El triunfo de los hijos de Dios.
Las cartas de Juan a la Iglesia. • Sermon • Submitted
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El triunfo de los hijos de Dios.
El triunfo de los hijos de Dios.
Introducción: Cómo te sentirías que tu equipo de fútbol nunca perdiera, o como te sentirías que tus uñas se mantuvieran perfectas o que tu casa no necesitara mantenimiento. Te sentirías seguro, contento, confiado cuando se acerquen las dificultades. Ahora quiero preguntarte, ¿cómo te sentirías si fueras continuamente victorioso ante el sistema de este mundo?
El tema de hoy termina en el versículo 4 que se aclara mediante la repetición de la palabra “conquistar” (también en el vers. 5). Tanto “conquistar” como “victoria” provienen de la misma palabra griega, nike, que también es el nombre de la diosa griega de la victoria, la velocidad y la fuerza. El nombre romano de Nike era "Victoria" y, como era de esperar, tiene alas en la mayoría de pinturas y estatutos.
El único (HCSB se traduce como el adjetivo sustantivo como "lo que sea") que ha nacido de Dios conquista, es continuamente victorioso, sobre el mundo.
El triunfo de los hijos de Dios.
1 Es posible amar al creer en Cristo 1 Juan 5.1
1 Es posible amar al creer en Cristo 1 Juan 5.1
1 Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él.
Todo aquel que cree. Es un hijo legítimo, la condicional para venir a ser un hijo de Dios es creer. (ÉL NOS DA LA FE PORQUE NOS AMA)
La palabra todo aquel o todos se refiere que sin excepción deben creer que Jesús es el Cristo.
Esto señala que unos pueden ser hijos de una manera y otros de otra manera.
Por ejemplo: Algunos piensan que por su buen comportamiento son hijos de Dios. Otros dicen que todos somos hijos de Dios pero la verdad es que todos somos creación de Dios pero no hijos. Hay otros que piensan que los hijos son los que donan más dinero.Algunos dicen tienes que creer que Jesús es el Salvador y a la par tienes que portarte bien. Pero nada de esta declaración se apega a CREER QUE JESÚS ES EL CRISTO.
Todo aquel que cree es nacido de Dios, es engendrado por Dios.
Pero ¿qué tiene que creer? qué Jesús (salvador) es el CRISTO (Mesías- Ungido- Libertador prometido por los profetas).
Comentario exegético y explicativo de la Biblia - tomo 2: El Nuevo Testamento (CAPITULO 5)
El no podría ser nuestro “Jesús” (Dios-Salvador), a menos que fuera “el Cristo;” porque no podría revelar el camino de la salvación, a menos que fuera profeta; no podría obrar aquella salvación, a menos que fuera sacerdote; no podría conferir aquella salvación, a menos que fuera rey: no podría ser profeta, sacerdote, y rey, a menos que fuera el Cristo. [Pearson, sobre el credo.]
3. Tenemos que entender que (Cristo- Mesías-Ungido) no es un título o una palabra mágica, sino que se refiere a una persona. Para Juan no es solo un título, sino es el cumplimiento de lo dicho en el A.T. Él es el Ungido prometido. Recuerda que las distorsiones de los que se llamaban eruditos en ese momento decían que Dios reposó en Jesús en su bautismo pero que lo dejó cuando fue su crucifixión. También decían que Jesús y Cristo eran personas diferentes.
a. Por qué se prometía un Mesías, muchos querían a un Moisés, un líder que los liberara de la esclavitud del Pueblo opresor, aunque después el pueblo de Israel quisieron regresar a Egipto.
b. Las personas en Israel, esperaban un libertador, alguien del linaje de David, un Sacerdote perfecto, un Profeta, por ello aun los discípulos dudaron cuando Jesús fue sepultado. Pero Jesús en el camino a Emaús les explicó que todas las figuras y promesas del A.T. se cumplen Él, qué Él era el Cristo Lucas 24.18-24. Lucas 24.25-27
25 Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! 26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? 27 Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.
4. Pero esta fe tiene un resultado, que es entrar a la familia que cree, pero el estar dentro de una iglesia local no es solo para orar y estudiar la Biblia, sino para practicar el amor.
