MIÉRCOLES 20
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1 CORI 6
1 CORI 6
Leer el texto 1 Co. 6:1-20
División:
A. Prohibido las demandas entre los hermanos: 1 al 11
dEste texto revela que había envidias entre ellos, se criticaban y se aprovechaban unos de otros en los negocios y en las finanzas. Estas actitudes llegaron tan lejos que estaban dispuestos a llevarse unos a otros ante los tribunales seculares y paganos. Mostraban sus trapos sucios en público para que todo el mundo los viera.
Los creyentes corintios estaban tan acostumbrados a discutir, polemizar y llevarse unos a otros ante los tribunales antes de ser salvos que llevaron con ellos estas actitudes y hábitos egoístas en su nueva vida como cristianos. Eso no solo estaba mal desde la perspectiva espiritual, sino que era prácticamente innecesario.
En el caso de lo judíos, los problemas se resolvían en la sinaoga. Los judíos bajo la ley podían dictar casi toda sentencia, excepto la pena de muerte (por eso ocuparon de los romanos). Como sabemos por el juicio de Jesús, el sanedrín tenía libertad para encarcelar a Jesús y azotarlo como quisiera, pero necesitaban el permiso de Roma, representado por Pilato, para ejecutarlo.
Al enfrentar el mal en la iglesia corintia, Pablo menciona tres áreas del malentendido que tenían aquellos creyentes.
1.Mal entendían el rango que ellos tenían en relación con el mundo.
2.la verdadera actitud que debían tener en la relación unos con otros.
3. el verdadero carácter que debían tener en relación con las normas de justicia de Dios.
1EL VERDADERO RANGO DE LOS CRISTIANOS.
1 Co. 6.1-6 1.“¿Osa alguno de vosotros, cuando tiene algo contra otro(2 palabras griegas que significa demanda judicial), ir a juicio delante de los injustos(no tiene que ver con ,lo moral sino lo espiritual), y no delante de los santos?
¿qué está sucediendo? Los cristianos presentaban sus demandas judiciales unos contra otros ante los incrédulos, y Pablo estaba horrorizado y apenado. Debido a que él ya conocía la respuesta, su pregunta era retórica. Estaba diciendo: “¿Cómo puede suceder esto? ¿Es de verdad cierto que algunos de ustedes se están demandando unos a otros, y que lo están haciendo en público, ante los tribunales paganos?” El verbo tolmaō (osar) está en tiempo presente, lo que indica una realidad continua.
Pablo no estaba preocupado que no recibieran justo juicio, sino que estaba preocupado porque demostraban escaso respeto por la autoridad y la habilidad de la iglesia para resolver sus disputas.
Según 1 Co.1 del 2 al 7 dice que no nos falta ningún don. Pregunta Pablo: ¿Cómo puede sacar los problemas fuera de la familia?
Las disputas entre cristianos deberían ser resueltas por cristianos y entre ellos. Si nosotros como cristianos, con nuestros maravillosos dones y recursos en Cristo, no podemos solucionar una disputa, ¿cómo vamos a esperar que lo hagan los incrédulos? Pablo insiste en que los cristianos son capaces de resolver siempre las disputas. Por eso dice:
2. ¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? Si un día se van a sentar en el tribunal supremo de Dios para juzgar al mundo, ¿no están calificados para juzgar los asuntos pequeños de cada día que surgen entre ustedes ahora? Debemos notar que cosas muy pequeñas se pueden traducir también como “pequeñas demandas o litigios”.
Cuando Cristo regrese para establecer su reino milenario, los creyentes a lo largo de toda la historia serán sus corregentes y se sentarán con Él en su trono:
Apocalipsis 3.21 “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”
¿Cómo al que venciere? :
Apocalipsis 2.26 “Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones,”
La maravillosa promesa AL QUE VENCIERE (Todos los creyentes verdaderos)
Daniel 7.22 “hasta que vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y llegó el tiempo, y los santos recibieron el reino.”
Parte de nuestra responsabilidad como parte del gabinete de Cristo será la de juzgar al mundo. Los apóstoles tendrán una autoridad especial:
Mateo 19:28 “os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel”
Pero cada creyente participará también de alguna manera.
