LAS INUMERABLES PROMESAS INMUTABLES DE DIOS
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· 299 viewsEl Dios que adoramos, desde Gen 1 hasta Apocalipsis 22 da muestras irrefutables de Su carácter inmutable. Él es Fiel, nunca falla, no cambia, inclusa no habiendo por quien más jurar Sus propias promesas, lo hace en honor de Su propio Nombre. Por eso, ante la duda, el amargo embate de las circunstancias, hagamos eco de sus tan variadas y magníficas promesas, porque "Fiel es el que prometió".
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INTRODUCCIÓN:
INTRODUCCIÓN:
¡Buen día mis amados hermanos! Es para mí un honor, privilegio y gran responsabilidad estar hoy aquí delante de ustedes para presentar esta enseñanza que el Señor me ha permitido y ayudado a preparar. Quiero hoy invitarlos a que se saluden entre todos.
Por favor les invito a que me acompañen a la Palabra de Dios para leer un pasaje en Hebreos.
Heb 10.23 “23 Mantengamos firme la profesión de nuestra esperanza sin vacilar, porque fiel es el que prometió;” (Oración…)
Para dar inicio a nuestra enseñanza hoy, quiero hacerles algunas preguntas y entre todos vamos a responderlas.
¿Cómo hacemos para identificar un objeto falso, pirata o chiviado (como diría yo) de algo original o verdadero?
Apreciamos sus características, lo palpamos, nos instruimos previamente en conocer el que es original. Y después de un tiempo, identificamos, en algunas ocasiones, a simple vista que ese objeto es verdadero u original.
Cuando no tenemos confianza en alguien, o nos damos cuenta que nos han mentido o fallado, es difícil volver a confiar. Así que, ¿cómo hacemos para volver a confiar en esa persona? ¿Qué cosas esperamos que pasen?
Esperamos que lo que dice que va a hacer, se evidencie con sus acciones.
Volvemos a confiar porque esa persona a dado suficientes muestras por medio de su testimonio que es alguien que cumple lo que dice, que es alguien que vive lo que cree y que es alguien que las personas que mejor lo conocen (su esposa, hijos o compañeros de trabajo) dan un buen testimonio de que es alguien de palabra, alguien serio en ese sentido.
Cuando vivimos situaciones de desanimo, de enfermedad, de calamidad, de angustia, de temor, de necesidades físicas, emocionales o de dinero… ¿cuál es nuestra reacción natural?
Ante todas estas situaciones de incertidumbre empezamos a dudar, a desconfiar, a perder de alguna forma nuestra esperanza.
Nos apresuramos a tomar decisiones basados en el consejo de nuestro propio corazón o el de otras personas, o de lo que dice la sociedad y la cultura.
Lamentablemente en esos momentos, pocas veces acudimos a Dios, a través de la oración, con clamor, con suplica, con humildad y angustia.
Así que hermanos, con esta breve introducción, quiero que hoy veamos, algunas cosas que la Palabra de Dios nos afirma, asegura y promete acerca de la FIDELIDAD DE nuestro BENDITO, GLORIOSO Y PRECIOSO DIOS.
I. ¿PROMESAS, la tendencia de la cultura:
I. ¿PROMESAS, la tendencia de la cultura:
Vamos primero a hablar acerca de las promesas. Vayamos a:
Ecl 5.4 “4 Cuando haces un voto a Dios, no tardes en cumplirlo, porque Él no se deleita en los necios. El voto que haces, cúmplelo.”
¡Promesas! Tan comunes hoy como ayer, sabemos bien lo que es una promesa. ¿Quién no las hace?
Comenzando por los políticos, quienes con el fin de ser elegidos, son capaces de comprometer su palabra, con Dios por medio, en cosas que de antemano ellos saben serán incapaces de cumplir. Las excusas para no cumplir lo prometido, suelen ser tan inverosímiles como las mismas promesas.
Prometen los novios en el altar una fidelidad que pronto es quebrantada. Y los empresarios prometen mejores condiciones salariales que luego dicen no poder materializar.
Los empleados decepcionados incumplen igual con un escaso rendimiento. Esta carrera de compromisos rotos se da igual en el campo profesional y religioso.
El médico que hace su solemne promesa hipocrática para convertirse luego en un hipócrita quebrantándola al participar en abortos, eutanasia y tráfico de órganos.
Las grandes denominaciones eclesiásticas que prometen ser fieles a Dios, a su tradición y a sus dogmas para cambiarlos y modernizarlos de acuerdo a las circunstancias imperantes. Y quienes les siguen cambian también su modo de pensar y de actuar volviéndose a cosas impensables en otro tiempo.
Parte de la vanidad de la vida y de los seres humanos según este libro de Eclesiaste, la componen aquellas promesas que hacemos a Dios, al mundo, y a nosotros mismos, pero que sabemos no somos capaces de cumplir. En el texto aparece el consejo y la advertencia acerca de este infeliz proceder. Igual, esto nos plantea un problema, ya que parte de la vida cristiana se fundamenta en promesas.
