¿Cómo oramos?. En el temor, descansemos en las promesas de Dios.

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Es bueno siempre meditar y pensar como respondemos cada uno de nosotros en los tiempos difíciles, ¿Cón temor, o con plena confianza?

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INTRODUCCIÓN:

En un momento de angustia y temor, Jacob clamó a Dios para que lo protegiera de los deseos de venganza que, por años lo mantuvieron distante de su hermano Esaú.
Este es el primer ejemplo de oración registrado en la Biblia. Es corta, ardiente y estriba directamente sobre la situación.
Es la oración de un esposo bondadoso, de un padre cariñoso, de un firme creyente en las promesas.
Jacob acababa de dejar a Labán y estaba a punto de regresar a su tierra para enfrentarse con Esaú otra vez.
Dios preparó a Jacob para su encuentro con Esaú dando al patriarca una visión angelical, el mundo invisible de Dios tocó abiertamente el mundo visible de Jacob.
Génesis 32:1–2 RVR60
1 Jacob siguió su camino, y le salieron al encuentro ángeles de Dios. 2 Y dijo Jacob cuando los vio: Campamento de Dios es este; y llamó el nombre de aquel lugar Mahanaim.
Jacob llamó a ese lugar Mahanaim, que probablemente significa “dos campamentos” o “dos compañías” , otros le llaman “Campamento de Dios”
Él debe haber interpretado la compañía de ángeles como una fuente de consuelo para su gente (su campamento), precisamente cuando se disponía a regresar a su tierra.
Le aseguró una vez más que le acompañaría la protección divina. Además, los ángeles le dieron la bienvenida al regresar a la tierra de promisión.
Esta seguridad le llegó a Jacob en el momento en que tan desesperadamente la necesitaba.
Hermanos, cuando se trata de la obra de Dios, el conflicto es espiritual, no físico. Esto se aplica a Jacob, a Israel, y a nosotros en esta época. Debemos estar claros que ningún esfuerzo humano es suficiente para llevarla a cabo.
La fuente de protección y el medio de la victoria provienen de Dios.
Luego de los versículos 3 al 8, Impulsado por la idea de la visión, envió Jacob mensajeros … a Esaú, … a la tierra … de Edom.
Después, debido al gran temor que tenía de Esaú (que iba a recibirlo con cuatrocientos hombres), distribuyó a su gente en dos campamentos.
Génesis 32:6–8 RVR60
6 Y los mensajeros volvieron a Jacob, diciendo: Vinimos a tu hermano Esaú, y él también viene a recibirte, y cuatrocientos hombres con él. 7 Entonces Jacob tuvo gran temor, y se angustió; y distribuyó el pueblo que tenía consigo, y las ovejas y las vacas y los camellos, en dos campamentos. 8 Y dijo: Si viene Esaú contra un campamento y lo ataca, el otro campamento escapará.
En esas condiciones, con gran temor, oró a Dios pidiendo que lo librara. Sin duda, recordaba la amenaza de Esaú de matarlo.
Génesis 27:41 RVR60
41 Y aborreció Esaú a Jacob por la bendición con que su padre le había bendecido, y dijo en su corazón: Llegarán los días del luto de mi padre, y yo mataré a mi hermano Jacob.
La actitud de Jacob, es la misma que a veces tomamos nosotros los creyentes.
A pesar que sabemos que Dios está con nosotros, que contamos con su presencia, con su ayuda y protección, el temor se apodera de nosotros y podemos entrar en dudas.
Jacob cuando recibe la noticia de que Esaú venía con 400 hombres, divide su campamento en dos, ¿Previniendo?, quizás, pero el versículo 7, dice que tuvo temor.
Tal vez pensó en que Esaú venía por él y pensó, si perdemos un campamento, al menos el otro podrá huir.
Sin embargo a pesar de esa actitud de temor, se acuerda que tiene un Dios que podía librarle de la mano de su hermano.
Génesis 32:9–12 RVR60
9 Y dijo Jacob: Dios de mi padre Abraham, y Dios de mi padre Isaac, Jehová, que me dijiste: Vuélvete a tu tierra y a tu parentela, y yo te haré bien; 10 menor soy que todas las misericordias y que toda la verdad que has usado para con tu siervo; pues con mi cayado pasé este Jordán, y ahora estoy sobre dos campamentos. 11 Líbrame ahora de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque le temo; no venga acaso y me hiera la madre con los hijos. 12 Y tú has dicho: Yo te haré bien, y tu descendencia será como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud.
¿Qué aspectos podemos resaltar de esta oración?