Apocalipsis 2:26-27 “Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre”
Por lo tanto, Si los santos ayudarán un día a regir toda la tierra, ellos son sin duda capaces de gobernarse ahora a sí mismos dentro de la iglesia. El gobierno futuro estará basado en la Palabra de Dios y a las actitudes piadosas apropiadas, las cuales están disponibles ahora. No habrá entonces principios nuevos de sabiduría y de justicia diferentes de los que tenemos revelados ahora en las Escrituras.
3.¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida?
Las Escrituras no dicen con claridad a qué ángeles juzgaremos. A los ángeles caídos los juzgará el Señor:
2 Pedro 2.4 “Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio;”
Judas 6 “Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día;”
Pero no se nos dice si los creyentes participarán en ese juicio.
ALGO QUE NOS PUEDE AYUDAR ES SABER El término griego (krinō) para juzgar puede también significar “reinar o gobernar”. Ese sería ciertamente el significado si es que vamos a tener autoridad sobre los santos ángeles, porque ellos no tendrán pecado por el que sean condenados. Yo Gustavo Díaz, me inclino a pensar que los creyentes glorificados ayudarán a juzgar a los ángeles caídos y ejercerán algo de autoridad sobre los ángeles santos. Si Cristo fue exaltado por encima de los ángeles (Ef. 1:20–23), si estamos en Él y somos semejantes a Él, y si vamos a reinar con Él, de alguna forma vamos a participar en su autoridad.
Sea cual sea la esfera y la extensión de ese juicio o gobierno celestial, la enseñanza de Pablo aquí es la misma: Si vamos a juzgar y reinar sobre el mundo y los ángeles en el siglo venidero, sin duda estamos ahora capacitados, con la dirección de las Escrituras y del Espíritu Santo, a resolver todos los desacuerdos que tengamos entre nosotros.
4.Si, pues, tenéis juicios sobre cosas de esta vida, ¿ponéis para juzgar a los que son de menor estima en la iglesia?
Cuando los cristianos tienen peleas y disputas terrenales entre ellos, resulta inconcebible que aquellos que van a reinar eternamente traten de solucionarlas recurriendo a tribunales dirigidos por los incrédulos, por jueces que son de menor estima en la iglesia. Si dos o más cristianos no pueden ponerse de acuerdo entre ellos, deberían pedirles a otros hermanos en Cristo que lo resuelvan por ellos y estar dispuestos a aceptar a la decisión. Es decir. el creyente menos habilitado, que busca el consejo de la Palabra y del Espíritu de Dios, es mucho más competente para solucionar desacuerdos entre hermanos creyentes que el juez más instruido y experimentado
5.Para avergonzaros lo digo. ¿Pues qué, no hay entre vosotros sabio, ni aun uno, que pueda juzgar entre sus hermanos,
Pablo se sentía avergonzado del comportamiento de aquellos creyentes que él había discipulado y entre los que había ministrado. Ellos sabían hacer las cosas mejor. Para avergonzaros lo digo. Continúa diciendo con una nota de sarcasmo. ¿Pues qué, no hay entre vosotros sabio, ni aun uno, que pueda juzgar entre sus hermanos, sino que el hermano con el hermano pleitea en juicio, y esto ante los incrédulos? La marca que debería caracterizar más a los hermanos en Cristo es el amor. Juan nos lo dice con absoluta claridad:
1 Juan 3:10-11 “Todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios. Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros”
Sin embargo, el amor no caracterizaba a los hermanos corintios. Se estaban comportando como los inconversos y, como Pablo los recordaría unos pocos capítulos más adelante, un cristiano sin amor es:
1 Corintios 13.1-2 “Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.”
QUIERO ACLARAR: En nuestra sociedad resulta a veces inevitable que los pleitos entre cristianos sobre derechos y propiedades terminen en un tribunal secular. Cuando, por ejemplo, un cristiano se enfrenta a una demanda de divorcio, abuso sexual, la ley requiere que un tribunal secular intervenga. O en el caso de maltrato o descuido de menores, un padre-madre cristiano puede verse forzado a buscar la protección de un tribunal contra el abuso del cónyuge. Aun en los casos excepcionales, cuando por alguna razón un cristiano se ve a sí mismo metido en pleitos con otro cristiano, su propósito debería ser glorificar a Dios y nunca buscar la ganancia egoísta. La regla general es: No acuda a los tribunales con los hermanos en Cristo, sino solucionen las cosas entre ustedes.