Prometemos obediencia, rectitud, compromiso, una conducta acorde a la fe, etc. Por su parte allí donde participamos se nos promete un sistema de creencias inmutable, líderes íntegros, ayuda, estímulo, y unas declaraciones de fe que harán la diferencia a la hora de morir. Sin embargo, como ya ha leído, instituciones e individuos no estamos dispuestos a cumplir lo prometido. Tanto hemos visto sobre el incumplimiento de promesas que las leyes se modifican para adaptarse a esta nueva norma generalizada de incumplimientos.
¿Dónde queda Dios en todo esto?
¡Oh, si Él nos juzgará sobre la base de cuánto de lo prometido a lo largo de la vida cumplimos, ¿cómo cree que le iría a usted el día de comparecer ante Él?
II. LAS PROMESAS INMUTABLES DE DIOS:
II. LAS PROMESAS INMUTABLES DE DIOS:
Decíamos entonces que si bien es cierto el incumplimiento de las promesas hechas, es parte inherente a nosotros, el cumplimiento fiel de estas, es en contraposición parte inherente al carácter inmutable de Dios.
Si de promesas se trata, la brecha entre Dios y nosotros es profunda. Veámos:
1. La Promesa Hecha al pagano Abram:
1. La Promesa Hecha al pagano Abram:
Prometió al pagano Abram, darle descendencia y levantar una nación de él.
Leamos esto en:
Génesis 12:1–4 (LBLA)
1 Y el Señor dijo a Abram:
Vete de tu tierra, de entre tus parientes y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré.
2 Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.
3 Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga, maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra.
4 Entonces Abram se fue tal como el Señor le había dicho; y Lot fue con él. Y Abram tenía setenta y cinco años cuando partió de Harán.
Si bien es cierto, Abraham vio cumplida la primera parte de la promesa, en retrospectiva, confirmamos que Dios cumplió la totalidad.
2. La Promesa a los descendientes de Abraham que saldrían de Egipto:
2. La Promesa a los descendientes de Abraham que saldrían de Egipto:
Prometió que después de 400 años los descendientes de Abraham y Jacob saldrían de Egipto. Generaciones pasaron oyendo esto sin verlo realizado, pero en su tiempo, Dios cumplió.
Leamos cuando fue hecha la promesa:
13 Y Dios dijo a Abram: Ten por cierto que tus descendientes serán extranjeros en una tierra que no es suya, donde serán esclavizados y oprimidos cuatrocientos años.
14 Mas yo también juzgaré a la nación a la cual servirán, y después saldrán de allí con grandes riquezas.
Ahora leamos el cumplimiento de ésta:
Ex 12.40-41 “40 El tiempo que los hijos de Israel vivieron en Egipto fue de cuatrocientos treinta años. 41 Y sucedió que al cabo de los cuatrocientos treinta años, en aquel mismo día, todos los ejércitos del Señor salieron de la tierra de Egipto.”
Otra promesa de Dios…
3. La Promesa de la Tierra Prometida:
3. La Promesa de la Tierra Prometida:
Pometió entrarles en una tierra que sería posesión suya para siempre, y hasta hoy lo es.
Leamos lo que dice:
7 Y el Señor se apareció a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Entonces él edificó allí un altar al Señor que se le había aparecido.
Y también Ex 32.13 “13 Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel, siervos tuyos, a quienes juraste por ti mismo, y les dijiste: «Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo, y toda esta tierra de la cual he hablado, daré a vuestros descendientes, y ellos la heredarán para siempre».”
Ahora leamos el cumplimiento de la promesa:
Josué 21:43–45 (LBLA)
43 De esa manera el Señor dio a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus padres, y la poseyeron y habitaron en ella.
44 Y el Señor les dio reposo en derredor, conforme a todo lo que había jurado a sus padres; y ninguno de sus enemigos pudo hacerles frente; el Señor entregó a todos sus enemigos en sus manos.
45 No faltó ni una palabra de las buenas promesas que el Señor había hecho a la casa de Israel; todas se cumplieron.
Otra promesa...
4. Prometio Dura Disciplina a Su Pueblo, si ellos eran infieles:
4. Prometio Dura Disciplina a Su Pueblo, si ellos eran infieles:
Prometió purgar la desobediencia y la rebelión con dura disciplina, incluso la muerte, y lo hizo.
Deut 28.15-22 “15 Pero sucederá que si no obedeces al Señor tu Dios, guardando todos sus mandamientos y estatutos que te ordeno hoy, vendrán sobre ti todas estas maldiciones y te alcanzarán: 16 Maldito serás en la ciudad, y maldito serás en el campo. 17 Malditas serán tu canasta y tu artesa. 18 Maldito el fruto de tu vientre y el producto de tu suelo, el aumento de tu ganado y las crías de tu rebaño. 19 Maldito serás cuando entres y maldito serás cuando salgas. 20 Enviará el Señor sobre ti maldición, confusión y censura en todo lo que emprendas, hasta que seas destruido y hasta que perezcas rápidamente, a causa de la maldad de tus hechos, porque me has abandonado. 21 El Señor hará que la peste se te pegue hasta que te haya consumido de sobre la tierra adonde vas a entrar para poseerla. 22 Te herirá el Señor de tisis, de fiebre, de inflamación y de gran ardor, con la espada, con tizón y con añublo; y te perseguirán hasta que perezcas.”
