Muertos que reviven.
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· 3,530 viewsDios quiere traer vida, avivamiento a su pueblo.
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Introducción:
Introducción:
En el contexto, comenzando por el capítulo anterior, Dios le había asegurado a su pueblo que los exiliados en Babilonia no se habían ido para siempre, sino que estaban “a punto de llegar” (Ezequiel 36:8).
8 Mas vosotros, oh montes de Israel, daréis vuestras ramas, y llevaréis vuestro fruto para mi pueblo Israel; porque cerca están para venir.
Sin embargo, el pueblo estaba tan desesperado por su situación que le resultaba difícil creer en las promesas del Señor.
Ellos dijeron: “Pereció nuestra esperanza. ¡Estamos totalmente destruidos!” (37:11).
Con el fin de reconfortar a sus escogidos, Dios le concedió a Ezequiel esta extraordinaria visión: la visión del valle de los huesos secos.
Dios hace énfasis en que él posee el poder y la habilidad para llevar a cabo su asombroso ofrecimiento.
El cumplimiento dependía de él mismo, no de las circunstancias. Ezequiel reporta la visión (vv. 1–10) y luego la interpreta (vv. 11–14).
Dios es Fiel a sus promesas, lo que él ha dicho lo hará.
Aveces aunque las condiciones en que nos encontramos se tornen difíciles, aunque nieguen la posibilidad de encontrar una salida, o una solución, Dios siempre va actuar, él siempre va a cumplir lo que ha prometido.
Arderemos tres verdades acerca del actuar de Dios para con su pueblo que cada uno de nosotros debemos considerar:
I. Dios conocía la condición en que el pueblo se encontraba.
I. Dios conocía la condición en que el pueblo se encontraba.
Ezequiel 37:1-3
1 La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. 2 Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera. 3 Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes.
Vemos en estos versículos, que el Señor transporta a Ezequiel en espíritu, algo que ya había hecho antes al menos en unas cuatro ocasiones, y lo lleva a un valle lleno de huesos secos, Ezequiel, ahí observa que los huesos, eran muchísimos y que estaban secos en gran manera, blanqueados y calcinados por el sol.
El Señor le hizo una pregunta sorprendente:
Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? ¿Había alguna posibilidad de vida para esas osamentas?
Ezequiel sabía que humanamente era imposible, así que dio una respuesta cautelosa. Señor Jehová, tú lo sabes. Solamente Dios puede lograr tal proeza.
Hermanos, Dios, no da la profecía directamente a su siervo, el profeta para el pueblo, sino que le da esta visión.
Dios quería que él estuviera cociente de la condición en que el pueblo se encontraba.
El pueblo se encontraba, muerto, lo que Dios muestra es una pila de huesos, ya ni cadáveres eran, eran huesos, secos, dice el texto, que eran muchísimos huesos en un valle, que estaban secos en gran manera,
Es una ilustración de de la condición de muerte, dispersión e inercia en la que se encontraba Israel, , ellos era como un árbol seco, Ezequiel 17: 24 , al que sólo Dios podría dar vida otra vez.
Hermanos, es por esa condición en que se encontraban que el pueblo estaba tan desesperado y le resultaba difícil creer en las promesas del Señor.
Ahora lo segundo que Dios anuncia, es ...
II. Lo que Él, hará con el pueblo muerto.
II. Lo que Él, hará con el pueblo muerto.
Entonces el Señor dijo a Ezequiel que profetizara sobre esos huesos.
4 Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. 5 Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. 6 Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová.
El contenido del mensaje era que Dios los restauraría: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. “Espíritu”
Espíritu (rûaḥ) también podría trad. “aliento” o “viento”.
Es la misma expresión que Dios utilizó Génesis 2:7. Cuando creó al hombre.
Y Dios dice, te pondré tendones, haré subir sobre vosotros carne, y cubriré la piel y podré en vosotros espíritu y viviréis.
Y se darán cuenta que yo soy Jehová,.
En los versículos del 7 al 10, vemos los resultados. Ezequiel 37:7-10
7 Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. 8 Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu. 9 Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. 10 Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.
Hermanos, mientras Ezequiel pronunciaba la profecía, vio algo asombroso. Los huesos se juntaron (Ez. 37:7), la carne subió, y la piel cubrió (v. 8), entró espíritu en ellos … y estuvieron sobre sus pies (v. 10).
Dios está mostrando a través de esta visión, lo que él haría con su pueblo, que estaba muerto, en cautiverio, por su desobediencia a Dios, en una condición de desesperanza, Dios está hablando de una restauración total.
Vemos la explicación que Dios da a su siervo acerca de la visión que le ha dado:
Ezequiel 37:11-14
11 Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos. 12 Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel. 13 Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío. 14 Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová.
