DEDICATE A LA ORACIÓN
5 cosas para crecer • Sermon • Submitted
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Introducción general:
Introducción general:
La semana pasada vimos la primera disciplina práctica que el cristiano tiene que buscar que sea una realidad en su vida. Y vimos la necesidad de poder leer las Escrituras.
Sea cual fuere los años de vida cristiana que tuvieras, necesitas de las Escrituras.
Si crees estar en tu nivel de principiante como cristiano, necesitas de las Escrituras.
Si crees estar en tu nivel intermedio como cristiano, vigoroso y fortalecido en la fe, necesitas todavía de las Escrituras.
Si crees estar en tu nivel avanzo como cristiano, donde tu fe esta bien cimentada sobre la Roca, donde crees que ya nada te mueve, ni las pruebas, ni las dificultades, ni las circunstancias; igual sigues necesitando de las Escrituras como aquel primer día en el que ingresaste a la salvación.
1 Corintios 9:24 - 25
24 ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio?
¿No te has dado cuenta que en la vida cristiana muchos comienzan con un corazón apasionado, con el impulso de su primer amor, pero pocos son los que caminan o corren toda la vida cristiana?
Corred de tal manera que lo obtengáis.
25 Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.
Recuerdan que hablamos de los competidores de los juegos olímpicos.
Nosotros vemos a personas calificadas para las distintas especialidades, pero si nosotros viéramos más allá de cada persona, lo que hay detrás de cada uno de ellos; veríamos sacrificio, disciplina, sudor, cansancio, agonía porque para llegar hasta donde están ahora, no fue fácil.
La vida cristiana mis hermanos, como Pablo nos muestra, no es muy distinta a la vida que tienen los deportistas.
La vida cristiana es una relación viva y constante con Dios y al igual que esos deportistas, necesitamos sudar, entrenar, hacer sacrificios adoptando ciertas disciplinas.
Así que, si tu quieres disfrutar de tu carrera. Hay áreas en las que te tienes que disciplinar. Son prácticas correctas y necesarias que deberías de estar realizando como creyente día tras día.
La primera disciplina es que leas las Escrituras y la segunda va muy ligada a la primera (no se puede separar de la primera), DEDICATE A LA ORACIÓN.
Mi hermano, desde ya quiero mencionar esto.
Usted cometería un grabe error, si reemplaza la lectura de las Escrituras por dedicarse a la oración o si reemplaza la oración por leer las Escrituras. Estas dos prácticas correctas y necesarias usted no las puede separar. Son irreemplazables e inseparables. Porque para poder orar, usted debe de conocer las Escrituras y para que usted pueda entender las Escrituras debe orar por iluminación espiritual.
Sal. 119:18
Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley.
Entonces mi hermano, usted y yo necesitamos que estás dos prácticas correctas y necesarias formen parte de nuestro día a día.
Necesitamos leer las Escrituras y necesitamos dedicarnos a la oración.
Usted no puede solamente orar o solamente leer la Biblia. Necesita de ambas.
Si solamente se dedica a orar, usted será un creyente sensible, débil espiritualmente y será llevado muy fácil por cualquier viento de doctrina, porque no conoce de las Escrituras.
Si solamente se dedica a leer las Escrituras, usted será un creyente intelectual, insensible, legalista y muy juicioso con los demás creyentes.
Necesitamos de ambas.
Introducción:
Introducción:
Hace poco, en realidad solo hace tres días. El día domingo se celebro 504 años de la reforma protestante. Nosotros no estamos tan ligados a este evento de la reforma protestante, pero es un hecho histórico que ayudo bastante al cristianismo, para poder recuperar los fundamentos bíblicos, para poder poner de nuevo en alto el verdadero Evangelio.
Y uno de los representantes más conocidos de este hecho histórico, es Martin Lutero. Después que Martin Lutero se revelo contra el catolicismo romano, contra el papado y el magisterio.
Martin Lutero era un hombre muy buscado. Si lo hallaban, lo meterían preso o peor aún, matarlo.
Sucedió un día que Martin Lutero visitó una barbería, una peluquería. El barbero se llamaba Pedro Beskindorf y ni bien ingreso Lutero a su local, Pedro se dio cuenta quien era este hombre. Pedro sabía que había una recompensa por la cabeza de Lutero.
Martin se sentó para poder ser atendido, Pedro preparo la espuma de afeitar, afilo su navaja y se acercó a Martin. Muy fácilmente Pedro Beskindorf podía haber usado su navaja afilada de trabajo para cortar el cuello a Martin y cobrar la recompensa.
