Él que se dió a si mismo, Jesús nuestro Salvador
Contexto Histórico
Introducción
Pablo, apóstol (no de parte de hombres ni mediante hombre alguno, sino por medio de Jesucristo y de Dios el Padre que le resucitó de entre los muertos),
2 y todos los hermanos que están conmigo:
¶A las iglesias de Galacia:
3 Gracia a vosotros y paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristoa,
4 que se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos de este presente siglob malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre,
5 a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Desarrollo
Por quien viene el Evangelio, la iglesia no se debe a hombres.
Pablo, apóstol (no de parte de hombres ni mediante hombre alguno, sino por medio de Jesucristo y de Dios el Padre que le resucitó de entre los muertos),
2 y todos los hermanos que están conmigo:
¶A las iglesias de Galacia:
Pablo establece sus credenciales apostólicas. La palabra “apóstol” literalmente significa “uno que es enviado”, y Pablo quiere que los gálatas sepan quién lo envió en su misión: Jesucristo y Dios el Padre, no cualquier tipo de autoridad meramente humana (vea también 1:10, 11, 12)., 16, 19). Pablo también les recuerda a sus lectores cuán poderoso es este envío de Dios: ¡resucitó a Jesucristo de la muerte!
Pablo tenía una segunda base para su autoridad: Había fundado las iglesias en Galacia.
Qué es lo que trae el Evangelio, Gracia y Paz.
3 Gracia a vosotros y paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristoa,
Lo qué es el Evangelio
Desde un principio, Pablo presenta claramente el mensaje del evangelio, porque era ésta el que los judaizantes estaban pervirtiendo. El evangelio se centra en la persona de Jesucristo, el Hijo de Dios, quien pagó el precio por nosotros al morir en la cruz.
Para qué es el Evangelio
para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre
Propósito Final del Evangelio
5 a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Su motivo (1:5). “A quien sea la gloria por los siglos de los siglos”. Los falsos maestros no estaban sirviendo para glorificar a Cristo, sino para su propia gloria (ve 6:12–14). Así como los maestros falsos en la actualidad, los judaizantes no se ocupaban en ganar a los perdidos para Cristo, más bien, estaban robándose a los convertidos de otros y jactándose de ellos. Pero el móvil de Pablo era puro y piadoso: quería glorificar a Cristo Jesús (ve 1 Corintios 6:19–20; 10:31–33).