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Un reto a participar de la obra de Dios al recorrer brevemente el segundo viaje misionero de Pablo

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Introducción:

Con la guía del Señor

Hechos de los Apóstoles 16:6 (NBLA)
Pasaron por la región de Frigia y Galacia, habiendo sido impedidos por el Espíritu Santo de hablar la palabra en Asia.
Hechos de los Apóstoles 16:7 NBLA
Cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo permitió.
Es muy importante ver que hay un espacio de tiempo entre el ser impedidos a entrar a Asia y el entrar a troas.
Hechos de los Apóstoles 16:9–10 NBLA
Por la noche se le mostró a Pablo una visión: un hombre de Macedonia estaba de pie, suplicándole: «Pasa a Macedonia y ayúdanos» Cuando tuvo la visión, enseguida procuramos ir a Macedonia, persuadidos de que Dios nos había llamado para anunciarles el evangelio.
Hechos de los Apóstoles 16:14 (NBLA)
Y estaba escuchando cierta mujer llamada Lidia, de la ciudad de Tiatira, vendedora de telas de púrpura, que adoraba a Dios; y el Señor abrió su corazón para que recibiera lo que Pablo decía.
Hechos de los Apóstoles 18:9–10 (NBLA)
Por medio de una visión durante la noche, el Señor dijo a Pablo: «No temas, sigue hablando y no calles;
porque Yo estoy contigo, y nadie te atacará para hacerte daño, porque Yo tengo mucha gente en esta ciudad».

Disponte a Moverte

Disponte a Proclamar

Hechos de los Apóstoles 16:13 (NBLA)
El día de reposo salimos fuera de la puerta, a la orilla de un río, donde pensábamos que habría un lugar de oración. Nos sentamos y comenzamos a hablar a las mujeres que se habían reunido.
Hechos de los Apóstoles 16:28–33 NBLA
Pero Pablo clamó a gran voz, diciendo: «No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí» Entonces él pidió luz y se precipitó adentro, y temblando, se postró ante Pablo y Silas, y después de sacarlos, dijo: «Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?». Ellos respondieron: «Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y toda tu casa». Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. El carcelero los tomó en aquella misma hora de la noche y les lavó las heridas, y enseguida fue bautizado con todos los suyos.
En las sinagogas....usando las Escrituras
Hechos de los Apóstoles 17:2–4 NBLA
Y Pablo, entró según su costumbre, y por tres días de reposo discutió con ellos basándose en las Escrituras, explicando y presentando evidencia de que era necesario que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos, y diciendo: «Este Jesús, a quien yo les anuncio, es el Cristo» Algunos de ellos creyeron, y se unieron a Pablo y a Silas, junto con una gran multitud de griegos temerosos de Dios y muchas de las mujeres principales.
Hechos de los Apóstoles 17:10–13 NBLA
Enseguida los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas a Berea, los cuales, al llegar, fueron a la sinagoga de los judíos Estos eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando diariamente las Escrituras, para ver si estas cosas eran así. Por eso muchos de ellos creyeron, así como también un buen número de griegos, hombres y mujeres de distinción. Pero cuando los judíos de Tesalónica supieron que la palabra de Dios había sido proclamada por Pablo también en Berea, fueron también allá para agitar y alborotar a las multitudes.
Hechos de los Apóstoles 18:4–5 NBLA
Y discutía en la sinagoga todos los días de reposo, tratando de persuadir a judíos y a griegos. Cuando Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo comenzó a dedicarse por completo a la predicación de la palabra, testificando solemnemente a los judíos que Jesús era el Cristo.
Hechos de los Apóstoles 18:7–8 NBLA
Partiendo de allí, se fue a la casa de un hombre llamado Ticio Justo, que adoraba a Dios, cuya casa estaba junto a la sinagoga. Crispo, el oficial de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa. También muchos de los corintios, al oír, creían y eran bautizados.