Pero Pedro no cometió esa atrocidad. Pedro conocía muy bien a Martin Lutero, porque no era la primera vez que visitaba su local. De hecho, el barbero no solo conocía a Martin, sino que lo amaba, porque Martin era su maestro.
Aquel día, Pedro Beskindorf hizo una petición a Martin, que hasta el día de hoy a ayudado a muchos cristianos.
Pedro Beskindorf le dijo a Martin Lutero: Dr. Lutero ¿podría enseñarme a orar?
Y Martin Lutero después de ser atendido, fue a su cuarto y escribió un pequeño libro: Método sencillo de oración.
Este método les enseñare al final.
Y no tiene que ver con un método en su sabiduría, esta ligada a Mateo 6, el texto que leyeron al comienzo.
Este es un tipo de oración que te ayudará a pensar en las Escrituras al momento de orar, a sentir con el corazón cada palabra que salen de tus labios y poder buscar la ayuda de Dios para vivir bajo su voluntad.
1. ¿Por qué dedicar tiempo a la oración?:
1. ¿Por qué dedicar tiempo a la oración?:
a. Porque es un deber
a. Porque es un deber
El antiguo testamento nos deja muchos ejemplos de hombres y mujeres de oración.
- Abraham oró por un hijo
- Eliezer el siervo de Abraham oró por una esposa para su amo Isaac
- Jacob oró antes de encontrarse con su hermano Esaú
- Moisés oró frente a la zarza ardiente
- Josué oró para descubrir el pecado del pueblo y salió a la luz el pecado de Acán
- Elías oró para que deje de llorar y para que vuelva a llover
- Eliseo oró para que Dios devuelva a la vida a un niño
- David oró en múltiples ocasiones
- Salomón oró para dar gloria a Dios por el templo
- Job oró reconociendo la soberanía de Dios
- El rey Ezequías oró por Israel y por su salud
- Jonás oró desde el vientre del gran pez
- Habacuc oró en adoración a Dios
Solo veamos rápidamente una oración pronunciada por Ana.
1 Samuel 1:9 - 18
9 Y se levantó Ana después que hubo comido y bebido en Silo; y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehová,
10 ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente.
11 E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza.
12 Mientras ella oraba largamente delante de Jehová, Elí estaba observando la boca de ella.
13 Pero Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; y Elí la tuvo por ebria.
14 Entonces le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás ebria? Digiere tu vino.
15 Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová.
16 No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora.
17 Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho.
18 Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste.
Este es un ejemplo de oración de una petición a corazón abierto y con el alma derramada delante de Dios. Y Dios escucho la oración de Ana y calmo la agonía de su carga. …no estuvo más triste. v. 18
Hay una segunda oración de Ana, pero esta vez no pide, glorifica a Dios
1 Samuel 2:1-10
1 Y Ana oró y dijo:
Mi corazón se regocija en Jehová,
Mi poder se exalta en Jehová;
Mi boca se ensanchó sobre mis enemigos,
Por cuanto me alegré en tu salvación.
2 No hay santo como Jehová;
Porque no hay ninguno fuera de ti,
Y no hay refugio como el Dios nuestro.
3 No multipliquéis palabras de grandeza y altanería;
Cesen las palabras arrogantes de vuestra boca;
Porque el Dios de todo saber es Jehová,
Y a él toca el pesar las acciones.
4 Los arcos de los fuertes fueron quebrados,
Y los débiles se ciñeron de poder.
5 Los saciados se alquilaron por pan,
Y los hambrientos dejaron de tener hambre;
Hasta la estéril ha dado a luz siete,
Y la que tenía muchos hijos languidece.
6 Jehová mata, y él da vida;
El hace descender al Seol, y hace subir.
7 Jehová empobrece, y él enriquece;
Abate, y enaltece.
8 El levanta del polvo al pobre,
Y del muladar exalta al menesteroso,
Para hacerle sentarse con príncipes y heredar un sitio de honor.
Porque de Jehová son las columnas de la tierra,
Y él afirmó sobre ellas el mundo.
9 El guarda los pies de sus santos,
Mas los impíos perecen en tinieblas;
Porque nadie será fuerte por su propia fuerza.
10 Delante de Jehová serán quebrantados sus adversarios,
Y sobre ellos tronará desde los cielos;
Jehová juzgará los confines de la tierra,
Dará poder a su Rey,
Y exaltará el poderío de su Ungido.
