La Santa Cena

Introducción (Lc.22:7-13)

La institución de la cena del Señor fue instituida por el Señor en conexión con la fiesta de la Pascua, es importante entender esta transición por cuanto aquí se empezaba un nuevo ciclo en las promesas de Dios.

Recordemos que durante 14 siglos el pueblo de Israel celebraba la Pascua y esta era la última debido que todos los sacrificios de corderos degollados era el anuncio del sacrificio final del cordero de Dios sin mancha para redimir a los pecadores una vez y para siempre (1P.1:18-19 cp.He.9:25-26).

La Pascua apuntaba a la liberación de Israel de Egipto, esto consistió en la salida en la noche en que los primogénitos de Egipto serían muertos por decreto de Dios (Ex.12:2-14),.

Por qué acudimos a la Mesa del Señor

Porque es una invitación del Señor, Cristo es el anfitrión que la extiende a todos los que han creído en su nombre, el pan espiritual es para espirituales (Lc.22:14-18) (Jn.6:35 Juan 6:35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de la vida; el que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed.

Porque hemos recibido la herencia del nuevo pacto v.20, es aquí donde empieza el nuevo pacto y sellado en la cruz del calvario (Jn.19:30 ), el Señor transformó la Pascua en una comida aun más gloriosa ¡lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha llegado! . Durante la comida tradicional de la Pascua se pasaban cuatro copas, después de la primera se mojaban hierbas amargas y se comía mientras se explicaba el significado de la pascua; entonces se cantaba el primer Hallel (Sal.113-118); después de la segunda copa se partía el pan sin levadura y se compartía v.19; tras el partimiento del pan durante la pascua se comía el cordero asado; después de la oración se pasaba la tercera copa y se entonaba el resto del Hallel v.20; la cuarta y última copa era la despedida y la oración final.

Esta cuarta copa es la que espera a todos los creyentes en las bodas del cordero por cuanto esa noche solo se repartieron tres.

Relevancia

Es de trascendencia relevante para el creyente compartir la cena del Señor porque es un mandato de Cristo y debemos hacerlo de la manera correcta, el no hacerlo es estar en pecado, esto fue lo que condenó Pablo a los hermanos corintios (1Co.11:17-22).

Este no es un acto que se debe tomar de manera liviana o de manera tergiversada, la iglesia católico-romana enseña que literalmente el pan y el vino se transforman milagrosamente en el cuerpo y la sangre de Cristo (transubstanciación), para nosotros si bien Cristo está presente lo hacemos como un memorial a su nombre, el pan y el vino representa o simboliza su cuerpo y sangre entregada de manera voluntaria por todos los pecadores que han creído en su nombre.

Compartir la Cena del Señor es una confesión de fe hasta que Él venga por segunda vez (Ap.19:6-9). La sangre de cordero degollado (Lv.16:14-16) era simbólica para perdón de pecados, pero la de Cristo es una vez para siempre para que seamos santos Is.1:18 “Venid ahora, y razonemos —dice el Señor— aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, como blanca lana quedarán.”).

Su sangre no es para tomarla como talismán o algo místico, el nuevo pacto nos garantiza que estamos bajo su protección y esto tampoco significa que no vamos a pasar dificultades, enfermedades etc.

La muerte de Cristo en la cruz es la vida para el alma del hombre ( Lv.17:11), es al razón de su relevancia “en memoria de mí”indica que no es opcional, si no estamos preparados para la mesa del Señor tampoco lo estamos para ir al cielo, tampoco morir y mucho menos para el juicio final.

REQUISITOS:

Solamente los creyentes pueden experimentar la comunión (regeneración)

Comunión con una iglesia local, único lugar donde los santos tenemos comunión y donde formamos su cuerpo.

Limpieza antes de participar (1Co.11:27-32), Mt.5:23-24, el Señor resalta la importancia de le reconciliación, ver Ro.12:14-21.

Aplicación:

Con esta ante sala de claridad procedamos a compartir el pan y el vino, porque somos un solo cuerpo en Cristo, su iglesia (1Co.10:16-17).