5. El 1 Juan 5.1 es una dirección en un solo sentido, me refiero que amamos a Dios y en esa dirección amamos a los hermanos, a los hijos de Dios. No es como un puedo amar con todas mis fuerzas a Dios y a los hermanos medio amarlos.
a. Claramente lo que nos impide amar es el pecado. Esa maldad en nosotros, el egoísmo y la indiferencia.
b. Recuerdo que por lo regular hacia enojar a mi hermano, y si algo le daban a mi hermano yo replicaba diciendo y porque a mi no me das o la típica a él le dan más que a mi.
c. La verdad es que el pecado nos impide amar genuinamente al hermano y por ende a Dios. creo que deberíamos examinar nuestro corazón cuando vemos que aun hermano le está yendo bien, necesitamos poner atención a nuestras actitudes de menospreciar lo que nos comparte el hermano, aun incluso cuando nos reunimos debemos mirar nuestra actitud cuando nos reciben en la entrada de nuestras reuniones, la casa que nos prestan o el apoyo de los hermanos que nos regalan su tiempo, que se preparan para aprendamos.
d. Nuestra actitud no cambiará si no hemos nacido de nuevo, nuestro corazón egoísta será una bestia incontrolable porque no hemos rendido nuestra vida al creer que el Salvador es Jesús que vino y murió por nosotros en aquella cruz, de hecho seremos indiferentes si nos olvidamos que somos salvos y al termino de nuestro tiempo en esta tierra nos encontraremos con nuestro Padre Celestial.
6. Nuestros valores o lo que nos rige ahora es la vida espiritual. No somos personas que se reúnen para rellenar su domingo, sino que entendemos que nuestras reuniones tienen un fin mayor, relacionarnos con aquellos que han sido engendrados por Dios para que le amemos y pongamos Su nombre muy en alto.
Al reunirnos con los hermanos aprendemos a desarrollar esos nuevos afectos y valores espirituales.
Miramos a los demás hermanos como hijos de Dios, sin favoritos, sin preferidos, sino salvos por la gracia de Dios.
Es en esta identidad de hijos que rechazamos las actitudes de juzgar a los hermanos por un error, es verdad que nuestro pecado nos hace etiquetar a otro por lo mal que hizo y no por las cosas buenas que hemos pasado.
7. La semana se nos enseñaba que debemos amar con sinceridad al hermano, es decir, hacer actos voluntarios para cuidar y servir a la familia de la fe. ¿fe en qué? creer que Jesús es el Hijo de Dios.(Esta es la victoria de nuestros hijos) Es posible que amemos a Dios y a los hermanos al creer que Jesús es el Cristo, y es posible amar al obedecer los mandamientos de DIOS.
2 Es posible amar al obedecer Sus mandamientos 1 Juan 5.2-3
2 Es posible amar al obedecer Sus mandamientos 1 Juan 5.2-3
2 En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. 3 Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.
Podemos tener conocimiento sobre nuestro amor a los demás. Y es cuando amamos a Dios y obedecemos sus mandamientos. (ÉL NOS DIOS SUS MANDAMIENTOS PORQUE NOS AMA)
Que amar a Dios y obedecer es algo inseparable aunque se distingan.
Si no tenemos una relación con Dios no lo podremos amar, la manera de relacionarnos con Dios es en base a lo que Él ha hecho por nosotros y lo que nos ha dejado escrito en la Biblia.
Es decir: Con la nueva naturaleza vienen nuevos afectos, pasiones, tesoros y valores a nuestra vida, amar a Dios significa que ya no lo odio, lo rechazo, o me rebelo en su contra, sino que ahora lo valor y atesoro por encima de todo y todos, pues si Él es lo máximo para mi entonces me delito en obedecerlo.
Amar a Dios correctamente, por lo tanto, no es solo un comportamiento externo y una obediencia externa. Es un anhelo de hacer Su voluntad de corazón, debido a la gratitud del evangelio por quién es Él y lo que ha hecho por nosotros en Jesús. No es una obediencia de "tengo que". Es una obediencia de "yo quiero". ¡Amo obedecer a este Rey!
El verso 1 Juan 5.3 nos señala que este es el amor a Dios, guardar- obedecer sus mandamientos.
Los Salmos señalan los testimonios gozosos de corazones regenerados mientras cantan de su gozo al hacer la voluntad del Señor y cumplir Sus mandamientos.
