Amor, Mayordomía y Misiones

Dios ha constituido el amor como absoluto valor en deuda a tributarle por la eternidad y a pagar permanentemente de parte de su pueblo entre sí y como tal a toda su creación. La deuda de amor con el resto de la humanidad es por excelencia el Evangelio, que con nuestro ministerio de misiones también colaboramos.

I. La deuda del amor. Rom 13: 8, 9

El amor es como un crédito de gracia divina a nuestro favor que debemos mantener al día. La deuda de amor es como el amor mismo: “Nunca deja de ser”

“Paguen a todos lo que deban…no deban a nadie nada sino el amarse unos a otros. Porque el que ama a su prójimo*... Rom 13: 7, 8

*(ἔτερος appears to mean another of the same kind, as contrasted with ἄλλος, another of a different kind.)

A. Se paga la deuda de amor no para ser salvo sino porque soy salvo, Rom. 13: 9, 10

B. La deuda del amor es con Dios, con tus hermanos y con el prójimo.

II. Yo soy el prójimo: Luc. 10: 36, 37 «El que tuvo misericordia de él».

A. “¿Quién es mi prójimo” y “de quién soy prójimo?”

B. Tengo el deber y el poder de socorrer, con mi acción y finanzas.

III. Misiones es oportunidad para amar. Rom 1: 14, 15

*Souter, A. (1917). A Pocket Lexicon to the Greek New Testament (p. 99). Oxford: Clarendon Press.