Y aquí incluso hay una mención de Cristo.
Pero vemos la forma en la que Ana da gracias a Dios por el hijo concedido. Ana nos deja ver que la única forma más sabía de poder dar gracias a Dios por una oración respondida, es exaltando, alabando, glorificar y magnificando Su Nombre, por lo que Él es y por lo que Él hace.
El pueblo de Dios siempre ha estado en constante oración y el Nuevo Testamento nos deja ver de forma más clara el deber que todo cristiano tiene a dedicar tiempo a orar. Estos son mandatos explícitos y directos a la iglesia.
Ro. 12:12
gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración.
Filp. 4:6
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
1 Tsl. 5:17
Orad sin cesar
Jesús mando a que oremos siempre y no nos rindamos con aquella parábola del juez injusto.
Lc. 18:1 – 6
1 También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar,
2 diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre.
3 Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario.
4 Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre,
5 sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia.
6 Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto.
7 ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?
En esta parábola Jesús nos muestra algo que debemos de hacer y es la oración constante.
Mis hermanos la oración es un deber. Porque al cumplir ese deber de orar, estamos glorificando a Dios. Al no cumplir el deber de orar, estamos dando la espalda a Dios.
Mi hermano se ora en todo tiempo, porque orar es un deber de cada hijo de Dios. Si usted solamente ora cuando está en problemas, usted ya está en problemas. Usted ya esta en problemas y no solamente con Dios, sino que también esta poniendo en dificultad y debilidad su vida espiritual.
Orar es un deber, pero orar también es un privilegio
b. Porque es un privilegio
b. Porque es un privilegio
Hb. 4:14 – 16
14 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.
15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
Antiguamente solo es sumo sacerdote podría ingresar a la presencia de Dios, al lugar santísimo. El lugar santísimo estaba separado por una cortina de lino fino, del lugar santo, del altar y de todo lo demás.
En el lugar santísimo se encontraba la presencia de Dios y solamente el sumo sacerdote una vez al año, con todo temor de que quizás él no iba a salir de aquel lugar, por eso le amarraban una campanilla, que si esa campanilla dejaba de sonar es porque el sumo sacerdote había muerto.
Solamente el sumo sacerdote y tenía que pasar por distintos rituales de purificación, si no, no podía entrar.
Pero mis hermanos nuestro Sumo Sacerdote, Jesús, cuando Él vino y dio su vida en la Cruz por ti y por mí, al entregar su Espíritu hubo un gran terremoto. Ese remezón rasgo el velo, la cortina de arriba abajo, esa cortina que nos separaba de la presencia de Dios.
Yo ya no necesito pasar ningún ritual de purificación, porque ya Cristo ha lavado todos mis pecados con Su sangre y ahora mis hermanos, tú y yo por la obra de Cristo en la Cruz podemos ingresar ante el trono de la gracia, con toda confianza. Podemos ingresar ante la presencia de Dios, sin miedo a que pueda morir en el intento.
¡Qué gran privilegio!
Y lamentablemente muchos no lo ven así, porque muchos no oran.
Piensan que orar es una pérdida de tiempo. Mis hermanos es un privilegio, orar no es pérdida de tiempo, es la mejor inversión de tu tiempo.
Y si no estás orando, es porque todavía no sabes lo que es orar.
Orar es:
- hablar con Aquel que sabe cuántos litros de agua hay en el mar.
- hablar con Aquel que sabe cuántos granos de arena hay en el mar.
- hablar con Aquel que domina el Cielo, el mar y la tierra.
- hablar cara a cara con el Creador del universo.
Orar no es un castigo, es un privilegio.
Ilustración:
Siendo niño, cuando era más pequeño, he sido bastante enfermizo.
Siempre algo me caía mal y todas las veces que enferme mi malestar comenzaba en las madrugadas, 2, 3 o 4 de la mañana (yo no quiero ser muy explícito) pero me venía el huayco. Siempre vomitaba, tenía fiebre y un malestar corporal.
Yo dormía con mi hermano, pero no lo molestaba, él no me hacía caso.
Yo iba con toda confianza a quien sabía que me iba a atender, sin importar la hora que era. Iba a mi madre.
2, 3 o 4 de la madrugada, ella me sobaba la espalda si seguí en el proceso, me hacía hervir agua para tomar con alguna hierba o me daba una pastilla, para luego llevarme a dormir.
Mis hermanos solo un hijo de Dios tiene la confianza de acercarse a Dios en oración sea cual sea la hora, así como un niño tiene la confianza de despertar su madre por la madrugada y pedir su ayuda.
