LA ÚLTIMA CENA PARTE 2

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INTRODUCCIÓN

En la semana de la Pasión de Cristo, estamos en el día jueves por la noche. Los mensajes públicos habían terminado, ahora Jesús se enfoca en las enseñanzas privadas con sus discípulos. Ahora, en el aposento alto: el Diablo y Judas se ponen de acuerdo para entregar a Jesús y Jesús confirma que A LOS SUYOS LOS AMARÁ HASTA EL FIN. Veamos como continua esta cena tan especial:
Texto de Predicación Expositiva:
Juan 13.3 al 11

DESARROLLO

Jesús tiene el corazón más humildes.
Juan 13.2-3 “Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase, sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas que le Padre le en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba,”
“sabiendo Jesús lo de Judas:
Juan 13.18“No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar. “
sLa elección de Judas no fue un accidente ni un error en el plan de Dios. Jesús escogió a un traidor entre sus doce discípulos para que se cumpliera la Escritura, es decir:
Salmo 41.9 “Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, Alzó contra mí el calcañar.”
En este pasaje mesiánico, David fue traicionado por su compañero Ahitofel, con el que comía y en quien confiaba, mismo que después se ahorcó (2 Sam. 16). Así Judas, compañero cercano de Jesús, lo traicionó y después se ahorcó.
También sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en su mano ”
¿Qué cosas le ha dado en Su mano?
Soberanía en la salvación:
Mateo 11:27 “Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.”
Toda potestad:
Mateo 28:18 “ Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.”
Heredero de todo:
Hebreos 1.2 “ el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;”
Jesús también nos dice que:
Juan 13.3 “sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba,”
“Había salido de Dios”:
Juan 7.29 “Pero yo le conozco, porque de él procedo, y él me envió.”
“a Dios iba” Jesús reitera y amplía que estaba cerca de regresar al Padre.
Juan quiere mostrarnos la profunda humildad de Jesús al enfatizar Quién es Él, para que analicen lo que Él está a punto de hacer. Jesús es el Creador y Gobernante del Universo, y está apunto humildemente los pies sucios de los discípulos: una tarea sin importancia reservada solo para los siervos del más bajo rango (ni siquiera a los esclavos judíos se les obligaba a hacerlo, solo a los gentiles).
Los pies de los discípulos estaban sucios luego de tanto caminar. Cuando alguien entraba a cenar, sentarse con los pies sucios era una ofensa. Como no había siervos allí para hacerlo, uno de los doce debiera haber sido voluntario para lavar los pies de los demás. Pero el devocional familiar de la semana del Señor:
Mateo 23:11 “El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo”, ...había caído en oídos sordos.
El servicio nos mantiene al tanto de las necesidades de los demás y evita que nos detengamos a mirarnos a nosotros mismos. Jesús vino como siervo. ¿Qué tipo de grandeza busca usted?
En lugar de humillarse, los discípulos continuaban su debate sobre cuál de ellos era el más grande:
Lucas 22:24 “Hubo también entre ellos una disputa sobre quién de ellos sería el mayor.”
Era tanto la busqueda de posiciones, que 2 discípulos, trataron de usar a su mamá, que era aparentemente la tía de Jesús para garantizarles una posición en el reino de Dios:
Mateo 20.20 “Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose ante él y pidiéndole algo.”
“La madre de Santiago y Juan fue a Jesús y “postrándose” le pidió un favor. Adoró a Dios, pero su verdadero motivo era pedirle algo a Él. Esto sucede muy a menudo en nuestras iglesias y en nuestras vidas. Jugamos juegos religiosos, esperando a cambio que Dios nos dé algo. La verdadera adoración, sin embargo, viene como consecuencia de lo que Él es y ha hecho por nosotros.
De acuerdo a:
Mateo 27.56 “entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.”
