitas pues eran hijos de Esaú, hermanos de Jacob (Israel).

Los Israelitas podían llegar más rápido a las fronteras del la tierra prometida atravesando su territorio pero no se lo permitieron a pesar de ser hermanos, al contrario, los amenazaron con su ejercito.

Los israelitas debieron rodear el territorio sin responder a la agresión.

En nuestro meta a la vida eterna tendremos oposición, principalmente de nuestros parientes, esto hará más difícil nuestro caminar, pero no desmayemos, aunque sea difícil, recuerde que la recompensa será más grande. “Mateo 10:36 y los enemigos del hombre serán los de su casa.”

Muerte de Aarón

“Número 20:25-26 Toma a Aarón y a Eleazar su hijo, y hazlos subir al monte de Hor,y desnuda a Aarón de sus vestiduras, y viste con ellas a Eleazar su hijo; porque Aarón será reunido a su pueblo, y allí morirá.”

Finaliza este triste capítulo con la muerte de Aarón, el gran apoyo, amigo y hermano de Moisés.

Aarón fue partícipe de la rebeldía de Moisés al desobedecer las instrucciones de Dios, por lo tanto muere antes de entrar a la tierra prometida en el monte Hor.

Sin embargo no muere como malhechor, cortado del pueblo, sino con honra, en lo alto de una montaña para dignificarlo, lo sucede en el puesto su hijo Eleazar.

En nuestra vida habrá momentos de triunfo, grandes expectativas y optimismo como Israel en la salida de Egipto;

Errores como Cades de Barnea;

Corrección como los 40 años en el desierto;

Bendiciones como la provisión de alimento y agua;

También de tristeza por la partida de seres queridos.

Al final el pueblo de Israel pudo disfrutar de la tierra prometida, así nosotros si somos fieles gozaremos de la patria celestial.