16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
No importa la hora que sea, no importa el lugar donde estes, no importa la posición en la que te encuentres, lo importante es que ores a Dios en el nombre de Jesús y hallarás gracia.
2. Consecuencias de no dedicar tiempo a la oración:
2. Consecuencias de no dedicar tiempo a la oración:
Filp. 4:6
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias
Consecuencias de no dedicar tiempo a la oración es andar en preocupación, en estrés y en ansiedad.
El creyente que no ora, presenta estos síntomas.
Si usted se encuentra con un cristiano ansioso, preocupado. Pregúntele como va su vida de oración y es casi seguro que él le dirá que ha descuidado su tiempo de oración.
Hermano cuando usted se levante de sus rodillas, sus problemas no estarán solucionados. Pero la ansiedad, el estrés y la preocupación que sentía, eso sí se habrá solucionado.
A muchos no les gusta orar por orgullo. Porque orar es admitir que sin Cristo no podemos hacer nada. Orar es admitir debilidad y muchos no quieren mostrarse débiles. Orar es admitir mis límites.
Deja tu corazón orgulloso a un lado hermano y ora. Comienza orando justamente por eso, pidiendo perdón por el orgullo que te frena a orar.
3. ¿Cómo orar?
3. ¿Cómo orar?
Entonces ¿cómo debemos orar?
Esa es una pregunta valida. Los discípulos le pidieron a Jesús que les enseñe a orar.
Estoy casi seguro que sabías que orar era tu deber, que orar es tu privilegio y que hay consecuencias si no oras.
Usted sabe eso, pero muchas veces usted no sabe cómo orar.
Aquí le muestro el Método sencillo de oración de Martin Lutero:
Martin Lutero enseño 3 sencillos métodos a Pedro Beskindorf y que ha servido a otros muchos cristianos. También a mi persona.
Este es un tipo de oración que te ayudará a pensar en las Escrituras al momento de orar, a sentir con el corazón cada palabra que salen de tus labios y poder buscar la ayuda de Dios para vivir bajo su voluntad.
Martin Lutero enseño a orar a través del Padre Nuestro de Mateo 6, a través de los 10 mandamientos y con el acróstico CASA.
Mt. 6:9 – 13
9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.
Esta oración conocida como el Padre Nuestro es un modelo a orar, es un patrón que debemos de seguir en nuestras oraciones. No es una oración que debamos de repetir antes del culto o estando en casa.
Y Martin Lutero enseño a seguir ese patrón oración.
La primera petición que vemos, es pedir que el Nombre de Dios sea conocido como Santo.
v. 9 …Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
La segunda petición que vemos es, pedir que venga su reino.
v. 10 Venga tu reino.
La tercera petición que encontramos es, pedir que se haga la voluntad de Dios en la tierra como ya se viene haciendo en el cielo.
v. 10 …Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
Y lo que se sugiere es ir separando de esta manera todo el Padre Nuestro. Luego orar por cada una de ellas.
Un ejemplo con la primera petición:
En lugar de simplemente orar santificado sea tu nombre.
Podríamos orar de esta manera:
Oh Señor vivimos en una época en que tu nombre no es reverenciado, no es honrado, sino que se usa de manera profana. Concédenos que abramos los ojos a tu gloria de un modo tal que nadie se atreva a manchar tu nombre, ha tratarlo como algo corriente o sin importancia, permite que esté en nuestros labios y en nuestros corazones como una expresión de nuestra adoración a ti. Dame la gracia para respetar siempre tu sagrado nombre en mi corazón y con mis labios.
Y así podrías pasar a la segunda petición: venga tu reino, pudiendo expresar algo más.
El segundo método
que Martin Lutero recomienda es a través de los diez mandamientos. Y se trata que de la misma forma ores de forma individual pensando en cada uno de los mandamientos y verás que tu corazón será confrontado y hallarás pecado que confesar en tu vida.
Y creo que con el primer mandamiento tendríamos para orar un buen rato.
CASA
Confesión
Adoración
Súplica
Agradecimiento
Y algo práctico que quiero recomendarle, es que aparte tiempo para orar. Ya que, si no lo hace, las demás actividades del día absorberán su tiempo y usted al final del día no habrá orado.
Busca un lugar silencioso donde orar. El silencio de beneficio para que te puedas concentrar.
Y ora en voz alta, eso te ayuda a concentrarte mejor en la oración.