Disponte a Sufrir

Pablo se atrevió a sacar fuera el demonio de adivinación y dispuesto a sufrir las consecuencias.
Hechos de los Apóstoles 16:18–19 NBLA
Esto lo hacía por muchos días; pero desagradando esto a Pablo, se volvió y dijo al espíritu: «¡Te ordeno, en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella!». Y el espíritu salió en aquel mismo momento. Pero cuando sus amos vieron que se les había ido la esperanza de ganancia para ellos, prendieron a Pablo y a Silas, y los arrastraron hasta la plaza, ante las autoridades.
azotados
Hechos de los Apóstoles 16:22 NBLA
La multitud se levantó a una contra ellos, y los magistrados superiores, rasgándoles sus ropas, ordenaron que los azotaran con varas.
Hechos de los Apóstoles 16:23–24 NBLA
Después de darles muchos azotes, los echaron en la cárcel, ordenando al carcelero que los guardara con seguridad; el cual, habiendo recibido esa orden, los echó en el calabozo interior y les aseguró los pies en el cepo.
Hechos de los Apóstoles 16:35 NBLA
Cuando se hizo de día, los magistrados superiores enviaron a sus oficiales, diciendo: «Suelta a esos hombres»
Una turba violenta quería herirlos.
Hechos de los Apóstoles 17:5–6 NBLA
Pero los judíos, llenos de envidia, llevaron algunos hombres malvados de la plaza pública, organizaron una turba y alborotaron la ciudad. Asaltando la casa de Jasón, procuraban sacarlos al pueblo. Al no encontrarlos, arrastraron a Jasón y a algunos de los hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando: «Esos que han trastornado al mundo han venido acá también;
Hechos de los Apóstoles 17:13–14 NBLA
Pero cuando los judíos de Tesalónica supieron que la palabra de Dios había sido proclamada por Pablo también en Berea, fueron también allá para agitar y alborotar a las multitudes. Entonces los hermanos inmediatamente enviaron a Pablo para que fuera hasta el mar; pero Silas y Timoteo se quedaron allí.
Hechos de los Apóstoles 17:16–19 NBLA
Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía dentro de él al contemplar la ciudad llena de ídolos. Así que discutía en la sinagoga con los judíos y con los gentiles temerosos de Dios, y diariamente en la plaza con los que estuvieran presentes. También discutían con él algunos de los filósofos epicúreos y estoicos. Y algunos decían: «¿Qué quiere decir este palabrero?». «Parece ser un predicador de divinidades extrañas», decían otros; porque les predicaba a Jesús y la resurrección. Entonces tomaron a Pablo y lo llevaron al Areópago, diciendo: «¿Podemos saber qué es esta nueva enseñanza que usted proclama?
Burlado
Hechos de los Apóstoles 17:32 NBLA
Cuando oyeron de la resurrección de los muertos, algunos se burlaban, pero otros dijeron: «Le escucharemos otra vez acerca de esto»
LLevado a Juicio
Hechos de los Apóstoles 18:12–14 NBLA
Pero siendo Galión procónsul de Acaya, los judíos se levantaron a una contra Pablo y lo trajeron ante el tribunal. «Este persuade a los hombres a que adoren a Dios en forma contraria a la ley», dijeron ellos. Cuando Pablo iba a hablar, Galión dijo a los judíos: «Si fuera cuestión de una injusticia o de un crimen depravado, oh judíos, yo les toleraría, como sería razonable.

Disponte a Trabajar

Hechos de los Apóstoles 18:2–3 NBLA
Allí se encontró con un judío que se llamaba Aquila, natural del Ponto, quien acababa de llegar de Italia con Priscila su mujer, pues el emperador Claudio había ordenado a todos los judíos que salieran de Roma. Pablo fue a verlos, y como él era del mismo oficio, se quedó con ellos y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era hacer tiendas de campaña.
Hechos de los Apóstoles 18:5 NBLA
Cuando Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo comenzó a dedicarse por completo a la predicación de la palabra, testificando solemnemente a los judíos que Jesús era el Cristo.
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