1 Co.6.6-8 “sino que el hermano con el hermano pleitea en juicio, y esto ante los incrédulos? Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudados? Pero vosotros cometéis el agravio, y defraudáis, y esto a los hermanos.”
Si somos [agraviados] o [defraudados] debiéramos perdonar y no quedar amargados. Si no podemos convencer al hermano para que las cosas se corrijan, y tampoco escucha a otros hermanos cristianos, estaremos mejor sufriendo la pérdida o la injusticia que presentando una demanda contra él. Jesús dijo:
Mateo 5:39-40 “antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa”
En conclusión: El Señor conoce las necesidades de sus hijos y va a procurar que tengamos lo que necesitamos. Debemos
Mateo 6:33“[buscar] primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”
La preocupación principal de un cristiano debe ser no proteger sus posesiones o sus derechos, sino proteger su relación con el Señor y con sus hermanos en Cristo.
Pablo, luego de aclarar el tema anterior da una lista, que a primera mano, la verdad no la entendí, porque la agregó, pero luego sí. El apóstol Pablo quiere mostrarno el VERDADERO CARÁCTER DE LOS CRISTIANOS
Leamos todos del versículo 6 al 11 y LUEGO DIGO: El propósito de Pablo aquí no es darnos una lista de pecados que indicarán que una persona ha perdido su salvación.
Lo que dice Pablo, es que los impíos perderán en su juicio final.
Pablo amplia su discurso mencionando a los pecadores que están destituidos del reino de Dios. El apóstol distingue entre los que pecan en forma deliberada y los corintios que han sido limpiados del pecado. Al referirse a estos pecadores inmorales, vuelve a nombrar algunas categorías que ya mencionó
Pablo da un catálogo de pecados que son típicos de los no salvos. Personas cuya vida está totalmente caracterizada por semejantes pecados no son salvas y, por tanto, son injustas, sin justificar. Ellas no heredarán el reino de Dios, porque no están en una posición correcta con Dios. Están fuera del reino, la esfera de la salvación.
1 Corintios 6.9-11 “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.”
Dpregunta Pablo a los corintios, “siguen viviendo como los inconversos, como los injustos? ¿Por qué siguen cayendo en la vieja manera de vivir, la vida de la cual Cristo les ha salvado? ¿Por qué siguen las antiguas normas y tienen los motivos viejos, egoístas e impíos? Tienen que vivir separados de los caminos del mundo, no seguirlos. Y específicamente, ¿por qué están acudiendo con sus problemas a los tribunales del mundo?
Un creyente es una nueva creación (2 Co. 5:17), con un nuevo ser interior formado según la naturaleza divina:
2 Pedro 1.4 “por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia;” El creyente VERDADERO, ya no tiene una actitud de pecado ininterrumpida.
El catálogo de pecados de los versículos 9–10 no es COMPLETA, pero esos representan todos los tipos principales de pecado moral, los tipos de pecado que siempre han caracterizado a las sociedades impías y que nunca deberían caracterizar a la sociedad piadosa de los redimidos.
Fornicarios: Inmoralidad sexual. Aparece representado y exaltado en libros, revistas, películas y la televisión como la norma de la vida humana. Los que lo practican habitualmente y lo defienden no pueden pertenecer de verdad a Dios, porque los herederos de su reino no practican ni defienden habitualmente la inmoralidad sexual. Los verdaderos creyentes pueden caer en ello, pero aparte de cuán involucrados y débiles estén, en lo profundo de su ser reconocen que es malo. (Ro. 7:15–25)
Idólatras: se refiere a los que adoran dioses y sistemas religiosos falsos, no sencillamente a los que se inclinan ante imágenes. Nuestra sociedad nunca ha estado tan sumida y tan enamorada como ahora de las religiones falsas y de las sectas de nuestro tiempo.