Como vemos, Dios declaró que describía a la nación de Israel (la casa de Israel) que estaba en cautiverio.
Los esqueletos no fueron enterrados, y de la misma manera, la gente había sufrido demasiado y no veía fin a su castigo, por eso decía: pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos.(V. 12)
Los sobrevivientes sentían que toda su esperanza se había desvanecido.
Israel había “muerto” en las llamas del ataque de Babilonia y no tenía posibilidad de resucitar.
El hecho de que los huesos secos hayan revivido significa que Israel será restaurado como nación.
La visión demuestra que su nueva vida depende del poder de Dios y no de las circunstancias.
Esta es una visión hacia el futuro, la cual se ejecutará cuando Dios reúna en esa tierra a los israelitas creyentes (Jer. 31:33; 33:14–16), cuando Cristo regrese a establecer su reino ( Mt. 24:30–31).
Dios abrirá los sepulcros, y los sacará de sus sepulturas para llevarlos a la tierra de Israel.
Cuando el Señor restaure a la nación, también lo hará espiritualmente. Él pondrá su Espíritu en ellos para que vivan. El aliento de vida que recibieron los cadáveres simboliza al Espíritu Santo prometido a Israel en el nuevo pacto .
Lo siguiente que debemos preguntarnos, al estudiar este pasaje, es si hay algo que pudiéramos aplicar para nosotros la iglesia del Señor en este tiempo, y también para los amigos.
III. Aplicación para nosotros.
III. Aplicación para nosotros.
Podemos encontrar, muchas maneras de aplicar esta visión de Jeremías a nosotros hoy:
Hablando con aquellos que aún no han creído en el Señor, que no han venido al arrepentimiento por sus pecados y no han recibido a Cristo como su Señor y salvador, deben entender que su condición es de muerte, sin esperanza, sin una vida eterna con Cristo, están muertos espiritualmente y están condenados a la muerte eterna.
Romanos 3: 23 “ Por cuanto todos pecaron, están destituidos de la gloria de Dios....... Jesús dijo alejados de mi nada podéis hacer(Juan 15:5b)
Romanos 6:23 “ La paga del pecado es muerte”
.... Y los que no se hallaron inscritos en el libro de la vida, fueron lanzados al lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda..(Apoc. 20:15)
Así está el hombre sin Cristo, pero al igual que a Israel, el Señor dice, “yo he venido, para que el que en mi crea tenga vida y vida en abundancia”
Ahora Dios puede estar hablando a otros hoy en la iglesia.
Dios puede que esté hablando a alguien que está viviendo una vida Cristiana, de apariencia, alguien que puede asumir todas las apariencias de vida espiritual, y sin embargo no tenerla, y así estar todavía muerto delante de Dios.
Dios te dice en esta tarde. “Yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y el conmigo” (Apoc. 3:20)
Yo quiero estar en sus corazones, porque me encuentro afuera, yo quiero verdaderamente ser parte de tu vida.
Quizas, hoy hayan cristianos, siendo pueblo de Dios, como lo era el pueblo de Israel, pero viviendo como huezos secos, muy secos, sin esperanza, con una vida seca espiritualmente, seca en crecimiento, con un servicio seco, e inerte delante de Dios, todo, por tener una actitud de desobediencia a Dios, como el pueblo de Israel, incapacitados de poder realizar los propósitos de Dios, ni que estos se realicen en sus vidas.
El Señor dice, “Yo soy Jehová tu Dios”, yo quiero restaurar, tu vida, yo quiero restaurar mi relación contigo, sólo debes hoy tomar una decisión como Josué exhorta al pueblo, allá en Josué 24:14-15
14 Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová. 15 Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.
Dios quiere que quitemos los dioses que hay en nuestras vidas que le están quitando la gloria a él, y que tomemos hoy esa decisión, entre él y todas esas cosas, que están en nosotros, que nos tienen muertos, sin esperanza, o viendo hacia cosas muertas, sin visión del reino de Dios.
Ahora, es su decisión, pero Dios quiere darnos vida, Dios quiere traer avivamiento a cada uno de nosotros.
Conclusión:
Conclusión:
¿Cómo te encontramos hoy?
¿Estamos vivos, o estamos muertos?
Si te sientes muerto o muerta, la invitación de Dios hoy, es venir a él, acercarnos, a él confiadamente, porque él quiere revivirte.
Vamos a orar, y en el transcurso del tiempo, de oración, vamos a hacer una invitación, y usted, puede hoy decidir dejar que Dios le cambie, que Dios le haga una renovación espiritual.
Oración.