1 Qué alegría para los que no siguen el consejo de malos, ni andan con pecadores, ni se juntan con burlones; 2 sino que se deleitan en la ley del Señor meditando en ella día y noche.
8 me complace hacer tu voluntad, Dios mío, pues tus enseñanzas están escritas en mi corazón».
1 Aleluya. Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, Y en sus mandamientos se deleita en gran manera.
16 Me regocijaré en tus estatutos; No me olvidaré de tus palabras.
47 Y me regocijaré en tus mandamientos, Los cuales he amado.
Los mandamientos no son gravosos.
John Piper señala acertadamente que “Lo que deseas hacer con todo tu corazón no es una carga (regeneración, confianza total y amor)”
¿Es un deleite leer la Palabra de Dios en la que encuentras la manera correcta de amar a Dios y amar a tus semejantes?
Cuando vemos los mandamientos desde nuestra posición como hijos comenzamos a amar a Dios al obedecer sus mandamientos.
Nuestro corazón aun necesita liberarse del sistema de este mundo, porque a veces vemos estos mandamientos como algo difícil o una carga muy pesada de llevar.
Mat. 23.23. Los maestros judíos consideraban algunas partes de la ley como “más importantes” o “de más peso” que otras, dando a entender que algunas tenían más valor para la vida diaria, no que alguna de ellas fuera difícil de guardar.
El resumen de los mandamientos son como lo dice Mateo 22.36-40
36 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? 37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
5. Es imposible amar a Dios y los hijos de Dios sin obedecer Sus mandamientos (al hacerlo veremos la evidencia de nuestra vitoria), porque solo así se hace evidente nuestro amor. También es imposible amar si no vencemos al mundo.
3 Es posible amar al vencer al mundo. 1 Juan 5.4-5
3 Es posible amar al vencer al mundo. 1 Juan 5.4-5
4 Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. 5 ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
Solo los que tienen fe en Cristo tienen victoria para amar, para vencer el mundo. (ÉL NOS HA DADO LA FE )
Recuerda que la fe se nos ha dado por gracia, por que a Dios se le plació.
Recordemos que cuando hablamos de mundo estamos refiriéndonos al sistema del mundo, a sus valores, deseos y afinidades. 1 JUAN 2.16 Juan proporcionó una descripción del "mundo" (tres veces en los versículos 4-5) en 1 Juan 2:16. Se caracteriza por el trío de "la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y el orgullo del estilo de vida".
16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.
La imagen de victoria
Conseguir una “victoria” se empleaba para competencias militares, atléticas o en el ámbito de tribunales, obvio porque dentro de estas situaciones implicaba conflicto o prueba.
Juan podría estar refiriéndose a la oposición, persecución o martirio.
Esta es una quinta marca autenticadora de los hijos de Dios.
Aquí, además del amor, señala otra arma espiritual que nos otorga la victoria sobre las armas del mundo en nuestras batallas espirituales: “nuestra fe”.
Me encanta el hermoso equilibrio que vemos cuando Juan casa el nuevo nacimiento (obra soberana de Dios) con nuestra fe (responsabilidad humana). Intentemos unir todo esto.
Por medio del nuevo nacimiento (vv.1, 4), que está unido a nuestra fe en Jesús como el Mesías (v.1) y el Hijo de Dios (v.5), el poder de los deseos y aspiraciones del mundo es quebrantado y ganamos la victoria sobre ellos.
El mundo ya no es mi pasión; ¡Dios es! Los deseos y atracciones pecaminosos ya no son hermosos; Dios y Su voluntad lo son.
Los vencedores, a través del nuevo nacimiento y la fe en Cristo, ya no son consumidos por lo que no tienen (lujuria de la carne y de los ojos) o por lo que tienen (orgullo por el estilo de vida;1 Juan 2:16). Ese hechizo se ha roto. Los grilletes se han soltado. Se han quitado las vendas. Ya no anhelamos ni amamos las cosas.
Más bien, con nuevos y santos afectos, suspiramos por Dios y lo amamos.
¡El nuevo nacimiento hace que todo esto sea posible y la fe nos da los ojos para verlo!