Y así el Señor continúo a lo largo de todo el capítulo de Deut 28.23-60 advirtiendo de todo lo que le esperaría si Su pueblo no obedecía el pacto que habían hecho con ellos. Lo interesante es que ese pacto lo volvieron hacer con Josue, pero después cuando empieza el periodo de los Jueces y sigue el periodo de los monarcas o reyes, es que viene la decadencia del pueblo y Dios efectivamente cumplió lo que había prometido que haría a Su pueblo si desobedecia.
¿Cómo sabemos esto? Todos los profetas mayores y menores en sus libros nos lo dicen, pero en especial, el libro de Jeremías y de Lamentaciones nos dan un relato de esto.
4 Así le dirás: «Así dice el Señor: “He aquí, lo que he edificado, lo derribo, y lo que he plantado, lo arranco, es decir, toda esta tierra”.
5. Prometió un Redentor para la Humanidad:
5. Prometió un Redentor para la Humanidad:
Temprano en el génesis de la historia humana ante el fracaso del primer hombre, prometió un redentor, y cumplió.
15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y su simiente; él te herirá en la cabeza, y tú lo herirás en el calcañar.
Y en Gen 3.21 “21 Y el Señor Dios hizo vestiduras de piel para Adán y su mujer, y los vistió.”
El cumplimiento de ésta promesa la leemos en:
4 Pero cuando vino la plenitud del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley,
Y también en...
14 Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
6. Prometió Restaurar la Relación Rota entre el Hombre y Dios:
6. Prometió Restaurar la Relación Rota entre el Hombre y Dios:
Prometió que éste concebido por su Espíritu y encarnado como hombre, restablecería la rota relación hombre-Dios, que lo haría siendo exhibido como espectáculo al mundo en una cruz, para declarar así justos a pecadores, y ¡Dios cumplió!
20 y por medio de Él reconciliar todas las cosas consigo, habiendo hecho la paz por medio de la sangre de su cruz, por medio de Él, repito, ya sean las que están en la tierra o las que están en los cielos.
Y también:
2 Cor 5.18-19 “18 Y todo esto procede de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por medio de Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; 19 a saber, que Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando en cuenta a los hombres sus transgresiones, y nos ha encomendado a nosotros la palabra de la reconciliación.”
7. Prometió Nunca Abandonarnos:
7. Prometió Nunca Abandonarnos:
Y como si esto fuer poco… Estando entre los suyos, el Dios encarnado (Cristo) y a las puertas de su sacrificio, prometió no abandonarlos. Enviaría su Espíritu quien fielmente en su lugar les asistiría.
16 Y yo rogaré al Padre, y Él os dará otro Consolador para que esté con vosotros para siempre;
17 es decir, el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque ni le ve ni le conoce, pero vosotros sí le conocéis porque mora con vosotros y estará en vosotros.
18 No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.
Y el cumplimiento de esta promesa la podemos leer en Hech 2 el día de Pentecostes.
Hech 2.1-4 “1 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en un mismo lugar. 2 De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso que llenó toda la casa donde estaban sentados, 3 y se les aparecieron lenguas como de fuego que, repartiéndose, se posaron sobre cada uno de ellos. 4 Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba habilidad para expresarse.”
Y estamos aquí, en medio de una terrible pandemia asistidos, ciertísimamente porque Él cumplió.
8. Cristo nos Prometio que Volvería:
8. Cristo nos Prometio que Volvería:
Prometió que volvería.
13 Pero no queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como lo hacen los demás que no tienen esperanza.
14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también Dios traerá con Él a los que durmieron en Jesús.
15 Por lo cual os decimos esto por la palabra del Señor: que nosotros los que estemos vivos y que permanezcamos hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.
16 Pues el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero.
17 Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre.
18 Por tanto, confortaos unos a otros con estas palabras.
Y también en 1 Cor 15.20-23 “20 Mas ahora Cristo ha resucitado de entre los muertos, primicias de los que durmieron. 21 Porque ya que la muerte entró por un hombre, también por un hombre vino la resurrección de los muertos. 22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. 23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo en su venida;”
II. CONCLUSIONES:
II. CONCLUSIONES:
Esto es para los suyos la más bendita y anhelada esperanza, y si cumplió fielmente todo cuanto prometió, ¿qué nos hace dudar que aquello que permanece como promesa aún, no se ha de cumplir también?
Por eso, ante la duda, el amargo embate de las circunstancias, hagamos eco de sus tan variadas y magníficas promesas, porque "Fiel es el que prometió