ADÚLTEROS se refiere específicamente a las personas casadas que se permiten relaciones sexuales fuera del matrimonio. Debido a que el matrimonio es sagrado, ese es un pecado especialmente horrendo a los ojos de Dios. El Antiguo Testamento requería la pena de muerte por esa causa. Además de corromper a los participantes mismos también corrompe a la familia. Profana la relación única y especial establecida por Dios entre un hombre y una mujer e inevitablemente daña a los hijos. Puede que esos sean solos los efectos iniciales.
Los afeminados y los que se echan con varones se refieren ambos al intercambio y corrupción de la actividad y relación normales del hombre y de la mujer. Está incluido el transvestismo, el cambio de sexo, la homosexualidad y otras perversiones sexuales. La creación singular de Dios, lo que están creados a su propia imagen y semejanza, “varón y hembra los creó” (Gn. 1:27) y el Señor prohíbe estrictamente que se confundan esos papeles, mucho menos intercambiarlos.
Dt 22:5 “No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace”
Los términos hebreos es ese versículo indican algo más que la ropa e incluye cualquier elemento, utensilio o equipo.
¿Debe una mujer usar pantalones?
¿Debe una mujer usar pantalones?
Creo que esa es una pregunta que surge de manera recurrente en ciertos círculos de creyentes, sobre todo en culturas como las nuestras, en Latinoamérica, y dependiendo del trasfondo denominacional. Yo creo que la confusión de si la mujer puede o no puede usar pantalones viene de algo que aparece en la ley de Moisés, que realmente no tiene nada que ver con pantalones propiamente dicho.
La palabra de Dios especifica en Deuteronomio 22:5 que la mujer no debe usar ropa de varones y ni los hombres debe usar ropa de mujeres, pero en esa época ciertamente los hombres no andaban de pantalones tampoco. De manera que no había una alusión a lo que nosotros hoy conocemos como pantalones.
Yo sí creo que Dios desde el inicio ha querido dejar bien claro, ha demarcado lo que es el sexo masculino del sexo femenino, y eso es algo que nosotros tenemos que modelar; desde la forma de hablar, nuestros ademanes, y la forma de vestir. Entonces, no hace bien, no es de provecho para una generación joven, ver mujeres luciendo como si fueran hombres, o ver hombres luciendo como si fueran mujeres, porque no es propio del género que Dios le ha otorgado al uno o al otro.
Entonces, en nuestras culturas, donde ya estamos habituados a pantalones y donde por mucho tiempo se pensó que los pantalones eran únicamente apropiados para hombres, algunos han concluido que la mujer no debiera usar pantalones. Sin embargo, yo quisiera ser sensible y decir que aquella mujer que ha de visitar lugares o iglesias donde esa es su creencia, nosotros no debiéramos ser piedras de tropiezo para ellos, sino que debiéramos respetar eso, hasta que Dios pueda darles más iluminación en ese tema, y en ese sentido, y poder llegar a la misma conclusión a la que nosotros hemos llegado.
Yo creo que sensibilidad es algo vital para el creyente, y tenemos las instrucciones de Pablo en 1 Corintios 8, donde nos habla de otro tema que tenía que ver con comer o no carne sacrificada a los ídolos, pero donde él claramente nos dice que no debiéramos ser piedra de tropiezo para el hermano. Entonces, la ley del amor es lo que debe imperar en nosotros, la ley del amor de Cristo por el hermano; y eso es válido no solamente para los pantalones, sino para múltiples otras áreas donde tenemos diferencias.
Cuando vamos a visitar o vamos a ser parte de esa cultura, debiéramos conocer lo que ellos creen, lo que no creen, lo que aceptan o lo que rechazan, y no convertirnos nosotros en piedras de tropiezo y simplemente querer decir “esto es lo que yo creo”, “esto es lo que yo voy a hacer”, y “esto lo que yo voy a imponer: ellos tienen que cambiar”. Eso no sería congruente con la ley del amor. Y yo creo que si hay algo que está claro, es que la ley del amor prevalece por encima de estas preferencias.
No estamos hablando de un principio de verdad, no vamos a negociar la verdad, pero hay preferencias, y esas preferencias tenemos que reconocerlas y respetarlas y respetar a ese hermano. Yo creo que aquel que es más espiritual o que piensa que es más espiritual, debiera responder con sensibilidad a aquellos de conciencias débiles.
B. Glorificad a Dios en vuestro cuerpo. 12-20