Una vez más, John Piper lo dice muy bien: La fe ve que Jesús es mejor. Por eso la fe conquista el mundo. El mundo nos mantuvo esclavizados por el poder de sus deseos. Pero ahora nuestros ojos han sido abiertos por el nuevo nacimiento para ver la “deseabilidad” superior de Jesús. Jesús es mejor que los deseos de la carne, y mejor que los deseos de los ojos, y mejor que las riquezas que nos estrangulan con la codicia y el orgullo (Marcos 4:19) (“Regeneración, Fe, Amor”).
Jesús es en verdad superior, y la fe es la victoria que vence al mundo. La fe estuvo al principio, está con nosotros hoy y estará con nosotros hasta el final. Es una marca de nacimiento distintiva que dice que soy un hijo de Dios.
Adrian Rogers dijo: “La fe en la fe es solo un pensamiento positivo, pero la fe en Jesús es salvación” (Adrianismos, 173).
Juan nos trae el círculo completo y de regreso a Jesús. En el versículo 1, aquellos que lo confiesan como el Mesías dan evidencia de que han "nacido de Dios". Ahora, en el versículo 5, aquellos que creen que Jesús es el Hijo de Dios entienden que este compromiso de fe es el medio por el cual obtienen la victoria y vencen al mundo.
"Hijo de Dios" es un título importante para Jesús en la Biblia. Nos informa que Él es más que un hombre. Él también es Dios. Él es el Dios-hombre. Su nombre "Jesús" lo identifica como un hombre. "Hijo de Dios" lo identifica como Dios. Tiene tanto la naturaleza de la humanidad como Jesús como la naturaleza de Dios como el Hijo de Dios. Vino de Dios y es Dios. Él es el Hijo eterno que siempre ha existido y siempre existirá como la Segunda Persona del Dios trino.
La marca de nacimiento de un hijo de Dios es que cree que Jesús es el Hijo de Dios y que solo Jesús es el Hijo de Dios. Esta fe, esta fe, es a la vez particular y perseverante. Jesús y solo Jesús es el objeto de esta confesión de fe. Y esta confesión es continua y permanente.
“CREER” es un verbo en tiempo presente que indica una acción continua. Esta no es una creencia de una sola vez. ¡Es una creencia de por vida! Y es una creencia personal e individual. Nadie más puede creer por mí. Nadie más puede creer por ti. Debes creer las buenas nuevas del evangelio por ti mismo. Debes confiar en Jesucristo el Hijo de Dios por ti mismo. Juan 3:36 dice: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero el que se niega a creer en el Hijo no verá la vida; en cambio, la ira de Dios permanece sobre él ".
Te exhorto, te suplico, incluso te suplico: elige a Jesús. Elige la vida. No será solo tu mejor vida ahora. ¡Será tu mejor vida por siempre jamás!
Conclusión
La Catedral de Lübeck es un edificio de la iglesia luterana que se inició en 1173 y se completó alrededor de 1230. Una famosa inscripción está escrita en una de las paredes:
Me llaman Maestro y no me obedecen,
Me llaman Luz y no me ven,
Me llaman Camino y no me acompañan,
Me llaman Vida y no me desean,
Me llaman Sabio y no me siguen,
Me llaman hermoso y no me aman,
Me llaman rico y no me piden,
Me llaman Eterno y no me buscan,
Me llaman Clemente y no confían en mí,
Me llaman Noble y no me sirven,
Me llaman Poderoso y no me honran,
Me llaman Justo y no me temen, Si te condeno, no me culpes.
Tengo buenas noticias: Jesús es de hecho todas estas cosas y más. Y no quiere condenarte. El hecho es que Él ya experimentó tu condenación por ti cuando murió como sacrificio expiatorio por tus pecados (2: 2; 4:10). Tiene algo mucho mejor para ti que la condena.
Él quiere que tu creas que Él es el Mesías, el Hijo de Dios, y quiere que experimente un nuevo nacimiento espiritual.
Quiere cambiar tu corazón para que puedas deleitarte en amar al Padre y a la familia de Dios.
Él quiere llenarte con pasión por Su gloria para que desee guardar Sus mandamientos.
Quiere llenarte de fe para que superes los obstáculos y las tentaciones que el mundo te lanza. Esto es lo que el Hijo de Dios quiere para ti.
Quiere que lleves en tu vida y en tu alma las marcas de nacimiento de que eres un hijo de Dios.