Si la madre de Santiago y Juan era la hermana de María, Jesús y ellos eran primos, y quizás por ese parentesco ella no tuvo pena en interceder a favor de sus hijos. ¿Quién le diría no a un favor de una tía?
En ese caso, con este tipo de corazones y calidad de la tierra del alma ,la última cosa que harían los discípulos sería la tarea del siervo más bajo (aunque, sin duda, habrían estado felices de lavarlo SOLO A JESÚS)
Y así, la cena comenzó sin que alguien hubiera lavado los pies, pues cada uno de los doce esperaba que alguien más lo hiciera.
2. Jesús tiene las manos más humildes.
De esta manera, Y así, la cena comenzó sin que alguien hubiera lavado los pies, pues cada uno de los doce esperaba que alguien más lo hiciera. Finalmente, en una muestra sorprendente de humildad, que también fue una fuerte reprensión de la ambición orgullosa de los discípulos, el Hijo de Dios encarnado
Juan 13.4-5 “se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.”
Jesús en lugar de rodearse en el derechos de poder y autoridad, adoptó forma de siervo, siendo Dios:
Filipenses 2.7 “se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo”
Cuando Juan el Bautista hace una breve descripción comparativa con Jesús, Él dice:
Juan 1.27 “Este es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado.”
Vea como era desde los tiempos de Éxodo hasta el tiempo de Jesús: Tocar los pies se consideraba un trabajo servil y, como tal, era una tarea asignada principalmente a los esclavos gentiles y a las mujeres. Los estudiantes de seminario, eran responsables ante los rabinos o los maestros de realizar tareas serviles de trabajo, pero está claro QUE NO SE ESPERABA que se tocaran los pies.
Juan el Bautista manifestó que no era digno ni de ser esclavo de Cristo. Sin embargo Jesús dijo en:
Lucas 7.28 “Os digo que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él.”
Juan fue el más grande de los profetas. Si una persona como Juan se siente indigno de ser esclavo de Cristo, ¡cuánto más nosotros debiéramos deponer nuestro orgullo para servir a Cristo! Cuando entendemos de veras quién es Cristo, nuestro orgullo y prestigio desaparecen.
Pero lo sorprendente de este relato es la vívida representación del Mesías que adopta una postura vergonzosa/baja en relación con sus discípulos. No conozco ningún otro ejemplo en la literatura del mundo antiguo anterior a la venida de Jesús en el que se produzca tal lavado de pies por parte de un líder. El evangelista deja claro que la inetnción de parte de Jesús, era que se le viera en la postura de un esclavo...
Juan 13.4-5 “se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.”
“Lebrillo”: Palangana
“ceñido” atado al rededor-envuelto
Los discípulos, reprendidos, avergonzados y escarmentados, vieron en silencio doloroso e incómodo cómo el Señor, vestido de siervo, se arrodilló ante cada uno de ellos, uno por uno, y lavó sus pies polvorosos.
3. Jesús tiene las manos más serviciales.
Juan 13.6-7 “Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies? Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después.”
Cuando Jesús llegó donde estaba Simón Pedro, Pedro preguntó con incredulidad, mostrando la vergüenza de todos: “Señor, ¿tú me lavas los pies?”. Pedro estaba consternado con este acto de humillación propia por parte del Rey divino. No se había oído en la cultura romana ni judía que un superior lavara los pies de un inferior. Pero el arrebato de Pedro reflejó su ignorancia, como lo indica la respuesta del Señor: “Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después”. Solo después de la muerte, resurrección y ascensión de Cristo entendería Pedro que, en la encarnación:
Mateo 20:28 “el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”
Juan 13.8 “Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo.”
La frase : “No me lavarás los pies jamás”. (En griego, esta frase viene una doble negación) Aunque la modestia de Pedro puede parecer digna de elogio, el Señor desea obediencia sobre todas las cosas. Este no es un pasaje agradable para los líderes a los que les cuesta servir a los que están bajo su dirección. ¿Cómo trata a los que trabajan bajo sus órdenes, sean estos hijos, empleados o vecinos, esposa, esposo, hermanos de la iglesia?