I. Es una invocación a Dios y un recordatorio de su mandato.

Génesis 32:9 RVR60
9 Y dijo Jacob: Dios de mi padre Abraham, y Dios de mi padre Isaac, Jehová, que me dijiste: Vuélvete a tu tierra y a tu parentela, y yo te haré bien;
Vemos entonces que Jacob se dirige a Dios como Dios de mi padre Abraham, y Dios de mi padre Isaac, y de paso, le recuerda el mandato que le había dado de regresar a su tierra y su parentela y la promesa que le hizo de bendecirlo.
Hermanos podemos aprender que Dios quiere que cuando su pueblo ora, le recuerde su palabra dada.
La palabra de Dios es la motivación que nosotros tenemos para mantener nuestra fe.
Romanos 10:17 RVR60
17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Recordar lo que Dios nos ha dicho, lo que Dios ha prometido en su palabra, produce en nosotros fe, la fe trae consigo confianza y paz.
Recordemos que Jacob, estaba con temor, un miedo profundo que se manifiesta en cada una de las secciones de este pasaje, aun durante su oración, por eso el traer a memoria, en quien confiaba y las palabras que él le había dicho, aumentaba su fe.
También recuerda quién es Dios y quien es él.

II. Toma una actitud correcta al orar.

Génesis 32:10 RVR60
10 menor soy que todas las misericordias y que toda la verdad que has usado para con tu siervo; pues con mi cayado pasé este Jordán, y ahora estoy sobre dos campamentos.
El patriarca confesó que era inmerecedor de todas sus misericordias y bendiciones materiales.
Dijo: “Menor soy que todas tus misericordias y toda verdad que has puesto en mi”
No merezco nada de tí, no soy nadie para lo que tu has hecho conmigo.
Él asumió la actitud correcta al orar—mostró absoluta dependencia de Dios.
Una actitud que debemos tomar nosotros también.
Reconocer quienes somos y que no merecemos lo que Dios ha hecho y hará por nosotros, sino que realmente dependemos completamente de Dios.
La tercera cosas que encontramos en esta oración, es que..

III. Jacob reconoció que necesitaba ayuda por su temor.

Génesis 32:11 RVR60
11 Líbrame ahora de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque le temo; no venga acaso y me hiera la madre con los hijos.
Jacob pidió que lo librara de Esaú y admitió: porque le temo. Esta es una confesión humilde y emocionante de indignidad, respira un deseo ardiente de una liberación del peligro inminente.
Hermanos, a veces el temor, nos va a inundar, a veces, vamos a flaquear, a pesar de todo, de quienes somos, a pesar de las promesas de Dios, vamos a flaquear y el temor nos va a dominar.
Pero al igual que Jacob, debemos reconocer nuestro temor delante de Dios, ya que el temor nos hace indignos, nos pone en una situación de desconfianza, de falta de visión, el temor nos hace olvidarnos del poder de Dios.
No olvidemos que el temor es humano, y con Dios las cosas son espirituales.
Por eso Jacob confesó su temor y una vez mas su dependencia de Dios para que lo librara, una confesión humilde y emocionante de indignidad, respira un deseo ardiente de una liberación del peligro inminente.
Y por último...

IV. Una vez más se refugia en la promesa de Dios.

Génesis 32:12 RVR60
12 Y tú has dicho: Yo te haré bien, y tu descendencia será como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud.
Después de su confesión de temor y de dependencia, Jacob, retoma la promesa que Dios le había dado, nos sólo a él, sino también a su padre y a su abuelo, y se agarra de ella.
Dios le había hecho esta promesa acerca de que su descendencia, esta sería como la arena del mar, que no se puede contar (Génesis 22:17).
Génesis 22:17 RVR60
17 de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos.
Todo esto debía haber sido suficiente para sostener la fe de Jacob, pero en ese punto, estaba totalmente dominado por su complejo de culpa y temor.
Ahora recuerda esta promesa, y se agarra de ella.
Así mismo debemos nosotros cuando las cosas no van bien cuando el temor se ha apoderado de nosotros, debemos mirar al Señor y volvernos a las promesas que él nos ha hecho en su palabra.
Sus promesas sustentan nuestra fe, sus promesas, nos sostienen en los momentos mas difíciles.
Lo que él ha hecho con nosotros, nos dará seguridad de lo que él hará, por eso debemos alabarle.
Solamente debemos tener la actitud correcta en ese tiempo de angustia y descansar en el Señor.

Conclusión:

¿Cómo Oramos?
En los tiempos difíciles, en los tiempos de angustia, cuando llega el temor, ¿Qué hacemos?, ¿Cómo reaccionamos?
Es bueno siempre meditar y pensar como respondemos cada uno de nosotros en esos tiempos difíciles.
Dios espera que en lugar de dejarnos dominar por el temor y la angustia, recordemos, quién es él, lo que él ha prometido, lo que ha hecho y le alabemos y glorifiquemos su nombre.
Hermanos, Dios quiere que descansemos por completo en él.
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