Una vez más el Señor le respondió con paciencia: “Si no te lavare, no tendrás parte conmigo”. La respuesta de Jesús cumplía dos propósitos. Primero, corregir el concepto erróneo que Pedro (y los otros doce) tenía de la misión mesiánica del Señor. En su primera venida, el Señor no venía como Rey conquistador, sino como sacrificio por los pecados de su pueblo:
Isaías 53.4-6 “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.”
Filipenses 2.8 “se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”
Pedro necesitaba aceptar la realidad de la humillación del Señor.
Pero las palabras del Señor también significaban que solo tienen relación con Él aquellos que Él limpió. El lavado es una metáfora bíblica común para la limpieza espiritual:
Salmo 51.2 “Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado.”
Y Jesucristo solo lava y une a Él en vida eterna a quienes depositan su fe en Él como Señor y confiesan sus pecados:
Juan 15.3 “Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.”
De acuerdo con su naturaleza impulsiva, Pedro saltó inmediatamente al extremo opuesto y exclamó:
Juan 13:9 “Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza.”
Aunque tal vez Pedro no entendió a qué se refería Jesús y pensó que le estaba hablando de lavarse físicamente, él quería todo lo que fuera que el Señor le estaba ofreciendo. Continuando su aplicación espiritual del principio de lavarse, Jesús le dijo a Pedro:
Juan 13.10 “Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos.”
En términos físicos, quien ya está lavado no necesita bañarse de nuevo cada vez que se ensucie los pies. No necesita sino lavarse los pies porque ya está todo limpio. Del mismo modo, la limpieza completa de los redimidos en la salvación nunca necesita repetirse. SOLO UNA VEZ SE RECIBE A CRISTO.Dios ha justificado con su misericordia e impartido la justicia de Cristo a los creyentes y su muerte expiatoria aporta el perdón completo de todos sus pecados:
Colosenses 2.13 “Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,”
Entonces Jesús aseguró a los discípulos que estaban limpios, porque ya habían experimentado la limpieza de la redención. Aunque tal cosa no era cierta para todos ellos; había una excepción notoria. Como el Señor sabía quién le iba a entregar (aunque en ese momento los discípulos no lo sabía):
Juan 13.22 “Entonces los discípulos se miraban unos a otros, dudando de quién hablaba.”
Por eso Jesús dijo:
Juan 13.11 “Porque sabía quién le iba a entregar; por eso dijo: No estáis limpios todos.”
“No estáis limpios todos”. Por supuesto, quien no estaba limpio era Judas Iscariote, quien le iba a entregar. Las palabras del Señor también fueron un último llamamiento y advertencia para Judas, quien estaba a punto de ejecutar su plan malévolo. Pero Judas no se convenció.
A Jesús no le tomó por sorpresa la traición de Judas. Mucho antes de aquella noche ya había dicho sobre él:
Juan 6:70“¿No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo?”
Todos los aspectos de la muerte de Cristo —la traición de Judas inclusive— eran parte del plan predeterminado de Dios:
Hechos 2.23 “a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole;”
Sin embargo, como ya se indicó, esto no excusaba a Judas de su responsabilidad personal por sus actos impíos.

CONCLUSIÓN

Texto Expositivo Principal: Juan 13 3 al 11
Después de dar esta lección objetiva sobre la humildad, el Señor cuestionó a los discípulos, para saber si habían entendido la importancia de la lección:
Juan 13.12-13¿Sabéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy.”
Les preguntó (12). Les recordó sus títulos: Maestro (Didaskalos) y Señor (kyrios), muestran que Jesús estaba en un nivel más elevado que ellos. Sin embargo, él había realizado un servicio humilde para ellos. Lo que debían hacer era sacrificarse para llenar las necesidades de los demás.
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